Humberto Decarli
Las
recientes elecciones regionales venezolanas han construido un terremoto
político en el cuadro político organizado y ante la opinión pública. Las cifras
publicadas por el C.N.E. constituyen la razón del estremecimiento porque dieron
votaciones inesperadas, poco creíbles en el contexto de una campaña abúlica y
con el ventajismo gubernamental más grosero de los últimos tiempos, lo cual es
mucho decir en un país caracterizado por la martingala comicial en todos los
tiempos.
Maniobra gubernamental para detener la calle
Ante
la mayor rebelión civil acontecida en nuestra nación en su historia, el
gobierno optó por la solución típica de los regímenes militares, la represión,
con la formidable asesoría cubana. Fueron cuatro meses de asesinatos,
detenciones arbitrarias con frecuente incomunicación por más de un mes,
heridos, lesionados, torturados y desaparecidos. La asesoría del G-2 cubano se
puso de manifiesto y de alguna manera justificó los flujos financieros
entregados al régimen antillano en materia de seguridad y control.
Sin
embargo, el espectáculo policial y parapolicial en ejercicio de la arbitrariedad
se proyectó internacionalmente y el mundo vio como las fuerzas armadas,
policías y los tontos macoutes
nacionales, agredían vehementemente a la población protestando por el hambre y
la miseria atravesadas. Fueron unas imágenes horrendas que incidieron en
otorgar un giro de ciento ochenta grados al oficialismo. Optaron por tentar a
la oposición con las elecciones de gobernador retardadas en flagrante violación
constitucional.
El
ofrecimiento clientelar surtió efecto y la M.U.D. aprobó la participación bajo
el argumento de no dejar espacios al chavismo. De nada sirvió haber denunciado
al Estado venezolano y haber apelado al derecho a la rebelión ni tampoco
descalificar, con sobrada razón, al árbitro electoral. De la noche a la mañana descubrieron
la necesidad de estar en una elección a sabiendas de la parcialidad del ente
comicial y la existencia de un solo poder único en Venezuela, el ejecutivo.
Las inconsecuencias de la M.U.D.
La
coalición opositora viene desarrollando una trayectoria sinuosa. Lograron un rotundo
éxito en las elecciones parlamentarias en el año 2015 cuando la favoreció un
mecanismo electoral perverso creado por el chavismo solo que esta vez se les
revirtió. Inmediatamente el gobierno procedió a emplear a la Sala
Constitucional del máximo tribunal así como a unos juzgados penales del
interior para impedir la mayoría calificada con la finalidad de realizar los
nombramientosde los rectores del C.N.E. y los magistrados del T.S.J.
Fue
escogido como presidente de la Asamblea Nacional al veterano caudillo adeco
Henry Ramos Allup, quien con un estilo estridente pero poco efectivo, dirigió
al ente legislativo. No llegaron a nombrar a los magistrados del Tribunal
Supremo de Justicia para reemplazar los ilegalmente designados por el cuerpo
legislativo precedente en tiempo oportuno ni tampoco a los rectores del poder
electoral con una negligencia rayana en la suspicacia. Posteriormente pudieron
escogerlos pero el gobierno los persiguió y hubo el alto juzgadojuramentarse y constituirse
en la O.E.A., ante el asedio carcelario.
En
el año 2016 era la oportunidad del referéndum revocatorio como salida expedita
de Maduro. El gobierno obstaculizó el proceso para evitar su realización porque
era obvia la defenestración del presidente por vía de la consulta. No obstante,
la M.U.D., aconsejada por el Papa Francisco, fue al diálogo con el gobierno y
dejó caducar la oportunidad. No hubo ningún acto de autocrítica y perdón sino imputaron
al gobierno por el retraso.Esa pérdida enfrió la calle la cual comenzaba a
activarse pero ante la negligencia intencional de la liga partidista cundió el
escepticismo. La gente se replegó ante tanto engaño y finalizó el año en el
contexto del mayor conformismo.
Sin
embargo, a partir de abril del presente año comenzó un maravilloso movimiento
de masas como nunca antes había ocurrido. Fue una auténtica rebelión popular
por cuatro meses, terminada cuando revivieron una actividad negada meses antes,
la peregrina idea de hacer una consulta popular, previa a la constituyente
convocada por el gobierno. Hasta le daba al oficialismo la oportunidad de saber
cuántos votos agregar para superar al de la oposición. Lo más grave fue dejar
el camino abierto para llevar a efecto el referéndum constituyente al no hacer
acto de presencia para controlar el fraude, materializado y denunciado en el
exterior por George Soros, quien preparó una rueda de prensa a los personeros
de su empresa Smarmactic.
El
no participar en la elección constituyente bajo la justificación de ser
ilegítima por el árbitro electoral, también era válida para las elecciones de
gobernadores igualmente regidas por el mismo ente comicial. Se les cedió
espacios al gobierno en la consulta sobre la constituyente pero no se quiso
hacer para las regionales. Son fundamentos idénticos para abstenerse o
participar en ambos casos.
Inmediatamente
lanzaron el anzuelo, las elecciones de gobernador luego de posponerlas por más
de nueve meses. Ipso facto los
partidos A.D., Un nuevo Tiempo, Avanzada Progresista y Primero Justicia,
aceptaron concurrir. Voluntad Popular tardó pero lo hizo abandonando su postura
cuasi insurreccional. Pareciera que pesó la casa por cárcel de su máximo líder,
Leopoldo López.
Las
organizaciones políticas mencionadas volcaron todos sus esfuerzos por obtener
gobernaciones olvidando el sacrificio de tantos jóvenes por cambiar al país. Se
orientaron a acudir a una elección ante un ente electoral anteriormente
calificado de ilegítimo pero bajo el efugio de no conceder espacios fue
suficiente a objeto de lograr las cuotas de poder aspiradas.
El
escenario fue preparado por el gobierno y sus satélites comiciales. La mayoría
de las encuestadoras daba ganadora a la oposición por lo menos en 14 estados.
Sin embargo, lo ocurrido en los resultados tiene una explicación nítida: un
fraude bien materializado ante la pasividad e improvisación de la M.U.D.
Previamente
el Tribunal Supremo de Justicia había anulado las sustituciones en una pedestre
maniobra para declarar nulos los sufragios por candidaturas no válidas por esta
infame sentencia. Era la oportunidad de haber renunciado en pleno los
candidatos opositores para detener esta escalada arbitraria del máximo tribunal
en ejecución de los ucases ordenados desde el centro del poder.
Pero
aún hubo más irregularidades. El C.N.E. cambió, manu militari, los centros de votación en varios estados del país
para agobiar a los electores y promover de esa manera la abstención. Era
también otra medida aberrante que hubiere recurrido una respuesta estentórea de
quienes adversaban al gobierno. No conformes con lo anterior los paramilitares
hostigaron a los votantes en sus filas llegando incluso a asaltarlos como
ocurrió en una mesa en Chacao.
El resultado de las elecciones
Aproximadamente
a las 10 de la noche el C.N.E. anunció los resultados dando una clara mayoría a
los candidatos oficialistas y omitiendo al estado Bolívar sin explicación
alguna. Asimismo, vimos cómo el alto mando militar entraba en cadena televisiva
regodeándose del triunfo oficialista. Media hora antes de la información del
ente electoral, el vocero de la mesa, el alcalde de Baruta Gerardo Blyde
aseveraba que sus números eran distintos a los del órgano del Poder Electoral.
Después de conocerse los dígitos oficiales la M.U.D. cantó fraude y señaló que
iba a movilizar a la gente para protestar a partir del lunes 16. Hasta ahora no
ha habido ninguna manifestación.
Después
vino la desmoralización. Liliana Hernández, otra vocera electoral y miembro de
la vieja política, admitió públicamente que en el estado Miranda solo tenían
presencia en un 30% de las mesas. Denunciaron a la abstención como una de las
causas de la derrota. Varios dirigentes dieron declaraciones contradiciéndose
en cuanto a la comparecencia ante la constituyente a juramentarse, el candidato
a la reelección en Lara, Henri Falcón, admitió la derrota unilateralmente sin
esperar una declaración de la M.U.D.
El
colmo fue el espectáculo en Bolívar donde todas las evidencias señalan un
vulgar fraude. Andrés Velásquez fue dejado solo por la coalición, pretendió
recurrir a la calle y fue reprimido violentamente por la guardia nacional. Es
digno de destacar los votos de otro candidato de la oposición, Francisco Sucre,
superó los 6 mil sufragios, suficientes para hacer ganador al dirigente de la
Causa R.
Se
especula, y puede ser así, que la entidad del Poder Electoral llamará a
elecciones en diciembre para alcaldes y de esa forma aprovechar el mal momento
de la oposición oficial pero ésta se encuentra movilizada para aceitar sus
maquinarias y participar en el reparto del botín clientelar. Irán a un proceso
sin mística alguna y solo aspirando a recibir las cuotas de poder a otorgar por
el régimen.
La abstención
Una
de las conductas más denostadas por los burócratas de la M.U.D., es imputar
culpas por la derrota a quienes no votaron. Empero, los dígitos hablan por sí
solos. En esta clase de votación regional siempre ha ocurrido una relativa y
elevada abstención pero esta vez no fue así porque concurrió más del 61% de los
votantes. Adicionalmente el estado con mayor inhibición de votantes fue el
Zulia, en el cual ganó la oposición. Quizá fue parcialmente elevada en Miranda
donde la clase media profesional no aceptó la participación orquestada por los
partidos.
Además,
hay una circunstancia no apreciada por quienes criticaron
la no participación. Más de un millón y medio de electores se fueron de
Venezuela y no votaron obligadamente porque no hubo sufragios en el exterior.
Esa cantidad ya de por sí aumentaba la abstención. De tal manera que achacar al
no votar la responsabilidad del triunfo chavista en las recientes elecciones no
es más que un subterfugio para encubrir la apodíctica ineficacia de quienes han
apostado a cohabitar con un modelo dictatorial.
La lección opositora de Almagro
El
secretario general de la O.E.A. expresó sorpresa por una oposición que concurre
a una elección preparada por una dictadura. Fueron palabras tajantes
lamentablemente no pronunciadas por algún dirigente venezolano. El caudillo de
A.D. le respondió indicando que no aceptaba recomendaciones del exterior. Ha
sido muy lamentable la claridad de pensamiento de Luis Almagro respecto a
Venezuela y que la coalición opositora venezolana no la haya apoyado en forma firme
en esta oportunidad.
El
líder interamericano ha luchado increíblemente para abatir al régimen
venezolano. Fue insultado por la diplomacia venezolana acusándolo de ser un
agente del imperialismo habiendo sido siempre un dirigente de la llamada
izquierda progresista. Se le puede criticar su posición ideológica pero jamás
fue un instrumento de los americanos.
Da
la impresión que la actitud más firme frente a este gobierno proviene del
exterior porque internamente no ha podido construirse una opción distinta a la
polarización elaborada del gobierno-MUD. La confrontación directa se cumple en
el mundo y ha frenado muchas iniciativas de la dictadura nacional.
Panorama internacional
La
Unión Europea anunció una próxima reunión para decidir sanciones contra los
funcionarios de la dictadura venezolana. Deber ser por unanimidad y
aparentemente el único discrepante es el gobierno griego. El premier de ese
país, Alexis Tsipras, estuvo de visita en Washington donde seguramente conversó
con el presidente Trump sobre este aspecto. En todo caso, se estima que los
europeos castigarán a los miembros del Estado venezolano.
La
Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y los doce países del grupo de Lima no
han aceptado como válido el resultado de las elecciones nacionales por considerarlos
fraudulentos y están pidiendo una auditoría imparcial internacional. Piensan, a
pesar de la M.U.D., en procesar todas las medidas para culminar en una ayuda
humanitaria a llevar a cabo en el país que coronaría todos los esfuerzos para
reducir la acción del neofascismo venezolano.
Demás
está sostener que no existe probabilidad de guerra intestina en Venezuela
porque un solo sector está armado, los administradores de la violencia del
Estado, quienes están gobernando a sus anchas. Es una realidad distinta a Siria
donde occidente armó un ejército paralelo, el Ejército Libre de Siria.
Perspectivas
El
15 de octubre fue un aldabonazo para los partidos políticos integrantes de la
coalición electoral. Solo el argumento de denunciar fraude los tranquiliza pero
queda el amargo sabor de una derrota prestablecida. Además, varios partidos
prácticamente tienen su certificado de defunción, como Bandera Roja, Avanzada
Progresista, Un Nuevo Tiempo, el M.A.S. y Causa R con la excepción del
liderazgo regional de Bolívar.
Igualmente
quedan desnudados las organizaciones grandes como expresiones clientelares,
A.D., Primero Justicia y Voluntad Popular. El grupo de María Corina Machado,
Vente Venezuela, no parece tener visos de éxito, y Alianza Bravo Pueblo de
Antonio Ledezma, menos.
El
oficialismo tampoco tiene muchas posibilidades porque solo los unifica la
retención del poder a través del fraude y la represión. El llamado chavismo
crítico también atraviesa dificultades por sus limitaciones ideológicas,
organizativas y operativas. No representa salidas ciertas en lo inmediato.
El
panorama partidista está delatado a corto plazo. Unos, parte del gobierno
dictatorial, militarista, autoritario sostenido por las bayonetas y la
manipulación comicial. La oposición apelando al juego del populismo y a aceptar
los mendrugos concedidos por el régimen.
Queda
el reto de construir una opción distinta a las estructuras existentes pero ello
lleva tiempo y las condiciones del poder tratan de impedir la elaboración de
formaciones diferentes. Una de esas iniciativas se encuentra en los jóvenes y
los estudiantes, quienes dirigieron la reluctancia hacia la dictadura en los
meses de movilización y todavía, a pesar de la ralentización de la calle,
conservan sus expresiones organizativas.
Asimismo,
la crisis social derivada de la profunda recesión y la hiperinflación,
acompañada de desempleo, escasez, inseguridad y desabastecimiento, conforman
polos de perturbaciones cotidianas porque el tráfico del hambre a través de los
Clap, las miserias contenidas en la medidas asistencialistas sin sustentación
en el tiempo como la “chamba juvenil” y otras respuestas extremadamente
coyunturales del gobierno, no podrán detener irrupciones en los espacios
públicos a pesar de la debilidad del movimiento social.
Maduro
y sus acólitos no tienen la capacidad ni la intención de crear panaceas a tan
grave coyuntura por la cual atravesamos, razón por la cual continuará el
desfase catastrófico recurrente de la dinámica económico-social. El
decantamiento opositor oficial también contribuye a aclarar la situación.
Finalmente, el anterior panorama es transparente y propicio para los retos a
responder. No son manifestaciones estocásticas sino reales las pendientes.
Estamos conscientes que la crisis nacional no se va a resolver con una intervención
internacional o con una negociación donde se conceda impunidad pero sin existir
una alternativa no hay probabilidad de un cambio capaz de insertarnos en la vía
del progreso.
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