Luisa Salomón (Contrapunto)
De recibir inmigrantes a buscar, por montones, oportunidades en el extranjero. Los venezolanos enfrentan actualmente un proceso migratorio atípico para nuestra historia, que ha llenado de campamentos humanitarios nuestras fronteras, ha convertido al Cruz Diez de Maiquetía en un símbolo de la diáspora y separa cada vez más familias.
El Viernes Negro, en 1983, fue el primer hito que llevó a algunos a ver hacia el extranjero para buscar un futuro. Fue esa coyuntura la que abrió la puerta -que cada vez se hace más grande- a la emigración. Y aunque pareciera que todo venezolano tiene al menos un conocido o un familiar en el extranjero -con relaciones que llegan a lugares tan lejanos como Australia o China-, no hay una cifra definitiva que estime realmente cuántos connacionales han dejado atrás el suelo venezolano para buscar un futuro en el extranjero.
De recibir inmigrantes a buscar, por montones, oportunidades en el extranjero. Los venezolanos enfrentan actualmente un proceso migratorio atípico para nuestra historia, que ha llenado de campamentos humanitarios nuestras fronteras, ha convertido al Cruz Diez de Maiquetía en un símbolo de la diáspora y separa cada vez más familias.
El Viernes Negro, en 1983, fue el primer hito que llevó a algunos a ver hacia el extranjero para buscar un futuro. Fue esa coyuntura la que abrió la puerta -que cada vez se hace más grande- a la emigración. Y aunque pareciera que todo venezolano tiene al menos un conocido o un familiar en el extranjero -con relaciones que llegan a lugares tan lejanos como Australia o China-, no hay una cifra definitiva que estime realmente cuántos connacionales han dejado atrás el suelo venezolano para buscar un futuro en el extranjero.
"La migración en todos los países del planeta es difícil de medir. No hay un único método, no hay una única forma, cada país la mide cada cierto tiempo, cada organismo multilateral lo hace de manera distinta", explicó la profesora de la Universidad Simón Bolívar en Caracas y experta en migraciones, Claudia Vargas, en el foro "¿Salir de esto o salir de aquí?", una iniciativa de esa casa de estudios para analizar la situación actual en materia migratoria.
Durante su presentación, Vargas señaló que en efecto las cifras de organismos internacionales y de países que han recibido venezolanos presenta disparidades. Por ejemplo, las cifras del Banco Mundial y la OIM, que presentó en su intervención, señalan estos movimientos: En 2010, el Banco Mundial registraba 521.620 venezolanos emigrantes, para 2017 la cifra había ascendido a 655.400. La Organización Internacional de Migraciones (OIM) estimaba en 2017 unos 606.281 venezolanos emigrantes y este 2018 la cifra ya ascendía a 1.622.109 venezolanos. En lo que sí coinciden: la cifra es cada vez más alta. Sin embargo, la profesora Vargas señala que en esas mediciones "hay una subestimación de la cifra" y, de hecho, su investigación arroja números más altos de venezolanos emigrantes, "porque allí no se están considerando los ciudadanos que están ilegales, no se están considerando los ciudadanos que tienen doble nacionalidad".
Como Venezuela fue un país receptor de emigrantes, con importantes colonias europeas (España, Italia y Portugal, las principales) así como de comunidades latinoamericanas (Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia), gran parte de la población tiene familia, ascendencia y doble nacionalidad con esos países. "Entran como argentinos, chilenos o españoles, pero ustedes son venezolanos", comentó. En este sentido, y para explicar sus estimaciones, Vargas señaló que la emigración venezolana ha ido cambiando a medida que la crisis se agudiza. De hecho, explicó que las coyunturas políticas suelen ser fundamentales en la decisión de emigrar.
La primera ola: entre el año 2000 y 2014
La elección del ahora fallecido expresidente Hugo Chávez dio inicio para la primera oleada de emigrantes venezolanos en este período. Quienes emigraron en estos años se caracterizaban por ser profesionales, de clase media o alta, que buscaban países desarrollados como destino. Estados Unidos, Alemania y España eran algunos de los destinos principales. Esta ola se caracterizó por una pérdida de capital intelectual para el desarrollo. Las principales áreas incluían profesionales de ingeniería, médicos (se estima que al menos 22 mil han dejado el país), también profesores universitarios. Se estima que al menos 1.500.000 venezolanos fueron parte de ella.
La segunda ola, hasta ahora la más fuerte: entre 2014-2017
La llegada del presidente Nicolás Maduro al poder y la profundización de la crisis, sumado a la coyuntura de las protestas, llevó al incremento de los emigrantes venezolanos. Son los años en lo que más gente se ha ido. "La emigración se convierte en una necesidad: no me quiero ir, me tengo que ir", explicó la profesora Vargas. Todo cambia en este período: ya no es clase media o alta, son venezolanos de todos los estratos, ya no solo los profesionales buscan futuro en otras tierras, ya no son los países desarrollados los destinos. "Ya no es la puerta que no denomino tragafamilias en Maiquetía, sino que tenemos ahora los autobuses que van a otros países", comentó Vargas.
Ecuador, Argentina, Chile, Bolivia y Perú se convirtieron en destinos principales. Además de los fronterizos Colombia y Brasil, cuyas zonas limítrofes con Venezuela están en crisis por la gran cantidad de personas que las cruzan para emigrar. Esto llevó a una pérdida de la fuerza de trabajo. Por eso hay desempleo y no hay quién llene las plazas vacías en muchos lugares, porque se han ido quienes producían intelectualmente y también quienes trabajan. Esta oleada se estima en 2.500.000 venezolanos emigrantes.
En total, la estimación señala que hay al menos 4 millones de venezolanos fuera del territorio nacional. Y es una cifra que crece, porque en lo que va de 2018 los venezolanos no han dejado de emigrar.
La profesora Vargas agregó que otro indicador que ha ido creciendo es la intención de emigrar. En 2010 realizó una encuesta en la Universidad Central de Venezuela en la que el 64% de los estudiantes le dijo que querían irse del país; en 2013 realizó la encuesta nuevamente en la UCV, sumó a la Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Metropolitana, y el resultado fue que el 72% de los estudiantes tenían intención de irse. Inseguridad, falta de oportunidades laborales y poco poder adquisitivo son las principales causas. En 2017, hizo el mismo estudio en esas tres universidades y agregó a la USB. El resultado: 88% de los estudiantes consultados se quieren ir de Venezuela.
"Estamos en gran riesgo de perder capital humano, capital intelectual importante, formado en nuestras universidades con inversión del Estado. Y hay bastante frustración y una percepción bien negativa del contexto por parte de estos estudiantes", concluyó de esta encuesta la profesora.
¿Qué nos muestra esta emigración?
Vargas identificó varias características que ha dejado el movimiento migratorio de venezolanos actual:
- Pérdida del capital intelectual: nos resta competitividad para desarrollarnos como país.
- No hay políticas públicas para atender el tema migratorio a nivel nacional. Como ejemplo, señaló que ni el Instituto Nacional de Estadísticas ni el Saime dan información ni cifras oficiales sobre la salida de venezolanos. De hecho, en el sitio web del INE las estadísticas más recientes son de 2014.
- Pérdida en el país destino para los venezolanos, porque no todas las personas que salen se insertan en el área en la que fueron formados, lo que demuestra un reconocimiento de la incompetencia del Estado para ofrecer oportunidades y evitar la emigración.
- Los venezolanos ven la emigración como una alternativa ante la crisis, lo que obedece a una crisis de gobernabilidad que se ha profundizado en el último trimestre. "O en el último mes, la última semana, el último día, las últimas horas", señaló Vargas.
- Proceso desordenado de salida del país: como el objetivo es salir de Venezuela como sea, muchos se van sin pasaporte, por tierra, sin previsiones y por ello caen en situaciones muy vulnerables, que incluyen xenofobia, ilegalidad, explotación laboral, prostitución e incluso prostitución infantil.
[Tomado de http://contrapunto.com/noticia/investigacion-en-la-usb-estima-que-han-emigrado-4-millones-de-venezolanos-194953.]
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