Humberto Decarli
El reciente referéndum colombiano fue una sorpresa por sus resultados dado que los sondeos de opinión daban ganador al sì con un margen aproximado del diez por ciento. Recordaba a los comicios donde Violeta Chamorro en su oportunidad ganó la elección presidencial en Nicaragua haciendo añicos todos los pronósticos que apuntaban a una victoria contundente de Daniel Ortega. Es el llamado voto oculto no reflejado en los paneos electorales.
El reciente referéndum colombiano fue una sorpresa por sus resultados dado que los sondeos de opinión daban ganador al sì con un margen aproximado del diez por ciento. Recordaba a los comicios donde Violeta Chamorro en su oportunidad ganó la elección presidencial en Nicaragua haciendo añicos todos los pronósticos que apuntaban a una victoria contundente de Daniel Ortega. Es el llamado voto oculto no reflejado en los paneos electorales.
Ante tales imprevistos pueden hacerse muchas lecturas de la conducta del electorado neogranadino cuando se inclinó por desautorizar el acuerdo de paz logrado por el gobierno con las F.A.R.C. con la mediación especial de Cuba y de Noruega en segundo término y el apoyo del gobierno venezolano de Chávez y Maduro. También el proceso contó con el apoyo de Obama y de la Unión Europea, quienes quitaron la calificación de terrorista a los guerrilleros encabezados por Timoschenko.
INTERPRETACIÒN DE LOS RESULTADOS
Siendo una oportunidad relevante para el futuro de la nación de García Márquez, la gente no fue participativa. La abstención fue la mayor en los últimos veinte años siguiendo la tradición en ese rubro por parte del ciudadano del vecino país. El pacto de alguna manera significaba la conclusión de esa larga guerra pero ni siquiera eso motivó a aumentar la concurrencia y un 62% no acudió a las urnas. En descargo de esta conducta incuriosa se puede alegar las condiciones atmosféricas de la zona del Atlántico que impidió la llegada del material de votación.
Asimismo, el triunfo del no por 50 mil votos de ninguna manera puede interpretarse como una negativa a la paz sino un rechazo a la manera cómo se concluyó el acuerdo. No es como dice el ex presidente uruguayo José Mujica quien calificó a los colombianos como esquizofrénicos por su conducta expresada en la consulta.
Con los dígitos publicitados hay grandes perdedores. Primero, el régimen cubano como activo mediador en el proceso; segundo, el gobierno colombiano y las F.A.R.C. como actores en el mismo; tercero, el régimen venezolano quien siempre apostó a los guerrilleros como estelaristas incluyendo alguna vez considerarlos como parte beligerante; cuarto, Estados Unidos y la Unión Europea, con Noruega incluida, quienes dieron su aquiescencia para la firma; quinto, las grandes corporaciones quienes ponían como condición la paz para hacer sus inversiones.
EL RECHAZO POPULAR A LAS F.A.R.C.
El pueblo colombiano declaró su aversión a la actitud de las F.A.R.C. durante todo el desarrollo de la actividad bélica, más allá del contenido del cuestionado arreglo. La violación de los derechos humanos a los secuestrados arrastrándolos con cadenas en las montañas, el asesinato de policías bajo aprehensión y una postura agresiva y genocida frente a la gente. Pero además, percibió a los guerrilleros como una banda más vinculada al narcotráfico sin ninguna identificación con los irregulares insurgentes en nombre de los campesinos como fueron en sus inicios.
Esta organización guerrillera estaba derrotada militar y políticamente pero ha mantenido un poder financiero producto de sus narco negocios. Es recordada la fotografía del presidente de la Bolsa de Nueva York en plena selva colombiana, publicada en el libro de Miguel Pedrero, Corrupción, las cloacas del poder: Estrategias y mentiras de la política mundial (Investigación Abierta) (Nowtilus) 2004, buscando inversiones de los irregulares en la mencionada Bolsa.
Adicionalmente se les precisa sus nexos con el estalinismo internacional como fuente de repugnancia. Se les identifica con Cuba, Venezuela, Nicaragua y demás países de esta clase de gobierno, con la carga opresora inferida de la praxis autoritaria vigentes en todas estas naciones.
Además, hay algo más que decir. Se ha reivindicado al ex presidente Álvaro Uribe, quien no es ganador directo de la voluntad del pueblo pero contribuyó a estimular el rechazo al sì. No hay que olvidar que este mandatario colombiano cometió bárbaras violaciones a los derechos humanos bajo el efugio de la lucha contra el terrorismo como Pinochet y Fujimori. No hay amnesia que borre el rechazo a Uribe por parte del parlamento europeo en Estrasburgo a donde acudió y quedó prácticamente solo en el recinto acompañados por escasos políticos de extrema derecha. Los parlamentarios rechazaron sus iniciativas genocidas. Es un criminal como los pares de Tiro Fijo.
MOTIVACIONES DEL ACUERDO DE PAZ
A pesar de estar las F.A.R.C. en minusvalía luego de haber sido diezmada su comandancia a través del Plan Colombia, factor determinante en se caída, la pregunta es por qué el presidente Santos llevó hasta el final el acuerdo con verdaderas concesiones como por ejemplo, el otorgarles representantes populares si no alcanzaban los números para ello. Algo parecido a lo acontecido con Pinochet en Chile quien aceptó el referéndum a cambio de una designación de senadores, ser comandante de las fuerzas armadas (lo fue por 25 años) y la impunidad por sus latrocinios, desaparecidos, torturados y asesinados.
Hay muchas razones para alcanzar el avenimiento. Una de ellas es la del presidente Santos por haber logrado la paz no alcanzada por nadie. Otra es la participación de Cuba y en menos relevancia, Venezuela, como gestores del mismo. Y también la avidez de inversión de grandes corporaciones para explotar la minería en Colombia pero garantizada con paz social hasta ahora no materializada. Este es un interés más para la iniciativa de Santos en procurar la firma de la paz.
NUEVA DERROTA DE LA IZQUIERDA EN AMÈRICA LATINA
Las cifras refrendarias propinan un nuevo revés a la izquierda de América Latina. Concomitantemente, el mismo domingo 2 de octubre de 2016, el Partido de los Trabajadores de Lula sufrió una paliza en sus bastiones paulistas. Después de la década de los noventa y con la promoción del llamado Foro de Sao Paulo, la llamada siniestra llegó a la cúspide del poder en varios países de la región. Sin embargo, su conducta no ha sido contestataria sino tradicional y en especial en materia de corrupción ha reproducido los viejos esquemas de los sectores conservadores e incluso los ha superado con creces.
En el caso colombiano, varias fuerzas guerrilleras con una trayectoria, equivocada o no, se basaban en fuentes ideológicas alternas pero terminaron siendo pandillas vinculadas al narcotráfico, al secuestro y a la extorsión. Las F.A.R.C., el E.L.N., el E.P.L. y los restos del Quintín Lame y otras excrecencias maoístas, trotskistas e indigenistas, están preparando su salto de talanquera para actuar en la legalidad como ya lo hizo el M-19, con éxito al comienzo y frustración después, y pueden ganar una elección pero lo que nunca llevarán a cabo es el cambio social.
Este telos lo necesita América Latina por el aciago futuro inmediato porque el combate contra la pobreza y por la democracia están cuestionados por el descenso de los precios de las materia primas, siendo unos productores de los commodities sin esperanzas de avanzar hacia áreas vanguardistas por cumplir el rol asignado por los factores mundiales de poder y la complicidad de las élites políticas de estas naciones.
Luego del final de la guerra fría, muchos dirigentes y movimientos de este agrupamiento se quedaron anclados en esa realidad y pensaron en la llegada al gobierno y desde el Estado patrocinar las políticas sustentadas. El problema es que el aparato estatal y toda manifestación del poder tienen sus perímetros y quien lo ocupe está preso de él. Y debe jugar a la dinámica impuesta por el hacerse obedecer. La relación de dominación existente en la zona es tangible y quien lo administre o gerencia debe respetar las reglas de su existencia.
PERSPECTIVAS
El presidente Santos y las F.A.R.C. han reaccionado ante el mentís electoral. Buscarán seguramente un puente con el uribismo para alcanzar transacciones y de esa forma burlar la manifestación popular colombiana. Recordemos que todas estas formaciones tienen diáfanos intereses en un país con tranquilidad y las transnacionales también quieren beneficios por sus múltiples planes extractivistas.
El mundo anhela la paz pero sin injusticias. Colombia ha transitado demasiados años en la violencia sin resultados satisfactorios para la sociedad. Ha sido en vano tantos enfrentamientos, fallecidos, heridos, torturados y desaparecidos. Los acuerdos tipo tranvía, vale decir, de arriba hacia abajo no toman en cuenta a la gente y solo de esa manera será posible un país democrático en todos los niveles.
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