1er. Congreso - Gesta Libertaria
Durante los meses de enero y marzo del año 2016 los militantes de la Gesta Libertaria nos reunimos para discutir el escenario actual de la lucha de clases y realizar una revisión crítica de nuestra trayectoria política y de la historia del anarquismo en el territorio de Chile. El resultado de tales jornadas es lo que ponemos a disposición de los trabajadores y los revolucionarios, con miras a incentivar el debate político y constituirnos como una alternativa política del anarquismo , en un arma de combate de la clase trabajadora, para para derrotar a quienes identificamos como nuestros enemigos : El Capitalismo, El Estado y el Patriarcado.
Durante los meses de enero y marzo del año 2016 los militantes de la Gesta Libertaria nos reunimos para discutir el escenario actual de la lucha de clases y realizar una revisión crítica de nuestra trayectoria política y de la historia del anarquismo en el territorio de Chile. El resultado de tales jornadas es lo que ponemos a disposición de los trabajadores y los revolucionarios, con miras a incentivar el debate político y constituirnos como una alternativa política del anarquismo , en un arma de combate de la clase trabajadora, para para derrotar a quienes identificamos como nuestros enemigos : El Capitalismo, El Estado y el Patriarcado.
La historia de nuestra tradición ha estado marcada por las vacilaciones, el abstencionismo y la falta de claridad estratégica para enfrentar la pregunta central que todo revolucionario debe responder: ¿Cómo hacer la revolución? . Distintas corrientes, conceptos y categorías, múltiples divisiones dentro del anarquismo -principalmente relativas a la forma orgánica que debe asumir nuestro movimiento- no lograron evitar el desenlace trágico: El anarquismo durante el siglo veinte fue derrotado y condenado por la historia casi hasta su extinción como alternativa política, siendo desterrado del imaginario político de la clase trabajadora.
Este desalentador escenario tiene como diagnóstico central el eclecticismo teórico de nuestra tradición en lo relativo a definir los elementos centrales, como también evidenciar las formaciones sociales de la sociedad capitalista, la centralidad de un sujeto revolucionario, la identificación clara del enemigo y finalmente el rol de la lucha política y cómo situar nuestra acción revolucionaria en el momento presente para estimular las fuerzas sociales de la clase trabajadora y superar la sociedad capitalista.
Sin embargo, a finales del siglo pasado y en los albores del nuevo milenio, el anarquismo ha vuelto a surgir como critica radical a la sociedad burguesa de la mano con el estrepitoso fracaso de los socialismo reales , el desarme de la izquierda y su cooptación por los márgenes de la contrarrevolución burguesa , la desarticulación de la clase trabajadora como sujeto histórico en el marco del re-ordenamiento económico y productivo del capitalismo denominado neoliberalismo.
La burguesía ha destruido la organización de nuestra clase, la ha cooptado ideológicamente y ha construido una sociedad de consumo que ha hecho de la revolución una imagen desdibujada y lejana, constituyendo un consenso respecto a que nos encontramos en las fases finales de la historia y que el progreso humano sólo es posible en los estrechos márgenes del capitalismo .
Pero basta con un rápido vistazo para darnos cuenta de las fuertes desigualdades en la sociedad humana, la brutal explotación de los trabajadores y trabajadoras en todo el planeta, la devastación de nuestro ecosistema, el agotamiento de los recursos naturales, la desgarradora realidad de miles de personas desplazadas por las guerras imperialistas, la marginalidad , la postergación y sometimiento de la mujer a la sociedad patriarcal aún en el presente, el hambre y la pobreza a la que más de la mitad de la población del planeta se encuentran sometidas. Esto nos evidencia lo falaz de la afirmación “que la sociedad humana se encuentra en una escalada progresiva para mejorar sus condiciones materiales”. El fin de la historia es solo una invención burguesa para convencernos de lo inmutable de su dominación.
La crisis capitalista que atravesamos -la que las elites dominantes han aprovechado para precarizar aún más las condiciones materiales de la clase trabajadora eliminando derechos sociales y elevando los costos de vida- ha abierto un nuevo escenario político y social favorable para la re-articulación de la clase trabajadora como sujeto histórico, para que emerja un proyecto político revolucionario capaz de transformar radicalmente la sociedad capitalista y abrir paso a una nueva etapa de la historia de la humanidad.
Chile no es ajeno a este escenario internacional. Masivas movilizaciones estudiantiles que desde el 2006 han mantenido una presencia continua en el escenario político, han logrado poner en cuestionamiento las bases del modelo de consumo y los paradigmas de mercado que el neoliberalismo ha impuesto a sangre y fuego como única alternativa de organización social y económica posible. A este descontento se han sumado sectores de la población trabajadora que desde el 2007 han mantenido una escalada continua de conflictos que si bien, aún están en la esfera reivindicativa y se encuentra lejos de articular una alternativa política capaz de disputar la hegemonía al bloque en el poder, muestra un escenario favorable para el rearme de nuestra clase desde diferentes conflictos sociales, muchas veces enfrentados a las castas burocráticas de las organizaciones sindicales y han sabido instalar en la agenda pública nuevos sectores que se reagrupan para consolidarse como grupos de presión. Ejemplo de esto tenemos las masivas movilizaciones de los trabajadores de la educación de base, los trabajadores del estado , los trabajadores portuarios, forestales , del cobre entre otros cuyos métodos de movilización superan con creces la legalidad dictatorial impuesta por el código del trabajo.
Los empresarios y sus marionetas políticas, envueltos en casos de corrupción y desprestigio, han salido a afrontar este escenario buscando frenar las transformaciones que desde la calle se ha venido plasmando; buscan cooptar nuestras demandas como educación gratuita o trabajo digna, derecho a huelga y organización sindical efectiva en reformas que solo mantienen las consignas para desnaturalizar su contenido e incluso ofrecer condiciones menos favorables a las ya existentes, utilizando como excusa la crisis económica y el estancamiento del crecimiento. Las elites dominantes también están reafirmando el carácter de clase del Estado y la institucionalidad política con una agenda legislativa que busca fortalecer los aparatos represivos para desarmar y desarticular todas las expresiones de lucha social y política de nuestros pueblos a lo largo y ancho del territorio. La burguesía busca por todos los medios mantener su despilfarro y su vida de privilegios a costa de someter a los trabajadores y al conjunto de pueblo a condiciones materiales aún más precarias.
En este contexto político, social y económico es que, como Gesta Libertaria, hemos ratificado nuestro compromiso revolucionario con sostener nuestra lucha de carácter inflexible e irrenunciable por conquistar una sociedad Comunista Anárquica mediante un proceso revolucionario que derrote al Estado, al Capitalismo y al Patriarcado -históricos enemigos de la clase trabajadora- hasta la instauración de un sistema social basado en la autogestión de la riqueza y el autocontrol de los trabajadores denominado Socialismo Libertario. Objetivo que en el presente período requerirá que nuestros esfuerzos están destinados al fortalecimiento las organizaciones de masas de la clase trabajadora para que tomen la iniciativa política en la ofensiva revolucionaria contra la burguesía.
Nuestro Congreso a adoptado una definición central, es la clase trabajadora el sujeto revolucionario, en quién depositamos nuestra esperanza de emancipación de la humanidad. Por lo mismo nuestra centralidad estratégica consiste en el fortalecimiento de las organizaciones propias de la clase trabajadora para que estas sean capaces de dar el salto político y asumir la tarea de abrir el camino revolucionario hacia el socialismo libertario. Nuestra tarea consiste en que la clase trabajadora pueda articular una fuerza social revolucionaria que le permita disputar a la burguesía el control hegemónico de la sociedad desde sus propias organizaciones autónomas y horizontales, contraponiendo a la democracia burguesa una democracia popular capaz de constituirse en la base material de la ofensiva revolucionaria. Esta democracia popular, que se contrapone a la democracia de los privilegios y las minorías, que es de base, horizontal y de las organizaciones del pueblo contra las castas burocráticas y políticas del estado, que es el germen de la sociedad futura que anhelamos conquistar y construir, solo es posible mediante la disputa política al reformismo y a la burguesía en todos los planos de la vida política, desde los movimientos sociales generados desde las luchas económicas y democráticas para que den el salto a la lucha política de los trabajadores por el socialismo libertario, para disputarle al Estado Burgués el control político y económico de la sociedad, para derrotarlo y derribarlo junto con la dominación burguesa.
Como Gesta Libertaria hemos ratificado nuestra posición política en la corriente histórica del Anarco Comunismo, pues las tareas que nos proponemos solo son posible desde un programa político que plasme las aspiraciones de justicia, igualdad y libertad orientadas hacia una lucha revolucionaria desde nuestra práctica política libertaria. Debemos saber dotar a la clase trabajadora de herramientas de lucha como la acción y la democracia directa, entendiendolas como medios eficaces para proponer una lucha efectiva contra la Burguesía, el Patriarcado y el Capital. Hoy más que nunca se requiere una crítica radical a la forma en que la izquierda revolucionaria ha enfrentado las tareas políticas de la clase trabajadora. Una práctica revolucionaria que no sepa identificar claramente que la única transformación radical es aquella que socava las bases sociales, históricas, antropológicas, económicas y políticas de la dominación, carece de una perspectiva estratégica y consecuente con erradicar aquello que permite que el proletariado viva en la postergación, sometido a producir la comodidad de una minoría privilegiada a costa de su propia existencia. Nuestra lucha política carece de sustento si no la acompañamos de una práctica política que en el momento presente sea capaz de generar lazos de solidaridad y apoyo que nos hagan ver a los seres humanos como iguales, pues la horizontalidad de las relaciones sociales no puede ser solo una aspiración futura, es una tarea presente y permanente articulada en todos los momentos de la lucha revolucionaria.
Nuestro congreso ha decidido asumir como parte central de nuestra practica revolucionaria y anarquista la lucha por derrotar al patriarcado en todos los planes de las relaciones sociales; el compromiso por articular en el seno de los trabajadores , los oprimidos y marginados, espacios de lucha por empoderar a las mujeres, a la diferentes identidades afectivas sexuales y de género en pos de sumarlas al combate activo de la clase en su conjunto por derrocar a todo este entramado que defiende al actual sistema de dominación. Nos hacemos parte del llamado a las identidades masculinas a renunciar a sus privilegios y sumarse a las luchas políticas y reivindicativas de las mujeres y las diferentes identidades sexuales, cuyo objetivo es conquistar su emancipación de la Dominación del patriarcado. Es objetivo de nuestro congreso promover una nueva forma de relaciones afectivas y personales que permita la emergencia de lazos humanos, igualitarios y solidarios que sea el sostén de la unidad de las luchas de la clase trabajadora, que cuestione radicalmente la forma en que la burguesía y el patriarcado quiere que vivamos nuestras vidas y nuestros afectos.
Como anarquistas nos planteamos en la lucha por la liberación de los territorios pueblos-naciones oprimidos bajo el yugo colonial. Esta opresión se manifiesta de distintas maneras en la región chilena: desde el robo y usufructo histórico de la tierra a las comunidades mapuches (entre otras), la militarización y allanamiento en las comunidades del wallmapu, el asesinato a sangre fría de decenas de peñis en el territorio, el usufructo y saqueo de la tierra por parte de las grandes empresas forestales y los grandes latifundios, la marginación y precarización del pueblo mapuche. Como también a nivel cultural hay una negación sistemática a su forma de vida, sus costumbres, su idioma y su identidad; tratando de asimilarlos a sangre, fuego y mentiras a la “chilenidad”, tanto a las comunidades mapuche como a las comunidades aymara y rapa nui (entre otras).
Frente a esto es necesario sumarse a las demandas de devolución inmediata de las tierras usurpadas por el latifundio y las grandes forestales, la desmilitarización del territorio y la liberación de las decenas de peñis y lamngen encarceladas por el Estado colonial; como también avanzar hacia una la autonomía y autogobierno del Wallmapu, hacia un proceso de descolonización que incluye el rescate y la difusión del mapudungun (por siglos marginado y condenado a la extinción) como idioma, como también el rescate de la cultura e identidad de los pueblos originarios.
El objetivo de que la clase trabajadora asuma en sus manos la lucha por emanciparse de sus cadenas requiere de la generación de un sujeto crítico, político y colectivo capaz de asumir dicha misión. La conciencia de clase -es decir la igual claridad respecto de la sociedad que pretendemos fundar y frente a la identificación de nuestros enemigos en tal tarea- para los anarquistas se genera y se hace transversal desde la Educación. Concebimos la educación como un arma de combate de la clase trabajadora que permite generar este sujeto político capaz de aportar a la reorganización del proletariado en una fuerza social revolucionaria. Es por eso que en el momento histórico presente hemos decidido disputar el movimiento social por la educación con miras a construir una Educación orientada a ser el arma que permita generar la consciencia y las herramientas para nuestro pueblo, para conquistar su libertad y convertir los espacios educativos en espacios articuladores de la clase trabajadora.
Nuestra tarea programática es levantar el Proyecto educativo de la clase trabajadora con miras a dotar de contenido al objetivo de constituir la educación como un arma de combate. Para nosotros como anarquistas la educación permite estimular la emergencia de la consciencia de clase, el combate a la autoridad y la conformación de los sujetos críticos capaces de constituirse como un cuerpo colectivo, cuya finalidad es que puedan levantar su propio proyecto histórico de emancipación. El Proyecto Educativo de la Clase Trabajadora aspira por una parte a dotar de una dimensión programática al Frente Único Educacional y lo cohesiona en torno a un plan de lucha concreto que le permita desplazar al proyecto educativo de la burguesía y del mercado. Así mismo pretende generar las redes con los demás sectores de la clase trabajadora para articular una lucha conjunta capaz de tensionar al sistema capitalista. En definitiva debe cimentarse en un ejercicio de elaboración política propia de los trabajadores que permita entregar la experiencia para levantar otros ejercicios de elaboración política que confluyen en la articulación de un Proyecto Político Histórico de carácter Socialista Libertario de los Trabajadores.
La tarea política para consolidar tal proyecto educativo consiste en articular un Frente Único Educacional que articule a trabajadores de la educación, estudiantes universitarios, secundarios y de los centros de formación técnica, para generar una fuerza social capaz de ganar las reivindicaciones económicas y democráticas que los diversos movimientos sociales en la arena educativa han venido demandando los últimos años. El objetivo del Frente Único Educacional es constituir una fuerza social capaz de aunar los distintos esfuerzos y luchas, de cohesionar a las bases de los diversos gremios y de constituir una experiencia práctica de unidad de la clase, materializando a través de una dinámica política una corriente de los trabajadores que permita disputar a la pequeña burguesía la orientación ciudadanista del movimiento social por la educación , para que tomen el control democrático y sean capaces de autogestionar los centros educativos para colocarlos al servicio del pueblo.
Ratificamos nuestra convicción de que solo la organización puede consolidar una práctica política revolucionaria y transformadora y que sólo la lucha política puede estimular y modificar las condiciones actuales para que los revolucionarios volvamos a insertarnos en el imaginario de la clase trabajadora en esta guerra contra un sistema que nos condena a la muerte para unirnos en la tarea titánica por derrocar a un sistema que nos supera con creces en muchos aspectos y que solo la lucha de los trabajadoras y trabajadores, organizados nacional e internacionalmente pueden conseguir. Para este objetivo confluimos distintos compañeros y nos organizamos, nos proponemos ser un aporte a la recomposición de las organizaciones políticas y sociales de la clase trabajadora. Humildemente afirmamos que ningún poder revolucionario, ni ninguna vanguardia autoproclamada por decreto pueden creer que su práctica política es la única viable para hacer posible el socialismo. Los Anarquistas , surgidos como experiencia concreta, encerramos en nuestra concepción un compromiso ético-político irrenunciable, principios y valores que cobran sentido en nuestra aspiración por organizar a la sociedad de manera federativa y bajo la democracia directa. Pero también los libertarios y las libertarias debemos ser críticos con los ideologismos abstractos. Anteponer las banderas propias por sobre las necesidades reales del conjunto de las masas y la lucha socialista es un error que puede arrojarnos a aislarnos y desprendernos de la realidad social concreta que apostamos por transformar radicalmente.
En este camino que se nos abre invitamos a ser parte de esta organización a todos y todas quienes consideren necesaria y urgente la lucha por transformar radicalmente nuestra sociedad; a la tarea histórica de levantar un proyecto político y revolucionario de la clase trabajadora y de terminar contra toda forma de humillación e injusticia que sufren nuestros pueblos. La Gesta Libertaria se pone al servicio de este objetivo histórico declarando que en los marcos de la sociedad que nos presenta la burguesía no es posible que se desarrollen nuestras aspiraciones de justicia. En momentos donde por todo el planeta se levantan movilizaciones de trabajadores, donde cientos de personas se encuentran desplazadas por las guerras imperialistas, donde cada día la pobreza y la miseria condenan a la muerte a miles de seres humanos , este congreso hace el llamado a hacernos parte activa de las luchas de la clase trabajadora, a levantar la solidaridad internacional de nuestra clase, a aunar los esfuerzos revolucionarios para conquistar la victoria , para trabajar para que el anarquismo emerja políticamente como una alternativa de los explotados y oprimidos para constituirse como una alternativa para triunfar.
¡Los anarquistas en pie de lucha tenemos presente que si nada es más cruel que la verdad, entonces nada es más justo que la revolución ni nada más necesario que la libertad!
[Tomado de https://gestalibertaria.wordpress.com/2016/04/04/el-primer-congreso-de-la-gesta-libertaria-a-constituir-una-alternativa-politica-de-los-trabajadores-y-trabajadoras-para-triunfar.]
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