Humberto Decarli
Finalizando
el mes de junio se cumplió el centenario de la firma del Tratado de Versalles.
Se formalizó de esa manera la finalización de la llamada Gran Guerra, en el
marco de un duro gravamen de las potencias vencedoras sobre Alemania, generador
de las graves consecuencias ocurridas ulteriormente. Fue suscrito en la ciudad
de Versalles, vecina de París, muy conocida por su palacio y por haber sido la
localidad desde donde Thiers y los prusianos aplastaron a los revolucionarios
de la Comuna en el año de 1871.
Tanatismo de la Primera
Guerra
El
conflicto existente en Europa desde el año 1914 hasta 1918 fue una estridencia
de muerte y destrucción. La guerra de las trincheras, el fango y los escasos
avances entre los contendientes se manifestaron en las batallas del Somme,
Marne y Verdún, con resultados mortíferos y el empleo de armas contundentes
como los tanques de guerra por primera vez empleados por los británicos y el
uso de gases y armas químicas de exterminio masivo.
La
confrontación se cumplió en dos grandes bandos, la triple Entente, integrada
por el Reino Unido, Francia, Rusia quien luego hizo mutis y se apartó por la
revolución de octubre e Italia que inicialmente se ubicaba en el otro bando; y
la triple Alianza, por Alemania, el Imperio Austro Húngaro y el Otomano. Fue la
búsqueda de imponer el liderazgo sobre el viejo continente y la pugna por los
mercados entre sus economías. Fueron choques entre varios imperialismos
resueltos mediante la supresión de la vida.
Sigmund
Freud apreció, luego de este conflicto, que la idea del progreso de alguna
manera estaba reñida con los seres humanos porque antes había pensado que los
avances económicos, científicos y tecnológicos beneficiarían a la sociedad.
John Maynard Keynes creyó en el crecimiento de los bienes y servicios como
instrumento de solución de los problemas básicos de la humanidad y avizoraba un
futuro luminoso. Pero ambos pensadores erraron porque la realidad demostró que
la destrucción forma parte de la condición humana y la idea de progreso no era
ineluctable como los han sostenido acertadamentelos ideólogos postmodernos.
Stanley
Kubrick dirigió una película, conocida como Patrulla Infernal o Senderos de
Gloria, donde en combinación con el guionista Arthur C. Clark, expresaron de
una forma magistral, uno de los ángulos de este enorme conflicto. Insistieron
en el autoritarismo de los oficiales militares en contra de los soldados, de
origen popular, porque fue una guerra en la cual los oprimidos fueron empleados
por los dominadores para sus fines de control. Además, el nacionalismo fue un
elemento acicateador de todas las barbaries cometidas. Allí el mencionado
guionista presenta un diálogo en el cual un oficial subalterno,ante un
superior, habla de la patria como el lugar de los imbéciles, utilizando un
pensamiento de Samuel Johnson en cuyo texto original se definía como el espacio
de los canallas.
Construcción del
conflicto
El
asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo, la capital
de la provincia de Bosnia-Herzegovina del Imperio Austro-Húngaro, por parte del
nacionalista fascistoideGavriloPrincip, fue el pretexto para estimular los
aires belicistas aunque fue exclusivamente la gota desbordadora de tantas
pasiones.
Alemania
había tenido un desarrollo industrial impresionante y necesitaba imponer su
comercio al resto de Europa pero encontró fuerte reluctancia por parte de
Francia y el Reino Unido. El Imperio Austro Húngaro era una potencia del centro
del continente pero en el enfrentamiento con Italia no salió bien parado, el
zarismo en Rusia estaba languideciendo dadas las derrotas ante Alemania que
dejó el ejército exhausto y esa coyuntura fue aprovechada eficazmente por los
bolcheviques que a la postre tomaron el poder. Mientras tanto los germanos le
dieron una ayuda al enviar a Lenin en un tren blindado desde Ginebra hasta San
Petesburgopara derrocar a la monarquía y posteriormente firmar la Paz de Brest
Litov, acuerdo entre Rusia y los tudescos para congelar cualquier desavenencia
y así quedaba excluida de este enfrentamiento continental.
El
colonialismo europeo en África fue desequilibrado. El Reino Unido, Francia y
Bélgica sacaron mayor provecho a la descomunal explotación de esos territorios,
no así Alemania e Italia quienes no lograron un beneficio similar. Igualmente
había un sentimiento antialemán por parte de Francia por la humillación desde
Versalles en la guerra franco prusiana después del aplastamiento de la Comuna.
Esa misma postura la tenían los ingleses así como los rusos predicaban un
paneslavismo y por esa consideración apoyaron a los pueblos balcánicos de su
misma etnia, idioma y religión y además, no querían permitir la línea
ferroviaria entre Berlín y Bagdad.
El
Reino Unido, Francia e Italiaaprobaron en sus respectivos parlamentos los
presupuestos de guerra donde destinaban ingentes sumas para financiarla.
Incluso, los partidos socialdemócratas apoyaron semejante conducta guerrerista.
Los pacifistas fueron desplazados a pesar de su oposición a la pugna. Justo es
aseverar que los comunistas, los consejistas, los trotskistas y anarquistas, se
negaron a promover y participar en la guerra. Ya el gobierno socialdemócrata
había masacrado a Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, Karl Liebknecht y los
espartaquistas.
El
autoritarismo alemán estuvo representado en el general Ludendorff y el mariscal
Von Hindenburg, quienes convencieron al Kaiser para iniciar la aventura
castrense.El máximo oficial germano llegó a ser presidente de la república
antes de la llegada al poder de los nazis con Adolfo Hitler a la cabeza. La
mentalidad militar teutona siempre sostuvo que la derrota alemana se debió a
una errónea conducción de la clase política.
La
confrontación en las trincheras estuvo estancada y hubo poca guerra de
movimientos pero la llegada de los Estados Unidos cambió la suerte del
conflicto. Entraron frescos a la confrontación y fueron constreñidos a
intervenir porque los alemanes hundieron varios buques americanos con armas
para Francia y el Reino Unido, en la expansión del gran negocio gringo hacia
estos dos países europeos mientras se desarrollaba la pugna.
Regularización del
fin de la guerra: Versalles
Concluido
el enfrentamiento se reunieron los triunfadores en Versalles para normar sus
resultados. Las condiciones impuestas a Alemania fueron demoledoras: las
provincias germanas de Lorena y Alsacia pasaron a Francia, la ciudad de Danzig
fue declarada territorio libre en Polonia, se desmilitarizó Alemania yse le
prohibióproducir armas, se creó la Sociedad de las Naciones promovida por el
presidente americano Woodrow Wilson, y lo más grave, las compensaciones
económicas impuestas a Alemania, de un nivel tan elevado que fueron terminadas
de pagar en el año 2010. Fueron duras obligaciones capaces de haber estimulado
el recrudecimiento del nacionalismo teutón que aprovechó el nacionalsocialismo
para crecer inusitadamente en los estertores de la República de Weimar.
Domingo
Alberto Rangel, en la biografía de Alberto Adriani, señalaba que el merideño había
asistido como observador de Venezuela a la firma del tratado y presenció cómo
Keynes criticaba agriamente su suscripción lo cual le valió renunciar porque el
gobierno del Reino Unido sí lo aprobaba. Hablaba de una paz cartaginesa porque
era una infamia, sobre todo en el plano económico, lo impuesto a Berlín. Y la
historia le dio la razón porque fue uno de los motores del monstruo nazi
gestado con este gravoso acuerdo.
Una
de las grandes fallas del tratado fue no haber reglado las actividades
económicas para evitar la repetición del conflicto. El capitalismo triunfante
en la Segunda Guerra lo aprendió y en Breton Wood forjaron los organismos
multilaterales para equilibrar las cifras macroeconómicas. No se repitió una
nueva conflagración en el viejo continente y nació la Guerra Fría como una
nueva forma de matizar el enfrentamiento, entre Estados Unidos y Occidente, por
un lado, y por el otro, la Unión Soviética y el bloque socialista.
Efectos de la Gran
Guerra
Hubo
un desmembramiento político en el ámbito de la Triple Alianza. El imperio
Austro Húngaro desapareció y fue reemplazado por catorce Estados, entre ellos
Austria, Hungría, los integrantes de la futura Yugoslavia yChecoslovaquia; el
imperio otomano decayó y sus territorios en el Oriente Próximo se los
repartieron Francia y el Reino Unido luego del tratado Sikes-Picott; Rusia,
extinguido el zarismo,se transformaría a la postre en la Unión Soviética; Italia
adquiría el Fiumi y la ciudad de Trieste de Yugoslavia y el Trentino-Alto
Adigio de Austria.
No
obstante, la secuela más relevante del Tratado de Versalles fue la humillación
de Alemania preparando el abono del sentimiento chauvinista y junto a la
catástrofe hiperinflacionaria de la República de Weimar, sentar las bases de la
reacción nacionalsocialista para entrar en una nueva guerra.
El
avenimiento del suburbio parisién ha sido uno de los grandes errores de la
historia diplomática porque se impuso un maniqueísmo inaceptable donde los
vencedores no le dieron tregua a los vencidos ocasionando una respuesta peor
que la situación aspirada a mejorar. Además, fue el epílogo de una
confrontación entre élites gobernantes pagada con las muertes y heridas de los
sectores populares en beneficio de esas cúpulas recipiendarias de los
dividendos del poder.
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