Prensa Unete
La Coordinadora Nacional de la Unete, Gladys Montenegro, manifiesta que los Clap transmiten una sensación de que se nos está regalando los alimentos, de que nos están haciendo el favor de vendernos la comida. Oímos gente de este aparato burocrático decir que están ayudando a la gente, cuando la realidad no es así.
Expresa que causa un terrible malestar, tener que saltar como ranas cuando el Estado Mayor o el Comité de Abastecimiento, avisa que para el día siguiente llegan las famosas bolsas, que son en realidad una total sorpresa porque, nunca el pueblo puede saber con exactitud el día y la hora, para tomar las previsiones económicas, ya que en su gran mayoría todo se debe cancelar en efectivo. La otra sorpresa, es lo que trae la bolsa y por ende el precio que se tenga que pagar, todo esto obviando el hecho de que cada bolsa vendida, debía de traer regularmente lo siguiente: leche, caraotas, café, harina de maíz, arroz, pasta, aceite comestible, mantequilla, azúcar, harina de trigo, carne y pollo, el caso es que esta cantidad de alimentos no llegan tal como el gobierno se comprometió.
La Coordinadora Nacional de la Unete, Gladys Montenegro, manifiesta que los Clap transmiten una sensación de que se nos está regalando los alimentos, de que nos están haciendo el favor de vendernos la comida. Oímos gente de este aparato burocrático decir que están ayudando a la gente, cuando la realidad no es así.
Expresa que causa un terrible malestar, tener que saltar como ranas cuando el Estado Mayor o el Comité de Abastecimiento, avisa que para el día siguiente llegan las famosas bolsas, que son en realidad una total sorpresa porque, nunca el pueblo puede saber con exactitud el día y la hora, para tomar las previsiones económicas, ya que en su gran mayoría todo se debe cancelar en efectivo. La otra sorpresa, es lo que trae la bolsa y por ende el precio que se tenga que pagar, todo esto obviando el hecho de que cada bolsa vendida, debía de traer regularmente lo siguiente: leche, caraotas, café, harina de maíz, arroz, pasta, aceite comestible, mantequilla, azúcar, harina de trigo, carne y pollo, el caso es que esta cantidad de alimentos no llegan tal como el gobierno se comprometió.
Relata que comprar la famosa bolsa del Clap en muchos casos es una odisea, es terrible y hasta humillante, porque en algunas oportunidades incluso hay que jalar mecate, pedir prestado, para comprar, porque la fechas que llegan las bolsas son como el día de Armagedón, todos saben que van a llegar pero nadie sabe cuándo.
Denuncia que no existe una organización seria que con antelación te diga la fecha y la hora. Es tan espantoso este desorden que no hay manera de estar prevenido, pudieras estar sin dinero disponible, estar trabajando, en una cita médica o en cualquier percance inesperado, el caso es que cuando decida la estructura burocratica y politica traer las bolsas, pues si tienes algunos de estos inconvenientes, te fregaste, porque no te la guardan, no te dan la oportunidad de comprarla otro día, sencillamente porque todo es una improvisada locura.
Por otra parte la lucha de poderes, la tirria que se tienen entre los que componen al Clap y los consejos comunales es impresionante. Resulta bochornoso lo que recientemente viví enferma como ando de un tumor maligno, por la diferencias que existen entre ellos me vi obligada a trasladarme a una zona que se llama la sequía, a una bodega de ese sector que es el lugar donde operan el Clap para distribuir a la comunidad del Consejo Comunal: Atlántico Vive de la Parroquia San Juan. Todo esto en vista de que fui avisada por un vecino el día Jueves 22 a las 11 pm de que las bolsas venían al día siguiente (viernes 23). El asunto fue que por no tener el dinero disponible para comprar el viernes, ingenuamente fui a buscar la bolsa el día sábado 24 del corriente mes, consiguiéndome con la desagradable sorpresa que los representantes de ese Clap me dijeron que ya la habían vendido, que me había quedado sin bolsa, y de inmediato comenzaron a llegar unas caras, tras otras, gente con ánimos de pelear, y oírlos quejándose y echándole la culpa de unos contra otros: Que desagradable fue tener que oír habladeras mal contra el concejo comunal, dedos que apuntaban para arriba, para abajo, para un lado, para otro, nombraban un tal Estado Mayor y cualquier cantidad de sandeces que no quería oír por mi mal estado de salud.
Expresa que con mucha tristeza salió de esa esquina donde se realizó una improvisada reunión esquizofrénica, claro sin bolsa, donde nadie daba una respuesta lógica que le satisficiera, que pudiese comprar la afamada bolsa. Solo hasta el final que llego una representante del Consejo Comunal Atlantico Vive y amablemente le prometió incluirla en la lista de la próxima compra.
Montenegro, describe que todos los representantes del Clap que allí la abordaron tenían caras muy alegres, al parecer no les paso lo mismo que le ocurrió a ella, mostraban plena satisfacción con este gobierno, cosa que ella no puede compartir, porque en cuestión de media hora comprobó que los Clap son un fracaso, porque han dividido a las comunidades como les han dado la gana, la gente se ve con recelo y desconfianza. La decadencia es evidente, vecinos unidos ya no existen, hablan mal unos de otros, es doloroso ver a personas que quizás bien intencionadas han asumido esa responsabilidad tan grande y que por ser tentativa su honorabilidad puede ser puesta en duda, por ello les dijo que no está de acuerdo con la figuras de los Clap, que esta es una responsabilidad la debe ejercer el gobierno , teniendo en su poder las estructuras físicas como son los Mercal, Pdval y Abastos Bicentenario para la venta de estos productos alimenticios, donde el pueblo pueda tener la satisfacción de escoger y comprar lo que necesite, que se nos devuelva el sentido de pertenencia que hemos perdido, y no sentir esta aterradora sensación de limosnero o pedigüeño, además de tener que transitar por lugares peligrosos con dinero en efectivo, simplemente porque inexplicablemente estos Clap no cuentan con puntos de venta, mientras que contradictoriamente los bachaqueros si.
Por todo lo anterior narrado y por su experiencia vivida, alza su voz y dice: Presidente Nicolás Maduro los Clap son un fracaso, que se pueden prestar para el pase de factura, discriminación, injusticia y hasta corrupción. Ya es hora que el gobierno nos devuelva el gozo y la costumbre que teníamos antes los Venezolano que era ir a comparar alimentos en familia , el día y la hora que dispongamos, basta de estar fraccionando a las familias, dividiendo a los vecinos y jugando con el estómago del pueblo.
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