Mandarina Ácida
Para
formar un grupo de consumo, existen unas pautas básicas, aunque cada contexto y
cada grupo van a tener sus particularidades. Hay más guías, esta no es absoluta
ni contiene todo. Pero es un intento más de fomentar la aparición de esta nueva
forma de consumo, más justa con los productores. Pero no olvidemos que el objetivo
es que también sea más justa con los consumidores.
Empecemos
por el principio... ¿Qué es? el concepto es muy sencillo: unas cuantas personas
se reúne y se ponen en contacto directo con productores para comprar sus
productos sin tener que pasar por el canal de distribución normal (Alcampo, Mercadona,
Carrefour, etcétera).Vais a hacer un pedido grande, que os saldrá a mejor precio,
y además el productor recibirá una justa remuneración por sus productos.Esto de
los grupos de consumo en un principio ha surgido como forma de consumo ecológico.
y si bien es mi motivación, es posible realizarlo sin tener en cuenta el tipo
de agricultura. ¿Por qué comprar a través de un grupo de consumo?
Fundamentalmente:
Porque sale más barato (en el caso del consumo ecológico, hay que compararlo
con cuánto nos sale consumir ecológico en los canales habituales y verás que te
sale mucho más barato a través de un grupo de consumo). Y además, apoyas al
agricultor, dejas de darle dinero a grandes distribuidoras que acaban cargándose
la economía del sector primario, lo cual nos arruina a todos y reactivas la economía
local y el mundo rural. Si formamos un grupo de consumo ecológico, además fomentaremos
otras cosas (protección de la biodiversidad, variedades locales, mejora de ecosistemas,
conservación de nuestros suelos, etcétera). Pero si no consumes ecológico, al
menos busca pequeños productores, o acabaremos enriqueciendo a los caciques de toda
la vida.
En fin,
para poder llevar a cabo esto de una forma efectiva, te doy unos consejillos:
Primer paso.
Reunid un
grupo de gente. ¿Cuánta? Pues la suficiente como para que sea rentable hacer el
pedido conjuntamente; pero a su vez, no tanta como para que dificulte la
gestión, no podáis abasteceros, etcétera. Hay un intervalo que normalmente a de
unas 8 unidades familiares a unas 24 o 30. Pero en realidad es más práctico
tener 2 grupos de consumo con 15 unidades familiares, que uno con 30. No sois
“la competencia”, sois “grupos hermanos”.
Segundo paso.
Acordad
la forma del grupo: ¿Cada cuánto haréis la compra? ¿Cómo vais a organizar el
reparto para cada unidad? Existen básicamente tres modelos:
Cesta cerrada: es
la más sencilla para la preparación del pedido y el reparto.
Simplemente,
el productor crea unas cestas variadas de unos tantos kilos con ciertos productos
y cada unidad familiar recibe la suya y paga el precio pactado por la cesta. Ventajas:
simplicidad. Inconvenientes: demasiado homogénea, ¿no? Mi unidad familiar no
tiene por qué ser igual que la tuya y mis preferencias tampoco. Aunque también
hay quien dice que así se acostumbra a comer otras cosas. En definitiva, si es
la que mejor os va, ¡adelante!
Cesta abierta: antes
de realizar el pedido recibís una lista con los productos disponibles. Cada
unidad familiar decide qué compra y qué no: Pepita quiere 2 kilos de tomates, 1
de calabacines, 2 lechugas... pero no quiere acelgas ni pimientos, así que no los
pide. A Jaimito en cambio le pirran los pimientos, así que pide 3 kilos, otros
tantos de patatas y 1 lechuga. Luego, tendréis tantas listas de pedido como
unidades familiares. Hay que totalizar ese pedido (en nuestro caso
simplificado, 2kg de tomate, 1 kg calabacín, 3 lechugas (2+1), 3 kg de
pimientos y 3 kg de patatas), y enviárselo al productor. Nos llegará el pedido
conjunto y a su vez, debemos separarlo, coger cada uno lo que ha pedido y
pagarlo. Ventajas: es más personalizable. Inconvenientes: algo más complejo,
pero también puedes cogerle rápido el tranquillo.
Cooperativa Unitaria: se paga una cuota fija al mes, y cada semana la producción se reparte
entre las cestas. Es una forma de compartir los riesgos de la producción con el
productor, al convertirnos en sus socios. Ventajas: también es un modelo
sencillo en organización y logística, y le das estabilidad al productor. Inconvenientes:
relacionados con esa estabilidad económica que le das, lo cierto es que asumes
con él los riesgos de las cosechas. Como todo: ¡valóralo!
Más
preguntas: ¿Cómo realizaréis el pago? ¿Quién se encarga de contactar con los
productores? ¿Quién de reunir los pedidos de cada unidad familiar y
totalizarlos? ¿Quién de hacer el reparto? ¿Es rotativo? ¿Cada persona se dedica
a una tarea? O ¿cualquiera de las infinitas formas intermedias de funcionar?
Otras cuestiones, como legalizar o no el grupo de consumo, en forma de
asociación, para tener un CiF de cara a facturas y demás, en principio no es
necesario. Como todo, evaluad pros y contras y lo que más os convenga.
Si
consumís ecológico, ¿necesitáis que esté certificado? ¿Os basta con que las prácticas
agrícolas sean ecológicas? a mi modo de ver, el ecosello merece un apartado especial,
porque no es una herramienta del todo bien diseñada. Por un lado, puede esconder
prácticas no tan ecológicas, como por ejemplo productores con grandes hectáreas
que dedican una parte a producción ecológica con sellito y otra parte a producción
industrial con petroquímicos, jugando a dos bandas y utilizando el concepto ecológico
como simple “marca diferenciadora de consumo”. Y no es lo que quieres si buscas
ecológico, me figuro. En cualquier caso, no lo eres si estás leyendo esta publicación.
Pero aún hay más, debido a la complejidad para conseguirlo e incluso lo caro
que puede salir, deja fuera a muchos pequeños productores que en la práctica cultivan
de forma ecológica. Es decir, que precisamente aquellas producciones más respetuosas
con el medio: pequeña escala, integradas en el paisaje, que sustentan pequeñas
economías, favorecen un mejor reparto de riquezas, y un larguísimo etcétera, son
las que no optan por el sello ecológico. De todas formas, esto no significa que
si tiene el sello ecológico es que sea un mamón como el del primer ejemplo.
Existen
pequeños productores que evalúan aun así sus opciones, y deciden seguir
manteniendo el sello, porque les facilita la venta y da más valor en el merado
a sus productos.
Tercer paso.
Buscad
productores por vuestra zona. Como cada producción tiene sus particularidades,
esto va a provocar que algunas respuestas que teníais en el paso 2, cambien.
Sed flexibles. Es una tarea algo más difícil dependiendo de la localidad donde vivas,
pero puedes empezar por aquí: http://www.arcocoag.org/
Pregunta
entre grupos ecologistas de la zona... investiga. Por cierto, normalmente
pensamos en hortalizas, frutas y verduras. Pero también puedes encontrar legumbres,
cereales, miel y otros productos apícolas, frutos secos, productos lácteos, cárnicos,
etcétera.
Cuarto paso.
Buscad un
lugar donde podáis recibir los alimentos. Tened en cuenta varias cosas: El
espacio, no es necesario que sea enorme, sobre todo si “escalonáis vuestra recogida”.
Pero sobre todo debe ser un lugar limpio, seco, y donde podáis disponer de al menos
una mesa, y poder dejar unas calculadoras, papel, algunas bolsas, hule para la mesa.
Yo diría que mínimo un espacio de unos 2 x 3 m. Pensad además en: accesibilidad
de la furgoneta de reparto; horarios de reparto, debe haber alguien disponible
para abrir el local; que no añada costes o si lo hace, que no sean muchos, etc.
Por eso,
antes de alquilar un local (con lo que va a encarecerse enormemente nuestro
consumo), buscad otras alternativas: ¿sois del AMPA [Asociación de Madres y
Padres de Alumnos]? Igual alguna escuela o instituto podrían cederos un aula
para el reparto; ¿Hay alguna asociación en el barrio con la que tengáis buen
rollo? ¿Algún sindicato? He oído hasta de parroquias cediendo su espacio, pero
obviamente esto no nos hace a todos sentirnos cómodos.
Para acabar, me
gustaría dejar claro que un grupo de consumo debería ser algo que te aportase
soluciones más que problemas, aunque los comienzos siempre son difíciles. Pero
además, pensemos que es un modelo que queremos extender, que queremos que la
gente lo acoja, para lo cual, debe ser práctico y no sostenerse en base a mero
voluntarismo. Debe cubrir necesidades reales, de personas reales: con y sin
cargas familiares, con diversidad de dietas, etcétera. Quizá en un lugar lo
consigan de una forma y en otro, de otra. Manteneos orgullosos de vuestro grupo
de consumo, pues hay una infinita variedad de grupos de consumo, y no “un único
modelo válido, o mejor”.
Un buen
grupo de consumo es aquel que cumple su función: conseguir comida a un precio
justo para productores y consumidores. Puede cumplir otras, pero ten en cuenta,
por favor, que no se trata de competir, sino de compartir para crear algo
mejor.
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