Rolando Astarita
[Nota de El Libertario: Reproducimos aquí lo esencial de esta réplica a quienes, desde la "izquierda" pro-autoritaria del Cono Sur, lamentan la derrota electoral del chavomadurismo en Venezuela.]
La derrota de Maduro en las elecciones del 6 de diciembre, no fue una sorpresa. Era esperada en un contexto de caída del PBI por más del 7%, déficit fiscal superior al 20%, inflación rayando el 200% anual, desabastecimiento del 60%, alta tasa de homicidios, entre otros datos. Más ilustrativo: el 55% de la población estaría, a finales de 2015, en la pobreza (medida por ingresos). El dato surge de la Encuesta de las condiciones de Vida de la población venezolana 2014, ENCOVI, realizada por las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y Simón Bolívar. En 2014 el nivel de pobreza era del 48%, superior al de 1998, cuando había sido del 45%; y se agravó este año con el derrumbe de la economía (véase http://www.rectorado.usb.ve/vida/sites/default/files/pobreza.pdf). Por lo tanto, no hay secretos en la derrota del PSUV.
[Nota de El Libertario: Reproducimos aquí lo esencial de esta réplica a quienes, desde la "izquierda" pro-autoritaria del Cono Sur, lamentan la derrota electoral del chavomadurismo en Venezuela.]
La derrota de Maduro en las elecciones del 6 de diciembre, no fue una sorpresa. Era esperada en un contexto de caída del PBI por más del 7%, déficit fiscal superior al 20%, inflación rayando el 200% anual, desabastecimiento del 60%, alta tasa de homicidios, entre otros datos. Más ilustrativo: el 55% de la población estaría, a finales de 2015, en la pobreza (medida por ingresos). El dato surge de la Encuesta de las condiciones de Vida de la población venezolana 2014, ENCOVI, realizada por las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y Simón Bolívar. En 2014 el nivel de pobreza era del 48%, superior al de 1998, cuando había sido del 45%; y se agravó este año con el derrumbe de la economía (véase http://www.rectorado.usb.ve/vida/sites/default/files/pobreza.pdf). Por lo tanto, no hay secretos en la derrota del PSUV.
¿Y la “agenda socialista”? ¿Qué balance?
Sin embargo, la izquierda filo chavista (stalinistas, nacionalistas de izquierda, trotskistas nacionalistas y similares) de Argentina barre debajo de la alfombra cualquier balance objetivo de lo que ha sucedido. Es que según esta gente, los problemas que enfrenta Venezuela son el producto de la guerra económica de la burguesía, la hostilidad del imperialismo y la caída de los precios del petróleo. Una manera fácil, y oportunista, de no hacer balance de sus posiciones ante el chavismo. En este respecto, es representativa la declaración “Junto a Venezuela y el proceso bolivariano. En defensa de su continuidad democrática, su soberanía y su experiencia de transición al socialismo”, firmada, antes de las elecciones venezolanas, por destacados intelectuales (http://contrahegemoniaweb.com.ar/junto-a-venezuela-y-el-proceso-bolivari...). Allí se da por sentado que Venezuela está embarcada en la “transición al socialismo”, pero entonces… ¿por qué andan mal las cosas? Respuesta: por el sabotaje del imperialismo y la burguesía. ¿Pero acaso la clase obrera debería contar con la ayuda de estos “amigos” para construir “el socialismo Siglo XXI” en Venezuela? ¿Y debería pedir un súper precio para su producto estrella de exportación, a fin de avanzar a la socialización? Por supuesto, las preguntas son retóricas, pero ponen en evidencia lo insustancial del argumento nacional-izquierdista. “Si los explotadores nos ayudan, acabaremos con ellos”, parecen creer. Y embarcados en el dislate, se evitan los balances molestos, demasiado molestos. Aunque la pregunta clave permanece: ¿cómo es que millones de trabajadores dan la espalda al “socialismo siglo XXI”? La respuesta, siempre a mano, es “la culpa la tiene la burguesía, el imperialismo, los grandes medios y los precios del petróleo.” Amén. A esto le llaman “discurso crítico”.
Naturalmente, con estos enfoques los análisis de clase brillan por su ausencia. Los marxistas-nacionales hablan de “procesos”, de “Venezuela” (para ubicar las cuestiones en el plano de “lo nacional”), junto a las infaltables “amenazas de invasión y acciones terroristas”, a fin de que no haya rendija por la que se cuele la crítica a la dirección burocrática-chavista (y el que critica es un indudable sectario o, peor aún, contrarrevolucionario). En particular, disimulan el hecho de que la burocracia estatal, por más que se proclame socialista, tiene una relación de explotación con la clase obrera. Es que son conscientes de que bastaría con establecer esa relación para que colapsara el verso sobre el “proceso de transición”; y para avanzar en el estudio de cómo una gigantesca renta petrolera, recibida a lo largo de años, no sirvió para avanzar un paso en la industrialización y el desarrollo del país.
Mi postura es, por supuesto, la opuesta a la del chavismo criollo. En una nota anterior, y refiriéndome a Venezuela, señalaba que “todo esto fue un fraude ideológico, alimentado y celebrado por muchos intelectuales y militantes de izquierda de todo el mundo que alegremente saltaron al barco del “socialismo siglo XXI”. (…) El socialismo, en tanto programa liberador, en tanto crítica radical de toda forma de opresión y explotación, sólo podrá reinstalarse en la agenda de la clase obrera mundial desde la autonomía y autodeterminación de los explotados. Jamás podrá regenerarse bajo la conducción de bonapartes “socialistas”, cultos a la personalidad, enriquecimiento del lumpen burgués, milicos en las cumbres del Estado y absurdas mezcolanzas de nacionalismos y socialismos burgueses” (aquí).
También en otras notas he planteado que una de las dificultades más importantes (si no la más importante) que afrontamos es que el ideario socialista está quebrado en la conciencia de las masas. Hoy agregamos otra frustración: lo que se ha presentado como “transición al socialismo en Venezuela” bajo conducción de burócratas, boli-burgueses y stalinistas, fue desindustrialización, retroceso de las fuerzas productivas, descomposición social y renovación del hambre y la miseria. A la vista de este desastre… ¿cómo se puede decir que el chavismo volvió a poner al socialismo en la agenda de la clase obrera y los oprimidos? ¿No tienen límites para los disparates? Además, si lo hizo, ¿por qué los chavistas argentinos no presentan el “modelo” a las masas trabajadoras? La realidad es que no lo hacen porque saben que no tienen nada que mostrar. Tal vez nada ponga más de manifiesto la distancia ideológica y política (subrayo: principalmente ideológica) que me separa de esta izquierda, que su actitud acrítica, cuando no directamente apologética, ante estos regímenes burocráticos, sean o no capitalistas. La independencia de clase, y una actitud internacionalista, constituyen la condición imprescindible de cualquier proyecto socialista. El conciliacionismo con el nacionalismo burgués y las burocracias de Estado, por más de “izquierda” que estas se proclamen, solo augura nuevas derrotas al socialismo.
[Tomado de http://www.sinpermiso.info/textos/venezuela-y-el-chavismo-argentino-que-balance.]
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