Humberto Decarli
La coyuntura actual en el país es dramática porque en todos los ámbitos encontramos una situación crítica, ora en el área social, ora en el económico, el financiero, el moral, el político, el cultural. Los alcances de la actual experiencia militarista llegan a niveles demenciales e hiperbólicos en los planos referidos, como la eventual hiperinflación, la recesión impresionante, el desempleo y la economía informal en auge, la pobreza incrementándose, la corrupción in crescendo, el tráfico de drogas operando a su máxima eficacia, la delincuencia en pleno apogeo, la especulación generada por la escasez y el desabastecimiento de productos, la carencia de alimentos y medicinas y en fin, un sinnúmero de circunstancias que redundan en calificar como crítico el momento atravesado en Venezuela.
LA INERCIA DE LA GENTE
A pesar del anterior cuadro dantesco no ha habido una reacción organizada y de luchas por parte de la gente. Ante la carestía de la vida y no existir oferta alimentaria simplemente se han conformado con largas filas donde lo logrado es perder el tiempo porque al final solo algunos productos se pueden adquirir. Ni qué decir sobre las bolsas de comidas manejadas por los Claps, suerte de organismos administradores del hambre y la miseria.
El poder ha logrado neutralizar a las personas quienes se limitan a aceptar estoicamente su condición de menesterosos y a asumir pasivamente todas las humillaciones proferidas desde la cúpula de dominación. Ese conformismo ha permitido la secuencia del chavomadurismo porque de otra manera hubiese salido del gobierno hace mucho tiempo.
Sin embargo, como más adelante lo acotaremos, los niveles de desabastecimiento y escasez de alimentos están estimulando a la gente para protestar, más por desesperación y angustia que por cualquier otro motivo.
LA CONSULTA POPULAR
En vista de la criminalización de la protesta por parte del Estado, lo cual ha llevado a seguir juicios penales a mucha gente por el simple hecho de manifestar, la sociedad dada su carencia de organización deposita en los comicios su voluntad. Existen tres sendas vigentes en materia electoral como son la de Amazonas, la de gobernadores y el referéndum revocatorio.
Existe una nulidad en el máximo tribunal sobre los resultados del estado Amazonas con una medida cautelar de suspensión de los cuatro diputados electos. El oficialismo obtuvo uno por lista y el resto lo ganó la oposición. Hasta los actuales momentos no hay avance en el proceso porque si se anulara y hubiese nuevas elecciones el chavismo perdería hasta el único alcanzado.
Sobre el acto de diciembre para gobernadores de estados, el C.N.E. nada dice porque hay la estimación de triunfo opositor en alrededor de veinte de los veinticuatro entes regionales. Seguramente se postergarán y para ello inventarán cualquier fetiche legal.
En cuanto al revocatorio presidencial hemos visto el espectáculo promovido por el poder electoral para obstaculizarlo y retardarlo. Desde alteraciones al procedimiento, coacción a los empleados públicos, la invención del arrepentimiento, exigir el 1% en cada región siendo un acto nacional, la colocación de la mesas de validación lejos de la localidad donde se votó, hasta amenazas de suspensión por cualquier alteración del orden público.
El gobierno busca impedir esta consulta o en el peor de los casos diferirla para el próximo año para disfrutar dos años más en el ejecutivo. Pero lo realmente cierto es no permitir ninguna elección por su obvia derrota. Para ello cuentan con el apoyo de todos los poderes incluyendo la fuerza armada, entidad con extrema participación en los cuadros superiores del Estado y solo el parlamento nacional es la excepción.
LA SITUACIÒN INTERNACIONAL
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos han condenado al gobierno venezolano por sus políticas causantes del profundo desajuste político, económico y social del país. Las entidades de las Naciones Unidas critican acerbamente la opacidad informativa y estadística del oficialismo y han hecho múltiples recomendaciones para rectificar no oídas por cierto.
El parlamento europeo ha formulado reclamos a Nicolás Maduro por diferentes razones con las abstención del partido Podemos español y el voto en contra de la coalición Izquierda Unida, también de este país, los cuales han recibido ayudas financieras de Caracas a través de unas fundaciones. Cierta intelectualidad izquierdista aún manifiesta su apoyo a Maduro producto de clientelismo internacional y una postura rígida tradicional de una ideología fosilizada. Ignacio Ramonet y Atilio Boròn se encuentran entre quienes todavía apuestan a un proceso dislocado como el venezolano. Ya Noam Chomski y Hans Dieterich han retirado su aquiescencia hacia el socialismo del siglo veintiuno.
El entorno de la O.E.A. es cambiante. Primero, porque muchos Estados insulares del Caribe perciben ayuda petrolera venezolana; segundo, hay países que como Colombia, tienen un régimen aparentemente distinto al venezolano pero existen muchos intereses por la vecindad y ello incide a la hora de la toma de decisiones; tercero, el caso del gobierno de Macri es patético porque para obtener el voto del grupo del Alba para su canciller en búsqueda de la secretaría general de las Naciones Unidas ha propuesto la mediación cuando antes condenaba al régimen nacional; cuarto, Estados Unidos ha hecho un ejercicio de pragmatismo porque desea estabilidad en Venezuela en resguardo de los intereses de Washington y de allí la sorpresiva reunión entre Kerry y la canciller venezolana.
La reunión de la O.E.A. concluyó en un resultado gris porque si bien es cierto el gobierno venezolano fue derrotado en su intento de suprimir la iniciativa de Diego Almagro al final no hubo decisión y quedaría pendiente un pronunciamiento sobre una misión diplomática o sanciones. Mas por el momento no hay ninguna punición y el mismo secretario general de ese organismo suavizó su proposición original de aplicar la Carta Democrática.
LA MARMITA EN DESARROLLO
La tensión social es ostensible porque no se consiguen alimentos. Aunado a la altísima inflación y una estructura salarial limitada la resultante es una gran nsiedad de la población que necesariamente se va a reflejar en las luchas, saqueos y manifestaciones por necesidad de ingesta alimentaria.
Se aprecia que en medio de las manifestaciones hay actos de vandalismo sin sentido. Se debe exclusivamente s que el hampa es el único sector organizado dentro de los actores sociales venezolanos. La política de Estado consistente en promover al lumpen para desatar la cohesión disciplinaria de la población, está dando resultados.
La tendencia de turbulencias sociales es a su elevación porque sencillamente no hay manera de aportar alimentos ni medicinas, Hay dólares para la adquisición de una panoplia armamentística superflua y para el pago del servicio de la deuda externa. Las obligaciones contraídas con la banca mundial y con los chinos son más importantes que la social. El desempleo, la seguridad social, lo irrisorio de los salarios, la vivienda, los servicios, la calidad de la educación y la salud, son entre otros rubros, los incumplidos por el Estado.
Es una olla de presión al borde del colapso y ello es muy grave porque puede desembocar en un nuevo genocidio como el del 4 de febrero de 1989. Vemos como la guardia nacional, los cuerpos policiales y los paramilitares llamados colectivos, acuden rápidamente para sofocar cualquier disturbio y abortarlo para evitar su desarrollo. Solo el estado de necesidad ha ocasionado una reacción popular.
NEGOCIACIONES
Maduro y Cabello tienen el poder concentrado en sus manos. Todos los organismos públicos excepto la Asamblea Nacional y al más importante factor de poder, los administradores de la violencia del Estado. Sus políticas en todos los aspectos, son harto ineficaces como lo prueba el drama vivido por todos los venezolanos cotidianamente,
Los hombres y mujeres se encuentran inermes frente a una fuerza descomunal como la centralizada en el gobierno. El movimiento social está a la deriva al igual que el sindical, fracturado y sin apoyo de base. La oposición nucleada alrededor de la M.U.D. no presenta un programa distinto al rentismo y al extractivismo, es una expresión del pasado que abonó el surgimiento de un caudillo militar y está bien burocratizada.
Hemos avanzado poco desde la entrada a la modernidad luego de la larga noche gomecista. Todavía el pueblo es caudillesco y militarista. Hugo Chávez no hubiese podido llevar a cabo todas las barbaridades cometidas sin una estructura de poder autoritaria permisiva de toda clase de excesos. No fue que el líder de Sabaneta pervirtió la democracia sino que su flacidez dejó abierta las puertas para las conductas atrabiliarias.
VISIÒN PANORÀMICA
Partiendo de las anteriores premisas las posibles conclusiones no son halagadoras. Venezuela forma parte de la cultura política de la región. América Latina se ha caracterizado por una endeble institucionalidad, unas democracias eminentemente electorales mas no de desempeño cotidiano donde los principales factores de poder acuerdan la gobernabilidad dejando a la gente como simples atisbadores o en todo caso agentes plebiscitarios a los cuales previamente se les ha elaborado las decisiones políticas.
Muchos ejemplos confirman la aseveración previa. El caso de Pinochet fue emblemático. El general aceptó el referéndum a cambio de ser el jefe de las fuerzas armadas (por más de 25 años), designar varios senadores y la impunidad por sus latrocinios y genocidios. Así se cumplió este aciago pacto, denotativo de la precariedad democrática. Incluso, muchos años después hubo la rebelión estudiantil ante una educación elitista instaurada por el dictador.
Pudiese ser que el chavismo dé un paso al costado dada la descomposición del gobierno. Pero no se avizora una fuerza y una actitud de cambio a cargo de la opción polarizada. Muchos avenimientos están en puerta para resolver la eficacia de la dominación en Venezuela. Esa visión maniquea de democracia versus dictadura apesta a lenguaje de la guerra fría. Definitivamente no habrá una verdadera transformación si no se atiende a la esencia del problema: el poder.
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