Equipo Relaciones Internacionales CGT
Quienes
creen en el sistema electoral pensarán, sin duda, que el que la sigue la
consigue o que al final se hizo justicia. El recién elegido presidente AMLO ha
tenido que concurrir a 3 procesos electorales para conseguirlo. Y a cada
proceso ha ido dejando más trozos de su siempre discutible piel de izquierdista.
Para quienes consideramos que el sistema electoral y parlamentario solo es una
herramienta útil a los poderosos (nota, últimamente llegan también poderosas) lo
que nos parece es que ha sido en este momento que el Sistema ha encontrado
sentido, o necesidad, a que parezca que un gobierno con pintura de izquierdas gestione
el neoliberalismo. Y eso por muchas razones: para hacer ver que el cambio es
posible, para tomar las medidas de recorte y represión que, si lo hicieran
directamente desde la derecha, serían consideradas fascismo y así solo represión
o, peor/mejor aún, traición ideológica...
Quienes
esto escribimos no tenemos duda, el neoliberalismo utiliza palabras bonitas
para encubrir sus actuaciones reales. Dice eficiencia cuando vulnera derechos
humanos; dice desarrollo cuando produce despojo; dice inversión cuando explota
a los trabajadores; dice infraestructura cuando depreda el medio ambiente; dice
migrar cuando provoca el desplazamiento forzado de poblaciones. Y en México
dice ZEE (Zonas Económicas Especiales) cuando a todo lo anterior le suma
represión a todas las protestas, luchas y resistencias en defensa del
territorio y sus moradores.
Y no
podremos decir que nos engañó, pues AMLO lo dijo textualmente en su discurso
triunfal de proclamación: “En materia económica, se respetará la autonomía del
Banco de México; el nuevo gobierno mantendrá disciplina financiera y fiscal; se
reconocerán los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros”.
Y su mano derecha, Romo, añadió: “Tenemos que dar toda la certeza. Se necesita
mucha inversión. Tenemos que darle todos los elementos para que los empresarios
mexicanos se queden y los extranjeros vengan a México”. Tampoco engaña Carlos
Urzúa, próximo secretario de Hacienda, quien recién ha manifestado su intención
de recuperar las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, cuya continuidad está parcialmente
en peligro por la posición de
Trump.Estos nuevos gestores del capital seguirán con el aeropuerto de Texcoco,
el corredor Coatzacoalcos-Salina Cruz o las ultraextractivistas minas canadienses.
El 1 de
enero de 1994, día de la entrada en vigor del TLCAN, fue también el día del
alzamiento zapatista con ese punto como uno de sus frentes. Poco más tarde los activistas
sociales y también el anarcosindicalismo español representado por la CGT lanzó
campañas contra el PPP (Plan Puebla Panamá), el ALCA (Asociación de Libre
Comercio de las Américas) y demás megaproyectos y tratados supranacionales que
se creaban con el fin de desgarrar definitivamente las venas de América Latina y
dejar libre paso a sus excavadoras, autopistas, complejos de recreo, minas y
demás elementos de su cancerígeno crecimiento. Todo ello está ahora en las
agendas de los ministros de AMLO.
Es, sin
duda, el mismo modelo de desarrollo vigente a nivel mundial y que hace, entre
otras cosas, que hoy 85 personas tengan una fortuna sumada que iguala a lo que
disponen 3.500 millones de personas en todo el mundo. El mismo modelo que ha
hecho que las guerras no sean ya consecuencia de la lucha de poderes, sino parte
integrante del propio sistema, incluso motor de la vida cotidiana por lo que
representa su fabricación, venta, tráfico, reconstrucción de lo material
destruido y supresión o desplazamiento de seres humanos.
Algunos
somos muy descreídos pero desde las urnas ningún gobierno de izquierda ha
realizado un desarrollo con modelo alternativo al industrializador y este de ahora
de esta “izquierda” mexicana no será la excepción.
Y
volviendo a los zapatistas, no olvidemos que el futuro de educación estará en
manos de Esteban Moctezuma Barragán, quien formó parte de la contrainsurgencia
antizapatista con el gobierno de Zedillo.
En España
nos suena la lucha contra la corrupción a falso, digo. López Obrador dijo:
“Tenemos que acabar con la corrupción, porque muchos teóricos sociales, académicos,
intelectuales no tratan este tema. Los académicos más clásicos, más teóricos,
se quedaron con la idea de que la desigualdad se produce por la explotación que
se hace de los trabajadores, que el burgués explota al proletario, que se va
acumulando ganancias y que esas utilidades se las apropia el dueño de los
medios de producción y que por eso es la desigualdad y la pobreza. Pero en
México, no aplica esa teoría del todo; aquí las grandes fortunas se han
acumulado mediante la corrupción, al amparo del poder público”.
Nosotros
sabemos que es una falsedad que se pueda acabar con la corrupción sin atacar al
neoliberalismo y al capitalismo. Y en México saben que las banderas anticapitalistas
las portan las comunidades indígenas autónomas y que, recién, con su Concejo Indígena
de Gobierno son los únicos que han hablado de ello, que han discutido y que lo
llevan a la práctica en su quehacer de cada día.
Recogemos
de un análisis periodístico: “El PRI, el PAN y el PRD perdieron las elecciones,
pero su ideología neoliberal está intacta y ahora gobernará con las siglas de Morena;
ésa es una de las razones por las que no hicieron fraude electoral a Obrador.
El fraude será para quienes esperaban un cambio verdadero”.
Por todo
eso, acatando lo que los pueblos indígenas mexicanos decidieron en sus
reuniones, según sus usos y costumbres, habiendo permanecido respetuosos y
atentos al proceso representado por su vocera Marichuy, vemos que tras las
elecciones, pasado ese gran acto publicitario, hemos de renovar nuestros
esfuerzos para apoyar a quienes construyen autonomía, quienes se oponen a la explotación,
la represión y el despojo, quienes fomentan una sociedad antipatriarcal,
quienes creen en que la tierra no tiene propietarios y hay que cuidarla porque
de ella vivimos.
Estas
elecciones mexicanas, para quienes creemos en la representación directa, las
colectivizaciones, la economía realmente social, han sido sólo un paréntesis y
ahora volvemos a lo importante, el Buen Vivir de los pueblos, el gobierno
colectivo, el respeto a los usos y costumbres y a la palabra dada, la rebeldía
frente a la explotación y la Autonomía para construir. Hay muchos modelos para
escuchar y tratar de poner en práctica. Parafraseando a Gustav Landauer: “La
anarquía no es una cosa del futuro sino del presente, no está hecha de reivindicaciones
sino de vida”. O hablando zapatista “¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose.
Es el del nuestro resurgiendo”
[Artículo
publicado originalmente en el periódico Rojo y Negro # 325, Madrid, julio-agosto
2018. Número completo accesible en http://www.rojoynegro.info/sites/default/files/rojoynegro%20325%20julio.pdf.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.