Sabrina Machado (diario Panorama, Maracaibo)
Han pasado 17 meses desde la desaparición del dirigente político de PRV Ruptura Alcedo Mora. En este tiempo sobran las incógnitas y la incertidumbre se yergue sobre las certezas. Familiares y amigos siguen a la caza de cualquier dato que pueda aportar precisiones en medio de tantas sombras. Denuncian apatía y desinterés por parte de los organismos responsables de conducir la investigación.
En este tiempo, el término “desaparición forzosa” se levanta entre las dudas y toma vuelo ante instancias internacionales, donde el expediente será estudiado por otras manos. El Comité de Derechos Humanos y el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) tendrá la responsabilidad de evaluar el caso, a instancias de Provea, organismo no gubernamental que ha hecho las diligencias pertinentes por el caso de Mora y de los hermanos Esneider y Eliézer Vergel, quienes desaparecieron el mismo día. Se presume que están involucrados en el mismo caso. Los hermanos Vergel son ciudadanos colombianos en calidad de refugiados en el país, con sus familias.
Han pasado 17 meses desde la desaparición del dirigente político de PRV Ruptura Alcedo Mora. En este tiempo sobran las incógnitas y la incertidumbre se yergue sobre las certezas. Familiares y amigos siguen a la caza de cualquier dato que pueda aportar precisiones en medio de tantas sombras. Denuncian apatía y desinterés por parte de los organismos responsables de conducir la investigación.
En este tiempo, el término “desaparición forzosa” se levanta entre las dudas y toma vuelo ante instancias internacionales, donde el expediente será estudiado por otras manos. El Comité de Derechos Humanos y el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) tendrá la responsabilidad de evaluar el caso, a instancias de Provea, organismo no gubernamental que ha hecho las diligencias pertinentes por el caso de Mora y de los hermanos Esneider y Eliézer Vergel, quienes desaparecieron el mismo día. Se presume que están involucrados en el mismo caso. Los hermanos Vergel son ciudadanos colombianos en calidad de refugiados en el país, con sus familias.
De acuerdo con las investigaciones preliminares el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) es señalado —por parte de familiares y amigos de las víctimas— como el organismo del Estado implicado en este caso. El propio Mora llegó a informar que era perseguido por funcionarios de este cuerpo de seguridad, tras severas denuncias realizadas en contra del tráfico ilegal de combustible hacia Colombia, hecho que ocurría en complicidad con funcionarios de Pdvsa y de la gobernación de Mérida, según el denunciante.
La última vez que el político de izquierda y empleado de la Gobernación de Mérida fue visto por familiares y amigos fue el 27 de febrero de 2015, justo cuando se cumplían 26 años del llamado “Caracazo”. En horas de la mañana salió de su casa, ubicado en Campo de Oro, con destino a una reunión. No se conoce con certeza con quién se iba a ver ni a dónde. Mora vivía con dos hijos, Simón y Luis. Sin embargo, ellos no conocían con precisión los movimientos de su papá, de 56 años de edad.
Desde ese día hasta el dos de marzo son puras especulaciones en intentos por conocer con fidelidad cuáles fueron los pasos del político venezolano. No obstante, a pesar de los esfuerzos y las labores de investigación faltan certezas para conocer con exactitud qué pasó las 72 horas posteriores que Alcedo salió de su vivienda, hasta el último momento que su teléfono celular registró actividad.
De acuerdo con las informaciones registradas en el expediente, Mora sostuvo conversaciones con un compadre el 1ero de marzo, quien lo sentiría muy nervioso. Así lo afirman Ramón Mora, hermano de la víctima, y Darío Gómez, amigo, quienes han estado sobre la investigación en procura de que en este caso haya justicia y se determine la suerte del merideño. También se conoció que por triangulación de llamadas las celdas telefónicas del celular de Mora abrieron cerca de El Vigía y en la vía hacia El Páramo.
De este mismo celular se enviaron varios mensajes de apoyo político al proceso revolucionario, señalando que se encontraba “rodilla en tierra con su comandante”. Para sus seres cercanos no existe la menor duda que estos mensajes no fueron enviados por Alcedo. “Por el estilo del lenguaje, por la manera de expresarse, ése no era él. Uno sabía la manera de hablar, de comunicarse de Alcedo, esos mensajes fueron enviados por otras personas”, afirma sin vacilar su hermano mayor, quien cree que Mora pudo ser engañado o sometido y obligado a decir ciertas cosas.
Por su parte, Gómez estima que la intención de los mensajes políticos era que lo dejaran de buscar. “Estoy seguro que alguien le manejaba el celular”, afirma el también miembro del partido PRV Ruptura, quien agregó: “Días antes, cerca de su casa, pasó una camioneta negra, tipo Hilux, y desde adentro le gritaron ‘mira viejo, si sigues hablando paja te vamos a quebrar’”.
Según su amigo, ésta no era la primera vez que Mora recibía algún tipo de amenazas. El dirigente político a lo largo de su carrera levantó la voz para exigir justicia en varios casos delicados, como el de la masacre de Onia, ocurrida el 24 de enero de 2009 en El Vigía, en la que participaron cuatro policías de Mérida y un funcionario del Sebin. En este hecho perdieron la vida ocho jóvenes, la mayoría de ellos menores de edad, quienes se encontraban alrededor de un puesto de perros calientes. En su momento se habló de la participación de miembros del grupo paramilitar Águilas Negras.
Asimismo, se enfrentó al actual gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, por la explotación de la Sierra de Perijá. Denunció los abusos de la explotación minera y siempre fue vocero de las causas injustas. “Es una persona bastante conocida, luchador con todo lo que tiene que ver con la gente humilde, organizaciones estudiantiles, obreras, sindicalistas, militante antiimperialista”, indicó su familiar.
Por su parte, Gómez explicó que “Alfredo era un hombre precavido, no mandaba mensajes de gratis”, tal afirmación la hizo en referencia a la advertencia realizada por el dirigente sobre la persecución que tenía en su contra el Sebin. Incluso, su propio jefe en la gobernación lo puso al tanto de esta salvedad, según su amigo.
En este sentido, Ramón Mora tiene varias discrepancias con la versión manejada por los compañeros de partido de Alcedo. No cree que el secretario de la gobernación le haya realizado la advertencia a su hermano sobre el Sebin. “La política del Sebin es que no te avisa. No filtran nada. A nosotros nos extraña que el secretario de gobierno de Mérida le haya dicho que el Sebin lo estaba solicitando. Eso no lo entendemos bien. Tanto el Ministerio Público como la Defensoría del Pueblo nos han dicho que no había orden de captura en contra de él”.
Sin embargo, Mora sí cree que las sostenidas denuncias en contra de personeros corruptos de Pdvsa, en el llenadero de El Vigía, en Mérida, generaron malestar en los sectores que se sintieron afectados por esa situación. “Nosotros estamos claros que la desaparición no es una política del Estado, pero sí creemos que hay sectores enquistados dentro del proceso revolucionario corrompidos y, por ahí, podría venir lo que a mi hermano le ha ocurrido. Sabemos, como en todos los países, que hay policías que responden a sectores mafiosos”.
Ramón no conoce a los hermanos Vergel, desaparecidos desde el mismo día que Alcedo. Solo sabe que Esneider y Eliézer son colombianos que aparentemente sostenían actividades políticas con Alcedo. Asegura que hay versiones que los vinculan con actividades paramilitares, con grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y le gustaría que las mismas fueran corroboradas, saber con exactitud si esta situación estaría vinculada con la desaparición de su hermano, conocer qué hay detrás del 27 de febrero.
Lamenta la “flojera consciente” de los cuerpos de investigación. En 2016 no ha tenido ningún tipo de información oficial sobre las diligencias realizadas en torno a la desaparición del menor de los tres hermanos Mora Márquez.
“Me reuní con ellos (autoridades) los primeros meses de la desaparición, que estuve en Caracas, pero era pura evasiva. Recientemente no hemos obtenido ningún tipo de información. Hace siete meses que no sabemos absolutamente nada. Me cansé de reunirme con ellos. Otros compañeros han intentado hablar, no nos dan ninguna respuesta”, afirma, al mismo tiempo que lamenta no tener la oportunidad de disipar sus dudas.
A medida que se expresa Mora se corrige al hablar de su hermano, inconscientemente lo ubica en pasado, pero enseguida lo vuelve a su presente. Espera que la incertidumbre que rodea a su familia acabe pronto, porque “cuando se muere un familiar uno vive un proceso de resignación, en este caso se niega. No podemos decir que él está muerto, pero está desaparecido. A mí la racionalidad me dice una cosa, pero no puedo hablar de él en pasado”.
[Tomado de http://www.panorama.com.ve/sucesos/Dirigente-politico-Alcedo-Mora-cumple-17-meses-desaparecidofamiliares-claman-respuestas-20160712-0034.html.]
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