Lamentos de un chavista cándido(*) que pide a Maduro y al Fiscal que arreglen su desastre

José Sant Roz (*¿Será candido o será pende...nciero?

[Nota previa de El Libertario: No quisimos privar a quienes vienen a este blog del espectáculo de desquiciamiento que manifiesta un "rojo-rojito" ante la realidad terrible que hoy se vive gracias a su "revolución" de pacotilla y cómo, al no querer renunciar a su credo cuasireligioso en los dogmas falaces que han hecho posible esta catástrofe, se hunde en un abismo aún más demencial. En fin, todo un caso para el diván de un psiquiatra, pero... ¡que no sea Jorge Rodríguez!]

Señor presidente Maduro, ¿sabe usted acaso, que hay cientos de miles de personas que no podrán cobrar el Bono Navideño porque les es imposible abrir una cuentica en algún banco?

No hablemos de los bancos privados montados en el más espantoso sabotaje con el efectivo y que les tienen asco a los pobres. En los bancos privados (y en muchas públicas) les tienden alfombra roja sólo a los comerciantes (todos unas cuerdas de ladrones), a los multi-millonarios que de paso nunca hacen cola para un carajo.

(¿Ha visto usted alguna vez a un rico hacer cola, que no maneje millones en efectivo, que sus alacenas no estén full de todos los productos que contienen los CLAPs,…?)

¡Pero que ahora odien y ultrajen, humillen y traten a las patadas a los pobres en los Bancos públicos en un país socialista!

¡Oh Chávez, cómo me imagino ahora a tus ojos lacrimosos ante este cuadro de horror!

Lo cual entonces que con lo del Bono Navideño esto resulta una mofa y un escarnio para tanta pobre gente necesitada. Gente que está desde la dos de la madrugada a las puertas de estos bancos o gente que amanece, sin comer, para que a las 8 de la mañana aparezca un HDP gerente que les grite y les diga que se vayan para el carajo, porque sólo atenderán a 30 personas. Y todo el mundo aunque grite y zapatee tiene que irse con el rabo entre las piernas maldiciendo su triste destino.

Y entre muchísimos casos mencionaremos el caso de un HDP gerente que atiende en la sede del Centro Comercial Las Tapias en la ciudad de Mérida. Un HDP gerente que debe ser idéntico a los Eulogio Del Pino o al Nelson Martínez y que usted presidente Maduro, no se entera. No podría enterarse, que el mundo es ancho y ajeno. Pero sus funcionarios sí deberían hacerlo. Pero es que la banca pública requiere de una remezón mil veces más estremecedora que lo que se está haciendo en PDVSA. ¡Le imploramos al fiscal Tareck William Saab, que le meta el ojo a la banca pública y privada!

Y entonces, todos los parias que ya ha deambulado por todos los otros bancos del centro, por todos los Bancos Bicentenario que también son otra MIERDA, y que llevan varias semanas en este calvario, y que tienen hambre y necesidades, tienen que irse para sus casa sin una locha.

Septuagenarios y octogenarios arrastrando los pies, apoyándose en bastones, que ayer y antier estuvieron en el Banco Bicentenario de la Avenida Urdaneta y los mandaron también para la MIERDA, y que ahora van a Las Tapias y los mandan al demonio, y que ahora no saben qué coño hacer con el fulano Bono Navideño que se les ha vuelto una ilusión que les quema la sangre. Gente enferma con tapabocas y que salen de sus lechos por las álgidas necesidades; gente con males terribles, en sillas de ruedas que acabarán siendo echados como perros por gerentes que han sabido asimilar muy bien las puterías del capitalismo. Gerentes que ponen a sus perros guardianes para que jodan al que proteste. Gerentes perfumaditos y bien enfluxados con sus caras de ogros escuálidos que nadie sabe cómo coño llegaron a esos cargos.

Pobre gente que haciendo milagros se trasladan de Ejido o de Lagunillas, de los Pueblos del Sur, de Tovar o El Anís, de Tabay o de Mucurubá, con su Carnet de la Patria creyendo que por eso los van a respetar y aparece un puñetero gerente de Banco (bien gordo y descansadito) que los manda a hacer gárgaras.

Gente humilde (qué arrechera, nojoda!) a sabiendas de que cuando les aprueban el bono por algún milagro, entonces no conseguirán efectivo. Pero al menos que pudieran abrir una cuenta para pagar con transferencias. Pero no pueden.

Entendemos que la cosa está bien jodida, pero entonces no deberían estar en esos bancos esos gerentes canallas. Deberían poner allí a verdaderos revolucionarios, gente sensible y humana, no a bestias con befas y portes mercantilistas.

¡Qué diría Chávez, viendo estos crímenes insufribles!

¡Qué diría Bolívar!

¡Qué diría Martí!

¡Me escuece el alma todo este crimen a pocos días de otra contienda electoral que se percibe, que todo es adrede!

[Tomado de https://www.aporrea.org/contraloria/a256191.html.]