Biblioteca Popular José Ingenieros (Buenos Aires)
[Nota previa de El Libertario: Este llamado es motivado especificamente por el rechazo y denuncia de l@s compas de la BPJI a la tramoya electorera que actualmente se vive en Argentina, pero su argumentación fundamental es la misma que desde el anarquismo sostenemos contra el circo del "voto democrático" en cualquier lugar del planeta, de modo que nos parece especialmente válida y necesaria su difusión cuando dentro de poco en Venezuela tendremos un espectáculo semejante.]
Desde la Biblioteca Popular José Ingenieros siempre se ha sostenido y se sigue sosteniendo que el espacio político para cambiar este sistema no son ni serán jamás las urnas; que estas son una gran trampa que acalla las voces rebeldes, involucrándolas en un juego con una metodología totalmente creada, adaptada y atada a los intereses del Estado y el Capital.
Como anarquistas, deberíamos luchar para que el pueblo al que pertenecemos pueda participar, todos los días, en todo lo que respecta a su vida. La dignidad democrática no se puede limitar a poner un papel en una urna para elegir a los que van a mandar y luego, simplemente, obedecer delegando la propia autonomía. No creemos en los comicios por que no creemos en el Estado con su policía, su ejército, sus cárceles, su organización, direccionamiento y legitimación de la explotación y la dominación de unos sobre otros. Llámese capitalismo o llámese dictadura del proletariado convertida en dictadura de los funcionarios.
¡Rechazamos las elecciones!
Por eso no nos detenemos en analizar las posibilidades de tal o cual candidato. Todos parten de la misma mentira. Todos proponen el mismo régimen de coerción para la libertad. Todos se basan en impuestos, policías, armas, ejércitos y fronteras, porque todos, aun con sus matices, son representantes ya elegidos por los intereses de los capitalistas.
El Estado es nuestro enemigo natural, nuestro opresor. Aunque se cuide de decirlo abiertamente. Aunque disimule con gobernantes “menos malos”. Aunque nos ofrezca algunas mejoras de vez en cuando, siempre va a actuar, como lo demuestra la historia, con la intención de oprimir y dominar. Por democrático que pueda parecer en su forma, ningún Estado puede proporcionar al pueblo lo que necesita: la libre organización de sus intereses, sin intermediarios. Todo Estado, hasta el más republicano y democrático, es esencialmente una máquina para gobernar a las masas a través de una minoría privilegiada, que supuestamente conoce y representa los verdaderos intereses del pueblo mejor que el propio pueblo.
Las organizaciones e individualidades que llaman a votar la falacia del “mal menor”, han abierto y se han metido, literalmente, en un cuarto oscuro. Un cuarto donde no hay luz. Un cuarto en donde, bajando un mensaje “esperanzador”, se justifica lo electoral con todos sus vicios. Para nosotros, este es un camino errado y sin retorno, pensado más en función de un crecimiento grupal o un bienestar individual, que en propuestas que aporten a la emancipación. En adelante, deberán cargar con la responsabilidad de haberse alineado con quienes siempre han sido cómplices de lo que denunciamos y combatimos.
Nuestra lucha es también metodológica. Debemos tener coherencia entre los medios que utilizamos y los fines que buscamos. Rechazamos usar una metodología hecha a semejanza y para la victoria del enemigo. Por eso insistimos en que las elecciones son una trampa. Los candidatos ya han logrado naturalizar la política de la burguesía de “ajuste al pueblo trabajador”. Ahora nos dicen que debemos optar entre si lo queremos gradualmente o preferimos que sea de golpe. No podemos ser cómplices de los “ajustes”, de la miseria, del hambre, de la represión. Debemos esforzarnos en construir otra alternativa coherente con nuestros fines. No se puede generar conciencia y participación de esa manera, ¡no existe el mal menor!
Aunque hoy, como anarquistas, nuestra influencia política sea mínima y hayamos perdido la visibilidad social que otrora teníamos, no debemos buscar atajos usando herramientas que nos son ajenas. Debemos redoblar esfuerzos para recuperar la influencia que tuvieron nuestras ideas en el imaginario popular.
Por todo esto, desde la Biblioteca llamamos a no caer en la vieja trampa electoral, llamamos a todas y todos a reagruparnos como anarquistas y a coordinarnos para trabajar conjuntamente contra el ajuste y la represión que, gane quien gane, se nos vienen encima.
Finalmente, repetiremos hasta el cansancio que la Biblioteca mantiene sus puertas abiertas para quienes quieran luchar contra el Estado, el Capital, el Patriarcado y toda otra forma de dominación y autoridad, siempre dentro de los principios federalistas, solidarios, de apoyo mutuo, autogestión y acción directa.
En Buenos Aires, Región Argentina.
Primavera del 2015
Comisión Administradora Biblioteca Popular José Ingenieros
¡Salud, anarquía y Revolución social!
--
Biblioteca Popular José Ingenieros
Ramírez de Velasco 958 - Villa Crespo
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Teléfono: 4856-9764
Buscanos en Facebook: Bpji José Ingenieros - www.nodo50.org/bpji
[Nota previa de El Libertario: Este llamado es motivado especificamente por el rechazo y denuncia de l@s compas de la BPJI a la tramoya electorera que actualmente se vive en Argentina, pero su argumentación fundamental es la misma que desde el anarquismo sostenemos contra el circo del "voto democrático" en cualquier lugar del planeta, de modo que nos parece especialmente válida y necesaria su difusión cuando dentro de poco en Venezuela tendremos un espectáculo semejante.]
Desde la Biblioteca Popular José Ingenieros siempre se ha sostenido y se sigue sosteniendo que el espacio político para cambiar este sistema no son ni serán jamás las urnas; que estas son una gran trampa que acalla las voces rebeldes, involucrándolas en un juego con una metodología totalmente creada, adaptada y atada a los intereses del Estado y el Capital.
Como anarquistas, deberíamos luchar para que el pueblo al que pertenecemos pueda participar, todos los días, en todo lo que respecta a su vida. La dignidad democrática no se puede limitar a poner un papel en una urna para elegir a los que van a mandar y luego, simplemente, obedecer delegando la propia autonomía. No creemos en los comicios por que no creemos en el Estado con su policía, su ejército, sus cárceles, su organización, direccionamiento y legitimación de la explotación y la dominación de unos sobre otros. Llámese capitalismo o llámese dictadura del proletariado convertida en dictadura de los funcionarios.
¡Rechazamos las elecciones!
Por eso no nos detenemos en analizar las posibilidades de tal o cual candidato. Todos parten de la misma mentira. Todos proponen el mismo régimen de coerción para la libertad. Todos se basan en impuestos, policías, armas, ejércitos y fronteras, porque todos, aun con sus matices, son representantes ya elegidos por los intereses de los capitalistas.
El Estado es nuestro enemigo natural, nuestro opresor. Aunque se cuide de decirlo abiertamente. Aunque disimule con gobernantes “menos malos”. Aunque nos ofrezca algunas mejoras de vez en cuando, siempre va a actuar, como lo demuestra la historia, con la intención de oprimir y dominar. Por democrático que pueda parecer en su forma, ningún Estado puede proporcionar al pueblo lo que necesita: la libre organización de sus intereses, sin intermediarios. Todo Estado, hasta el más republicano y democrático, es esencialmente una máquina para gobernar a las masas a través de una minoría privilegiada, que supuestamente conoce y representa los verdaderos intereses del pueblo mejor que el propio pueblo.
Las organizaciones e individualidades que llaman a votar la falacia del “mal menor”, han abierto y se han metido, literalmente, en un cuarto oscuro. Un cuarto donde no hay luz. Un cuarto en donde, bajando un mensaje “esperanzador”, se justifica lo electoral con todos sus vicios. Para nosotros, este es un camino errado y sin retorno, pensado más en función de un crecimiento grupal o un bienestar individual, que en propuestas que aporten a la emancipación. En adelante, deberán cargar con la responsabilidad de haberse alineado con quienes siempre han sido cómplices de lo que denunciamos y combatimos.
Nuestra lucha es también metodológica. Debemos tener coherencia entre los medios que utilizamos y los fines que buscamos. Rechazamos usar una metodología hecha a semejanza y para la victoria del enemigo. Por eso insistimos en que las elecciones son una trampa. Los candidatos ya han logrado naturalizar la política de la burguesía de “ajuste al pueblo trabajador”. Ahora nos dicen que debemos optar entre si lo queremos gradualmente o preferimos que sea de golpe. No podemos ser cómplices de los “ajustes”, de la miseria, del hambre, de la represión. Debemos esforzarnos en construir otra alternativa coherente con nuestros fines. No se puede generar conciencia y participación de esa manera, ¡no existe el mal menor!
Aunque hoy, como anarquistas, nuestra influencia política sea mínima y hayamos perdido la visibilidad social que otrora teníamos, no debemos buscar atajos usando herramientas que nos son ajenas. Debemos redoblar esfuerzos para recuperar la influencia que tuvieron nuestras ideas en el imaginario popular.
Por todo esto, desde la Biblioteca llamamos a no caer en la vieja trampa electoral, llamamos a todas y todos a reagruparnos como anarquistas y a coordinarnos para trabajar conjuntamente contra el ajuste y la represión que, gane quien gane, se nos vienen encima.
Finalmente, repetiremos hasta el cansancio que la Biblioteca mantiene sus puertas abiertas para quienes quieran luchar contra el Estado, el Capital, el Patriarcado y toda otra forma de dominación y autoridad, siempre dentro de los principios federalistas, solidarios, de apoyo mutuo, autogestión y acción directa.
En Buenos Aires, Región Argentina.
Primavera del 2015
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Teléfono: 4856-9764
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