Daniel Iván
De la multitud de textos anarquistas del siglo XIX hay pocos que destaquen por su mirada ecléctica o por su análisis desgarbado. Por el contrario, y a pesar de las afirmaciones de sus detractores contemporáneos, los textos anarquistas “clásicos” suelen ser miradas científicas de hombres ilustrados, sistemáticas y dialécticas, más cercanas a la ciencia política y, por supuesto, a la filosofía; y no fue sino hasta bien entrado el siglo XX que el anarquismo comenzó a producir textos “a pie de calle” más duraderos y mejor difundidos, ligados al activismo individual e incluso ligados a colectividades o grupos de afinidad.
Es allí donde destaca el texto “El alma del hombre bajo el socialismo” de Oscar Wilde. Aún siendo el producto de un hombre ilustrado y decimonónico, carece del entusiasmo dialéctico de los textos anarquistas de su tiempo y se solaza en una visión utópica fundamentalmente poética y, sobre todo, esencialmente crítica, artística y humanista. Es más el producto de un hombre entusiasmado, de un “agudo simpatizante y observador” (como lo llamaría George Orwell en relación con este texto), y se deleita en divagar por diversos conceptos que le parecen pertinentes de una manera lógica pero también muy personal. Por supuesto es también evidente la influencia de Peter Kropotkin, cuya lectura es bien sabido que antecedió la redacción de este manifiesto.
De la multitud de textos anarquistas del siglo XIX hay pocos que destaquen por su mirada ecléctica o por su análisis desgarbado. Por el contrario, y a pesar de las afirmaciones de sus detractores contemporáneos, los textos anarquistas “clásicos” suelen ser miradas científicas de hombres ilustrados, sistemáticas y dialécticas, más cercanas a la ciencia política y, por supuesto, a la filosofía; y no fue sino hasta bien entrado el siglo XX que el anarquismo comenzó a producir textos “a pie de calle” más duraderos y mejor difundidos, ligados al activismo individual e incluso ligados a colectividades o grupos de afinidad.
Es allí donde destaca el texto “El alma del hombre bajo el socialismo” de Oscar Wilde. Aún siendo el producto de un hombre ilustrado y decimonónico, carece del entusiasmo dialéctico de los textos anarquistas de su tiempo y se solaza en una visión utópica fundamentalmente poética y, sobre todo, esencialmente crítica, artística y humanista. Es más el producto de un hombre entusiasmado, de un “agudo simpatizante y observador” (como lo llamaría George Orwell en relación con este texto), y se deleita en divagar por diversos conceptos que le parecen pertinentes de una manera lógica pero también muy personal. Por supuesto es también evidente la influencia de Peter Kropotkin, cuya lectura es bien sabido que antecedió la redacción de este manifiesto.
Así, junto a temas ineludibles del canon anarquista como el estado, la distribución del trabajo, la desobediencia, las prisiones o las diferencias entre el socialismo autoritario y el socialismo utópico, Wilde ingresa temas que no son ni por mucho comunes a los textos anarquistas de su época: el arte, la caridad (un tema sobre el que era muy propenso a escribir), la individualidad, el conformismo, cristo (y el cristianismo), el periodismo y un larguísimo etcétera; lo que da a este texto un carácter a la vez delirante y arrebatador.
Una lectura ineludible para la persona que gusta de la buena literatura o para la persona en busca de visiones aventuradas frente a una realidad cada vez más majadera, cada vez más brutal y, sobre todo, cada vez más alejada de la libertad.
[Nota final de El Libertario: El texto integro del comentado ensayo de Wilde está disponible, en castellano, en http://diskokosmiko.mx/hazel-s-alviso/libros-de-filosofia-y-c-sociales-17327/oscar-wilde-el-alma-del-hombre-bajo-el-socialismo,50260.pdf o en https://archive.org/details/OscarWilde.ElAlmaDelHombreBajoElSocialismo.]
[Tomado de http://danielivan.com/el-manifiesto-anarquista-de-oscar-wilde.]
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