Redacción (en base a asistencia al evento y reseñas de prensa)
Hace ocho meses el Banco Central de Venezuela (BCV) no publica datos económicos oficiales del país, sin olvidar que algunos indicadores tienen hasta dos años sin divulgarse desde la fuente oficial. La ausencia de las cifras ha llevado a numerosas conjeturas y ha favorecido a la especulación. Intentando aclarar ese oscuro panorama, destacados expertos participaron en el foro “La Economía. Los secretos del Banco Central. ¿Qué pasa con la información?”, realizado en el Auditorio de la Camara de Comercio de Caracas el pasado jueves 20/8/15, en el cual desentrañaron qué hay detrás del mutismo del ente oficial.
Destacó la intervención del Exdirector de la Escuela de Economía de la UCV, José Guerra, quien títuló su charla “las tinieblas informativas” sosteniendo que “los gobiernos llamados socialistas usan las estadísticas como un instrumento político. La estadística es parte de la política y cuando las cifras fueron favorables al Gobierno Nacional se publicaron; ahora, que las estadísticas son desfavorables, entonces, no se publican”. A su juicio: “la sociedad venezolana parece que no se ha dado cuenta del valor que significa la pérdida de la información del BCV. Por ejemplo, los sindicatos no pueden pedir un aumento salarial porque no saben cuánto es la inflación; las empresas no saben cuánto planificar, cuánto le cuestan las cosas porque, a lo mejor, tienen sus propios costos pero no tienen los costos agregados de la economía por la inflación. Esto es algo terrible lo que está sucediendo acá”, lamentó. Agrega que los especialistas han perdido un instrumento que es insustituible: la serie de datos estadísticos para realizar estudios económicos. “Aquí no se puede hacer un análisis de regresión sino hasta el 2013”, dice.
Hace ocho meses el Banco Central de Venezuela (BCV) no publica datos económicos oficiales del país, sin olvidar que algunos indicadores tienen hasta dos años sin divulgarse desde la fuente oficial. La ausencia de las cifras ha llevado a numerosas conjeturas y ha favorecido a la especulación. Intentando aclarar ese oscuro panorama, destacados expertos participaron en el foro “La Economía. Los secretos del Banco Central. ¿Qué pasa con la información?”, realizado en el Auditorio de la Camara de Comercio de Caracas el pasado jueves 20/8/15, en el cual desentrañaron qué hay detrás del mutismo del ente oficial.
Destacó la intervención del Exdirector de la Escuela de Economía de la UCV, José Guerra, quien títuló su charla “las tinieblas informativas” sosteniendo que “los gobiernos llamados socialistas usan las estadísticas como un instrumento político. La estadística es parte de la política y cuando las cifras fueron favorables al Gobierno Nacional se publicaron; ahora, que las estadísticas son desfavorables, entonces, no se publican”. A su juicio: “la sociedad venezolana parece que no se ha dado cuenta del valor que significa la pérdida de la información del BCV. Por ejemplo, los sindicatos no pueden pedir un aumento salarial porque no saben cuánto es la inflación; las empresas no saben cuánto planificar, cuánto le cuestan las cosas porque, a lo mejor, tienen sus propios costos pero no tienen los costos agregados de la economía por la inflación. Esto es algo terrible lo que está sucediendo acá”, lamentó. Agrega que los especialistas han perdido un instrumento que es insustituible: la serie de datos estadísticos para realizar estudios económicos. “Aquí no se puede hacer un análisis de regresión sino hasta el 2013”, dice.
Cifras rojas, espacios en blanco
Al enumerar los indicadores que no se divulgan oficialmente, el economista señala, en primer término, que el Producto Interno Bruto no se publica desde septiembre de 2014. “El Índice de Precios al Consumidor no se conoce desde diciembre del año pasado, es decir, que el año no ha transcurrido para el Banco Central. La Canasta Alimentaria, desde noviembre de 2014. La Balanza de Pagos, desde hace once meses. La Producción Industrial, junio de 2014. Las Ventas Comerciales, septiembre de 2013”. Guerra insiste en que cuando un indicador, algunos de ellos “bandera” para el Ejecutivo, no es motivo de orgullo para quienes ejercen el poder, deja de ver luz. “Cuando la pobreza se devolvió y empezó a subir la dejaron de publicar. El registro del Gobierno con el cual nos tapaban la boca, el denominado Índice de Desarrollo Humano, que combina varios elementos - salud, educación, acceso a los servicios, ingreso per cápita - , no se difunde desde diciembre de 2013. ¿Por qué? Porque el Índice de Desarrollo Humano comenzó a mostrar deterioro desde diciembre de 2013, justamente por la recesión de la economía”, enfatizó.
El colmo, de acuerdo con Guerra, es que siendo Venezuela una nación exportadora de crudo no se conocen los datos oficiales de Producción de Petróleo. “Un país petrolero hoy no sabe cuánto petróleo está produciendo. Tenemos que acudir a la OPEP o a fuentes privadas de especialistas, la British Petroleum, cualquier otro, para que nos diga, en un país petrolero, cuánto produce ese país petrolero”. Aseveró que no publicar las cifras tiene una importancia y un efecto también: cuando no hay la información oficial, la información tiene que ser provista por alguien. “Entonces, la información mala sustituye a la buena”.
“¿Cuánto es la inflación oficial en lo que va del 2015? No se sabe, pero ya Ecoanalítica dice que la inflación subyacente es 200 y tanto por ciento y la inflación general es 180, 190 %, y esa es la que se está tomando como referencia. ¿Cuánto es el tipo de cambio de cambio del mercado paralelo? Bueno, no se sabe pero ahí está Dolar Today”, puntualizó. “Porque como me dijo a mí alguien alguna vez: en la Economía como en la Física se aplica la misma ley, y es que no hay espacio vacío; en la Física no hay espacio vacío. En la Economía no hay espacio vacío: el espacio que deja el Gobierno lo ocupa otro con información”, explicó. Guerra subrayó que las cifras en el BCV sí son calculadas, pero no se han dado a conocer, porque al gobierno no le interesa que esos valores oficiales se conozcan. Por otro lado las facultades de economía de las universidades del país tampoco se han pronunciado y los medios de comunicación no han sido enfáticos en exigir los datos, al final se trata de una serie de actos concatenados que dejan a la luz datos errados y que son los usados para los cálculos.
Opacidad como norma
La economista Anabella Abadi, quien también intervino en el evento, dijo que hay unos “indicadores de opacidad” y no es más que la ausencia de cifras oficiales – en este caso, del BCV – lo que evidencia cómo está la situación en el país. “Cuando se decide poner en manos de un funcionario alguna responsabilidad de coordinación o de oferta de un servicio público, ese funcionario debe responderle a los ciudadanos. Cuando el funcionario esconde algo debe resultar en una preocupación, y esa preocupación no solo es en Venezuela sino también en el mundo; es decir, ya somos titulares en el mundo por todos los problemas que estamos viviendo por la falta de información pública”. Abadi afirma que los propios técnicos del BCV le han pedido al Directorio que publique las cifras. “Es decir, que no parece ser un problema a técnico sino de decisión política del Directorio del Banco Central de Venezuela”, sostuvo.
La investigadora destaca, de esa percepción que se tiene sobre Venezuela allende nuestras fronteras, lo que dictamina el Foro Económico Mundial. “El organismo publica con regularidad un informe que se llama Competitividad; y hay distintos factores que se considera afectan la competitividad de las economías: uno muy importante es la fortaleza de las instituciones, más aún la transparencia en la toma de decisiones de las políticas públicas”. Resaltó que “Venezuela está en el último puesto en ese ranking. Es decir, en el mundo no hay ningún país que se considere menos transparente en la manera en que se tomen decisiones de política – política económica y política pública -. Aún más, y esto es un indicador de Transparencia Internacional, se está dañando la percepción de corrupción de Venezuela”, opina la especialista, complementando que “esconder” algo, cifras de la índole que nos ocupa, es muy distinto a “confidencialidad”.
Abadi califica el asunto de inconstitucional e ilegal porque así lo plantea la normativa venezolana. “Toda persona tiene derecho a la información oportuna, imparcial, veraz y sin censura. Eso reza la Constitución. Y yo creo que eso se viola”, apuntó. “Sobre el BCV, que tiene un articulado en la Carta Magna, plantea que se regirá por el principio de responsabilidad pública. Más todavía, rendirá informes periódicos sobre el comportamiento de las variables macroeconómicas del país. Es decir, que la Constitución prevé que el BCV como autoridad monetaria no solo calcule esos indicadores, sino que los haga públicos de manera periódica y oportuna”, subrayó.
“Una cosa que empuja la inflación es el tema de expectativas. Si no tenemos los datos reales de lo que está pasando en la economía no sabemos que esperar. Si hay una cosa que está atentando contra la estabilidad monetaria es que no se publique el indicador de inflación. Eso, incluso, va contra el principio referido”, remarcó. “El Banco Central de Venezuela se rige por el principio de transparencia, es decir, no hay razón, más allá de los motivos mencionados por los que el BCV no pueda publicar un indicador. Y no solamente se le debe brindar al Ejecutivo Nacional y demás instancias del Estado, sino a agentes económicos, públicos y privados, nacionales y extranjeros y a la población”, dictaminó la economista Abadi.
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