León Moraria
Las intervenciones de los diputados de la MUD en la Asamblea Nacional, al referirse al desastre actual de la economía, lo identifican con una frase que dice mucho, pero, no concreta nada, "esta crisis es la consecuencia de un modelo fracasado". Acogemos el concepto, pero, vamos a concretizarlo, para evitar ambigüedades.
En este comienzo de año, es lugar común leer y oír la enumeración de los hechos que constituyen el gran desastre nacional: aumento de la pobreza (76%); inflación (300%); desempleo (más del 50% de la masa laboral en la economía informal); escasez de productos de la dieta diaria (60%); servicio de transporte urbano e interurbano (paralizado en más del 60% por falta de repuestos, cauchos, baterías); pequeña y mediana industria paralizada por falta de materia prima; agricultura abandonada por falta de insumos (repuestos para tractores, fertilizantes, semillas, pesticidas); agroindustria (paralizada como consecuencia de la quiebra de la agricultura ); supermercados con los estantes vacíos desde hace dos años; farmacias sin medicinas; ferreterías sin clavos ni formones; almacenes de ropa y zapaterías con bajísimo inventario de mercancías; parálisis de la industria manufacturera en 70%; la que todavía labora lo hace con el 30%, máximo el 50% de la capacidad instalada; la industria editorial paralizada y con elevadísimos costos para la edición de un libro; la siderúrgica quebrada y en ruinas; en el país petrolero no hay gas para uso doméstico y se importa gasolina a precio internacional para regalarla a 2 centavos de dólar el litro. Y como secuela de esta situación de escasez y desabastecimiento, colas indignantes pero "sabrosas" (según una vocera del gobierno). Colas de todo y para todo. Ningún servicio está libre de colas: supermercados (Mercal, Pedeval, Bicentenario), estaciones de gasolina, suministro de gas, cemento, cabillas) sitios en los cuales no tiene por qué haber colas, por cuanto son empresas del Estado que se supone no participan de la llamada "guerra económica".
Las intervenciones de los diputados de la MUD en la Asamblea Nacional, al referirse al desastre actual de la economía, lo identifican con una frase que dice mucho, pero, no concreta nada, "esta crisis es la consecuencia de un modelo fracasado". Acogemos el concepto, pero, vamos a concretizarlo, para evitar ambigüedades.
En este comienzo de año, es lugar común leer y oír la enumeración de los hechos que constituyen el gran desastre nacional: aumento de la pobreza (76%); inflación (300%); desempleo (más del 50% de la masa laboral en la economía informal); escasez de productos de la dieta diaria (60%); servicio de transporte urbano e interurbano (paralizado en más del 60% por falta de repuestos, cauchos, baterías); pequeña y mediana industria paralizada por falta de materia prima; agricultura abandonada por falta de insumos (repuestos para tractores, fertilizantes, semillas, pesticidas); agroindustria (paralizada como consecuencia de la quiebra de la agricultura ); supermercados con los estantes vacíos desde hace dos años; farmacias sin medicinas; ferreterías sin clavos ni formones; almacenes de ropa y zapaterías con bajísimo inventario de mercancías; parálisis de la industria manufacturera en 70%; la que todavía labora lo hace con el 30%, máximo el 50% de la capacidad instalada; la industria editorial paralizada y con elevadísimos costos para la edición de un libro; la siderúrgica quebrada y en ruinas; en el país petrolero no hay gas para uso doméstico y se importa gasolina a precio internacional para regalarla a 2 centavos de dólar el litro. Y como secuela de esta situación de escasez y desabastecimiento, colas indignantes pero "sabrosas" (según una vocera del gobierno). Colas de todo y para todo. Ningún servicio está libre de colas: supermercados (Mercal, Pedeval, Bicentenario), estaciones de gasolina, suministro de gas, cemento, cabillas) sitios en los cuales no tiene por qué haber colas, por cuanto son empresas del Estado que se supone no participan de la llamada "guerra económica".
El desastre descrito no es maná caído del cielo, es maná producido por el modelo económico fracasado. Presentamos cifras tomadas de aquí y de allá, por cuanto el organismo oficial encargado de suministrarlas, desde hace tiempo, no lo hace y constituyen un secreto muy bien guardado por el gobierno. La Asamblea Nacional convocó a los ministros para que las suministraran, pero, se negaron a concurrir a la Asamblea Nacional, en desacato de la norma constitucional que los obliga.
El desastre descrito no existía hace 17 años. Es creación de lo que se ha dado en llamar "el modelo fracasado". Si este desastre no existía hace 17 años ¿Cómo surgió? ¿Quién lo creó?
No surgió del azar ni del empresariado nacional ni del imperialismo por cuanto ellos no dictan las pautas económicas. Lo que el gobierno denomina "guerra económica" es causada por el propio gobierno y el modelo económico aplicado durante 17 años, que tiene como signo trágico la reiterativa devaluación de la moneda (ocho en 15 años). El Bs pasó de 573,00 por US$ (Caldera), a 6.500,00; 12.000,00; 50.000,00; 200.000,00 y el cambio paralelo 800.000,00 por US$ (Maduro). La devaluación de la moneda es la mejor fábrica de pobres inventada hasta ahora, que el gobierno la aplica y luego la adorna con dádivas, subsidios para todo (gasolina, alimentos, medicinas), más las políticas asistencialistas/populistas financiadas por la renta petrolera. Políticas asistencialistas que no están sustentadas en el desarrollo económico, como debe ser. En consecuencias las ayudas y subsidios se transforman en limosnas, al confundir la justicia social con la caridad. Subsidios, ayudas y dádivas posibles por la renta petrolera. ¡Limosnas no es socialismo! ¡Socialismo es transformación revolucionaria!
El cuadro económico descrito (devaluación y subsidios), abrió la puerta al contrabando de extracción por los cuatro puntos cardinales de las fronteras. Los contrabandistas llegaron como huracán y barrieron los estantes de almacenes, supermercados, ferreterías, farmacias, más la producción agrícola y pecuaria que encontraban a su paso. Por las sucesivas devaluaciones, la moneda de los países limítrofes tiene mayor poder adquisitivo que el Bs. El desequilibrio monetario hace muy apetecibles, para los contrabandistas, todo lo que está en oferta en el comercio nacional. El gobierno, para hacer más apetitosa la demanda, les aplica el subsidio. Las importaciones reciben subsidios y lo que se produce en el país ya tiene el subsidio de la gasolina. Devaluación, subsidio, escasez, inflación, crearon lo que se ha dado en llamar "el bachaqueo" interno y hacia la periferia fronteriza. Podemos aplicar el adagio popular, "el niño que es llorón y la máma que lo pellizca". O el otro, "la culpa no es del ciego, sino, de quien le da el garrote". Es lo hecho por el gobierno compasivo, dadivoso, misericordioso con su mentalidad teológica ¡Bienaventurados los pobres! lema de la servidumbre histórica cultivada por el cristianismo durante 2000 años sin que hasta ahora, un solo pobre haya salido de la pobreza, imposible de erradicar, por cuanto es útil para el electoralismo del gobierno populista e indispensable, para mantener la creencia (religiones). ¿Si no hay pobres a quién repartirle limosnas? Los pobres votan y los pobres creen todo lo que les dicen tanto los políticos como los predicadores confesionales. ¡Son indispensables! De allí el odio de las religiones contra el Partido Comunista que quiere erradicar la pobreza.
Las limosnas distribuidas por el gobierno NO crean desarrollo económico. Sirven para alimentar la pobreza, jamás para erradicarla. La pobreza sólo se erradica con planes económicos que creen fuentes de trabajo estable. Y en ese terreno, el fracaso del modelo chavista es rotundo. Las aceras de pueblos y ciudades y ahora las carreteras de todo el país (policía acostado), están llenas de buhoneros (economía informal).
Este desastre económico tiene nombre y apellido: HUGO CHÁVEZ, ideólogo del chavismo, fundamentado en el populismo demagógico, hiperliderazgo y culto de la personalidad. Ideología política que se adorna con citas bíblicas, bolivarianas, marxistas, socialcristianas, fascistas, neonazis, militaristas, en un sincretismo ideológico muy peculiar.
Ante el modelo económico fracasado, el gobierno pretende ahora escudarse con la caída de los precios del petróleo, para tratar de eludir la responsabilidad política que viene desde atrás, cuando el barril alcanzó el mayor nivel de precio (promedio 100 US$). A lo cual hay que agregarle el aumento de la deuda, de 38 mil millones de dólares a 240 mil millones de dólares (marzo del 2013).
El cuadro descrito del desastre económico no se crea de la noche a la mañana, obedece a un proceso que se cumplió durante los 14 años de gobierno de Chávez, que Maduro heredó y ha defendido a cabalidad. El desastre económico es el legado de Chávez, por cuanto los gobiernos no se evalúan por el discurso histriónico y dicharachero con citas, ideas y conceptos tomados como de una piñata. Los gobiernos se evalúan por sus resultados. Lo hemos dicho y repetido, este desastre económico no es obra de Maduro: primero, por falta de tiempo (dos años); y segundo, porque el desastre es tan perfecto, tan bien elaborado, que sólo puede ser la obra de un "genio" como el "comandante eterno", que gobernó con "Leyes habilitantes", aprobadas por la complaciente unanimidad o por la mayoría parlamentaria, tan culpable del desastre, como, el propio Chávez. Por cuanto la Asamblea Nacional nunca ejerció la función controladora que el texto constitucional le atribuye.
Para evitar ambigüedades hemos tratado de describir con la mayor precisión en que consiste el modelo económico fracasado.
En nombre de la izquierda clasista, revolucionaria, proletaria, de la abstención y el voto nulo, rechazamos la infamia de pretender crear alguna similitud entre el socialismo y el modelo chavista. El socialismo no tiene absolutamente nada que ver con lo ocurrido en Venezuela durante estos 17 años, por cuanto siempre hemos considerado que este gobierno no es revolucionario ni bolivariano ni mucho menos socialista. Es un gobierno de los militares, con los militares y para los militares por cuanto en las academias militares no enseñan socialismo, que sólo se aprende en las luchas obreras, en las luchas campesinas por la tierra, en el enfrentamiento ideológico estudiantil en las universidades.
El socialismo es patrimonio exclusivo de la clase obrera. Sin clase obrera no hay socialismo. En consecuencia es una infamia decir que el chavismo es socialismo.
[Tomado de http://www.aporrea.org/actualidad/a221680.html.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.