Humberto Decarli
El próximo domingo primero de julio se define el destino electoral en México. Compiten dos candidaturas con posibilidades de éxito, la de Andrés Manuel López Obrador (también conocido como AMLO o el Peje) y Ricardo Anaya. El primero encabezando una coalición abigarrada, integrada por su partido Morena aunado al Partido del Trabajo y una formación de centro derecha, El último apoyado por el conservador P.A.N, y el antiguo movimiento de AMLO, el PRD. Son bloques populistas donde no hay proposiciones para incorporar al país de los aztecas al mundo institucional, de desarrollo sostenido y de respeto a los derechos humanos, que tanta falta le hace.
Es menester darle unas pinceladas al proceso independentista, al devenir del siglo diecinueve y a la Revolución Mexicana para entender los resultados de unas iniciativas cuya génesis todavía repercuten en la subjetividad social de los mexicanos. Prescindir de esas referencias sería dejar un vacío en el análisis.
El próximo domingo primero de julio se define el destino electoral en México. Compiten dos candidaturas con posibilidades de éxito, la de Andrés Manuel López Obrador (también conocido como AMLO o el Peje) y Ricardo Anaya. El primero encabezando una coalición abigarrada, integrada por su partido Morena aunado al Partido del Trabajo y una formación de centro derecha, El último apoyado por el conservador P.A.N, y el antiguo movimiento de AMLO, el PRD. Son bloques populistas donde no hay proposiciones para incorporar al país de los aztecas al mundo institucional, de desarrollo sostenido y de respeto a los derechos humanos, que tanta falta le hace.
Es menester darle unas pinceladas al proceso independentista, al devenir del siglo diecinueve y a la Revolución Mexicana para entender los resultados de unas iniciativas cuya génesis todavía repercuten en la subjetividad social de los mexicanos. Prescindir de esas referencias sería dejar un vacío en el análisis.
México independiente
El esfuerzo de separación del imperio español fue adelantado por los sacerdotes: Los curas Morelos e Hidalgo fueron los precursores y murieron abatidos por el imperio español en el contexto de una lucha heroica. Ulteriormente hubo la organización del ejército trigarante que dio frutos para que el Virreinato de Nueva España rompiera con los hispanos. Fueron tres ejércitos comandados por Vicente Guerrero, Antonio López de Santa Anna y una organización bélica al servicio de los ibéricos cuya cabeza fue Agustín de Iturbide. El trío de organizaciones armadas se unió para decretar la secesión del imperio español.
De los tres oficiales, Iturbide se declaró emperador en un tiempo corto; Guerrero quedó fuera del ámbito político y López de Santa Anna fue el caudillo que copó la escena del poder mexicano durante parte del siglo diecinueve. Es importante destacar que la independencia continuó con la segregación de los aborígenes como lo había efectuado durante la etapa colonial. Incluso fueron aplastados, con amplia resistencia, las tribus del norte como los apaches y los comanches, en una actitud excluyente y racista.
El siglo diecinueve fue aciago
Hubo acontecimientos estelares como la reclamación financiera francesa culminada con la ocupación gala del territorio azteca posteriormente retirada por haber satisfecho sus acreencias pero un alto militar, Maximiliano de Habsburgo, se declaró emperador apoyado por algunos generales mexicanos. Todo terminó con su derrota y fusilamiento, al igual que a los cuadros militares nativos.
También aconteció la provocación americana con la autonomía de Texas, llena de colonos del norte. Se declaró independiente pero después de las batallas de San Jacinto y El Álamo, Sam Houston formalizó la separación del vecino del sur. Ulteriormente se incorporó como un Estado de la unión.
Siguió una invasión yanqui que le costó a México más de la mitad de su espacio físico, los estados de California, Nuevo México, Arizona, parte de Nevada, Colorado, Oklahoma, Wyoming yKansas incluyendo la toma de ciudad de México por tropas americanas culminado en el Tratadode Guadalupe-Hidalgo, con las pérdidas territoriales mencionadas allí reconocidas. El expansionismo norteño se había completado.
La defenestración de Porfirio Díaz
La larga dictadura de Porfirio Díaz culminó con su derrocamiento dado el desgaste de tan cruel gobierno. Se exilió en Francia y un empresario moderado, Francisco Madero, asumió la primera magistratura por haber ganado los comicios. Concomitante se dio la llamada Revolución Mexicana con el ejército campesino de Emiliano Zapata al sur; Pancho Villa al norte y los ácratas dirigidos por el periodista y luchador social Ricardo Flores Magón además de Librado Rivera y un intelectual prestado a la lucha armada, Práxides Guerrero, quien murió en combate en el norte. Los libertarios del prístino Partido Liberal Mexicano formaron la comuna de Tijuana, en alianza con los obreros americanos nucleados en los Trabajadores Industriales del Mundo, los wobblies. Sin embargo, Madero en combinación con Washington, atacó desde el límite norte de la frontera al permitirse al ejército mexicano entrar a territorio estadounidense y por el sur desde territorio mexicano, alcanzando derrotar ese experimento social.
Zapata presentó el interesante Plan de Ayala proponiendo una reforma agraria y a la postre fue asesinado por un miembro de las fuerzas armadas infiltrado. Doroteo Arango, “Pancho Villa”, fue muerto después de su retiro de la política. Madero y su vicepresidente, fueron asesinados en una carretera y Ricardo Flores Magón, en una cárcel de San Luis, Missouri, y sus hermanos también fueron perseguidos.
La posibilidad de una transformación social fue truncada por los militares. Si bien es cierto que el porfiriato fue superado, las fuerzas armadas permanecieron incólumes y de allí todos esos atentados contra los políticos no vinculados a los sectores castrenses. Solo quedó de la caída de Díaz la conciencia de la no reelección, precisamente para evitar la eternización de los mandatarios y hasta ahora se ha cumplido ese principio.
Instalación de la dictadura priista
El proceso devino en gobiernos militares sucediéndose como presidentes los generales Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calle, Adolfo Huerta y Victoriano Huerta. Se institucionalizó la dictadura perfecta, Vargas Llosa dixit, con el Partido Nacional Revolucionario llamado tiempo después P.R.I. Fueron años de represión, corrupción, malas decisiones y sobre todo, ese temor ante el vecino de Norteamérica.
Así las cosas, la larga noche del PRI tuvo su némesis con el sempiterno partido menor y alterno, el PAN, liderizado por Vicente Fox un empresario recordado por su ignorancia, como señalar que “José Luis” Borges fueuno de los premios Nóbel de literatura de América Latina, o las frases infelices y misóginas como sostener que durante su mandato se redujeron las lavadoras de tres patas, en clara alusión a las mujeres.
Nuestra región está plagada de cuadros políticos organizados presentados como alternativas pero simplemente cubren el espectro necesitado por el poder para conservarse y reproducirse. En el caso mexicano en principio fue un modelo unipartidista con el PRI mas hubo necesidad de remozarse y apostaron al conservador PAN como dispositivo de mantenimiento del estatus. Adempás, la escisión del PRI, el PRD, nada distinto ha demostrado. Para colmo, en 1981 el ministro de finanzas Silva Herzog reunió a los acreedores para anunciarles la cesación de pagos por los exangües activos públicos y tuvo que avenirse con los organismos multilaterales para seguir la operación pública así como pagar la descomunal deuda externa.
Finalizado el mandato de Fox el PRI recuperó el gobierno con la dudosa eleccióndel presidente Felipe Calderón, quien tuvo la desacertada política de militarización del combate al narcotráfico con pésimos resultados traducidos en más de cien mil muertos en violación reiterada de los derechos humanos pero el tráfico siguió intacto.
Cuando el mundo del dominio internacional celebraba la asunción de un tecnócrata, Carlos Salinas de Gortari, un hecho ocurrido al inicio del año 1994 le aulló al mundo que México estaba postrado socialmente. Fueron los zapatistas quienes al comienzo pretendieron elaborar nuevas formas de administración comunal, insurgiendo con las armas y en un juego político magistral supieron alternar el fusil con las iniciativas pacíficas.
La oscuridad priista estuvo signada por un control absoluto del poder concentrado, una ingente corrupción estructuralizada, una sociedad desigual, una emigración enorme hacia el norte y la represión como parte de la cotidianidad. Era la nación estereotipo de la “mordida”, la pobreza era un referente de identificación y las masacres han sido su marca de fábrica. Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas, en la cual murieron más de cuatrocientos estudiantes, el “halconazo” en la UNAM, la de Aguas Blancas, la de Acteal, la de Atenco y Ayotzinapa, fueron las más connotadas y hay un estigma caracterizador para todas: la impunidad para los cuerpos militares y policiales.
Ni que agregar con el establecimiento del narcotráfico en las zonas fronterizas con Estados Unidos, donde reside el gran consumo de estupefacientes y el rentable negocio del lavado proveniente de ese comercio. Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Nogales y Monterrey son urbes significantes de este grave flagelo.
Igualmente, en materia electoral no existe excepción ante estos valores de las cúpulas. Los fraudes han sido palmarios como por ejemplo el realizado a Cuauhtémoc Cárdenas, a quien se le impidió ganar en el año 1988y a López Obrador en el año 2006.
Surgimiento de El Peje
AMLO es un dirigente surgido de las filas del PRI y cuando hubo la división generadora del PRD, con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo a la cabeza, se fue con la disidencia. Allí hizo carrera y ante las dos fallidas candidaturas del hijo del general Lázaro Cárdenas, irrumpió como Jefe de Gobierno del Distrito Federal y desde ese cargo siguió como candidato presidencial. Le impidieron el triunfo en la elección de 2006 mediante un espantoso fraude urdido por el gobierno y las organizaciones PAN y PRI. Concurrió nuevamente para competir por la máxima magistratura en el año 2012 y perdió con un mayor margen ante Enrique Peña Nieto pero de todas maneras cantó su protesta por el ventajismo existente.
Finalmente, renunció al PRD y formó MORENA y en una coalición denominada Juntos Haremos Historia, en asociación con el Partido del Trabajo y el derechista Encuentro Social, conforma la plataforma electoral actual. Ha sido un obsesionado con la presidencia del país, como Salvador Allende en Chile y Rafael Caldera en Venezuela, y ahora, en su tercera ocasión, tiene reales posibilidades de ganar reproduciendo la experiencia de los dos líderes antes mencionados en ese esfuerzo, quienes lo lograron tras varias oportunidades negativas.
Significación de su triunfo en la región
A escasos días del acto comicial, la ventaja de López Obrador parece inalcanzable, estimada en más de un veinte por ciento sobre su más cercano seguir, el panista Ricardo Anaya. La victoria de López Obrador ha suscitado muchas interpretaciones, preocupaciones y angustia porque lo ubican en el populismo de izquierda con aproximaciones ciertas hacia el totalitarismo. Los más escépticos lo señalan de querer llevar a México a las experiencias tétricas de Venezuela, Nicaragua o Cuba y quizá no les falte razón pero las circunstancias determinan lo poco probable de reeditar en el país de Carlos Fuentes esos fracasos.
Existen muchos motivos para pensar algo como lo antes expuesto. Primero, AMLO es un populista sin hesitación alguna. Proviene de ese aparato demagógico, el PRI, siguió con algo similar, el PRD, y ahora tiene una réplica, MORENA. Sus tesis se afincan en la intervención exacerbada del Estado en los asuntos nacionales. Segundo, a pesar de su cercanía con sectores de la izquierda estalinista no tiene una plena identificación con ellos. Tercero, el ejército mexicano viene de una larga formación que data del siglo diecinueve. Es una organización bien consolidada con el modelo establecido por el PRI y la corrupción ancestral de la nación. Existe algún grado de institucionalidad, muy precaria, pero la hay.
López Obrador no es Chávez
Si hiciéramos alguna comparación con Venezuela veríamos las diferencias entre ambos Estados. El ejército venezolano es creado por Juan Vicente Gómez para lo cual contrató al chileno de mentalidad prusiana Samuel Mc Gill. Lo fundó con criterios profundamente autoritarios y rígidos y así se mantuvo durante todo el siglo veinte y el actual. El aparato armado mexicano, como ya lo aseveramos, viene de una gran tradición severa desde el siglo diecinueve. Venezuela puede catalogarse como cuasipretoriana si atenemos la taxonomía del coronel José Machillanda. México también lo es pero en menor grado.
El puntofijismo fue incapaz de apuntalar un proceso de institucionalidad democrática, razón por la cual Hugo Chávez cometió toda clase de desafueros y todo se sostuvo inalterado. Un poder judicial, una fiscalía del ministerio público, una contraloría y una defensoría del pueblo al servicio del gobernante de turno y con una filosofía de hegemonía del poder no podían resultar de otra manera. El pacto de Nueva York funcionó bien en Venezuela en materia de corrupción pero no en convertir a los administradores de la violencia del Estado en una organización profesional sino en una guardia pretoriana. En México se ha respetado el principio de no reelección y difícilmente AMLO pueda cambiarlo al igual que su relación con los uniformados porque no se puede preterir que es un civil y el ejército siempre estuvo coaligado con el PRI impidiendo un desbordamiento de sus competencias.
Finalmente, El Peje no es Hugo Chávez. El primero proviene de las filas del PRI, esun civil, es autor de varios libros sobre políticas públicas y su ideología es el clientelismo. El caudillo se Sabanetano tuvo trayectoria política, fue un militar conocido por su efímera aparición mediática ante un país desesperado por el fracaso de la llamada cuarta república, su ideología era una mezclade populismo peronista, neofascismo y castrismo. Coinciden en el populismo pero uno tiene un componente militarista que no posee el otro.
Colofón
Definitivamente AMLO continuará la tradición política inaugurada por la frustración de la Revolución Mexicanae implementará las decisiones propias de un devenir como el del PRI y el PAN. Se ha denunciado la existencia de un pacto con Peña Nieto para garantizarle la impunidad y seguramente se ha reunido con representantes de Donald Trump para darle seguimiento a las perturbadas relaciones entre los complicados vecinos.
En conclusión, esta nación tendrá una administración de naturaleza populista con contenido de la izquierda tradicional pero tiene un corsé significado por el entramado de descomposición del modelo de poder y el grave peligro del narcotráfico instalado en sus entrañas. Ciertamente configura una continuidad de la trayectoria instaurada por los milicos destructores del acontecimiento que pudo cambiar de rumbo, la insurrección popular surgida a la caída de Porfirio Díaz. Como lo describimos y narramos antes, hasta el presente ha sido muy aciaga la historia del país del tequila, las tortillas y los charros...
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