Humberto Decarli
El viejo continente, como eje mundial del poder, tiene ante sí unos retos relevantes si desea continuar en profundidad los avances logrados desde la Paz de Westfalia pasando por el error del Tratado de Versalles y el proceso culminante con la Unión Europea.
La Paz de Westfalia permitió a la región concluir con las múltiples guerras interminables en las cuales se había sumido. Sin embargo, no fuie suficiente y comenzando el siglo veinte reiteró los conflictos ahora en dos secciones: una, el Reino Unido y Francia aliados con Estados Unidos y el apoyo de Rusia terminado con la neutralidad ocasionada por la revolución bolchevique; y la otra coalición fundada por el Imperio Austro-Húngaro, Alemania, el Imperio Otomano y algunos Estados balcánicos como Rumanía.
El viejo continente, como eje mundial del poder, tiene ante sí unos retos relevantes si desea continuar en profundidad los avances logrados desde la Paz de Westfalia pasando por el error del Tratado de Versalles y el proceso culminante con la Unión Europea.
La Paz de Westfalia permitió a la región concluir con las múltiples guerras interminables en las cuales se había sumido. Sin embargo, no fuie suficiente y comenzando el siglo veinte reiteró los conflictos ahora en dos secciones: una, el Reino Unido y Francia aliados con Estados Unidos y el apoyo de Rusia terminado con la neutralidad ocasionada por la revolución bolchevique; y la otra coalición fundada por el Imperio Austro-Húngaro, Alemania, el Imperio Otomano y algunos Estados balcánicos como Rumanía.
Con la entrada de los Estados Unidos la guerra de las trincheras pudo al fin terminar y el Tratado de Versalles fue la solución. Pero la negociación fue muy onerosa para Alemania por restarles los territorios de Lorena y Alsacia y las condiciones económicas gravosas que afectaron seriamente la economía teutona e hirieron el orgullo nacional. El economista John Maynard Keynes presagió este escenario y renunció a la delegación británica. Lamentablemente tuvo absoluta razón cuando señalaba la posibilidad de reacción ante un escarnio como el impuesto en el acuerdo.
Esta situación, aunada al desastre hiperinflacionario de la administración socialdemócrata en la República de Weimar, generó el nazismo que se encargó de resolver la crisis mediante la expansión del complejo militar industrial y su secuela inmediata, la guerra. Aliada con Italia y lejanamente con Japón, los tedescos fueron derrotados pero al entenderse que las causas eran eminentemente económicas los triunfadores occidentales crearon en Bretton Woods, los organismos multilaterales (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), quienes iban a establecer las regulaciones macroeconómicas para no repetir la confrontación.
Hubo el diseño del Plan Marshall para Europa que fue devuelto y pagado por el pueblo de esas naciones y luego se implementaron unos programas sociales para acomodar a Europa e impedir conflictos sociales mediante el welfare state o Estado del Bienestar con el cual se alcanzó la elevación del estándar de vida de sus moradores.
Posteriormente se orientaron hacia planes económicos y se fundó primero el Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo), después la Comunidad del Acero y el Carbón agregándose a los anteriores, la República Federal Alemana, Francia e Italia. Esta experiencia se transformó luego en la Comunidad Económica Europea y finalmente la vigente Unión Europea, con fases de expansión (el Reino Unido, Dinamarca e Irlanda; España, Portugal y Grecia), y posteriormente los demás países del centro y este europeo.
El avance se tramitó con un mercado común donde había bajos aranceles para los productos de los miembros y se llegó hasta el Tratado de Maastricht donde se logró una fusión monetaria con el euro, no aceptada por el Reino Unido ni Dinamarca, aunque esta última lo acató tiempo después. También se permitió una legislación y jurisdicción supranacional cuando el caso de los cassis de Dijón donde un juzgado europeo logró romper el pechaje de los tribunales franceses a la crema de esta fruta ácida constituyéndose en un precedente. Se dirigió a establecer un parlamento en Estrasburgo y una suerte de ejecutivo con la Comisión Europea.
La Unión Europea es una unión de Estados más que de naciones y realmente donde ha alcanzado eficacia ha sido en materia financiera y monetaria debido a las diferencias entre sus miembros. Distinciones en materia laboral, social, económica y cultural entre sus integrantes impiden una aplicación normativa uniforme. Adicionalmente en materia bélica siempre actuaron como occidente y la O.T.A.N. (Europa más los Estados Unidos con la excepción de la Francia gaullista en una época), era una organización castrense para hacer frente a la Unión Soviética. Se ha mantenido para accionares en el Medio Oriente, los conflictos de la antigua Yugoslavia y Ucrania.
Ha participado en bombardeos aéreos y navales con misiles en el Oriente Próximo sobre todo ahora en Irak y Siria contra el Estado Islámico y el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda; en Libia contra Gadafi; en Irak y Afganistán; en el conflicto entre Serbia, Croacia y Bosnia-Herzegovina, y actualmente en la tensión generada por los rusos en Ucrania, debido a la ocupación de la península de Crimea y la tentativa de secesión del este étnicamente ruso de ese país.
Entre sus problemas más directos en el día de hoy encontramos la aspiración de Turquía de incorporarse a la Unión Europea, la posible salida del Reino Unido, la ingente crisis humanitaria de los desplazados del Oriente Medio y África y la vuelta de los nacionalismos exacerbados.
Turquía y Europa
Esta nación es de conformación islámica y se ha convertido en una presencia importante en la región pretendiendo ser una potencia determinante pero desea ser parte de la Unión Europea. Históricamente, desde que tomó Constantinopla, fue un vecino obligado de Europa y llegó hasta Hungría donde fue detenido el Imperio Otomano. Pero fue la batalla de Lepanto el punto de inflexión marcando el triunfo de las monarquías cristianas sobre el sultán de Ankara. Empero, continuó teniendo gran influencia con lo que le quedaba, tanto en Europa (Albania, Bosnia y Kosovo), en el Medio Oriente y en el Asia Central.
No obstante, finalizando el siglo diecinueve y comenzando el veinte, los ingleses derrotaron a los otomanos y se repartieron sus espacios en el Oriente Próximo. Engañaron a los pueblos árabes a quienes ofrecieron la independencia si ayudaban a la derrota de los turcos como lo señaló amargamente el coronel Lawrence que inspiró a David Lean a filmar Lawrence de Arabia. Luego de triunfar, se reunieron con los franceses y suscribieron el tratado Sikes-Picott y se distribuyeron la región con simples demarcaciones cartográficas, creando Estados ficticios. Francia quedó con el Líbano y Siria y el Reino Unido con Irak, Jordania, los países del golfo pérsico. Palestina y Yemen del Sur.
Turquía sufrió un proceso de occidentalización con Mustafá Kermal, Ataturk, quien incorporó las costumbres occidentales a ese país. Fue un aliado importante de la O.T.A.N. porque tenía fronteras con la Unión Soviéticas y allí se instalaron armas nucleares que durante la crisis de cohetes de Cuba Moscú aspiró negociar pero fue infructuoso.
Con el tiempo, el país de la península de Anatolia ha querido acercarse al mundo europeo pero ha recibido un mentís por su postura islámica, aumentada por el triunfo del actual primer ministro Erdogan, quien representa un partido no laico. A pesar de que para el viejo continente los kurdos organizados en el P.P.K. son terroristas, han denunciado las diversas y recurrentes violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen de Ankara. Más ahora que los kurdos en el norte de Siria tienen un experimento social de autogobierno, respeto y participación determinante de la mujer en la vida cotidiana y en el poder, e incluso una promoción de vegetarianismo reivindicando a los animales no humanos y además, plantean una confederación y no independencia respecto Turquía, Siria, Irak e Irán, lugares donde viven.
Turquía de diferentes formas ha ayudado al ISIS en su lucha contra los kurdos, ha derribado un avión ruso en la zona y quiere ser una potencia en la región. Ha enviado su fuerza aérea a bombardear a los chitas en Yemen y los rusos han denunciado que tienen tropas en Siria e Irak.
Sin embargo, en la crisis de los emigrantes por la guerra en Siria e Irak, Erdogan mantiene una conducta de ayuda y solución para ellos y es una fórmula de acercamiento a la Unión Europea, que ha visto el rechazo hacia los desplazados por parte de Hungría, Macedonia, Grecia e Italia. Su incorporación hacia la unión es una tarea pendiente.
El Reino Unido y su desincorporación de la Unión Europea
El proceso de descolonización del Reino Unido fue llevado al principio con represión pero después asumieron cautela que determinó la creación de la Commonwealth o Comunidad Británica donde asociaron comercial y económicamente a las antiguas colonias. El tiempo agotó esa asociación y Londres volteó el rostro hacia el continente. En 1973 los ingleses dieron un paso adelante y se hicieron miembros de la Unión Europea aunque conservaron la Libra Esterlina como signo monetario.
La mentalidad insular y haber poseído un imperio descomunal dio a este país siempre la mentalidad de autosuficiencia pero la necesidad de rescatar su alicaída economía fue la razón fundamental para añadirse a Europa. Pero nuevamente hay crisis y muchos ven en la dependencia de la Unión Europea el motivo de la decadencia inglesa. Está pendiente un referéndum donde lo probable, en razón de los sondeos, es el triunfo de la continuación dentro de Europa porque el gobierno de James Cameron así como el laborismo tienen el criterio de permanecer.
La crisis humanitaria
El Mediterráneo se ha convertido en el testigo de una explosión de personas huyendo de las guerras y la miseria. La guerra en Siria e Irak son epicentros de esos desplazamientos humanos así como en Libia y todo el Magreb africano pero otras naciones subsaharianas también participan de estos movimientos. Y Europa, como zona de mayor calidad de vida, es el objetivo de estos seres humanos. Siempre ha sido así e incluso autores, como John Kenneth Galbraith, en su obra El origen de la pobreza de las naciones, han sostenido que la emigración constituye un mecanismo relevante de combate contra la pobreza.
Sin embargo, esta eclosión es imprevista sobre todo por el empuje bélico y ha agarrado desprevenido al continente. Corresponde a la élite de la Unión asumir este fenómeno como un compromiso fundamental y prioritario ante unos conflictos que de alguna manera han sido causados por el viejo continente desde su época colonial. Además, en el caso sirio e iraquí ha sido occidente, aunado a Rusia, quien ha ocasionado todos estos genocidios en su ajedrez geopolítico por el excremento del diablo en toda esta geografía.
El renacer chauvinista
La acumulación de vicisitudes estimula siempre salidas totalitarias y el nacionalismo exacerbado irrumpe para imputar a los extranjeros de toda la responsabilidad. Ya el nacionalsocialismo lo demostró en la Alemania nazi cuando culpó a los judíos de sus avatares económicos y rescató el orgullo alemán perdido en Versalles. Mussolini y su fascismo en Italia también apeló a la grandeza del imperio romano para justificar su autoritarismo. También Milosevich lo realizó en Yugoslavia con los serbios con la pretensión de mantener una unión despedazada.
En Francia y Alemania han obtenido resultados electorales favorables partidos xenófobos como el de Marina Lepen y su Frente Nacional galo y en Alemania la formación Alternativa para Alemania, dio la campanada en los recientes comicios. En el Reino Unido hay organizaciones de este tipo promoviendo el retiro de Albión de Europa. El caso griego es similar aunque fue una organización de izquierda quien ha aplicado un programa severo de restricciones sociales para rescatar la economía y ha crecido el rechazo a la Unión Europea por tales planes.
A pesar del anterior panorama complejo, Europa es estimada como una sección trascendente para el dominio del mundo. La Comisión Trilateral, fundada por los Rockefeller, aprecia como uno de los trípodes al viejo continente para la conducción mundial. Asimismo, la existencia del Club de Bildelberger es una clara delación de la prestancia europea como centro de poder en el planeta. Este organismo, nada oficial pero sí tangible, decide muchos temas y aspectos de la dinámica política, económica, financiera y social del norte del mare nostrum. Es en consecuencia, un polo de poder en el orbe y junto a Estados Unidos, Japón, Canadá y las naciones emergentes, conforman el brazo instrumental del mismo.
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