Humberto Decarli
En el mes de noviembre se cumplen cien años de la revolución bolchevique. El famoso viaje ferroviario de Lenin a través de Alemania a Rusia vía Suecia fue el aleteo de la mariposa causante del huracán significado en la toma del poder por el partido comunista por la vía insurreccional.
Es pertinente analizar ahora en el centenario de tan estelar suceso, todas las valoraciones inferidas de su acontecimiento porque hipotéticamente era un hito capaz de dividir en dos la historia de la humanidad. La ascensión al dominio por parte de una clase social aplicando los esquemas marxistas de manera exitosa porque la derrota de la Comuna de París en 1871 había frustrado las ansias revolucionarias.
Es bueno aclarar que se produjo en el mes de noviembre de 1917 porque estaba en vigencia el calendario gregoriano y no el juliano que la ubicaba en el inmediato anterir, con el cual fue conocido en la historia como la revolución de octubre.
ANTECEDENTES
El alzamiento de 1905 era el precedente inmediato más relevante en la Rusia zarista. Terminó en una cruel represión quizá porque las condiciones subjetivas y objetivas (en el lenguaje leninista) no estaban maduras y de allí la imposibilidad de llegar a la cúpula de dirección estatal. Posteriormente, en abril de 1917, consecuencia de la abdicación del zar Nicolás II, de la casa Romanov, emerge una república parlamentaria tradicional encabezada por Kerensky, un socialista revolucionario moderado, acompañado de los mencheviques en la recién creada Duma o parlamento. Fue un régimen efímero porque las turbulencias sociales no permitieron su establecimiento y una organización política dirigida agudamente por Vladimir IlichUlianov había alcanzado el máximo de eficacia.
La vertiginosidad de los sucesos había ocasionado el derrumbe de un dogma marxista como era la necesidad de agotar la expresión democrático burguesa paradespués instalar el socialismo porque su funcionamiento fue limitadísimo en el tiempo. Era algo parecido a la Venezuela cuando la caída de la dictadura perezjimenista porque fenómenos espontáneos como el liderazgo de Diógenes Caballero, el hombre de la chaqueta negra del 23 de enero de Caracas, sucumbía frente al asedio de los partidos, incluyendo al comunista. Además, Gustavo Machado, máximo dirigente del P.C.V. se dirigió en cadena nacional pidiendo calma para llegar a este estadio político intermedio, la democracia representativa llamada burguesa en el léxico estalinista.
CAÍDA DEL GOBIERNO PROVISIONAL
Lenin viajó desde su exilio en Suiza hasta Petrogrado en un tren blindado que lo dejó en la estación Finlandia de la ciudad ubicada en el delta del río Neva, pasando previamente por Suecia. Su trayectoria por Alemania fue asegurada por el gobierno tedescoporque le interesaba un régimen apto para terminar el conflicto bélico con Rusia y así tomar oxígeno en su confrontación con Francia y el Reino Unido, logrado después con el tratado de Brest Litov acordado entre los germanos y los bolcheviques.
Ulianov ipso facto se movilizó dentro de la ciudad capital a la sazón de Rusia y con la toma del Palacio de Invierno concluyó el derrumbamiento de Kerensky y su gobierno provisional. La armada de la ciudad de Kronstandt, situada en la isla Kotlin frente a la desembocadura del Neva, fue determinante para la victoria bolchevique. Inmediato a la toma del poder comenzó a aplicarse la categoría de la dictadura del proletariado, mediante la cual un gobierno inflexible imponía la autoridad en nombre de esa clase social a través del partido comunista y el Ejército Rojo, formado por León Trotsky.
EL DESTINO DE LOS SOVIETS
La consigna favorita del partido bolchevique fue “todo el poder para los soviets”. Eran los consejos obreros en la jerga de los comunistas, la manifestación organizativa de la base popular. Empero, esos entes dejaron de tener incidencia en la toma de decisiones declinándola en el partido comunista, las fuerzas armadas, el politburó y el líder todopoderoso. Era una estructura rígida orientada a eternizarse no un efluvio accidental. La dinámica inmediata fue la solidez del bolchevismo, un esquema político severo, la militarización de la sociedad y el culto a la personalidad del máximo dirigente. Sobrevino la guerra civil donde las potencias occidentales apoyaron al Ejército Blanco incluyendo una fallida invasión por la ciudad de Mursmansk. A la postre triunfaron los rojos y fundaron la Unión Soviética, una repetición actualizada de las Rusias de todos los zares.
Sin embargo, en 1921 de nuevo Kronstandt aparece. Los marinos de allí reaccionaron en contra del poder soviético argumentando que esa no era la revolución por la cual habían luchado tres años antes. Lenin envía a Trotsky y Zinóviev a sofocar la rebelión. Interceden los líderes anarquistas Emma Goldman y Alexander Berkham pero su mediación fracasa y arremetieron contra los insurgentes ocasionando más de cincuenta mil muertos. Paradójicamente, Zinóviev, quien había formado parte de la troika luego de la muerte de Lenin, fue ejecutado en unas de las purgas estalinianas; y Trotsky fue perseguido por Siberia, Noruega, Turquía y México, donde Ramón Mercader, agente estalinista, lo asesinó con un piolet.
Habían cometido el error de alzarse cuando todavía las aguas del Báltico estaban congeladas dejando sin operatividad a la marina de guerra. Incluso el líder de la rebelión, Raskolnikov, pudo irse caminando hasta Finlandia gracias a la gelidez del mar. El libro de Paul Avrich describe y narra acertadamente estos acontecimientos.
Adicionalmente, en las llanuras de Ucrania se formó un ejército guerrillero ácrata encabezado por Néstor Majnó, enfrentado al Blanco, a los nacionalistas ucranianos y al Rojo. Tuvo una fuerte inspiración anarquista pero fue derrotado al final por los bolcheviques apuntalando así la dictadura del partido comunista. Los detalles de esta movilización de Ucrania los cuenta magistralmente Volin en su obra La Revolución desconocida.
CONSOLIDACIÓN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
La U.R.S.S., formada por los comunistas reditando el imperio precedente, emerge luego de la primera guerra gracias a la crisis provocada por la derrota zarista en el frente contra Alemania. La postura leninista de retirarse de esa pugna generó paz y tranquilidad en la población hastiada de tantas muertes en un enfrentamiento entre dos élites, la alemana y la rusa. Era algo parecido a la secesión latinoamericana del siglo diecinueve, obtenida gracias ala invasión napoleónica a España. Un evento externo influía decisivamente en la dialéctica del interior del país.
Durante el período entre la primera y segunda guerra Stalin se preocupó en formar un verdadero imperio. Sometió a los pueblos de Asia central y a sus allegados europeos. Aceleró la formación de la industria pesada porque a pesar de haber una relativa paz se acercaba otra nueva conflagración colegida del Tratado de Versalles, tan gravoso y humillante para los teutones. En este lapso hubo migraciones forzosas de múltiples etnias dentro de la Unión Soviética, las ejecuciones más atroces y se estima los muertos por pugnas internas en más de sesenta millones de personas. La Cheka, la Lubianka, los gulags, las persecuciones, las censuras artísticas, literarias y periodísticas, eran la orden del día. Era un régimen de terror como el imaginado por GeorgeOrwell en 1984, el Big Brother y Winston Smith se habían hecho tangibles.
Para aliviar tensiones Stalin firmó con Alemania el tratado de no agresión Molotov-Von Ribbentrop, llamado así por los nombres de los cancilleres de ambos países. Sin embargo, luego de múltiples amagos, Hitler cometió el mismo error napoleónico, invadir a la Unión Soviética. En principio, fue una ofensiva exitosa pero a la postre fue una guerra de desgaste para Alemania culminada en la capitulación de Stalingrado suscrita por el Mariscal Von Paulus en un esfuerzo frustrado por llegar al mar Caspio y obtener el petróleo de Azerbaiyán, caro anhelo del nazismo para ganar la guerra.
LA GUERRA FRÍA
Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Soviética son los ganadores de la segunda guerra y proceden,primero en Yalta y después en Postdam, a repartirse el orbe. Surge la Unión Soviética como nación estelar de una porción del planeta que abarcaba las naciones del centro y el este de Europa (Alemania Oriental, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria), donde el Ejército Rojo desalojó a los alemanes y dejó a cargo de sus respectivos gobiernos a los comunistas. Coincidencialmente Yugoslavia y Albania, dominadas por sus partidos comunistas quienes con ejércitos propios derrotaron a los nazis, no formaron parte de esa legión socialista aunque eran radicalmente autoritarios.
La U.R.S.S. se expandió a posteriori, aparte de los países mencionados en el párrafo anterior, a China, Mongolia, Laos, Vietnam, Camboya, Corea del Norte, Afganistán y Yemen del Sur, en Asia; Cuba, Nicaragua y Grenada, en América Laina; y Etiopia, Angola, Guinea Bisseau, Mozambique, Congo ex francés, Benin y Burkina Faso, en África. Fueron los miembros del área socialista aunque algunos se alejaron como China con su famosa disputa ideológica, Corea del Norte después de la purga de Kim IlSung en 1956, Camboya con los jemeres rojos, Afganistán luego de la derrota ante los islámicos, y Grenada por la invasión americana.
Cuando NikitaKruschev visitó por vez primera los Estados Unidos, dijo que en corto tiempo su economía iba a superar a la americana, pronóstico más allá de una fanfarronada porque habíacierto fundamento por determinados dígitos, pero no cumplido. La razón estuvo en la esclerótica concepción de Moscú frente al avance de los paradigmas de generación de bienes y servicios.
En este orden de ideas, crearon una industria pesada como cartabón de su modelo, las acerías, los campos petroleros y gasíferos y la explotación en gran escala de la minería. Su rigidez le impidió dar paso a la nueva economía, la basada en el conocimiento y la inteligencia, quedándose rezagada en el tiempo. Ya Japón, Europa, Canadá, los Estados Unidos y los países nórdicos estaban en la otra dimensión, en las industrias del futuro.
Sin embargo, dieron fugaces señales de adelanto. En materia bélica habían logrado un enorme grado de avance, en la cohetería iban en cerrada disputa con los Estados Unidos y dieron la sorpresa cuando enviaron al sputnik, satélite artificial, al espacio, la perra Laika y al primer hombre, el cosmonauta Yuri Gagarin. Fueron flashes de un problema más hondo como lo expresado por Michel Voslenski en su obra La Nomenclatura, donde sostuvo que mientras en vehículos espaciales estaban en la gloria, el ciudadano soviético solo tenía 27 metros cuadrados de vivienda en promedio.
Las anteriores eran las paradojas de una nación cuya cúpula aspiraba a dominar al mundo y para esa teleología, habían elaborado un formidable aparato militar y policial. Un Kondriatef ejecutado por señalar los ciclos económicos del capitalismo que contradecía la ineluctable crisis terminal sostenida por Stalin. Además, un control férreo de la población impidiendo la creación artística comenzada con los suprematistas, rayonistas y contructivistas, reemplazadas por el horrendo realismo socialista en el plano de las artes plásticas, y la prohibición por pornográficas de obras como el Doctor Zhivago de Boris Pasternak o el Archipiélago de Gulag de Alexander Solzhenitsin.
En el plano ideológico se vetaron las obras de los consejistas, anarquistas, las de León Trotsky, la disidencia de los espartaquistas y Rosa Luxemburgo, las publicaciones de Mao Ze Dong y cualquier otra fuente de discrepancia. Complementando los antes señalado con la línea oficial emanada en los años finales del siglo pasado por el ideólogo MijailSuslov y las publicaciones de la Academia de las Ciencias de la Unión Soviética. El dominio también implicaba la dirección de la política exterior del movimiento comunista mundial. La Tercera Internacional, el Comintern y el Cominform, fueron los ejes centrales de la orientación decidida a ejecutarse por los partidos comunistas de cada nación, convirtiéndolos en apéndices de la cancillería y las embajadas soviéticas.
Ante el atraso en tecnología procedieron a exportar gas, petróleo y piedras preciosas a objeto de pagar su importación en momentos en que loscommodities tendían a la subida. Como lo afirma el sociólogo catalán Manuel Castell en su obraLa era de la Información, no hubo tiempo de invertir en este rubro y cuando bajó el valor de las materias primas se desplomó el imperio de Moscú. No obstante, devino lo inesperado, la implosión. La Némesis de la experiencia bolchevique no vino de occidente sino de su propia naturaleza, los planos de inmanencia de un esquema pétreo con visos a autodestruirse. Nadie lo pronosticó aunque la CIA había formulado acciones temerarias provocando a los soviéticos quienes no respondieron. Me refiero al programa militar de la Guerra de las Galaxias y la invasión a la isla de Grenada. Al primero lo atacaron diciendo que era belicista y a la segunda no pudieron hacer nada salvo la resistencia estoica de un grupo de soldados cubanos allí acantonados. La razón esencial era la incapacidad del aparato económico soviético para emprender respuesta. Todo este proceso culminó con la Perestroika.
LA PERESTROIKA Y EL GLASNOT
Con la Perestroika Mijaíl Gorbachov dio inicio a una renovación política en la vida soviética y el Glasnost fue la transparencia con la probabilidad de una apertura hacia esferas de opinión, disidencia y discusión. Pero había tres corrientes en la decadencia de la U.R.S.S. La conservadora, encabezada por Igor Ligachev; la reformista por Boris Yeltsin y la intermedia por Gorbachov. Este último mantenía un equilibrio entre ambos bandos pero no pudo sostenerla en el tiempo y se produjo el fracasado golpe de los tradicionales que concluyó afianzando el liderazgo indiscutido de Yeltsin.
Inmediatamente se sometió a una intervención económica para salvar al país de una catástrofe con los lamentables resultados de haber reemplazado al Estado soviético con los mismos burócratas en el proceso de privatización. Se organizaron en verdaderas mafias apuntaladas en la administración del antiguo miembro de la K.G.B. y su alianza con la jerarquía de la Iglesia Ortodoxa. La película El Leviatán dibuja directamente la situación soviética contemporánea.
RUSIA HOY
Ulterior a la enfermedad y muerte de Yeltsin entra en escena su pupilo, Vladimir Putin, quien ha instaurado una autocracia donde ha reducido las opciones de la gente frente al poder. Además, pretende en un esfuerzo patriotero revivir las viejas glorias soviéticas al invadir Georgia, anexado Crimea y cometido un genocidio en Chechenia. En Siria, con sus dos bases militares, sostiene al régimen de Bashar Al Assad su aliado local pero tiene una gran limitante, no ha superado la economía fundamentada en fuente energética fósil, gas y petróleo, Esa precariedad lo ha circunscrito en su andar castrense pero en lo interno mantiene el zarismo y el bolchevismo como fuente del alma nacional rusa.
La República Rusa significa un óbice para la democratización del mundo porque tiene un valor de autoridad ilegítima y militarista. Es un régimen duro, agresivo e intolerante, siguiendo la saga de esa tradición rusa autoritaria.
UN JUICIO DE VALOR SOBRE LA EXPERIENCIA BOLCHEVIQUE
Al cumplirse el centenario de su acontecer vale la pena hacer una conclusión sobre su significado, sus efectos y su valor actual. La esperanza de la utopía de haber cambiado el mundo se convirtió en distopía. Un sueño se convirtió en una pesadilla de la cual todavía se palpan sus consecuencias y secuelas. La experiencia soviética genera un valor, es una forma de totalitarismo encubierta en un lenguaje revolucionario destinado a soslayar la realidad. Efectuando todas sus prácticas el desenlace será siempre el mismo, un Estado panteísta para asfixiar cualquier manifestación de libertad, Ese ha sido su gran fachada.
Sus efectos son evidentes. Ha sido una referencia imperial con la capacidad de haber representado a una parte de la humanidad como polo de poder. La intelectualidad mundial al inicio cerró filas con la revolución pero a través del tiempo ha desertado de esa errónea alineación.En un comienzo apoyó ciertamente a la revolución bolchevique, pero en la medida de conocerse los pogromos, las cárceles para supuestamente reeducar a los disidentes y los múltiples crímenes de Stalin, comenzaron a tomar distancia del comunismo oficial. Algunos quedaron como los últimos dinosaurios, Pablo Neruda y Louis Aragón. Pero Jean Paul Sartre, Albert Camus, hicieron mutis oportunamente. El último fue José Saramago después de las barbaridades cubanas al fusilar a unos jóvenes secuestradores de una embarcación para buscar salir de la asfixia estatal.
Frente a la caída del socialismo autoritario sus herederos tomaron nuevos rumbos. En África las naciones inscritas en estos postulados (Mozambique, Angola, Benin, Etiopía, entre otros), hicieron reformas orientadas hacia el libre mercado con asesoría de los organismos multilaterales. China, al igual que los países de Indochina, se dirigieron hacia esta economía pero conservando la organización política leninista. Otros como Kazajstán, Bielorrusia, Georgia, Azerbaiyán, Turkmenia, Cuba, Corea del Norte y Venezuela, mantuvieron en el plano político unas dictaduras y unas concepciones capitalistas estatistas en el económico. Aún existen posturas que defienden estos planteamientos comunistas. Son formaciones inertes y conservadoras orientadas hacia dogmas de fe en un suceso pasado interpretado de una manera alienante y falsa racionalizado con la creencia de haber fracasado una ideología por una equivocada aplicación. Las experiencias en China, Corea del Norte, Cuba y la Unión Soviética, repitieron el mismo paradigma y sus secuelas fueron parecidas.
Resulta evidente la inviabilidad de la dictadura del proletariado como mecanismo de emancipación de los seres humanos. Estructuralmente termina en la conformación de un Estado omnímodo, controlador y disciplinador de los hombres y las mujeres. Las experiencias así lo han determinado y lejos de presentar un paraíso reivindicador de los seres humanos se han convertidos en verdaderas máquinas de opresión y represión. Se conmemora los cien años de una explosión política que pude haber sido un salto cualitativo social y se convirtió en una pedestre regresión totalitaria de izquierda.
En el mes de noviembre se cumplen cien años de la revolución bolchevique. El famoso viaje ferroviario de Lenin a través de Alemania a Rusia vía Suecia fue el aleteo de la mariposa causante del huracán significado en la toma del poder por el partido comunista por la vía insurreccional.
Es pertinente analizar ahora en el centenario de tan estelar suceso, todas las valoraciones inferidas de su acontecimiento porque hipotéticamente era un hito capaz de dividir en dos la historia de la humanidad. La ascensión al dominio por parte de una clase social aplicando los esquemas marxistas de manera exitosa porque la derrota de la Comuna de París en 1871 había frustrado las ansias revolucionarias.
Es bueno aclarar que se produjo en el mes de noviembre de 1917 porque estaba en vigencia el calendario gregoriano y no el juliano que la ubicaba en el inmediato anterir, con el cual fue conocido en la historia como la revolución de octubre.
ANTECEDENTES
El alzamiento de 1905 era el precedente inmediato más relevante en la Rusia zarista. Terminó en una cruel represión quizá porque las condiciones subjetivas y objetivas (en el lenguaje leninista) no estaban maduras y de allí la imposibilidad de llegar a la cúpula de dirección estatal. Posteriormente, en abril de 1917, consecuencia de la abdicación del zar Nicolás II, de la casa Romanov, emerge una república parlamentaria tradicional encabezada por Kerensky, un socialista revolucionario moderado, acompañado de los mencheviques en la recién creada Duma o parlamento. Fue un régimen efímero porque las turbulencias sociales no permitieron su establecimiento y una organización política dirigida agudamente por Vladimir IlichUlianov había alcanzado el máximo de eficacia.
La vertiginosidad de los sucesos había ocasionado el derrumbe de un dogma marxista como era la necesidad de agotar la expresión democrático burguesa paradespués instalar el socialismo porque su funcionamiento fue limitadísimo en el tiempo. Era algo parecido a la Venezuela cuando la caída de la dictadura perezjimenista porque fenómenos espontáneos como el liderazgo de Diógenes Caballero, el hombre de la chaqueta negra del 23 de enero de Caracas, sucumbía frente al asedio de los partidos, incluyendo al comunista. Además, Gustavo Machado, máximo dirigente del P.C.V. se dirigió en cadena nacional pidiendo calma para llegar a este estadio político intermedio, la democracia representativa llamada burguesa en el léxico estalinista.
CAÍDA DEL GOBIERNO PROVISIONAL
Lenin viajó desde su exilio en Suiza hasta Petrogrado en un tren blindado que lo dejó en la estación Finlandia de la ciudad ubicada en el delta del río Neva, pasando previamente por Suecia. Su trayectoria por Alemania fue asegurada por el gobierno tedescoporque le interesaba un régimen apto para terminar el conflicto bélico con Rusia y así tomar oxígeno en su confrontación con Francia y el Reino Unido, logrado después con el tratado de Brest Litov acordado entre los germanos y los bolcheviques.
Ulianov ipso facto se movilizó dentro de la ciudad capital a la sazón de Rusia y con la toma del Palacio de Invierno concluyó el derrumbamiento de Kerensky y su gobierno provisional. La armada de la ciudad de Kronstandt, situada en la isla Kotlin frente a la desembocadura del Neva, fue determinante para la victoria bolchevique. Inmediato a la toma del poder comenzó a aplicarse la categoría de la dictadura del proletariado, mediante la cual un gobierno inflexible imponía la autoridad en nombre de esa clase social a través del partido comunista y el Ejército Rojo, formado por León Trotsky.
EL DESTINO DE LOS SOVIETS
La consigna favorita del partido bolchevique fue “todo el poder para los soviets”. Eran los consejos obreros en la jerga de los comunistas, la manifestación organizativa de la base popular. Empero, esos entes dejaron de tener incidencia en la toma de decisiones declinándola en el partido comunista, las fuerzas armadas, el politburó y el líder todopoderoso. Era una estructura rígida orientada a eternizarse no un efluvio accidental. La dinámica inmediata fue la solidez del bolchevismo, un esquema político severo, la militarización de la sociedad y el culto a la personalidad del máximo dirigente. Sobrevino la guerra civil donde las potencias occidentales apoyaron al Ejército Blanco incluyendo una fallida invasión por la ciudad de Mursmansk. A la postre triunfaron los rojos y fundaron la Unión Soviética, una repetición actualizada de las Rusias de todos los zares.
Sin embargo, en 1921 de nuevo Kronstandt aparece. Los marinos de allí reaccionaron en contra del poder soviético argumentando que esa no era la revolución por la cual habían luchado tres años antes. Lenin envía a Trotsky y Zinóviev a sofocar la rebelión. Interceden los líderes anarquistas Emma Goldman y Alexander Berkham pero su mediación fracasa y arremetieron contra los insurgentes ocasionando más de cincuenta mil muertos. Paradójicamente, Zinóviev, quien había formado parte de la troika luego de la muerte de Lenin, fue ejecutado en unas de las purgas estalinianas; y Trotsky fue perseguido por Siberia, Noruega, Turquía y México, donde Ramón Mercader, agente estalinista, lo asesinó con un piolet.
Habían cometido el error de alzarse cuando todavía las aguas del Báltico estaban congeladas dejando sin operatividad a la marina de guerra. Incluso el líder de la rebelión, Raskolnikov, pudo irse caminando hasta Finlandia gracias a la gelidez del mar. El libro de Paul Avrich describe y narra acertadamente estos acontecimientos.
Adicionalmente, en las llanuras de Ucrania se formó un ejército guerrillero ácrata encabezado por Néstor Majnó, enfrentado al Blanco, a los nacionalistas ucranianos y al Rojo. Tuvo una fuerte inspiración anarquista pero fue derrotado al final por los bolcheviques apuntalando así la dictadura del partido comunista. Los detalles de esta movilización de Ucrania los cuenta magistralmente Volin en su obra La Revolución desconocida.
CONSOLIDACIÓN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
La U.R.S.S., formada por los comunistas reditando el imperio precedente, emerge luego de la primera guerra gracias a la crisis provocada por la derrota zarista en el frente contra Alemania. La postura leninista de retirarse de esa pugna generó paz y tranquilidad en la población hastiada de tantas muertes en un enfrentamiento entre dos élites, la alemana y la rusa. Era algo parecido a la secesión latinoamericana del siglo diecinueve, obtenida gracias ala invasión napoleónica a España. Un evento externo influía decisivamente en la dialéctica del interior del país.
Durante el período entre la primera y segunda guerra Stalin se preocupó en formar un verdadero imperio. Sometió a los pueblos de Asia central y a sus allegados europeos. Aceleró la formación de la industria pesada porque a pesar de haber una relativa paz se acercaba otra nueva conflagración colegida del Tratado de Versalles, tan gravoso y humillante para los teutones. En este lapso hubo migraciones forzosas de múltiples etnias dentro de la Unión Soviética, las ejecuciones más atroces y se estima los muertos por pugnas internas en más de sesenta millones de personas. La Cheka, la Lubianka, los gulags, las persecuciones, las censuras artísticas, literarias y periodísticas, eran la orden del día. Era un régimen de terror como el imaginado por GeorgeOrwell en 1984, el Big Brother y Winston Smith se habían hecho tangibles.
Para aliviar tensiones Stalin firmó con Alemania el tratado de no agresión Molotov-Von Ribbentrop, llamado así por los nombres de los cancilleres de ambos países. Sin embargo, luego de múltiples amagos, Hitler cometió el mismo error napoleónico, invadir a la Unión Soviética. En principio, fue una ofensiva exitosa pero a la postre fue una guerra de desgaste para Alemania culminada en la capitulación de Stalingrado suscrita por el Mariscal Von Paulus en un esfuerzo frustrado por llegar al mar Caspio y obtener el petróleo de Azerbaiyán, caro anhelo del nazismo para ganar la guerra.
LA GUERRA FRÍA
Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Soviética son los ganadores de la segunda guerra y proceden,primero en Yalta y después en Postdam, a repartirse el orbe. Surge la Unión Soviética como nación estelar de una porción del planeta que abarcaba las naciones del centro y el este de Europa (Alemania Oriental, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria), donde el Ejército Rojo desalojó a los alemanes y dejó a cargo de sus respectivos gobiernos a los comunistas. Coincidencialmente Yugoslavia y Albania, dominadas por sus partidos comunistas quienes con ejércitos propios derrotaron a los nazis, no formaron parte de esa legión socialista aunque eran radicalmente autoritarios.
La U.R.S.S. se expandió a posteriori, aparte de los países mencionados en el párrafo anterior, a China, Mongolia, Laos, Vietnam, Camboya, Corea del Norte, Afganistán y Yemen del Sur, en Asia; Cuba, Nicaragua y Grenada, en América Laina; y Etiopia, Angola, Guinea Bisseau, Mozambique, Congo ex francés, Benin y Burkina Faso, en África. Fueron los miembros del área socialista aunque algunos se alejaron como China con su famosa disputa ideológica, Corea del Norte después de la purga de Kim IlSung en 1956, Camboya con los jemeres rojos, Afganistán luego de la derrota ante los islámicos, y Grenada por la invasión americana.
Cuando NikitaKruschev visitó por vez primera los Estados Unidos, dijo que en corto tiempo su economía iba a superar a la americana, pronóstico más allá de una fanfarronada porque habíacierto fundamento por determinados dígitos, pero no cumplido. La razón estuvo en la esclerótica concepción de Moscú frente al avance de los paradigmas de generación de bienes y servicios.
En este orden de ideas, crearon una industria pesada como cartabón de su modelo, las acerías, los campos petroleros y gasíferos y la explotación en gran escala de la minería. Su rigidez le impidió dar paso a la nueva economía, la basada en el conocimiento y la inteligencia, quedándose rezagada en el tiempo. Ya Japón, Europa, Canadá, los Estados Unidos y los países nórdicos estaban en la otra dimensión, en las industrias del futuro.
Sin embargo, dieron fugaces señales de adelanto. En materia bélica habían logrado un enorme grado de avance, en la cohetería iban en cerrada disputa con los Estados Unidos y dieron la sorpresa cuando enviaron al sputnik, satélite artificial, al espacio, la perra Laika y al primer hombre, el cosmonauta Yuri Gagarin. Fueron flashes de un problema más hondo como lo expresado por Michel Voslenski en su obra La Nomenclatura, donde sostuvo que mientras en vehículos espaciales estaban en la gloria, el ciudadano soviético solo tenía 27 metros cuadrados de vivienda en promedio.
Las anteriores eran las paradojas de una nación cuya cúpula aspiraba a dominar al mundo y para esa teleología, habían elaborado un formidable aparato militar y policial. Un Kondriatef ejecutado por señalar los ciclos económicos del capitalismo que contradecía la ineluctable crisis terminal sostenida por Stalin. Además, un control férreo de la población impidiendo la creación artística comenzada con los suprematistas, rayonistas y contructivistas, reemplazadas por el horrendo realismo socialista en el plano de las artes plásticas, y la prohibición por pornográficas de obras como el Doctor Zhivago de Boris Pasternak o el Archipiélago de Gulag de Alexander Solzhenitsin.
En el plano ideológico se vetaron las obras de los consejistas, anarquistas, las de León Trotsky, la disidencia de los espartaquistas y Rosa Luxemburgo, las publicaciones de Mao Ze Dong y cualquier otra fuente de discrepancia. Complementando los antes señalado con la línea oficial emanada en los años finales del siglo pasado por el ideólogo MijailSuslov y las publicaciones de la Academia de las Ciencias de la Unión Soviética. El dominio también implicaba la dirección de la política exterior del movimiento comunista mundial. La Tercera Internacional, el Comintern y el Cominform, fueron los ejes centrales de la orientación decidida a ejecutarse por los partidos comunistas de cada nación, convirtiéndolos en apéndices de la cancillería y las embajadas soviéticas.
Ante el atraso en tecnología procedieron a exportar gas, petróleo y piedras preciosas a objeto de pagar su importación en momentos en que loscommodities tendían a la subida. Como lo afirma el sociólogo catalán Manuel Castell en su obraLa era de la Información, no hubo tiempo de invertir en este rubro y cuando bajó el valor de las materias primas se desplomó el imperio de Moscú. No obstante, devino lo inesperado, la implosión. La Némesis de la experiencia bolchevique no vino de occidente sino de su propia naturaleza, los planos de inmanencia de un esquema pétreo con visos a autodestruirse. Nadie lo pronosticó aunque la CIA había formulado acciones temerarias provocando a los soviéticos quienes no respondieron. Me refiero al programa militar de la Guerra de las Galaxias y la invasión a la isla de Grenada. Al primero lo atacaron diciendo que era belicista y a la segunda no pudieron hacer nada salvo la resistencia estoica de un grupo de soldados cubanos allí acantonados. La razón esencial era la incapacidad del aparato económico soviético para emprender respuesta. Todo este proceso culminó con la Perestroika.
LA PERESTROIKA Y EL GLASNOT
Con la Perestroika Mijaíl Gorbachov dio inicio a una renovación política en la vida soviética y el Glasnost fue la transparencia con la probabilidad de una apertura hacia esferas de opinión, disidencia y discusión. Pero había tres corrientes en la decadencia de la U.R.S.S. La conservadora, encabezada por Igor Ligachev; la reformista por Boris Yeltsin y la intermedia por Gorbachov. Este último mantenía un equilibrio entre ambos bandos pero no pudo sostenerla en el tiempo y se produjo el fracasado golpe de los tradicionales que concluyó afianzando el liderazgo indiscutido de Yeltsin.
Inmediatamente se sometió a una intervención económica para salvar al país de una catástrofe con los lamentables resultados de haber reemplazado al Estado soviético con los mismos burócratas en el proceso de privatización. Se organizaron en verdaderas mafias apuntaladas en la administración del antiguo miembro de la K.G.B. y su alianza con la jerarquía de la Iglesia Ortodoxa. La película El Leviatán dibuja directamente la situación soviética contemporánea.
RUSIA HOY
Ulterior a la enfermedad y muerte de Yeltsin entra en escena su pupilo, Vladimir Putin, quien ha instaurado una autocracia donde ha reducido las opciones de la gente frente al poder. Además, pretende en un esfuerzo patriotero revivir las viejas glorias soviéticas al invadir Georgia, anexado Crimea y cometido un genocidio en Chechenia. En Siria, con sus dos bases militares, sostiene al régimen de Bashar Al Assad su aliado local pero tiene una gran limitante, no ha superado la economía fundamentada en fuente energética fósil, gas y petróleo, Esa precariedad lo ha circunscrito en su andar castrense pero en lo interno mantiene el zarismo y el bolchevismo como fuente del alma nacional rusa.
La República Rusa significa un óbice para la democratización del mundo porque tiene un valor de autoridad ilegítima y militarista. Es un régimen duro, agresivo e intolerante, siguiendo la saga de esa tradición rusa autoritaria.
UN JUICIO DE VALOR SOBRE LA EXPERIENCIA BOLCHEVIQUE
Al cumplirse el centenario de su acontecer vale la pena hacer una conclusión sobre su significado, sus efectos y su valor actual. La esperanza de la utopía de haber cambiado el mundo se convirtió en distopía. Un sueño se convirtió en una pesadilla de la cual todavía se palpan sus consecuencias y secuelas. La experiencia soviética genera un valor, es una forma de totalitarismo encubierta en un lenguaje revolucionario destinado a soslayar la realidad. Efectuando todas sus prácticas el desenlace será siempre el mismo, un Estado panteísta para asfixiar cualquier manifestación de libertad, Ese ha sido su gran fachada.
Sus efectos son evidentes. Ha sido una referencia imperial con la capacidad de haber representado a una parte de la humanidad como polo de poder. La intelectualidad mundial al inicio cerró filas con la revolución pero a través del tiempo ha desertado de esa errónea alineación.En un comienzo apoyó ciertamente a la revolución bolchevique, pero en la medida de conocerse los pogromos, las cárceles para supuestamente reeducar a los disidentes y los múltiples crímenes de Stalin, comenzaron a tomar distancia del comunismo oficial. Algunos quedaron como los últimos dinosaurios, Pablo Neruda y Louis Aragón. Pero Jean Paul Sartre, Albert Camus, hicieron mutis oportunamente. El último fue José Saramago después de las barbaridades cubanas al fusilar a unos jóvenes secuestradores de una embarcación para buscar salir de la asfixia estatal.
Frente a la caída del socialismo autoritario sus herederos tomaron nuevos rumbos. En África las naciones inscritas en estos postulados (Mozambique, Angola, Benin, Etiopía, entre otros), hicieron reformas orientadas hacia el libre mercado con asesoría de los organismos multilaterales. China, al igual que los países de Indochina, se dirigieron hacia esta economía pero conservando la organización política leninista. Otros como Kazajstán, Bielorrusia, Georgia, Azerbaiyán, Turkmenia, Cuba, Corea del Norte y Venezuela, mantuvieron en el plano político unas dictaduras y unas concepciones capitalistas estatistas en el económico. Aún existen posturas que defienden estos planteamientos comunistas. Son formaciones inertes y conservadoras orientadas hacia dogmas de fe en un suceso pasado interpretado de una manera alienante y falsa racionalizado con la creencia de haber fracasado una ideología por una equivocada aplicación. Las experiencias en China, Corea del Norte, Cuba y la Unión Soviética, repitieron el mismo paradigma y sus secuelas fueron parecidas.
Resulta evidente la inviabilidad de la dictadura del proletariado como mecanismo de emancipación de los seres humanos. Estructuralmente termina en la conformación de un Estado omnímodo, controlador y disciplinador de los hombres y las mujeres. Las experiencias así lo han determinado y lejos de presentar un paraíso reivindicador de los seres humanos se han convertidos en verdaderas máquinas de opresión y represión. Se conmemora los cien años de una explosión política que pude haber sido un salto cualitativo social y se convirtió en una pedestre regresión totalitaria de izquierda.
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