Marcos Valverde (Correo del Caroní)
La realidad venezolana suelta sus puñetazos. Y son más los venezolanos que reciben los golpes, que van directamente al estómago. Es la primera conclusión del último estudio de More Consulting: una encuesta entre dos mil personas que tuvo como prioridad determinar cómo se alimentan hoy en día.
La primera conclusión es que 24, 8 por ciento de los encuestados (que, a gran escala, se traduce en 7,4 de los 30 millones de habitantes del país) está comiendo bien, es decir, con una dieta óptima que incluye proteínas de primer nivel, como pechugas y muslos de pollo, bistec, chuletas, pernil, paleta de cerdo y pescados blancos o atún, con carbohidratos y vegetales.
La realidad venezolana suelta sus puñetazos. Y son más los venezolanos que reciben los golpes, que van directamente al estómago. Es la primera conclusión del último estudio de More Consulting: una encuesta entre dos mil personas que tuvo como prioridad determinar cómo se alimentan hoy en día.
La primera conclusión es que 24, 8 por ciento de los encuestados (que, a gran escala, se traduce en 7,4 de los 30 millones de habitantes del país) está comiendo bien, es decir, con una dieta óptima que incluye proteínas de primer nivel, como pechugas y muslos de pollo, bistec, chuletas, pernil, paleta de cerdo y pescados blancos o atún, con carbohidratos y vegetales.
Dentro de ese mismo ámbito entra entonces, el 47,9 por ciento de los encuestados; es decir, 14,4 millones de venezolanos: los que basan su alimentación en la dieta media.
“Lo componen a su vez cuatro subgrupos de encuestados. El primer subgrupo lo componen aquellas personas que declaran estar comiendo 2 veces al día en promedio y además están comiendo de forma balanceada proteínas de primer nivel con carbohidratos y vegetales. El segundo y tercer subgrupo lo componen aquellas personas que declaran estar comiendo 3 o 2 veces al día en promedio y además están comiendo proteínas de segundo nivel (vísceras de carne, higaditos, mollejas patas de pollo, chicharrón, sardinas, embutidos como mortadela o boloña y huevos) con carbohidratos y vegetales”, expone el informe.
Continúa resaltando al “tercer subgrupo, que lo componen aquellas personas que declaran estar comiendo 3 al día en promedio y además están comiendo sin proteínas de ningún tipo (únicamente consumen carbohidratos como la yuca, ñame, ocumo con grasas como mantequilla o mayonesa, carbohidratos sin grasas o únicamente frutas)”.
El cuarto subgrupo es reflejo principal de lo que ocurre en Venezuela: alrededor de 7,3 millones de venezolanos (el 24,2 por ciento del estudio y un cuarto de la población del país) “declaran comer 2 veces en promedio al día, sin proteínas de ningún tipo. O que declaran comer 1 sola vez al día, sin importar la calidad de la comida”.
Los privados, primero
Hablan mucho el presidente Nicolás Maduro y su tren oficialista acerca de la soberanía alimentaria y, en contraposición, acerca de las malas intenciones de la empresa privada y de la guerra económica.
Pues bien, resulta que el 37,8 por ciento de los encuestados asegura que su vía más común para conseguir alimentos son los supermercados privados; otro 27,5 por ciento se refirió a los bachaqueros o buhoneros. ¿Cuál es la suma de ambos? 52,3 por ciento.
“Las demás preguntas son: Mediante algún familiar o intercambios con otras personas con 36,7%; ‘mediante las redes de supermercados públicos (Mercal, Abastos Bicentenario)’, 30,1%; Mediante residuos de comida desechados por establecimiento comerciales, 15,7%; mediante la entrega de las bolsas de los CLAP, 13,6% y Mediante cosechas propias o árboles y cosechas en la calle 5,8%”, continúa.
Y remata: “Nos parece alarmante además, que el 88,9% de los encuestados declare haber sentido temor de quedarse sin comida en su hogar, que el 53,9% reconozca haberse tenido que acostar con hambre por falta de comida en su hogar, el 48,8% tenido que dejar de asistir a su trabajo porque no hay suficiente comida en su hogar y el 58,5% haya tenido que dejar de asistir a su trabajo para ir a buscar alimentos”.
¿Y en las escuelas?
Un bloque de la encuesta se dedicó a la alimentación en las escuelas venezolanas. Parten de un dato: el 60 por ciento de los padres declara que sus hijos estudian en escuelas públicas o privadas: de ellos, el 29,6 por ciento es de escuelas privadas. Dentro del grupo, el 17,5 por ciento considera que tendrá que cambiar a sus hijos para instituciones públicas debido a la crisis económica. Por la misma razón, el 5,5 por ciento cree que deberá sacarlos de la educación formal.
“De acuerdo a sus padres y/o representantes, el 52,4% de los niños comieron 3 veces o más en promedio al día, el 36,5% 2 veces y el 10,2% 1 sola vez. Al preguntar por la razón más frecuente por la cual sus hijos y/o representados no asistieron a clases, tenemos que el 48,1% tiene que ver con temas relacionados a la comida (no habían comido y estaban muy débiles, se ahorraron el dinero de los pasajes para invertirlos en comida, fueron a hacer la cola para comprar comida) y el 18,1% porque habían suspendido las actividades escolares”, expone.
Hay más: “38,1% de los padres y/o representantes declaran que sus hijos y/o representados debieron dejar de ir algún día a la escuela porque no había suficiente comida en su hogar; mientras que únicamente el 11,9% declara que la única comida del día de sus hijos o representados fue la que le dieron en su escuela, liceo o colegio. El 57,8% de los encuestados declara haber dejado de comer para darle comida a sus hijos o representados”, concluye. Ah, un dato adicional: la valoración positiva en torno de Nicolás Maduro y el chavismo está alrededor del 20 por ciento de los encuestados. Detallazo.
[Tomado de http://www.correodelcaroni.com/index.php/economia/item/49383-ineficaces-politicas-gubernamentales-condenan-a-los-venezolanos-a-una-pobre-alimentacion.]
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