Coordinación por el cierre definitivo del zoológico Villa Dolores
“Cierra o cierra” decía la pancarta detrás de la que marchamos en la tarde de ayer, marcando esa única posibilidad ante el gran negocio del encierro de la Intendencia. Con el cielo anunciando la proximidad de una tormenta que nunca llegó comenzamos a concentrar a las seis de la tarde para a las siete en punto dirigirnos a través de Rivera hasta las puertas mismas del zoológico Villa Dolores, donde aguardaba una gran presencia policial tanto del otro lado de la puerta del zoológico como en las puertas del planetario. Luego de leída la proclama que publicamos a continuación la marcha se retiró mientras más policías avanzaban por la vereda de la calle Rivera.
Aunque depositen todos sus esfuerzos no hay nada que frene ni tranquilice la lucha, no tenemos miedo, miedo tienen los responsables del zoológico porque saben que nosotros no. No nos quedaremos callados ni quietos mientras la vida siga siendo reducida a mercancía y espectáculo.
El zoológico Villa Dolores cierra o cierra.
“Cierra o cierra” decía la pancarta detrás de la que marchamos en la tarde de ayer, marcando esa única posibilidad ante el gran negocio del encierro de la Intendencia. Con el cielo anunciando la proximidad de una tormenta que nunca llegó comenzamos a concentrar a las seis de la tarde para a las siete en punto dirigirnos a través de Rivera hasta las puertas mismas del zoológico Villa Dolores, donde aguardaba una gran presencia policial tanto del otro lado de la puerta del zoológico como en las puertas del planetario. Luego de leída la proclama que publicamos a continuación la marcha se retiró mientras más policías avanzaban por la vereda de la calle Rivera.
Aunque depositen todos sus esfuerzos no hay nada que frene ni tranquilice la lucha, no tenemos miedo, miedo tienen los responsables del zoológico porque saben que nosotros no. No nos quedaremos callados ni quietos mientras la vida siga siendo reducida a mercancía y espectáculo.
El zoológico Villa Dolores cierra o cierra.
Proclama:
No hay nada que discutir sobre el destino del zoológico Villa Dolores, mientras las jaulas existan se mantendrá el encierro, el aislamiento, la domesticación y el negocio que la Intendencia hace funcionar de todo eso. No hay nada que discutir sobre el tamaño de una jaula, sean cuales sean sus dimensiones siguen aplastando la libertad. No hay nada que discutir sobre las reformas, el anterior gobierno municipal las dejó en marcha y el actual intendente, Daniel Martínez, se lava las manos manteniendo silencio sobre el tema y dándole, entonces, el visto bueno.
No hay nada que discutir porque nuestra postura es clara, no queremos “mejorar” las condiciones de explotación, queremos terminarla. No hay nada que discutir porque la postura de los responsables también es clara, re-estructurar su negocio para construir un encierro más “agradable” a la vista. No hay nada que discutir, a parte, porque no existe tal cosa como una discusión, el dialogo del que tanto hablan es una trampa para perpetuar sus decisiones, no existe dialogo real cuando una de las partes tiene el poder de hacer lo que se le antoje más allá de las diferentes posturas.
La única discusión real, la única discusión deseable es la que podemos tener entre nosotros, la de cómo dar un paso adelante en esta lucha y concretar el cierre definitivo de esta cárcel/cementerio. No creer en nuestras fuerzas es el primer error, no creernos capaces de generar logros con nuestras propias manos es el segundo.
Mientras la re-estructuración del encierro avanza demostrando que una esclavitud elegante, moderna y prolija es posible, la prensa nos deleita con el show de Eduardo Taváres, director del zoológico, todo un empresario con mil y un artilugios para defender el aislamiento y la domesticación, pero no es algo que debería sorprendernos cuando se trata de una persona desesperada y con miedo ante la posibilidad de perder el cargo con el que se llena los bolsillos de dinero viviendo de las vidas de otros.
Hay una cosa de la que estamos seguros, hay algo a lo que él, todos los defensores del encierro y todos los responsables del funcionamiento del zoológico le tienen miedo y es nuestra capacidad de pensar y hacer por nosotros mismos.
Cuando en la marcha anterior avanzábamos por la calle San José hacia la Intendencia las fuerzas policiales nos bloquearon el paso, consecuentemente intentamos avanzar y luego de forcejeos y empujones terminaron dos compañeros detenidos en la explanada.
El mensaje es claro, nos quieren con miedo, nos quieren invmovilizados por el miedo porque es la única forma que se les ocurre de acallar. Lo que castigaron fue la desobediencia, el pensar por uno mismo y el hacer por uno mismo, el manifestarse más allá de los límites impuestos y presupuestos. Igual que cuando el pasado Martes por la noche las fuerzas policiales y la Guardia Republicana desalojaron la ocupación de estudiantes en el Codicen. Con sus golpes intentan generar terror, intentan desmovilizar. Pero cometen un error, ¿será que no saben ellos?, ¿será que no son lo suficientemente inteligentes para saberlo?, ¿será que realmente no saben que sus golpes nos hacen más fuertes?
Los responsables de la cárcel/cementerio Villa Dolores tienen nombres y apellidos, Eduardo Tavares, director del zoológico; María del Carmen Leizagoyen, directora técnica; Andrés Montero, director administrativo; Juan Canessa, director de la División de Artes y Ciencias de la Intendencia; Mariana Percovich, directora general del departamento de Cultura, Carlos Pascual, arquitecto a cargo de las reformas, Daniel Martínez, intendente de Montevideo y toda la policía -junto al Ministerio de Interior- enviada a nuestras marchas pronta para dar palo y detener manifestantes, creyendo erróneamente que así le inyectarán un calmante a la resistencia.
Algo que jamás entenderán todos aquellos que especulan con la vida, los que reducen la naturaleza a mercancía, es el mundo de las posibilidades infinitas. Posibilidades cuya amplitud es mucho mayor a las medidas de una celda, al espacio que cada día cumple la función de tumba. Los límites impuestos no son una posibilidad, son una barrera. La existencia de los límites impuestos -tengan las medidas que tengan- está directamente relacionada con el silencio que se mantiene afuera de las jaulas. Dentro de todas las posibilidades que tenemos la que elegimos es luchar, no ser cómplices del encierro, intervenir en la realidad y ser los creadores del presente. Elegimos no quedarnos callados ni quietos e insistimos que el momento es ahora.
Nuestra propuesta es clara, la lucha, nuestra propuesta para el zoológico Villa Dolores también es clara y es una sola, cierra o cierra.
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