Víctor Álvarez
El extractivismo es un modelo de acumulación basado en la obtención de una creciente renta por la explotación de recursos naturales. Lleva a la dependencia de los países ricos en materias primas, pero pobres en tecnología, los cuales se limitan a exportar tales recursos, en lugar de transformarlos industrialmente. Presionados por la urgencia de resolver los problemas sociales y de escasez, la cultura extractivista-rentista mantiene la inercia de exportar el mayor volumen de recursos naturales al mejor precio posible. Este círculo vicioso se empeora justamente cuando colapsan los precios del petróleo, minerales y materias primas, toda vez que para obtener el mismo nivel de ingreso en divisas hay que intensificar la explotación de los yacimientos, lo cual acelera su agotamiento.
El extractivismo es un modelo de acumulación basado en la obtención de una creciente renta por la explotación de recursos naturales. Lleva a la dependencia de los países ricos en materias primas, pero pobres en tecnología, los cuales se limitan a exportar tales recursos, en lugar de transformarlos industrialmente. Presionados por la urgencia de resolver los problemas sociales y de escasez, la cultura extractivista-rentista mantiene la inercia de exportar el mayor volumen de recursos naturales al mejor precio posible. Este círculo vicioso se empeora justamente cuando colapsan los precios del petróleo, minerales y materias primas, toda vez que para obtener el mismo nivel de ingreso en divisas hay que intensificar la explotación de los yacimientos, lo cual acelera su agotamiento.
La crisis estalla cuando los precios del petróleo se desploman, cae el ingreso en divisas y la producción nacional resulta insuficiente para atender un nivel de consumo que se han expandido debido a la inyección doméstica de la renta internacional. Para compensar el colapso de los precios del petróleo el gobierno busca ahora otras fuentes de ingreso rentístico a través de la reactivación del Arco Minero, justo cuando los precios del petróleo y los minerales están a la baja.
Hay que romper con el falso dilema de “extractivismo o pobreza”. Para enfrentar con éxito la severa crisis económica que azota al país se impone superar el modelo extractivista basado en la explotación intensiva de la naturaleza. Esto solo conduce al agotamiento de los yacimientos y reservas. Incluso los recursos renovables se terminan explotando a un ritmo superior a su tasa de reposición y, desde la Leyenda del Dorado, después de cinco siglos de extractivismo solo ha quedado depredación ambiental y exclusión social.
Arco Minero: neo-extractivismo empobrecedor
El Gobierno de Venezuela se ha declarado en una búsqueda intensiva de divisas que permitan compensar el descalabro de la renta petrolera. Con ese fin, el presidente de la República, Nicolás Maduro, firmó el decreto para cuantificar y certificar las reservas mineras contenidas en el Arco Minero del Orinoco. Así, el neo-extractivismo empobrecedor se expresa en el empeño del gobierno por aumentar la explotación de recursos naturales, con el argumento de que así se pueden generar los ingresos necesarios para financiar la inversión social y productiva. Si bien es cierto que los anticipos que reciba el gobierno por las concesiones mineras significan una máscara de oxígeno para sortear la crisis, en esencia se trata de una huida hacia adelante y no representa una verdadera alternativa al modelo extractivista-rentista.
En un encuentro con 150 empresas nacionales e internacionales de 35 países realizado en BCV, el Gobierno presentó las potencialidades para la extracción del oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y otros minerales de alto valor industrial que subyacen en los 114 mil kilómetros cuadrados que conforman el Arco Minero, al margen del río Orinoco. Maduro invitó a los inversionistas y dio instrucciones para proceder de inmediato a la firma de memoranda de entendimiento con las empresas que estén dispuestas a incorporarse a la exploración y explotación del Arco Minero. Los cálculos más optimistas y generosos estiman que hay 7.000 toneladas de reserva de oro que -al precio actual de 1.100 dólares la onza-, representan un potencial financiero superior a los 200 mil millones de dólares.
Mientras los precios del petróleo se mantuvieron altos y la renta petrolera fue abundante, el fallecido presidente Chávez suspendió la explotación del oro y el carbón como soporte del discurso ambientalista y en defensa del planeta que desplegó en los principales foros internacionales y que quedó plasmado en el Objetivo 5 del Plan de la Patria. Chávez se opuso tajantemente a la explotación del carbón y el oro por considerarlas actividades muy depredadoras y altamente contaminantes. Pero al no ahorrar nada y acabarse la bonanza petrolera más grande que haya disfrutado Venezuela en toda su historia, Maduro se ha visto obligado a decretar la emergencia económica y su sobrevivencia pasa por reconciliarse con las transnacionales mineras para que retomen los proyectos mineros que habían sido suspendidos por Chávez.
El impacto ambiental del extractivismo minero
La actividad minera ha demostrado ser incompatible con los propósitos de proteger la naturaleza y la salud de los seres humanos. El extractivismo minero viene normalmente acompañado del deterioro de los recursos naturales de las áreas explotadas, la destrucción de la biodiversidad, la contaminación de fuentes de agua con productos químicos, y la erosión de los suelos.
Los costos sociales y ambientales de la actividad minera suelen exceder los beneficios que genera para la sociedad en su conjunto, especialmente cuando se carece de una capacidad efectiva de vigilancia y control, y cuando dicha actividad genera solo beneficios marginales para la sociedad. Los principales beneficiarios suelen ser las empresas transnacionales autorizadas para la explotación, mientras que los costos sociales y ambientales suelen ser transferidos a toda la sociedad.
En la gran mayoría de los casos, se trata de actividades altamente destructivas de la naturaleza. En el caso del oro, los daños son causados por el uso de químicos sin protocolos de seguridad y control, tales como el mercurio y el cianuro; en el caso de otros minerales por el enorme volumen de tierra que hay que remover y por los desechos tóxicos que la actividad extractiva genera.
En lugar de innovar otras formas para certificar las reservas y respaldar las reservas internacionales de oro sin tener que provocar el impacto ambiental que significa remover toneladas de tierra para obtener una onza de oro, el Gobierno retoma la cuestionada idea de extraer el oro y convertirlo en lingotes para monetizarlo y utilizarlo como reservas internacionales.
[Tomado de http://www.laboratoriosdepaz.org/el-extractivismo-empobrecedor.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.