Gustavo Godoy
¿De dónde somos? ¿Dónde está nuestro hogar? ¿Qué significa pertenecer a un lugar?
En una época de movilidad, no es raro que las personas busquen como solución a sus problemas mudándose de lugar. Muchas veces el lugar donde habitamos carece las condiciones necesarias para poder llevar la vida que deseamos. Y existen otros lugares donde estas condiciones si existen. Entonces, emigrar es una alternativa muy sensata. Tal vez corremos peligro y debemos escapar en busca de seguridad. Tal vez vivimos en la pobreza y existen mayores oportunidades económicas en otros horizontes. Tal vez poseemos una rara habilidad donde solo es posible desarrollarla en sitios muy específicos. No todos los lugares ofrecen el tipo de educación que queremos, entonces debemos dirigirnos a un destino donde si la ofrezca. Otras veces es simplemente que nuestra alma vibra con lugares que se parecen más a nosotros que donde nos encontramos circunstancialmente.
¿De dónde somos? ¿Dónde está nuestro hogar? ¿Qué significa pertenecer a un lugar?
En una época de movilidad, no es raro que las personas busquen como solución a sus problemas mudándose de lugar. Muchas veces el lugar donde habitamos carece las condiciones necesarias para poder llevar la vida que deseamos. Y existen otros lugares donde estas condiciones si existen. Entonces, emigrar es una alternativa muy sensata. Tal vez corremos peligro y debemos escapar en busca de seguridad. Tal vez vivimos en la pobreza y existen mayores oportunidades económicas en otros horizontes. Tal vez poseemos una rara habilidad donde solo es posible desarrollarla en sitios muy específicos. No todos los lugares ofrecen el tipo de educación que queremos, entonces debemos dirigirnos a un destino donde si la ofrezca. Otras veces es simplemente que nuestra alma vibra con lugares que se parecen más a nosotros que donde nos encontramos circunstancialmente.
Lo cierto es que el movimiento de personas a un lugar a otro es algo común. Muchos países aceptan inmigrantes porque sienten que estas personas aportaran cosas buenas a la sociedad. A menudo los inmigrantes traen dinero, talentos, o mano de obra económica, cosas atractivas para el país receptor. Sin embargo, también es verdad que para algunos sectores los inmigrantes no son bien vistos. Un inmigrante muchas veces es un desafío para sus anfitriones. Estos con frecuencia alteran el ambiente laboral, afectan el mercado inmobiliario, introducen elementos ajenos a la cultura local, compiten con los nativos, colocan una carga adicional a muchos servicios. Es algo complejo.
El problema migratorio es un fenómeno mundial. Afecta todo el planeta. Sin embargo, en los últimos años, la crisis en el mediterráneo ha alcanzado niveles preocupantes. Los inmigrantes provenientes del Medio Oriente y el África arriesgan sus vidas en peligrosos viajes por tierra y mar huyendo de las duras circunstancias que sufren en sus países de origen anhelando una vida mejor en Europa. Esta situación le plantea a los europeos grandes desafíos. Ya son millones los nuevos ingresos y seguramente en los próximos años estos números seguirán creciendo. Esta realidad ya están causando tensiones debido a las fuerzas contrastes culturales entre los nuevos y los nativos. Muchos de los inmigrantes provienen de sociedades tradicionales y predominantemente musulmanes. No es extraño que al enfrenarse con la moderna y liberal sociedad europea se generen ficciones entre las partes.
Ahora el mundo está obligado a buscar soluciones de estos problemas. Evidentemente, la legislación vigente en materia migratorio es inadecuada. Estimula al inmigrante a realizar peligrosos viajes para solicitar asilo. Unos países asumen casi todo la responsabilidad, mientras otros evaden brindar mayores aportes. Entre tanto desorden es muy difícil canalizar los talentos en actividades productivas ya que no existen opciones para normalizar los procesos. Por otra parte, la manera de cómo operan los campos de refugiados no ofrecen ningún futuro. No hay educación. No hay trabajo. No hay esperanza. Solo la suficiente comida y techo para vivir unos años más. Por encima de todo, la situación en los países de origen cada día parece empeorar. Se debe repensar las cosas y cambiar el modo de tratar esta crisis. Cambiamos o el problema crecerá sin control por muchos años más.
Debemos comenzar reconociendo que una persona nunca es un problema. Una persona es un potencial, una esperanza. Una persona nunca es ilegal. Nunca es un extraño sino alguien que pertenece tanto como nosotros. ¿A qué lugar pertenecemos realmente? Pertenecemos no donde nacimos sino donde escogimos luchar. Pertenecer es una decisión. Escogemos el futuro que deseamos construir. Uno pertenece al lugar donde ha creado lazos. Son nuestros valores y nuestros esfuerzos los que construyen un verdadero hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.