Rui Tavares
¿Cuál es el periódico político más antiguo de Portugal? La respuesta es muy fácil y es el título de la crónica: el periódico político más antiguo de Portugal es A Batalha, publicado hoy en día como "periódico de expresión anarquista" y que recientemente cumplió 100 años de publicación.
Cuando fue fundado el 23 de febrero de 1919, A Batalha era el órgano oficial de la Confederación General del Trabajo, la confederación anarcosindicalista portuguesa que se había constituido desde los Congreso de la Unión Nacional de Trabajadores en 1914 y 1917. Europa acababa de salir de una guerra mundial hacía poco más de tres meses. La I República continuaba en convulsión, aún ensombrecida por el reciente asesinato del presidente Sidónio Pais, en diciembre de 1918.
¿Cuál es el periódico político más antiguo de Portugal? La respuesta es muy fácil y es el título de la crónica: el periódico político más antiguo de Portugal es A Batalha, publicado hoy en día como "periódico de expresión anarquista" y que recientemente cumplió 100 años de publicación.
Cuando fue fundado el 23 de febrero de 1919, A Batalha era el órgano oficial de la Confederación General del Trabajo, la confederación anarcosindicalista portuguesa que se había constituido desde los Congreso de la Unión Nacional de Trabajadores en 1914 y 1917. Europa acababa de salir de una guerra mundial hacía poco más de tres meses. La I República continuaba en convulsión, aún ensombrecida por el reciente asesinato del presidente Sidónio Pais, en diciembre de 1918.
Al aparecer A Batalha
tiene ante si el panorama de la prensa anarquista portuguesa donde -
como en toda la prensa política de ese tiempo - pululaban iniciativas,
periódicos y revistas que se creaban y desaparecían en diversos lugares
del país, siendo reprimida tanto por la anterior monarquía como por la
república, y además con muchos de sus autores, en gran parte obreros,
emigrando a Brasil.
Una de las revistas anarquistas de entonces que hoy leemos con más placer (la colección completa de la edición portuguesa está en la Hemeroteca Digital) de hecho tenía un historial luso-brasileña. Se llamaba Terra Livre y su fundador fue conocido como Neno Vasco, nombre completo Gregorio Nacianceno de Vasconcelos, un hombre de Peñafiel, criada en Amarante y estudiante en Coimbra, que emigró a Brasil y luego regresó a Portugal, donde murió en la epidemia de gripe neumónica en 1920. Si el nombre es ahora desconocida, sabemos que se trata del autor de la primera traducción del himno de la Internacional al portugués, que se canta de la misma manera en ambos lados del Atlántico. pues Terra Livre fue un proyecto que ya existió en Brasil, estableciéndose en Portugal en 1913 con un equipo de peso: además de Neno Vasco, con Aurélio Quintanilha (padre del actual diputado Alexandre Quintanilha), Pinto Quartin y otros. Además de libertaria, la revista fue el primer defensor en Portugal de lo que ahora llamamos ambientalismo. Fue duramente reprimida por los republicanos de Afonso Costa. Los redactores de Terra Livre fueron encerrados varias veces en la prisión del Limoeiro, y la imprenta de la revista destruida. Sus últimos números traían textos en español, francés, inglés y alemán para divulgar la situación de la revista y apelar a la solidaridad obrera europea con ella.
Cuando A Batalha surgió vino preparada para tener pronto un éxito tal que dificultara la acción represiva contra el nuevo periódico. Y lo consiguió. A Batalha era - impensable hoy en día - un diario, y se convirtió en el tercero de mayor venta en Lisboa, justo después de El Siglo y el Daily News. Tenía una ventaja de peso: cuando había huelga de tipógrafos, era el único diario que circulaba. Para su éxito no sólo contaba con su contenido político, sino también con el talento literario de sus redactores, uno de ellos Ferreira de Castro, el autor de "La Selva", por algún tiempo que el escritor portugués más traducido.
En 1927, la dictadura que vendría a dar origen al Estado Novo prohibió la publicación de A Batalha y persiguió con ferocidad a sus periodistas. Mário Castelhano, uno de sus redactores principales, fue arrestado, desterrado, y tuvo el triste honor de "inaugurar" el campo de concentración de Tarrafal, en las islas africanas de Cabo Verde, donde murió en 1940.
Por entonces A Batalha siguió publicándose clandestinamente, llegando un momento en que se produce dentro de una cueva en el oeste de Lisboa. Pero con la decapitación del movimiento anarquista y la derrota en la Guerra Civil española (donde Germinal De Sousa, un portugues hijo de quien fuera editor en jefe de A Batalha fue parte beligerante como secretar o de la Federación Anarquista Ibérica), el gran periódico anarcosindicalista tuvo que parar su publicación.
Según lo contaron, con divertida lástima, los sobrevivientes de estos tiempos vendrían a reencontrarse en las calles en los primeros días después del 25 de abril de 1974 y a mirarse unos a otros con cara de "¿pero todavía estamos vivos?". Uno de los primeros proyectos que abrazaron fue re-editar A Batalha bajo el impulso decisivo de Emídio Santana, uno de los hombres que intentó matar a Salazar para poner fin a la dictadura en Portugal, para dar un golpe en la retaguardia del régimen de Franco en España y ayudar a contener el fascismo en Europa. Y así A Batalha renació, teniendo varias periodicidades, y aún existe, siendo ahora trimestral.
No conocí a Emídio Santana. Pero a cierta altura de mi vida pasaba las tardes de sábado en la sede de A Batalha con gente que tenía más de medio siglo de vida más que yo. Nunca olvidaré a Lígia, cuyo apellido creo que nunca llegué a saber, ex alumna de la Escuela Taller nº 1, donde se aprendía tipografía, ciencias y esperanto. O José de Brito, entonces ya con noventa años, veteranos de revueltas anarquistas en Argentina y Uruguay.
El otro día recibí el último número de A Batalha. De manera tal vez típicamente anarquista, el periódico no anunciaba que estaba a punto de convertirse en centenario. Así que lo hago aquí en esta crónica, con la esperanza de que más gente va a estar interesado en su propuesta de socialismo libertario, y por el anarquismo, que una vez fue predominante en el movimiento obrero en Portugal.
[Publicado originalmente en portugués en https://www.publico.pt/2019/02/22/opiniao/opiniao/batalha-100-anos-1862944. Traducido al castellano por la Redacción de El Libertario.]
Una de las revistas anarquistas de entonces que hoy leemos con más placer (la colección completa de la edición portuguesa está en la Hemeroteca Digital) de hecho tenía un historial luso-brasileña. Se llamaba Terra Livre y su fundador fue conocido como Neno Vasco, nombre completo Gregorio Nacianceno de Vasconcelos, un hombre de Peñafiel, criada en Amarante y estudiante en Coimbra, que emigró a Brasil y luego regresó a Portugal, donde murió en la epidemia de gripe neumónica en 1920. Si el nombre es ahora desconocida, sabemos que se trata del autor de la primera traducción del himno de la Internacional al portugués, que se canta de la misma manera en ambos lados del Atlántico. pues Terra Livre fue un proyecto que ya existió en Brasil, estableciéndose en Portugal en 1913 con un equipo de peso: además de Neno Vasco, con Aurélio Quintanilha (padre del actual diputado Alexandre Quintanilha), Pinto Quartin y otros. Además de libertaria, la revista fue el primer defensor en Portugal de lo que ahora llamamos ambientalismo. Fue duramente reprimida por los republicanos de Afonso Costa. Los redactores de Terra Livre fueron encerrados varias veces en la prisión del Limoeiro, y la imprenta de la revista destruida. Sus últimos números traían textos en español, francés, inglés y alemán para divulgar la situación de la revista y apelar a la solidaridad obrera europea con ella.
Cuando A Batalha surgió vino preparada para tener pronto un éxito tal que dificultara la acción represiva contra el nuevo periódico. Y lo consiguió. A Batalha era - impensable hoy en día - un diario, y se convirtió en el tercero de mayor venta en Lisboa, justo después de El Siglo y el Daily News. Tenía una ventaja de peso: cuando había huelga de tipógrafos, era el único diario que circulaba. Para su éxito no sólo contaba con su contenido político, sino también con el talento literario de sus redactores, uno de ellos Ferreira de Castro, el autor de "La Selva", por algún tiempo que el escritor portugués más traducido.
En 1927, la dictadura que vendría a dar origen al Estado Novo prohibió la publicación de A Batalha y persiguió con ferocidad a sus periodistas. Mário Castelhano, uno de sus redactores principales, fue arrestado, desterrado, y tuvo el triste honor de "inaugurar" el campo de concentración de Tarrafal, en las islas africanas de Cabo Verde, donde murió en 1940.
Por entonces A Batalha siguió publicándose clandestinamente, llegando un momento en que se produce dentro de una cueva en el oeste de Lisboa. Pero con la decapitación del movimiento anarquista y la derrota en la Guerra Civil española (donde Germinal De Sousa, un portugues hijo de quien fuera editor en jefe de A Batalha fue parte beligerante como secretar o de la Federación Anarquista Ibérica), el gran periódico anarcosindicalista tuvo que parar su publicación.
Según lo contaron, con divertida lástima, los sobrevivientes de estos tiempos vendrían a reencontrarse en las calles en los primeros días después del 25 de abril de 1974 y a mirarse unos a otros con cara de "¿pero todavía estamos vivos?". Uno de los primeros proyectos que abrazaron fue re-editar A Batalha bajo el impulso decisivo de Emídio Santana, uno de los hombres que intentó matar a Salazar para poner fin a la dictadura en Portugal, para dar un golpe en la retaguardia del régimen de Franco en España y ayudar a contener el fascismo en Europa. Y así A Batalha renació, teniendo varias periodicidades, y aún existe, siendo ahora trimestral.
No conocí a Emídio Santana. Pero a cierta altura de mi vida pasaba las tardes de sábado en la sede de A Batalha con gente que tenía más de medio siglo de vida más que yo. Nunca olvidaré a Lígia, cuyo apellido creo que nunca llegué a saber, ex alumna de la Escuela Taller nº 1, donde se aprendía tipografía, ciencias y esperanto. O José de Brito, entonces ya con noventa años, veteranos de revueltas anarquistas en Argentina y Uruguay.
El otro día recibí el último número de A Batalha. De manera tal vez típicamente anarquista, el periódico no anunciaba que estaba a punto de convertirse en centenario. Así que lo hago aquí en esta crónica, con la esperanza de que más gente va a estar interesado en su propuesta de socialismo libertario, y por el anarquismo, que una vez fue predominante en el movimiento obrero en Portugal.
[Publicado originalmente en portugués en https://www.publico.pt/2019/02/22/opiniao/opiniao/batalha-100-anos-1862944. Traducido al castellano por la Redacción de El Libertario.]
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