Enrique Contreras
La
manipulación de la información, el engaño y la mentira a través del tiempo, han
sido parte de las políticas informativas de los gobiernos de ayer y hoy, pero lo peor de todo esto, es que a
nombre de una “revolución” se siga engañando y mintiendo, cuando se están
entregando las riquezas de nuestro país al imperio del capital internacional.
Históricamente,
Venezuela es un país al igual que el resto de países de América Latina, que ha
sido penetrada, invadida, asaltada por gobiernos de distintas naciones con
vocación imperialista. Desde la colonia hasta nuestros días, este contexto no
ha cambiado, salvo la forma y la manera de hacerlo –en términos más concretos-
somos un país que en el ayer y en el hoy, hemos sido sometidos por estados que por su fortaleza económica,
científica, tecnológica y militar nos
han subordinado a sus intereses desde todos los puntos de vista, con la
complacencia de los gobiernos de turno que hemos tenido, salvo algunas y escasa
excepciones, como las asumidas en su tiempo histórico por Cipriano Castro,
cuando enfrento el bloqueo que hicieran en nuestras costas Gran Bretaña,
Alemania con la complicidad de Francia, Italia y España.
Éste
ambiente, que dolorosamente hemos vivido a través del tiempo, las clases
dominantes la han querido encubrir, en
esa historia arreglada, acomodada y farsante del pasado y presente, para
ocultar su traición a los intereses de la patria y que con el transcurrir de
los días se agudiza con celeridad en un mundo globalizado que ve al planeta
como simple mercancía.
Un
ejemplo de ese pasado doloroso contra América Latina, lo podemos encontrar en
los despojos territoriales que hacen los países con vocación imperial en las
últimas décadas del siglo XIX, al respecto el historiador Federico Brito
Figueroa señala: “… en efecto, Gran Bretaña incorpora a sus antiguos dominios
coloniales 3.700.000 millas cuadradas, con una población de 57.000.000 de
habitantes; Francia, 3.600.000 millas cuadradas, con 36.500.000 habitantes;
Alemania, 1.000.000 de millas cuadradas, con 14.5000.000 habitantes; Portugal
amplía su imperio colonial apoderándose de 800.000 millas cuadradas, con
30.000.000 y los Estados Unidos de Norteamérica establecen definitivamente las
bases para controlar en el futuro las Islas del Mar Caribe”. (Al respecto véase
el libro Origen del Capital norteamericano en Venezuela de O.E. Thurber,
Editorial Lola de Fuenmayor. 1984. Caracas-Venezuela.).
Esta
historia del despojo, en nada ha cambiado en éste presente, los gobiernos
siguen entregando nuestros recursos al gran capital para su explotación
irracional que daña no solo nuestro medio ambiente, sino que lesiona nuestra
soberanía a cambio de cuotas de poder que siempre han manejado las clases
dominantes y sus respectivos partidos
políticos.
El Arco Minero del Orinoco
Un
ejemplo claro de estas afirmaciones en éste presente lo encontramos en la
reciente entrega que el llamado gobierno
“revolucionario” está haciendo, al otorgarle a empresas multinacionales el
llamado Arco Minero del Orinoco donde el
12% de nuestro territorio es cedido y será explotado irracionalmente en el área de la minería,
donde denuncias muy concretas de nuestras universidades, grupos ecológicos,
científicos y las mismas etnias originarias del lugar, han señalado que la
mencionada explotación afecta gravemente bosques, ríos, parques nacionales y
las tierras indígenas.
Esta
entrega es la continuación del despojo histórico, junto al Esequibo, donde el
chavismo compartió la tesis del fidelismo cubano, cuando en las propias
palabras de Fidel acuso a Venezuela de
imperialista por su reclamación territorial, al respecto véase “La Guayana Esequiba el Pacto Cubano -
Guyanés de 1981”.
Numerosas
opiniones se han entretejido en artículos de prensa, declaraciones, documentos
con respecto a la entrega y la explotación del Arco Minero, al respecto el
profesor Esteban Emilio Mosonyi, conocido antropólogo, escritor y ex rector de
la Universidad Indígena, indicó en una declaración de prensa que “Ese
desarrollo del Arco Minero no es otra cosa que una posibilidad mortal, es el
fin de Venezuela, de un país, es un ecocidio. Aún si se explotara solamente la
mitad del arco, el golpe seria mortal”.
Pastora
Medina, del Movimiento Ecológico de Venezuela (MOVEV), explicaba que el Arco
Minero, destruiría selvas y bosques protegidas por decretos ambientales, como
Imataca, La paragua y El Caura, además de atentar contra monumentos naturales
comoGuanay y los 96 mil kilómetros de la Cuenca del Caroní, la cual alimenta la
represa del Gurí.
De
igual manera el Secretario de la Academia Nacional de Ciencias Naturales,
Machado Allison, indicó que la explotación del
Arco Minero del Orinoco serviría para la deforestación extrema, junto
con problemas fatales de salud para los habitantes locales.
Juan
Carlos Sánchez, coganador del Premio Nobel de la Paz como parte del Panel
Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC),
indicó también que está de acuerdo con Machado-Allison y refuta la ceguera del
gobierno con la minería a gran escala. En su esclarecida opinión,aseveraba que
los daños ambientales serán desastrosas en el Arco Minero del Orinoco,
incluyendo la acidificación de los ríos; el acrecentamiento de la turbidez y
sedimentación de los cursos de agua; y la contaminación de 10-100 metros
cúbicos de agua por tonelada de mineral procesado. Sánchez descarta el concepto
de la minería ecológica del gobierno como una fantasía. La extracción, de oro y
diamantes requiere la deforestación y la eliminación del suelo en grandes áreas
causando “daños irreversibles”, junto con los impactos en cascada: incluyendo
la destrucción de hábitat de la fauna y la pérdida de gran riqueza biológica.
Douglas
Bravo, referencia histórica del proceso revolucionario venezolano, en reciente
entrevista afirmaba: “… Chávez traicionó
a la patria en el caso del Esequibo y aprobó la “venta de la República”
al asignar las concesiones sobre la faja petrolífera del Orinoco (…) Este
Gobierno traicionó a la patria en el caso de la defensa del Esequibo. Fidel
Castro dijo en 1981 que Venezuela no tenía por qué reclamar el Esequibo a
Guyana y acusó al Gobierno venezolano de ser imperialista. Al parecer Chávez
siguió las instrucciones de Fidel, porque desde 1999 y hasta su muerte, hubo
una política más bien entreguista de nuestro territorio Esequibo hacia Guyana.
(…) Además, la traición no ha sido solo con Guyana; Venezuela ha otorgado en
convenios internacionales concesiones a otros países donde se entrega el país.
Hoy pueden presentarse en Venezuela soldados chinos, rusos, bielorrusos, de
Estados Unidos o Inglaterra y pueden decir “este territorio es nuestro” porque
prácticamente ha sido vendido”.
La empresa canadiense Golden Reserve
A
la fecha, ya se han firmado cuatro acuerdos, con empresas trasnacionales chinas, canadienses, congolesas e inglesas,
en trámite esperan empresas
norteamericanas y rusas –entre otras- con contratos leoninos a favor de las
mismas, donde hasta el momento han sido beneficiadas compañías como la Yakuan
Group de China, la Camc Engineering Co.Ltd (China), Afridiam de la República
del Congo y la canadiense Gold Reserve. Esta última, demando a Venezuela donde
la Corte de Apelaciones de Paris fallo a favor de dicha empresa y le ordeno a
Venezuela pagarle 730 millones de dólares por la expropiación de sus activos
enla región de Guayana. El fallo
inicial del Tribunal del Banco Mundial, donde se dirimen diferencias entre
Estados e inversionistas, fue dictado el 22 de septiembre de 2014, y desde
entonces el gobierno de Maduro ha intentado desconocerlo, apelar y negociar con
Gold Reserve. La Corte de Apelaciones también ordena pagar 150.000 euros
adicionales en costas procesales.
James
Coleman, presidente de la junta directiva de Gold Reserve, declaró que aunque
ha prevalecido la posición de ellos en este juicio,siguen considerando a
Venezuela como un socio y esperan que sea satisfecha la compensación. Pero,
además, quieren continuara avanzando en el desarrollo del proyecto “Siembra
Minera” en las minas Brisas Cristinas.Geográficamente la mina Las Brisas-Las
Cristinas está ubicada en el municipio Sifontes del estado Bolívar, entre los
parques nacionales Imataca y Gran Sabana. Aunque la certificación estará lista
entre ocho meses y un año, desde ya se le considera la mina de oro más grande
del mundo. Políticamente está en el centro de la diatriba. Por un lado,
gravitan las acusaciones sobre el daño ambiental que podría causar en la zona
la explotación de los minerales. Y, por el otro, que se convierta en el soporte
financiero del gobierno que, urgido de dinero, es acusado de regalar no solo
las riquezas mineras sino también las petroleras.
Entrega y traición
En
medio de este panorama, valdría la pena preguntarse de cuál invasión nos habla
el señor Maduro, a no ser que muchos venezolanos estemos equivocados, y el
presidente de éste país se refiera a una invasión extraterrestre. Lo cierto de
esto, es que históricamente esta nación, no había sido vendida y entregada al
imperio del capital, como lo está haciendo el llamado gobierno revolucionario a
nombre incluso de Bolívar.
La
comprensión de esta historia de la dominación, solamente podemos abordarla con
criterio histórico de totalidad, de lo contrario seguiremos ignorando las
causas y las consecuencias del por qué
de la situación que estamos viviendo en éste presente. Nuestra historia, es una
historia de lucha permanente llena en algunas oportunidades de triunfos que a
mediano y largo plazo se han convertido en traiciones, traiciones que nos han
conducido a una realidad que obligatoriamente replantea la necesidad imperiosa
de continuar la lucha por la emancipación de nuestras tierras llenas de gracia,
riquezas y de un pueblo soñador y amante de la libertad.
Cuando
esa causa emancipadora se dé, producto de las luchas de los de abajo en ese
proceso prolongado para ir construyendo poco a poco la descolonización, América
Latina dejara de ser la neo colonia de ese imperio llamado capital, que ha de
librarnos de esa deuda externa impagable, de la dominación ideológica
eurocentrista del llamado capitalismo y socialismo, de la dependencia
tecnológica y científica, del militarismo imperial, del servilismo, la entrega
y traición de los gobiernos de turno que hemos tenido, de los partidos
políticos controladores del pensamiento, las protestas y luchas sociales y de
otras variables que han conducido a tener sociedades esclavas dentro de la
llamada razón colonial.
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