Luis Saavedra
¿Qué decir del gobierno de Maduro y ese grupo que son sus ministros y viceministros, entre otros funcionarios de media y alta jerarquía? La verdad sea dicha, muchos dejan mucho qué desear. Empezando por el de la alimentación, que Chávez por cierto como que había apartado del gobierno pero con Maduro volvió. Quien prometió a “José Vicente Hoy” que en dos meses se acabarían las colas y habría normal abastecimiento, las colas siguen y se han vuelto hasta peores. La verdad estamos en el marco de una economía de guerra, algo que no se había visto nunca como no fuera en la llamada Guerra Federal, de 1859 en adelante, la hambruna del año doce y otros pocos hitos históricos.
No es el único ministro que tiene en sus manos una papa caliente, ahí se debe incluir también al actual ministro de educación universitaria, que por demás no conoce a la academia venezolana y más bien se parece a aquel famoso Rossen, ¿era que se llamaba? Un gerente de empresas e ideología neoliberal, valga la comparación, para quien todo era cuestión de gerencia y técnicas de satisfacción del cliente, la ganancia y tal. Aunque al final no hay comparación posible, como no sea que a ambos no les gustaba discutir contrataciones colectivas de los trabajadores. Era un asunto muy sensible para él y tal.
¿Qué decir del gobierno de Maduro y ese grupo que son sus ministros y viceministros, entre otros funcionarios de media y alta jerarquía? La verdad sea dicha, muchos dejan mucho qué desear. Empezando por el de la alimentación, que Chávez por cierto como que había apartado del gobierno pero con Maduro volvió. Quien prometió a “José Vicente Hoy” que en dos meses se acabarían las colas y habría normal abastecimiento, las colas siguen y se han vuelto hasta peores. La verdad estamos en el marco de una economía de guerra, algo que no se había visto nunca como no fuera en la llamada Guerra Federal, de 1859 en adelante, la hambruna del año doce y otros pocos hitos históricos.
No es el único ministro que tiene en sus manos una papa caliente, ahí se debe incluir también al actual ministro de educación universitaria, que por demás no conoce a la academia venezolana y más bien se parece a aquel famoso Rossen, ¿era que se llamaba? Un gerente de empresas e ideología neoliberal, valga la comparación, para quien todo era cuestión de gerencia y técnicas de satisfacción del cliente, la ganancia y tal. Aunque al final no hay comparación posible, como no sea que a ambos no les gustaba discutir contrataciones colectivas de los trabajadores. Era un asunto muy sensible para él y tal.
Parecerá muy duro pero muchos no andan sino dando bandazos. Como si no tuvieran una hoja de ruta o un cuadro de mando central… Anuncian una cosa y luego hacen otra o no cumplen y por eso tienen a la mitad de la población venezolana arrecha, literalmente uno que hace colas, lo sabemos. Y hasta a uno lo hacen dudar. Se hace muy arduo defender al gobierno de Maduro en una de esas colas, hasta he pensado que no saldremos de esto si no se llega a un gran acuerdo nacional en el marco de impulsar la producción y la productividad, con Raimundo y todo el mundo, la unidad de todo el pueblo venezolano.
Un hermano mío ya no soporta “El Noticiero de la Patria”, “No se observa que el presidente y sus ministros hallen la punta del ovillo, como dicen en mi pueblo” me comenta casi tapiado por una muralla de mis libros. Y sigue: “En vez de reducir la complejidad, la expanden… O en vez de asumir su responsabilidad, como Chávez en 1992, siempre le echan la culpa a otros: los empresarios, Guyana y la Exon Movil, el imperialismo y hasta a los extraterrestres…” No le discuto porque últimamente pierdo en redondo todas las defensas que hago del gobierno bolivariano y evoco la frase de la médico cubana que vivía en casa de mi hermana Zenaida en el caserío La Unión “No es fácil”…
“Están esos ministros y tu presidente más enredados que un pollo con una estopa, aunque la propaganda de VTV quiere hacer ver que se la están es comiendo”, argumenta mi amigo el cafesero de la Plaza de los libros usados de Barquisimeto. Pero ¿quedará alguna ridícula esperanza en medio de todo esto? ¿Éramos felices y no lo sabíamos? Me pregunto yo para mis adentros.
“Por cierto, ¿qué será del ViceMinisterio de la Suprema Felicidad? Qué vaina tan ridícula, si yo cada vez que voy a la farmacia a comprar Remilanet de 10 miligramos cuesta Dios y su ayuda conseguir esas benditas pastillas, pañales para los niños, leche de esa que es por números de fórmulas para bebés y tampoco toallas sanitarias para la mujer; todo es una angustia hasta para adquirir una miserable harina precocida, cuando hasta hace poco tiempo era de lo más sencillo ir a la bodeguita de la esquina y se sabía que tendría jabón de baño, pasta u otros víveres”, remata el cafesero para quien el capitalismo es lo mejor que hay, literalmente transcribo.
“La guerra económica planificada y desarrollada por unas 70 u 80 empresas grandes de Venezuela” oí decir a Maduro días atrás ¿y son tan efectivas que afectan a toda la población en cosas tan sensibles como las medicinas, la comida, la higiene y otras tantas cosas? Lamentablemente no sé si esa es una confesión de lo ineficaz que es este gobierno en cuyos ministerios, gobernaciones y altos cargos pululan tantos generales como larvas en las aguas de nuestros recipientes de agua, pero todo indica que esos militares están perdiendo esa guerra avisada; otros son peores, larvas de la administración pública que luego se transforman en zancudos que le chupan la sangre al erario de la nación. Será por eso que viven como reyes, sobre todo en el exterior. El Noticiero de la Patria, por ejemplo, nunca informa nada acerca de los millones y millones de dólares que desaparecieron de Cadivi y así otras cosas.
Sostuve yo hace poco una agria discusión en el Facebook con una colega, molesta por que no encuentra pañales y fórmulas lácteas para sus hijos, me he prometido no discutir más sobre esos asuntos, una madre angustiada no entiende de razones ideológicas e historia heroica, lo concreto es lo concreto y es la síntesis de múltiples determinaciones, se puede leer en el Prólogo a la Critica de la Economía Política de Marx, de donde se tiene que el gobierno bolivariano debe actuar con más diligencia en esos aspectos prosaicos o prácticos que hacen que la cotidianidad no esté revuelta de tantos sobresaltos, dice uno pues. Aunque parece que en el alto gobierno son medio sordos y ciegos.
“¡Qué gobierno tan malo! Maduro ha creado no sé ya cuántos estados mayores, de la educación, abastecimiento, campesinos, comunas, estudiantes, etc. Pero lo cierto es que la escasez y las colas siguen en la patria, todos esos tales estados mayores y menores no son sino entelequias, frágiles estructuras, semejante a una tela de araña; ahora le falta será crear el Estado Mayor del Estado Mayor…”, me dice una de mis exalumnas de la maestría en enseñanza de la historia en la Feria del Libro que se celebró en el Museo de Barquisimeto mientras paga el libro Chávez, mi primera vida, de Ignacio Ramonet, una hermosa e inteligente chavista radical y miembro de una de las comunas que se desarrolla en el estado Lara, que por cierto no votará en las próximas parlamentarias.
“Estos hijos de Chávez que gobiernan como que le salieron cocosos”, me suelta otro amigo.
[Tomado de http://www.aporrea.org/ideologia/a212453.html.]
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