Rubén Hernández
Un nuevo aumento salarial ha sido decretado en Venezuela, pero la verdad es que jamás será suficiente el sueldo mínimo en el país suramericano, menos aún en la actual coyuntura, caracterizada entre otras situaciones por una importante devaluación y por la brutal y sostenida liberación de precios. El Gobierno dizque revolucionario de Maduro, quiere hacer creer que las constantes alzas salariales han beneficiado a las masas, siendo en realidad lo contrario, justamente en favor del gran capital local y foráneo.Considérese lo siguiente:
1) Uno de los factores que contribuye al aumento de la inflación es la elevación de los salarios. De manera que el alto costo de distintos rubros responde, en parte, al alza de los ingresos de los trabajadores. Y esto es así porque el capitalista siempre vela por sus intereses y no por las necesidades de la mano de obra y de los consumidores; en consecuencia los ricos, apoyados por las autoridades, realizan los ajustes necesarios para seguir teniendo importantes ganancias durante ciertas coyunturas económicas. Cada vez que aumenta el salario mínimo, el capitalista lo compensa mediante acciones como el alza de los precios de los productos y la reducción de la nómina, si bien sus ganancias no se ven perjudicadas. Claro que la excepción es el caso de los pequeños empresarios, que si son seriamente afectados con los aumentos notables de sueldos.
Un nuevo aumento salarial ha sido decretado en Venezuela, pero la verdad es que jamás será suficiente el sueldo mínimo en el país suramericano, menos aún en la actual coyuntura, caracterizada entre otras situaciones por una importante devaluación y por la brutal y sostenida liberación de precios. El Gobierno dizque revolucionario de Maduro, quiere hacer creer que las constantes alzas salariales han beneficiado a las masas, siendo en realidad lo contrario, justamente en favor del gran capital local y foráneo.Considérese lo siguiente:
1) Uno de los factores que contribuye al aumento de la inflación es la elevación de los salarios. De manera que el alto costo de distintos rubros responde, en parte, al alza de los ingresos de los trabajadores. Y esto es así porque el capitalista siempre vela por sus intereses y no por las necesidades de la mano de obra y de los consumidores; en consecuencia los ricos, apoyados por las autoridades, realizan los ajustes necesarios para seguir teniendo importantes ganancias durante ciertas coyunturas económicas. Cada vez que aumenta el salario mínimo, el capitalista lo compensa mediante acciones como el alza de los precios de los productos y la reducción de la nómina, si bien sus ganancias no se ven perjudicadas. Claro que la excepción es el caso de los pequeños empresarios, que si son seriamente afectados con los aumentos notables de sueldos.
2) El actual aumento salarial fue decretado a sabiendas que la liberación brutal de precios proseguirá, cortesía del Gobierno “socialista”, de la “oposición” y del alto empresariado, todos unidos contra los pobres, defendiendo obviamente el Statu Quo capitalista. Por lo tanto la reciente subida del salario mínimo, tan celebrada por voceros “revolucionarios”, igualmente será insuficiente para que millones de venezolanos puedan satisfacer sus necesidades básicas. Es tan capitalista-neoliberal el aumento reciente del sueldo mínimo, que fue bien planificado por la alta burguesía y sus aliados políticos no sólo para justificar una nueva elevación en los costos de alimentos y otros rubros, sino para seguir perjudicando a la pequeña empresa, objetivo permanente del gran capital por medio del Estado liberal. Quien crea que una medida como el aumento salarial se hace de forma improvisada y pasional, sin que el empresariado sea protagonista, es bien ingenuo por no decir otra cosa.
Ahora bien, con alzas salariales o sin ellas, la verdad es que los ingresos de millones jamás serán suficientes, y no sólo en Venezuela. En este sentido el gran capital siempre se asegura de que sus intereses no se vean perjudicados, y lo que se conoce como inflación no es más que una medida de protección del alto empresariado, que cada vez que cree conveniente ejecuta alzas brutales de alimentos y otros rubros. Ciertamente en la Venezuela gobernada por falsos izquierdistas, el continuo aumento del salario mínimo no es una buena noticia, pero de igual manera en aquellos países donde la inflación ha sido relativamente baja, el sueldo mínimo es insuficiente. El problema radica simple y sencillamente en la existencia misma del capitalismo, sistema económico que ha generado una minoría de ricos y hundido a la casi totalidad de la humanidad en la pobreza y en la miseria. Los capitalistas en todo el planeta disfrutan la dolce vita gracias al trabajo mal pagado de la mayoría. Sólo unos pocos asalariados, que laboran en algunas grandes empresas públicas y privadas, pueden presumir que sus salarios alcanzan para vivir decentemente y gozar ciertos lujos.
Por cierto, ¿cómo es que algunos califican a Nicolás Maduro como el presidente obrero de Venezuela? Este personaje es tan procapitalista que ha sido bautizado por parte de la izquierda venezolana como Carlos Andrés Pérez II, gracias, en parte, al paquetazo neoliberal aplicado paso a paso. No hay aumento salarial que sirva en Venezuela con la brutal liberación de precios apoyada por el “señor” Maduro.
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