Pedro Pablo
Muchas guerras llevan el nombre de los contendientes, como la ruso-japonesa, la franco-prusiana, la chilena-peruana, la Iran-Irak. Como se ve, los contendientes generalmente pertenecen a naciones diferentes porque cuando se trata de enfrentamientos dentro de un mismo país se la llama guerra civil, aunque participen militares. El chavomadurismoen Venezuela ha inventado una nueva modalidadde una guerra interna, que no ha sido frecuente en la historia, en la que uno de los bandos es la FAN (antes llamada fuerza Armada Nacional ahora Fuerza Armada Nicolasiana) poseedora del monopolio exclusivo de la fuerza (con algunas excepciones) y el otro bando,civiles desarmados. Este tipo de enfrentamiento surgido en revolución como gusta decir al gobierno bien podemos llamarloGuerra Cívico Militar, que es la versión que el gobierno bolivariano ha inventado de la guerra asimétrica. A decir verdad, no se puede pensar en nada más asimétrico que este duelo.
Muchas guerras llevan el nombre de los contendientes, como la ruso-japonesa, la franco-prusiana, la chilena-peruana, la Iran-Irak. Como se ve, los contendientes generalmente pertenecen a naciones diferentes porque cuando se trata de enfrentamientos dentro de un mismo país se la llama guerra civil, aunque participen militares. El chavomadurismoen Venezuela ha inventado una nueva modalidadde una guerra interna, que no ha sido frecuente en la historia, en la que uno de los bandos es la FAN (antes llamada fuerza Armada Nacional ahora Fuerza Armada Nicolasiana) poseedora del monopolio exclusivo de la fuerza (con algunas excepciones) y el otro bando,civiles desarmados. Este tipo de enfrentamiento surgido en revolución como gusta decir al gobierno bien podemos llamarloGuerra Cívico Militar, que es la versión que el gobierno bolivariano ha inventado de la guerra asimétrica. A decir verdad, no se puede pensar en nada más asimétrico que este duelo.
La versión gubernamental, en el país como en cualquier otro estado del mundo, es que el poder tiene, entre sus obligaciones, mantener el orden público frente a intentos de perturbarlo, así como defender personas y bienes. También tiene otros, como lo establecen las diferentes constituciones, en general referidas a salud educación, control de delincuencia, defensa, de cuyo desempeño no vamos a tratar.En lo que hace al orden público, su ejercicio está internacionalmente regulado como para que no se extralimite ni se violen los derechos fundamentales de las personas. Bajo estas banderas el gobierno intenta defender su posición.
Sin embargo, esto se ha transformado en una posverdad, es decir, un mero artificio verbal para mentir francamente sobre la situación. Veamos algunos que lo corrobora. La palabra terrorista está de moda e infunde miedo desde Bush y las Torres Gemelas. En Venezuela, un joven que toma una de las miles de bombas lacrimógenas y las devuelve a quienes las lanzaron y es calificado de terrorista; lanzar piedras a los soldados que, legalmente, disparan contra ellos, también lo esasí como protegerse con escudos caseros de los perdigones y balas.. No hay registro de ningún atentado realizado por estos supuestos terroristas, aunque son acusados de serlo porque cuando los reprimen en una marcha, y los soldados lanzan sus bombas en un colegio, en un hospital, en un restaurante o en los domicilios, la culpa es de las víctimas. Es como si, en un asalto, el ladrón fuera inocente de haber matado a la víctima porque puso mala cara cuando le dio la cartera con el dinero.
Pero hay más brutalidad, si se pudiera y parece que se puede, porque el supuesto control no se limita a frenar una marcha opositora sino que, una vez dispersa, se pasa a la ofensiva y se persigue a los marchantes dentro de los edificios en que se refugian, si resultan heridos en los centros de salud en los que se atiende, y hasta se los busca en sus domicilios. Pero como si eso no fuera bastante, en las noches se realizan ataques a los vecinos en las zonas donde se marchó, se invaden masivamente sus casas y apartamentos, se aprisiona a gente indiscriminadamente, se dispara indiscriminadamente contra los edificios y hasta se llega a matar las mascotas de las casa si ladran,. Este modelo de represión es el mismo patrón que utilizó la dictadura de Videla en Argentina en los años 70, con la diferencia que en Argentina había un sector de la oposición que estaba armada y organizada enguerrillas, algo inexistente en la Venezuela de hoy por mucho que se quiera hacer aparecer a unos jóvenes con piedras como terroristas.
Por supuesto, en esta situación de guerra cívico militar, declarada por el gobierno, la justicia civil dejó de existir y todo apresado en estas razias militareses llevado, ilegalmente,ante la justicia militar, acusados de terrorismo, traición a la patria, ataque al centinela, aun estando en su casa, y hasta profesores universitarios jubilados de la tercera edad por haber publicado un artículo en España. Cabe decir que la Justicia militar depende totalmente del presidente de la república, en su calidad de comandante en jefe. Y todos sabemos que las cárceles en general, y las militares en particular, son más bien depósitos de carne humana que lugares de reclusión, sin comida, sin visitas, sin higiene, decenas apiñados en celdas mínimas, sin ver el sol, casi una neo versión de campos de concentración, pero mucho más concentrados. Además de una operació, que unos de los jerarcas del régimen bautizó burlonamente comoOperación TunTun, de persecución selectiva a los opositores en los que se los secuestra sin llenar ninguna de las disposiciones legales vigentes, suspendidas en razón de este estado de guerra.
Los resultados confirman lo que escribimos. Hay más de 80 muertos, casi 4000 heridos, varios miles presos en las filas del enemigo civil y desarmado de la oposición.En el frente militar las bajas se cuentan con los dedos de la mano, al punto que no alcanzan para la propaganda.. Merece destacarse que la agresividad de las acciones de la parte militar alcanza hasta los grupos médico que socorren alos heridos, algunos de cuyos miembros han muerto y otros cuantos lastimados y agredidos, a pesar de estar bien identificados, algo que no concibe ni en guerras convencionales. Además, las nuevas FAN,, siguiendo la conducta de sus comandantes, también roban, saquean, cobran por la liberación por algunos de los que apresan, negocian rescates, vacían los apartamentos que allanan, vanadalizan los automóviles en los estacionamientos, todo lo cual estimo que consideran como botín de guerra medieval. Al par que muchos presos, los más notables, cumplen la función de rehenes más que de acusados, lo que quedó en evidencia cuando el Presidente Maduro ofreció cambiar a Leopoldo López por un prisionero portorriqueño.
Venezuela está en guerra, pero no civil sino una guerra cívico-militar. Y en este caso, no hay un golpe de Estado, que es casi una operación comercial entre militares, sino una patriada de la gente (el 80% de la población según las encuestas) contra el Estado y la casta militar que contrarresta con la imposición de muerte y terrorismo de Estado. La mayoría de las patriadas sale mal, pero la historia no se repite nunca igual porque el factor humano importa.
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