José Solano (Equipo Crítico)
Desde que saliera la noticia de que el exdirector de Fuerza Pública, José Fabio Pizarro, fue detenido por tráfico de drogas, ha salido a la luz el debate sobre una posible mampara de sus actividades paramilitares versus el nexo con el narcotráfico. Sin embargo, reducir la discusión a esto sería sumamente vago y restaría el análisis integral que conlleva una situación política y económica respecto al fenómeno del paramilitarismo, el cual, como se verá, tiene una raíz en el modelo de estado que ha venido conformándose tras la supuesta disolución del ejército en 1949. Es decir, esto va más allá de un simple negocio personal u organizacional de los cárteles. Esto simplemente demuestra la naturaleza del estado, su hipocresía y su mecanismo de supervivencia ante posibles crisis sistémicas.
La disolución del ejército y la fanfarria romántica del pacifismo
El 1° de diciembre de 1948, con un acto simbólico, el dictador José Figueres Ferrer abolió el ejército costarricense. Dos conclusiones atrevidas pueden destacarse de aquel famoso “mazazo” dado en el cuartel Bellavista (actual Museo Nacional) por quien presidía la “Junta Fundadora de la Segunda República”. La primera es la más evidente: para aquel entonces, el otrora poderoso ejército centroamericano de grandes lides durante el siglo XIX había entrado en una franca decadencia a lo largo de la primera mitad del siglo XX, especialmente por falta de inversión y de preparación técnica que lo actualizara a los nuevos estándares mundiales. La segunda es que tras un golpe de estado podría gestarse un contragolpe por parte del ala militar, tradicional aliada de las fuerzas más conservadoras del poder político y económico de la historia costarricense y que podrían haber pretendido recuperar su poder frente a la nueva fuerza que se alzaba en victoria. Era un riesgo que no podía ponerse en juego.
Desde que saliera la noticia de que el exdirector de Fuerza Pública, José Fabio Pizarro, fue detenido por tráfico de drogas, ha salido a la luz el debate sobre una posible mampara de sus actividades paramilitares versus el nexo con el narcotráfico. Sin embargo, reducir la discusión a esto sería sumamente vago y restaría el análisis integral que conlleva una situación política y económica respecto al fenómeno del paramilitarismo, el cual, como se verá, tiene una raíz en el modelo de estado que ha venido conformándose tras la supuesta disolución del ejército en 1949. Es decir, esto va más allá de un simple negocio personal u organizacional de los cárteles. Esto simplemente demuestra la naturaleza del estado, su hipocresía y su mecanismo de supervivencia ante posibles crisis sistémicas.
La disolución del ejército y la fanfarria romántica del pacifismo
El 1° de diciembre de 1948, con un acto simbólico, el dictador José Figueres Ferrer abolió el ejército costarricense. Dos conclusiones atrevidas pueden destacarse de aquel famoso “mazazo” dado en el cuartel Bellavista (actual Museo Nacional) por quien presidía la “Junta Fundadora de la Segunda República”. La primera es la más evidente: para aquel entonces, el otrora poderoso ejército centroamericano de grandes lides durante el siglo XIX había entrado en una franca decadencia a lo largo de la primera mitad del siglo XX, especialmente por falta de inversión y de preparación técnica que lo actualizara a los nuevos estándares mundiales. La segunda es que tras un golpe de estado podría gestarse un contragolpe por parte del ala militar, tradicional aliada de las fuerzas más conservadoras del poder político y económico de la historia costarricense y que podrían haber pretendido recuperar su poder frente a la nueva fuerza que se alzaba en victoria. Era un riesgo que no podía ponerse en juego.
En palabras sencillas, aquella idea romántica de abolir el ejército para tener más educación es sobradamente falsa, especialmente porque ni los datos ni la realidad reflejan cambios sustantivos entre la inexistencia del ejército y la educación. Además, según algunos datos, el ahorro que se ha hecho por desaparecer la milicia es de unos $400 millones, sin embargo, el gasto en seguridad de Costa Rica es de los más elevados de la región según apuntaba la BBC de Londres en 2015 [1]. De igual forma, en un artículo para la agencia de noticias EFE, se señalaba que
Costa Rica dedicó 950 millones de dólares a la Seguridad Nacional durante 2016, que están conformadas por 14.497 efectivos (2,7 agentes por cada mil habitantes), según datos del Atlas Comparativo de la Defensa de América Latina y el Caribe (ACDAL), lo que supone un incremento del 159% en el periodo 2008-2016, cuando el aumento del presupuesto del Estado fue del 126% y el del PIB del 91%. [2]
Como puede percibirse, cada vez más se viene aumentando el presupuesto que se destina a seguridad, incluso a costa de la propia niñez que supuestamente se vería favorecida por la abolición del ejército hace más de seis décadas [3]. Por tanto, lo que se demuestra es que el gasto en seguridad (y si existiese un ejército formal no sería la excepción) se solventa con recortes de programas sociales y de otras instituciones. Se gasta en represión y no en prevención, para ponerlo en palabras más simples.
El gran mito de la abolición del ejército
Tras lo descrito brevemente, queda evidenciado como en Costa Rica, si bien no existe un ejército formal, el gasto que se realiza en los numerosos cuerpos de seguridad es mucho más elevado que en los países donde sí existe una milicia. Un posible alegato a esta situación es que, al no tener precisamente un ejército, el crimen organizado tiene mayores facilidades para funcionar sobre el territorio nacional, lo cual es completamente falso, así lo demuestran los propios países con ejércitos donde, por paradójico que parezca, la producción y el tráfico de drogas, y otros ilícitos, se movilizan con mucha mayor facilidad. Tal es el caso de México donde la “guerra contra el narcotráfico” no ha dado ni un solo resultado positivo o en Colombia, cuyo gasto militar es el más elevado de América Latina, donde existen además unas once bases militares estadounidenses.
Esto es además curioso porque Costa Rica sigue enviando policías a la tristemente célebre Escuela de las Américas, hoy WHINSEC o Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad por sus siglas en inglés. Así que, solo para recapitular un poco, esta famosa escuela es el alma máter de algunos de los dictadores más reconocidos de América Latina, acusados muchos de ellos por crímenes de lesa humanidad. Originariamente estuvo localizada en Panamá entre 1946 y 1984, hasta su traslado a Fort Benning en el estado de Georgia (EUA) donde reside actualmente bajo el nombre de WHINSEC. Este lugar es, por lo tanto, un espacio de formación exclusivamente militar, razón por la cual nace la pregunta: ¿por qué un país que se dice sin ejército envía constantemente policías a capacitarse en cursos militares?
Es bueno, por lo tanto, desmentir el mito abolicionista con algunos datos interesantes. Según el Observatorio de la Escuela de las Américas (SOAW) y el Centro de Amigos para la Paz (CAP), entre 1947 y 2004, se enviaron un total de 2558 soldados y policías [4] a ese centro de formación, primero en Panamá y luego en Fort Benning. En un estudio de Sergio Moya (2012), se reafirma el hecho de que “los procesos de profesionalización de las fuerzas policiales costarricenses tuvieron hasta 1994 un carácter predominantemente militar” (p. 257) [5]. Y sin embargo, a pesar de las reformas que empiezan a gestarse a partir de esa fecha con la creación de la Ley General de Policía, el envío, como se dijo, de policías a la misma academia militar, ha sido una constante en la política de seguridad ciudadana del ministerio del ramo.
De esta forma, como bien destaca Constantino Urcuyo (citado por Moya, 2012), existía una “esquizofrenia organización” de los policías pues se les decía que su función era meramente civilista mientras que su formación era predominantemente militar, a lo cual debe sumarse una serie de factores que destacan por el predominio de la educación miliciana que recibían los miembros de la Guardia Civil y posteriormente de la Fuerza Pública, tales como capacitaciones, recursos, verticalidad y una confusa formación que dejaba más en el limbo el carácter de sus funciones [6].
De igual forma, se puede deducir entonces que la llamada Guardia Civil de Costa Rica funcionaba más como un cuerpo de seguridad militar hasta que pasó a ser dependencia del Ministerio de Seguridad Pública en 1954, y lo que fue la Escuela Militar ubicada en Guadalupe, pasó a denominarse Escuela Cívico Militar hasta la creación de la Escuela Nacional de Policía en 1964. Y es hasta 2001 que se eliminan los grados de carácter militar con la reforma a la Ley General de Policía. Aun así, después de esta fecha la formación y funcionamiento de algunos cuerpos policiales es bastante más cercano al de un aparato militar, tal es el caso de la GAO (y actuales Linces).
Sin embargo, muchos de estos policías formados en la Escuela de las Américas seguían fungiendo como miembros activos de la Fuerza Pública (llamada así desde 1994 con la fusión de la Guardia Civil y la Guardia Rural) o de la Reserva Nacional de Policía. Tal es el caso de José Fabio Pizarro quien se destacó como director de Fuerza Pública entre 2007 y 2008, pero había sido formado en la Escuela de las Américas en varios cursos entre 1986 y 1994, entre los que destacan el Curso básico para oficiales de infantería, el Curso avanzado para oficiales de armas de combate, el Curso de operaciones conjuntas y el Curso de operaciones de comandos.
A pesar de este currículum, el exministro Fernando Berrocal defendió el nombramiento de Pizarro a quien, en su momento, lo consideró “una buena decisión” [7], a pesar de que siendo director de ese cuerpo, llevó a cabo prácticas sumamente preocupantes, como la violación a la propiedad privada, secuestro y desaparición de un manifestante en 2008 [8], recordando de esta manera más los famosos alegatos del exdictador Videla en Argentina sobre los desaparecidos [9] que el de un policía civilista
La formación policial-militar y la sombra de la Escuela de las Américas
Como puede notarse hasta este punto, la formación policial en Costa Rica ha estado estrechamente ligada a la capacitación militar principalmente en los Estados Unidos a través de la Escuela de las Américas (WHINSEC). Esto muy a pesar de las propias autoridades, tal es el caso del ministro de seguridad Gustavo Mata quien afirma que los oficiales enviados a Fort Benning iban bajo carácter meramente policial y no militar, esto por el cuestionamiento que CAP/SOAW-Costa Rica hace en una carta remitida el 22 de abril de 2015, con respuesta del ministro el día 3 de agosto de ese mismo año [10].
Sin embargo, es fácil desmentir este dato del ministro pues, en la misma nota enviada por estas organizaciones, se señala como Costa Rica ha enviado policías a capacitarse en los cursos: comandantes y oficiales del Estado Mayor, oficiales de mando y Estado Mayor General, análisis contra terrorismo, operaciones de inteligencia, operaciones de información, entre otros. Así por ejemplo, en la revista militar Diálogo (medio de comunicación del Comando Sur de los Estados Unidos), se detalla como policías de Costa Rica han sido capacitados en el Curso para comandantes y oficiales del Estado Mayor, el cual
instruye y forma a oficiales de grado en campo para resolver problemas y dirigir organizaciones utilizando el Control de la Misión en un ámbito de articulación de operaciones conjuntas, interagenciales, intergubernamentales y multinacionales (por sus siglas en inglés “JIIM) del Ejército, en entornos operacionales complejos e inciertos. [11]
En el caso del Curso de oficiales de mando y Estado Mayor General (CGSOC), también destacado por el CAP/SOAW-Costa Rica, el comandante de WHINSEC, Coronel Glenn R. Huber
se mostró satisfecho al ver que parte de su visión de mando está dando sus frutos con la integración de recursos y personal externos dentro del esquema de entrenamiento y ejercicio del plan de estudios del CGSOC, a medida que se acerca al final de su permanencia en el cargo del único instituto bilingüe acreditado del Ejército de los Estados Unidos [WHINSEC] que confiere títulos de grado especializados en educación militar. [12]
Más claro ni el agua de un manantial. La formación que se recibe en WHINSEC es militar. Pero no solo eso, Costa Rica también es partícipe de los controvertidos juegos militares denominados Fuerzas Comando, el cual, según el propio Comando Sur de los Estados Unidos (USSOUTHCOM), es auspiciado y patrocinado por ellos [13]. El año anterior, Costa Rica participó nuevamente en el evento realizado en Perú, donde la bandera tricolor ondeaba en medio de militares del continente durante la inauguración [14], y también pueden encontrarse fotografías donde policías costarricenses, vestidos y armados como militares, hacen parte de los ejercicios de estos juegos [15].
Algunos de los policías que participan en estas actividades pertenecen al Grupo de Apoyo Operacional (GAO), mismos que se han venido formando con la policía militarizada de Panamá (Linces). Precisamente este grupo policial es el que tiene las conductas y actuaciones con más denuncias por abusos de autoridad [16], violencia, acoso y asaltos [17], así como actuaciones fuera de la ley como allanamientos de morada sin orden judicial [18]. Todo lo anterior indica que en Costa Rica se están preparando policías no con características civilistas sino militares, que existen unidades especiales que son llevadas a entrenar y a participar en competencias que son exclusivas para soldados, tanto de la Escuela de las Américas como del Comando Sur de los Estados Unidos y a pesar de esto, el ministro de seguridad defiende estos polémicos hechos. La policía no se está formando en escuelas policiacas, lo hace en Fort Benning y participa en juegos que organiza el ejército de los Estados Unidos. ¿Qué más pruebas necesita el presidente y su ministro del ramo? ¿O es que acaso se sabe y se guarda silencio como lo hiciera Oscar Arias durante su última administración [19]?
De cómo llegar al paramilitarismo y sus efectos colaterales
Hasta aquí queda con total claridad que la supuesta tradición pacifista y antimilitarista costarricense es tan solo un romántico mito, basado en el ambiguo abolicionismo que de un mazazo destruye cualquier sueño. Tras la disolución del ejército en 1948 hasta el día de hoy, el envío de policías “civilistas” a la Escuela de las Américas para capacitarse en cursos de currículum dudoso (y algunos bastante claros), expone un secreto que poco a poco sale a voces: militarización de la Fuerza Pública. Cientos de policías han pasado por la escuela que ha educado a los torturadores, asesinos y genocidas más connotados de la historia reciente latinoamericana, José Fabio Pizarro no es la excepción.
Las formas de actuación con la sociedad civil, tales como los constantes abusos de autoridad y la ilegalidad de sus procedimientos, dejan en evidencia a una policía que no responde a los valores cívicos ni democráticos por los que tanto se jacta el Ministerio de Seguridad Pública. Así ha quedado palpable en las acciones de Pizarro en 2008 durante una manifestación que pasaba por la Asamblea Legislativa o en el actuar del GAO y los Linces en los últimos meses, con hartas denuncias en su contra.
Ante un panorama de este tipo, no es sorprendente que en el país aparezcan grupos paramilitares [20], especialmente cuando no existe una milicia formal en el país, por más que el Comando Sur se entusiasmara en su momento cuando la expresidente Laura Chinchilla cuestionaba ese supuesto pacifismo nacional [21].
El militarismo (y el paramilitarismo) es un fenómeno propio de la naturaleza del Estado. No es aislado que Herbert Spencer afirmara que “el estado ha sido creado por la guerra”. Y es así, mas para que exista la guerra (a parte del fenómeno económico), debe existir un componente ideológico que sirva de acicate, que lo sustente, y esto es la religión del estado: el nacionalismo. Por ello no es de extrañar que estos grupos sean tan cercanos a las ideas políticas más extremas, conservadoras y reaccionarias, donde el fascismo se convierte en la máxima expresión.
Cuando estos grupos pululaban por toda América Latina, durante los años de la Guerra Fría, eran financiados por actores internos y externos interesados en el combate del comunismo. Tanto las cúpulas empresariales de los países como los órganos estatales norteamericanos y el ejército, apoyaban, armaban y preparaban a estas fuerzas de extrema derecha para que colaboraran a sofocar a las guerrillas o los intentos de formación de estas, aunque se dieran fuera del marco de la legalidad. Sin embargo, con el fin del conflicto este-oeste, al igual que los grupos guerrilleros, los paramilitares quedaron en el limbo y entraron a la globalización bajo las mismas contradicciones ideológicas de otros actores sociales. A pesar de esto, los paramilitares siguieron funcionando y se adaptaron mejor a las nuevas condiciones políticas y económicas, trabajando en conjunto con el estado y su ejército (falsos positivos, sicariato), focalizando nuevos enemigos (organizaciones criminales, extranjeros) o bien, encontrando negocios lucrativos gracias a su preparación militar (narcotráfico). Son México y Colombia los que encierran mejor todas estas características.
Lo único que se necesita para la conformación de un órgano paramilitar es tener la formación en las escuelas especializadas como WHINSEC o el Comando Sur, además de un exacerbado nacionalismo que requiera ser canalizado por la emotividad que significa el amor a la guerra y a las armas, así como una supuesta necesidad de defender un espacio vital (estado) ante enemigos generalmente irreales, especialmente ante la ausencia de conflicto.
El culto a un líder, el amor a la patria, la idea de superioridad, el temor a la corrupción de la idiosincrasia, la defensa de los valores de antaño, la disciplina militar, el principio de autoridad y obediencia, son los fundamentos que pueden llevar a una persona a actuar ciegamente, bajo cualquier medio, para alcanzar sus fines o los de quien les ordena. Esta puede ser una posible explicación de lo que investiga el OIJ sobre el exoficial Pizarro y sus colaboradores recientemente arrestados. Lo que de paso les permite acceder a armas pesadas y por tanto ilegales en el país, así como a financiamiento para continuar y expandirse en el tiempo. Por lo tanto, no puede minimizarse el fenómeno del paramilitarismo ni de su base ideológica como lo intentan hacer los medios de comunicación y las autoridades que investigan el caso. El supuesto caso de narcotráfico sería simplemente un medio, no el fin de la organización y esto debe quedar claro, pues hay fundamentos que son trascendentes a esto, que son cuestiones del espíritu de quienes conforman estas agrupaciones.
En resumen, el paramilitarismo en Costa Rica es inherente al militarismo, que es como el éter, que no se ve, pero todo lo envuelve. El estado no puede desterrarlo de sí porque es parte de su naturaleza, puede apaciguarlo durante décadas, tal es el caso del país, pero lo mantiene latente, por ello sigue enviando personas a WHINSEC con el oprobioso silencio de los presidentes (nobeles de la paz inclusive) y la contradictoria negación de una población que, por un lado solicita más violencia y represión, y por otro vive aferrada al cuento de hadas del mito abolicionista. La guerra es cruel en todos sus sentidos, es un mal a erradicar en el planeta, baste al menos escribir estas líneas para quitar la venda y la careta de un país hipócrita que está en las manos de los señores de la guerra.
Notas
[1] BBC Mundo (2015, 2 de junio) ¿Ahorran Costa Rica y Panamá por no tener ejército? BBC. Recuperado de http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/06/150601_economia_gasto_militar_panama_costa_rica_lf
[2] del Hoyo, Miguel Ángel (2017, 27 de abril) Seguridad de Costa Rica con más presupuesto que los ejércitos de América Central. ElPaís.cr. Recuperado de http://www.elpais.cr/2017/04/27/seguridad-de-costa-rica-con-mas-presupuesto-que-los-ejercitos-de-america-central/
[3] Quirós, Bharley (2016, 19 de octubre) Diputados aprueban moción para quitarle ¢25 mil millones al PANI. La Prensa Libre. Recuperado de https://www.laprensalibre.cr/Noticias/detalle/89219/diputados-aprueban-mocion-para-quitarle-¢25-mil-millones-al-pani
[4] Debe recordarse que tras la abolición del ejército, la mayoría de los soldados pasaron a ser miembros de la policía mientras que otros buscaron nuevos oficios. Sin embargo, se continuó la práctica de enviar policías hasta el día de hoy a la misma escuela de formación militar.
[5] Moya, Sergio (2012) Los procesos de formación policial en Costa Rica: avances y desafíos pendientes. Ciencias Económicas 30(1), 255-272. Recuperado de http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/economicas/article/viewFile/7001/6686
[6] Moya, S. Ibíd., pp. 257-258.
[7] Fallas, Gustavo (2017, 23 de junio) Exministro de Seguridad: 'Pizarro era el oficial más calificado cuando lo nombré director de Fuerza Pública'. La Nación. Recuperado de http://www.nacion.com/sucesos/narcotrafico/Exministro-Seguridad-Pizarro-Fuerza-Publica_0_1641635886.html
[8] Barboza, Allan (Productor y Director). (2008) El bulevar de las bestias [Documental]. Costa Rica: Producciones 1856. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=NF6WOB87lC4&t=34s, https://www.youtube.com/watch?v=kmauclk-uxA, https://www.youtube.com/watch?v=p-bUMEg-a8E
[9] Agencia Télam (2013, 17 de mayo) Videla en 1979: No está muerto ni vivo... está desaparecido. La Voz. Recuperado de http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/videla-1979-no-esta-muerto-ni-vivo-esta-desaparecido
[10] Cuento con copias de todas las cartas enviadas al ministerio y a la presidencia con su respectiva respuesta hasta la fecha.
[11] Ray, Santiago (2013, 4 de noviembre) La clase de WHINSEC aprende sobre las raíces del equipo de combate de EE.UU. Revista Militar Digital Diálogo. Recuperado de https://dialogo-americas.com/es/articles/la-clase-de-whinsec-aprende-sobre-las-raices-del-equipo-de-combate-de-eeuu
[12] Ireland, Paul (2014, 4 de abril) Oficiales de enlace del servicio internacional del Centro de Maniobras de Excelencia colaboran con WHINSEC. Revista Militar Digital Diálogo. Recuperado de https://dialogo-americas.com/es/articles/oficiales-de-enlace-del-servicio-internacional-del-centro-de-maniobras-de-excelencia-colaboran-con-whinsec
[13] Menegay, Chad (2016, 13 de mayo) Special operations teams from 20 nations compete in Fuerzas Comando competition [Equipos de operaciones especiales de 20 países compiten en la competencia Fuerzas Comando]. SOUTHCOM. Recuperado de http://www.southcom.mil/MEDIA/NEWS-ARTICLES/Article/1041735/special-operations-teams-from-20-nations-compete-in-fuerzas-comando-competition/
[14] Fuerzas Comando Perú 2016 (2016) Inauguración de las Fuerzas Comando Perú 2016. Video recuperado de http://1080.plus/Inaguraci%C3%B3n_Fuerzas_Comando_Per%C3%BA_2016/tEArdOirwPw.video
[15] SOUTHCOM (2016) A special forces competitor from Team Costa Rica lines up his next shot during a critical task evaluation [Un competidor de fuerzas especiales del equipo de Costa Rica apunta su siguiente disparo durante una evaluación de tareas críticas]. SOUTHCOM. Recuperado de http://www.southcom.mil/MEDIA/IMAGERY/igphoto/2001683963/
[16] Retana, Gustavo (2016, 28 de junio) Policías vapulean y asaltan a exoficial condecorado. Diario Extra. Recuperado de http://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/298014/policias-vapulean-y-asaltan-a-exoficial-condecorado
[17] Méndez, Alexander (2017, 3 de mayo) Policías siembran terror en La Carpio. Diario Extra. Recuperado de http://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/331524/policias-siembran-terror-en-la-carpio
[18] Sánchez, Álvaro (2017, 10 de mayo) Policías habrían ingresado ilegalmente a vivienda y retuvieron a mujer y su hijo por horas. Telenoticias. Recuperado de http://www.teletica.com/Noticias/160697-Policias-habrian-ingresado-ilegalmente-a-vivienda-y-retuvieron-a-mujer-y-su-hijo-por-horas.note.aspx
[19] La Nación (2011, 6 de marzo) Yo mando la carta y seguimos. La Nación. Recuperado de https://www.equipocritica.org/reflexion-editorial/editoriales-anteriores/un-silbido-de-miedo-entre-las-monta%C3%B1as-paramilitarismo-en-costa-rica/
[20] Solano, José (2013, 29 de setiembre) Un silbido de miedo entre las montañas: paramilitarismo en Costa Rica. EquipoCritica.org. Recuperado de https://www.equipocritica.org/reflexion-editorial/editoriales-anteriores/un-silbido-de-miedo-entre-las-monta%C3%B1as-paramilitarismo-en-costa-rica/
[21] Revista Militar Diálogo (2011, 19 de enero) Costa Rica podría tener en el futuro su propio Ejército. Revista Militar Digital Diálogo. Recuperado de https://dialogo-americas.com/es/articles/costa-rica-podria-tener-en-el-futuro-su-propio-ejercito
[Tomado de https://www.equipocritica.org/reflexion-editorial.]
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