Milcíades Ruiz
En el Perú, la lucha por la jornada de 8 horas también fue heroica y duró muchos años. En 1904, los anarquistas Manuel Caracciolo Lévano, Delfín Lévano, Fidel García Gacitúa y Urmachea, fundaron la Unión de Trabajadores Panaderos y promovieron la primera huelga en el Perú. En 1907, los anarquistas impulsaron la huelga de estibadores en el Callao y las fuerzas represivas acabaron con la vida de Florencio Aliaga, primer mártir del movimiento obrero peruano.
El anarquismo ganó terreno en el ramo textil en el que se hizo un paro general en 1911. Al año siguiente se creó la Federación Obrera Regional Peruana (FORP) que agrupaba a los diversos sindicatos y gremios. El pliego de reclamos incluía la jornada por las 8 horas. De las tratativas se pasó a la huelga general. El 7 de Enero de 1913 se inició el paro que se extendió a otras partes del país. Algunas empresas tuvieron que ceder a las demandas salariales y reincorporación de despedidos pero no a la reducción de la jornada.
En el Perú, la lucha por la jornada de 8 horas también fue heroica y duró muchos años. En 1904, los anarquistas Manuel Caracciolo Lévano, Delfín Lévano, Fidel García Gacitúa y Urmachea, fundaron la Unión de Trabajadores Panaderos y promovieron la primera huelga en el Perú. En 1907, los anarquistas impulsaron la huelga de estibadores en el Callao y las fuerzas represivas acabaron con la vida de Florencio Aliaga, primer mártir del movimiento obrero peruano.
El anarquismo ganó terreno en el ramo textil en el que se hizo un paro general en 1911. Al año siguiente se creó la Federación Obrera Regional Peruana (FORP) que agrupaba a los diversos sindicatos y gremios. El pliego de reclamos incluía la jornada por las 8 horas. De las tratativas se pasó a la huelga general. El 7 de Enero de 1913 se inició el paro que se extendió a otras partes del país. Algunas empresas tuvieron que ceder a las demandas salariales y reincorporación de despedidos pero no a la reducción de la jornada.
La lucha por la jornada de las 8 horas tuvo que continuar en los años siguientes. En el sur andino, los abusos de los hacendados y gamonales en un sistema de explotación feudal sobre la población nativa y campesina motivaron muchas sublevaciones de indígenas, como la de 1915 encabezada por un sargento mayor de caballería, Teodomiro Gutiérrez Cuevas –“Rumi Maqui” (Mano de piedra). Se alzó con un grupo de indígenas de Huancané y Azángaro, pero fue vencido, capturado y condenado a veinte años de prisión. No había opción para la jornada de 8 horas ni en el campo.
La crisis económica derivada de la primera guerra mundial afectó gravemente la economía de la clase trabajadora, obreros y empleados, por la carestía de artículos de primera necesidad. Los obreros fueron a un paro general indefinido el 13 de Enero de 1919 anunciando que no levantarán el paro hasta que no se decrete la jornada de las 8 horas en todo el país.
El gobierno se vio precisado a promulgar el decreto del 15 de enero de 1919, otorgándose tal beneficio a los trabajadores de todas las actividades laborales públicas y privadas con gran algarabía de los obreros peruanos que finalmente triunfaron tras muchos años de lucha sangrienta. ¡Qué diferencia con los obreros de ahora, sin consciencia de clase, ajenos al socialismo y muchos, votando a favor de los opresores!
Hasta 1965 he conocido a obreros con consciencia de clase que lucharon hasta morir por los ideales socialistas en la guerrilla “Javier Heraud” que operaba en Ayacucho. Aún recuerdo con admiración a Luis Zapata Bodero –“Hernán”, dirigente sindical y a Hermes Agapito Valiente Granados- “Moisés”, obrero de construcción civil afiliado a la CGTP. Estos heroicos combatientes del Ejército de Liberación Nacional- ELN, no tienen tumba ni el reconocimiento al menos de una placa recordatoria en algún local sindical. Los tiempos han cambiado y también la conducta política de la masa trabajadora como la de sus dirigentes.
La lucha obrera ha evolucionado hasta alcanzar muchos derechos sociales y continúan luchando por mejores condiciones de vida. Eso es bueno para los trabajadores y se lo merecen, pero ya no son los proletarios supuestamente llamados a hacer la revolución socialista. Ahora se identifican con la empresa y con el sistema opresivo porque a mayor rentabilidad tienen mejores oportunidades de conseguir beneficios particulares sin ir más allá. La estabilidad laboral ha suplantado a la solidaridad de clase. La dirigencia sindical por lo general ha perdido moralidad.
Valga la ocasión entonces para recordar y rendir homenaje a muchos dirigentes sindicales y militantes que mantuvieron en alto los ideales del primigenio proletariado, luchando hasta morir por la causa socialista. Y por qué no, una marcha pública conmemorativa, un acto de masas, un eco gigantesco por las redes sociales, condecoraciones de reconocimiento a la lucha consecuente de dirigentes obreros distinguidos que aún sobreviven dignamente, etc. El olvido de los héroes del pueblo solo favorece a la dominación. Hagamos del “Día del Trabajador” una fecha de concientización con gran impacto político de tal modo que la prensa opresiva no lo pueda ocultar.
[Tomado de https://rosinavalcarcel.lamula.pe/2016/04/29/dia-del-trabajo-alienacion-y-olvido/rosvalcarcel..]
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