Humberto Decarli
Se cumple una semana de los comicios presidenciales y parlamentarios en Chile. El país austral acudió a elecciones presidenciales para escoger entre ocho candidatos. El favorito Piñera alcanzó superar el treinta por ciento pero no logró el favoritismo otorgado por las encuestas estimado en un cuarenta y cuatro. El método del balotaje se cumple y debe acudirse a la segunda vuelta para enfrentar al abanderado de la coalición gobernante, el hombre de televisión Alejandro Guiller.
Se cumple una semana de los comicios presidenciales y parlamentarios en Chile. El país austral acudió a elecciones presidenciales para escoger entre ocho candidatos. El favorito Piñera alcanzó superar el treinta por ciento pero no logró el favoritismo otorgado por las encuestas estimado en un cuarenta y cuatro. El método del balotaje se cumple y debe acudirse a la segunda vuelta para enfrentar al abanderado de la coalición gobernante, el hombre de televisión Alejandro Guiller.
El cuadro político organizado se ha fragmentado y la polarización entre la Nueva Mayoría (antiguos partidos de la Unidad Popular más la Democracia Cristiana) y la derecha (UDI y Renovación Nacional) parece llegar a su fin. Sin embargo, hay antecedentes frustrados en la emergencia de una tercera opción como la encabezada por Enríquez Ominamien dos eventos del pasado.
Las organizaciones históricas
El radicalismo, la democracia cristiana, el partido socialista, el comunista y el conservador fueron los movimientos organizados de tradición. Representaban a la socialdemocracia, el socialcristianismo, la izquierda, el estalinismo y la derecha, respectivamente. Constituyeron las fuerzas presentes debatiendo tesis ideológica durante la guerra fría.
La insurrección de Marmaduke Grove fue la chispa que prendió el nacimiento del Partido Socialista Chileno y el dirigente obrero Luis Emilio Recabarren se dio a la tarea de fundar al comunista. El radicalismo era la expresión política de una pujante clase media y los conservadores eran los activistas del statu quo.
La amplitud dio como fruto al gobierno de González Videla con participación del Partido Comunista en el gobierno pero la presión americana no se hizo esperar y fueron ilegalizados y expulsados de la experiencia inédita de tal presidente. En cable actualmente hay una película sobre las peripecias de Pablo Neruda para escapar hacia Argentina de la represión gubernamental.
Luego de varias gestiones tradicionales en 1971 triunfa Salvador Allende a la cabeza de la coalición abigarrada Unidad Popular, integrada por una amplia gama de sectores del centro y de la izquierda. Lo integraban el Partido socialista, el comunista, el radical y las dos escisiones de la democracia cristiana, el Mapu y la Izquierda Cristiana.Se mantenía al margen el M.I.R. Como ya es conocido la iniciativa allendista fue derrocada en septiembre de 1973 enmarcada en las condiciones de la pugna este-oeste.
La experiencia de la Unidad Popular fue liquidada y ante la poca resistencia se instauró una dictadura férrea encabezada por Luis Augusto Pinochet. Al inicio fue muy dura desde el ángulo económico pero con la instalación de los Chicago Boys se logró un equilibrio derivado de una tentativa de diversificar la economía. Digo pretensión porque a pesar de haberse expandido el mercando de alimentos y el vinícola, siempre han dependido de las exportaciones del cobre.
Obviamente que fue una gestión bien reformista pero dado el contexto de la guerra fría en América Latina, Estados Unidos no permitía la ocurrencia de gobiernos distintos como ya había ocurrido con los antecedentes de Guatemala encabezada por Jacobo Arbens. De haber ocurrido en la actualidad seguramente nada hubieses pasado porque la izquierda en la región ha demostrado no ser muy diferente a su par en la forma de gerenciary administrar el poder.
La diáspora y el derrumbamiento de la Unidad Popular
Muchos chilenos, incluyendo profesionales y profesores universitarios, salieron del país por la persecución implacable de los organismos policiales y militares amén de la grave crisis económica no resuelta. Sus partidos, al igual que la democracia cristiana inicialmente respaldando al golpe, fueron ilegalizados. El plan Cóndor, coordinadopor todos los militarismos del cono sur, materializó asesinatos en la zona. El general Carlos Pratt, uno de los últimos ministros de defensa de Allende, fue ejecutado en Argentina, Orlando Letelier en Estados Unidos, Eduardo Frei Montalva fue envenenado y Bernardo Leighton fue también asesinado, al igual que Miguel Enríquez y Bautista Van Schouwen del MIR.
El secretario del Partido Comunista. Luis Corbalán, fue canjeado por el disidente soviético Vladimir Bukovski, el socialismo se fraccionó en tres grupos, el más radical liderizado por César Altamirano, el más aproximado al comunismo por Clodomiro Almeyda y el rayano a la socialdemocracia por Aniceto Rodríguez. Los dos grupos del MAPU y la Izquierda Cristiana fueron devastados y el MIR también.
Sin embargo, el devenir permitió una recomposición del cuadro político organizado y se formaron grupos con actividad armada, los cuales se frustraron con el fallido atentado a Pinochet, y otros por senderos legales asociados a los grupos de centro izquierda.
Fin de la dictadura
El régimen pinochestista se fue desgastando y llegó a su fin en forma negociada. El general presidente aceptó acudir a un referéndum para continuar pero lo condicionó a la designación de un número de senadores a dedo, ser comandante en jefe de las fuerzas armadas (lo fue por más de veinticinco años) y la garantía de impunidad por los latrocinios, torturados, desaparecidos y asesinatos cometidos por los militares durante su larga gestión. Fue una salida negociada que dejó intacta la estructura institucional de la dictadura.
Perdió el referéndum y se instaló un esquema democrático representativo en el cual se coaligaron bajo el nombre de Concertación por la Democracia, la democracia cristiana, el radicalismo y el partido socialista, incluyendo una fachada de éste separada a posteriori, el Partido Por la Democracia. La derecha, integrada por Renovación y la U.D.I. no pudo alcanzar la victoria.
Regreso a la democracia representativa
Con la victoria de Patricio Aylwin la concertación asume el gobierno, siguiéndolo Eduardo Frei Ruiz, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet hasta el triunfo de la derecha con el empresario Manuel Piñera. Fue reelegida Bachelet hasta llegar al presente punto de inflexión con el balotaje entre el expresidente y el hombre de la televisión:
Bachelet es electa por una simbiosis entre la Unidad Popular y la Democracia Cristiana denominada Nueva Mayoría que reemplaza a la Concertación, la cual excluía a la izquierda.
La actual votación en la primera vuelta arroja algunas conclusiones. En primer término, Piñera obtiene los mayores sufragios pero no los esperados. Segundo, llegó luego el personero de la coalición gobernante; tercero, la democracia cristiana sufre una caída al no concurrir con la candidatura de la liga de gobierno: cuarto, Beatriz Sánchez, a la cabeza del Frente Amplio reúne a los dirigentes estudiantiles de la rebelión de años pasados y alcanza una apuesta respetable; quinto, Enríquez Ominami desciende y quizá concluya su experiencia candidatural; sexto, otro hombre de negocios, José AntonioKast es votado sorpresivamente; séptimo, la izquierda tradicional y la ultraizquierda sufren una decepción por el escaso arrastre popular.
A los mejor es prematuro aventurar un juicio sobre la ruptura del bipartidismo porque, como antes se aseveró, la opción de Enríquez Ominami en el pasado reciente podía haber significado un quiebre del estrangulamiento político chileno y además, habría que deconstruir las dos formaciones y las otras posibles debido a un contenido relativamente equivalente.
Significado de la votación de Piñeira
Se ha interpretado el favoritismo por el hombre de empresas como una reminiscencia de su anterior gobierno caracterizado por la expansión de la economía.Empero fueron tiempos donde el cobre, el principal generador de divisas, subía de precios. Es una oscilación propia de las economías primarias donde la materia prima tiene altibajos.
Es una evocación del caso venezolano con C.A. Pérez, a quien la gente apoyó en su segunda candidatura recordando la elevación del crudo por el embargo petrolero árabe de 1973 pero la nueva realidad, en 1988, fue distinta y el caudillo adeco tuvo que apelar a los organismos multilaterales porque los hidrocarburos estaban a la baja y la ilusión se esfumó cuando a los pocos días de la asunción se produjo el estallido popular conocido como el caracazo con más de tres mil asesinados.
Cualquiera que resulte ganador en la segunda vuelta se verá favorecido en la opinión pública porque se augura un ligero izamiento del valor del cobre creándose una idea ficticia de crecimiento y progreso.
Las perspectivas ulteriores a la segunda vuelta
No puede pensarse en cambios sustanciales dentro de la política chilena porque sus distintas formaciones tienen praxis y programas similares. La liga gubernamental no ofrece nada diferente porque no maneja ideas de transformación. Igual es la derecha de Piñera significantes del viejo pinochetismo en este siglo. Las demás propuestas tampoco plantean senderos disímiles a los existentes, sean de esa izquierda parlamentarista, la ultraizquierda y la otra derecha emergente.
El problema de Chile es que a pesar de los esfuerzos en el pasado de abrir el abanico de probabilidades económicas sigue siendo una nación extractivista rentista como lo demuestra el cobre como la principal fuente de divisas. Asimismo, hay una educación todavía elitesca como herencia de la dictadura que desató una insurrección estudiantil que la Concertación no fue capaz de responder. Queda pendiente la inmensa tarea de crear un país con perspectivas de progreso ante la ausencia de movimientos motivados por decisiones de metamorfosis.
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