La nueva
carta del gobierno para detener la violencia se llama Operativos de Liberación
del Pueblo (OLP), donde se combinan distintos cuerpos de seguridad, tanto de
orden (PN y la GNB), como cuerpos tácticos y de inteligencia, SEBIN y DIM, así
como comandos especiales que hacen uso de última tecnología para, según el
discurso del gobierno, ponerle fin a las bandas criminales y paramilitares
que operan en el país. Hasta ahora las OLP han contado con la aceptación general
de la población, en un momento donde el hampa ha desbordado la capacidad de
control por parte del Estado y no ha dejado opción sino a su ataque frontal y
definitivo.
Debemos
entender los OLP no como invento de estos tiempos, si no como una consecuencia
del proceso de descomposición del Estado y la sociedad venezolana que en
su desarrollo de la mano del sistema capitalista, arrastra los vicios propios
de la anarquía que genera el sistema.
En 16
años de historia de la quinta República (así como también en la cuarta), la
violencia, la criminalidad se han convertido en una prueba inequívoca de nunca
haber roto con el capitalismo, de hecho, la delincuencia ha aumentado año tras
año como si fuese una consecuencia inherente a la existencia de la Revolución Bolivariana,
digamos más bien a las políticas cada vez más neoliberales desarrolladas por la
Revolución Bolivariana. Sabemos que la criminalidad es un fenómeno propio del
sistema capitalista y que se incuba en el seno de la división de clases,
haciéndose cada vez más profunda en estados donde la desigualdad, la
discriminación, la explotación infantil, las miserables condiciones en que vive
la clase trabajadora, la corrupción, la burocracia, la impunidad, la falta de
acceso a servicios básicos, la existencia de una sociedad que basa su vida en
el consumo, entre muchísimos factores han penetrado a todos los niveles de la
vida de las personas, lo vives desde el sistema educativo, el entretenimiento
hasta el accionar de las instituciones del Estado como el sistema judicial.
De manera
que pensar acabar con la criminalidad sin cambiar el sistema resulta utópico, y
en el marco del capitalismo solo con una violencia mayor los gobiernos
consiguen contener el problema. Hemos visto pasar en este tiempo un
sin fin de planes para intentar controlar la criminalidad en el país y los
mismos, reflejan cada vez más la incapacidad de resolver el problema: así hemos
asistidos al aumento de dotación de las fuerzas de orden ya existentes,
vehículos, armamento, tecnología; lo cual no resolvió el problema si no que
muchos de estos equipos fueron a parar a manos criminales o fueron usados
de forma criminal por los mismos funcionarios; también se impulsó el aumento de
la cantidad de funcionarios y la profesionalización de las fuerzas de
orden con la creación de la PNB y la Universidad de la seguridad, de la
cantidad pasaron a propuestas más tácticas con la participación de todas las
fuerzas en los cuadrantes de seguridad y también en la búsqueda de
incorporación de ciudadanos a las labores de seguridad con las vocerías de
seguridad, últimamente se intentó la negociación con las bandas criminales para
la repartición de zonas de acción a través de las “Zonas de Paz”, creando
verdaderos espacios de control criminal; y finalmente la combinación de
todo lo anterior, pasando por encima toda la ley procesal penal burguesa y
principios de DDHH, convertidas en OLP con un accionar más desproporcionado.
Ahora
bien, los OLP aparecen claramente hoy como una medida
de “solucionar” en forma pragmática el problema de la criminalidad
buscando obtener resultados lo más efectivos y rápidos posibles de cara a
las elecciones parlamentarias de diciembre, atacando así una de las dos
principales quejas de la población, el otro gran malestar de la población es el
desabastecimiento a lo cual ya Diosdado Cabello ha dicho claramente que se le
debe aplicar OLP a los bachaqueros, culpándolos del problema mientras salvan de
responsabilidad a los empresarios venezolanos; este accionar hoy te deja en
evidencia el fracaso de los planes de seguridad anteriores así como la
ineficacia de la estructura judicial venezolana en la cual impera la corrupción
y la impunidad; que va desde el funcionario policial hasta los jueces del país.
La
situación de represión a la que estamos llegando hoy refleja la pérdida
de capacidad del gobierno para ejercer control sobre la población con los
métodos considerados normales burgueses; el gobierno es finalmente el que tiene
la responsabilidad ante la burguesía de mantener el orden del Estado para
garantizar que se dé el hecho productivo, es decir que los empresarios sigan
explotando a la clase trabajadora, la actual crisis venezolana que hoy se está
reflejando en la escasez, alta inflación, inseguridad crea un ambiente
inestable para el desarrollo normal de la economía y amenaza con salirse
de control, de manera que el gobierno comienza a desarrollar e implementar
métodos cada vez más reaccionarios para garantizar el control sobre la sociedad
y la economía venezolana. Por eso esto de los OLP no deben ser visto
como menor cosa, en todo caso es una política más acabada de un conjunto de
medidas represivas que el gobierno vienen implementado de hace tiempo.
Con los
OLP también quedan ocultos los verdaderos responsables de esta situación en el
país, ya que finalmente serán las personas que han incurrido en la criminalidad
los grandes causantes de los problemas del país sin que caigan: quienes les
venden las armas al delincuente, el funcionario que permite el paso de
contrabando, los grandes narcotraficantes, los empresarios que sacan del país
mercancía hacia otros países o finalmente quienes han tenido en sus manos el
poder para cambiar la realidad de este país y han hecho de él una fiesta de
saqueo y corrupción. Así los OLP están empleando su accionar contra las
consecuencias del problema y no contra los actores y responsables de toda esta
situación.
Si
entendemos de esta manera la existencia de los OLP podemos entender entonces
los procesos que le antecedieron o los que hoy están desarrollándose, las
OLP van contra la criminalidad que hoy es un problema electoral y de control
para el estado, pero mañana esta política se irá trasladando hacia todos
aquellos espacios que cuestionen el orden, es decir si mañana se ve amenazada
la empresa petrolera por una huelga obrera la respuesta del gobierno será más
contundente contra ellos y de hecho ya hemos visto algunos ensayos con los
llamados “Escudos Bolivarianos”, donde las practicas fueron para garantizar la
producción ante amenazas internas.
El
gobierno sigue avanzando en una política represiva, afinando, desarrollando y
entrenándose en instrumentos que le permitan mantener el control frente a
cualquier sector social que pretenda cuestionar el orden imperante, hoy han
desarrollado los OLP pero la estructura represiva la hemos probado de distintas
maneras y a diferentes escalas como por ejemplo en el marco legal: cuando han
aprobado leyes que impiden la huelga de trabajadores en empresas consideradas
estratégicas, la subordinación del accionar de los trabajadores a la decisión
de las inspectorías del trabajo (nueva LOTTT), en el accionar estamos viendo
intervención contra campesinos que hacen tomas de tierra, acoso a trabajadores
en empresas tomadas, sicariato como el del cacique Sabino Romero en la lucha
por tierras, impunidad ante el asesinato de más de cien dirigentes sindicales,
represión a los indígenas que luchan contra la explotación de las carboneras en
la guajira, desaparecidos como el caso de Alcedo Mora por denunciar corrupción
del gobierno. Todos estos son claros indicios primeramente del nivel de
descomposición del gobierno, la pérdida de control sobre el país y el avance
hacia una política más represiva sobre la clase trabajadora.
La clase
trabajadora no puede poner en manos de los responsables de la crisis y de
mantener el capitalismo en pie, la solución al problema de la
seguridad. Esta experiencia de los OLP será un aprendizaje para mañana
arremeter contra aquel que cuestione el control del estado sobre la población,
mañana será un accionar (que ya hemos comenzado a ver) contra las
protestas del pueblo, contra los cuestionamientos a la política del gobierno y
contra cualquier intento de impulsar una propuesta diferente, los órganos
represivos del estado son para defender los intereses de la clase que tiene el
poder y esto nunca debemos olvidarlo. La clase trabajadora debe darse para si
una estructura que le permita garantizar su seguridad, no solo del desarrollo
de todos los vicios que el capitalismo reproduce dentro de sí, como el
contrabando, la droga, la venta de armas, entre otros; si no para defender
legítimamente los derechos adquiridos y los beneficios ganados al
sistema, y esto a todos los órdenes, porque no es menos violento el que
pretende convertir el barrio en un mercado de droga, del militar que la deja
pasar por la frontera, al burgués que se está haciendo rico con el negocio del
contrabando. Experiencia de organización popular hemos visto en países como
México donde la gente se organizó en Michoacan para combatir a los carteles del
narcotráfico y aquí en Venezuela en su momento, en sectores populares de
Caracas, se organizaron para combatir la delincuencia, llegando a
reducirla a “0”, resultados no visto con ningún plan de
seguridad.
La clase
trabajadora debe desarrollar milicias y cuerpos de seguridad que funcionen
tanto en las comunidades como en la empresas, en las empresas para controlar
todo el proceso productivo y de distribución para derrotar la situación de
acaparamiento, contrabando y bachaqueo que está sufriendo la población; en las
comunidades para derrotar la criminalidad así como los negocios ilegales que
proliferan en los barrios y finalmente son beneficio de burgueses, como es el
negocio de la droga, la venta de armas, el secuestro, entre muchos.
Adrian
Ortiz – Militante de la CSR-ETO
Fuente:
http://laguarura.net/2015/08/29/organizaciones-de-clase-frente-a-los-olp/#sthash.sVBSsnwO.dpuf
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.