Vigilia por el cierre de la Escuela de las Américas, Georgia |
En 1946 el
planeta salía de la Segunda Guerra Mundial e iniciaba una nueva división del
mundo, entre aliados de Estados Unidos y afines a la Unión Soviética,
prefigurando los tiempos de tensiones por venir bajo la denominación “Guerra
Fría”. Ese año en el Canal de Panamá se abría el “Latin American Training
Center. Ground Division”. Cuatro años después de rebautizaría como United
States Army Caribbean School para adoptar, tiempo después, el nombre con el que
sería más popular, United States Army School of the Americas, “Escuela de las
Américas” (SOA por sus siglas en inglés). El sustrato de esta iniciativa era
contrarrestar la influencia rusa en la región, bajo el argumento del
“fortalecimiento democrático”, dando capacitación y adiestramiento militar a
los ejércitos de la región. Sus cursos incluían técnicas de contrainsurgencia,
operaciones de comando, tiro franco, guerra psicológica, inteligencia militar y
tácticas de interrogatorio. Se calcula que en sus primeros 51 años la SOA
entrenó a más de 61.000 soldados. En 1966 se desclasificaron algunos de los
manuales utilizados en sus entrenamientos donde se sugiere, abiertamente, la
violación de derechos humanos mediante la tortura, la extorsión o la ejecución
sumaria, definiendo como objetivos de control y seguimiento a los miembros de
organizaciones sindicales y sociales.
En 1990 el
Congreso estadounidense reconoció que 19 de los 26 autores de la Masacre de los
Jesuitas, ocurrida en noviembre de 1989 en El Salvador, habían sido entrenados
por su ejército en la Escuela de las Américas. Aquella revelación generó la
indignación necesaria para iniciar un movimiento social para exigir su
clausura, por lo que todos los años una variedad y multiplicidad de activistas
se reúnen frente a sus instalaciones para exigir que cierren su santamaría.
Diferentes
intelectuales como Noam Chomsky, Michael Parenti y Eduardo Galeano han señalado
que la SOA es responsable de algunas de las dictaduras, excesos y torturas
ocurridos en la región durante décadas. Permanentemente las organizaciones de
derechos humanos y de izquierda hacen un seguimiento a los graduados de la SOA,
para demostrar la relación entre los contenidos impartidos en sus cursos y las
violaciones a la dignidad de hombres y mujeres ocurridas en la región. Algunos
de los eminentes egresados han sido Manuel Noriega (Panamá), Hugo Banzer
(Bolivia), Roberto D`Aubuisson (El Salvador), Vladimiro Montesinos y Ollanta
Humalá (Perú) y Manuel Contreras (Chile). Dos nombres, relacionados con
Venezuela, son Luis Posada Carriles y Henry López Sisco.
La polémica y
acusaciones sobre la SOA han sido de tal magnitud que en el año 2004 el
presidente Hugo Chávez anunció que no se enviarían a sus entrenamientos a más
miembros de las Fuerzas Armadas venezolanas: “Ciertamente nosotros lo hemos
decidido, aún cuando en los últimos años los intercambios se habían limitado a
lo mínimo”, anunció el jefe de Estado. El ejemplo venezolano fue seguido por
Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Un extraño
silencio
¿Haber
asistido a un curso a la SOA es suficiente para calificar a un miembros de las
Fuerzas Armadas como potencial violador de derechos humanos. Los activistas
contra ella argumentan que sí. La iniciativa más conocida y específica sobre el
tema, SOA Watch con sede en Washington, emite un boletín donde le hacen un
seguimiento pormenorizado a todos los egresados, visibilizando los casos de
excesos en el que están involucrados. Según el sitio web, la
única oficina en Latinoamerica
se encuentra precisamente en Venezuela, en la ciudad de Barquisimeto. Debido a su perspectiva antiimperialista,
SOA Watch han sido unos entusiastas del gobierno bolivariano debido a que, como
reflejan en su revista “El derecho de vivir en paz” coinciden en la apreciación
en que su principal enemigo es el gobierno estadounidense. SOA Watch fueron muy
activos en la denuncia del golpe de Estado del 2002 y en la campaña “Manos
fuera de Venezuela”, promoviendo lo que llaman “giras de solidaridad”. Lo
curioso es que si bien son muy activos en denunciar a los egresados presentes
en altos cargos en otros países, no hay ninguna denuncia similar sobre los del
país. Una omisión similar es la de los funcionarios venezolanos que en años
anteriores escribían rabiosos artículos para denunciar los tentáculos de la
SOA. Por ejemplo el texto del año 2013 del actual Secretario Ejecutivo del
Consejo General de Policía, Pablo Fernández Blanco: “En abril de 2002, algunos
de los “egresados” de la Escuela de las Américas lideraron el fallido golpe de
Estado contra el presidente Hugo Chávez (…) Desde la tierra de Bolívar decimos
¡Nunca más escuelas de asesinos! La premisa debe ser defender, proteger y
servir a nuestros pueblos, sin injerencias imperiales ni doctrinas criminales.
Otra concepción de la seguridad se comienza a gestar en estas tierras del Sur”.
Lo que no dice hoy Fernández, y olvida SOA Watch, es que su propio jefe en el
ministerio de Interior y Justicia, al igual que otros altos funcionarios
gubernamentales, pasaron por las aulas de la Escuela de las Américas.
Días de
escuela
La base de datos de los egresados,
hecha pública por SOA Watch,
nos permiten hacer esta afirmación, en la que aparecen los detalles de 3.679 militares
venezolanos entre los años 1964-2004. El mayor general Gustavo Enrique González
López, actual ministro de Interior y Justicia, aparece con el número 55535 en
la base de datos de SOA Watch por tres meses de curso de operaciones
sicológicas en 1991. Sus conocimientos en la materia le permitieron ser
director del Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa),
en el 2015; comandante general de las Milicias Bolivarianas, 2010 y en 2012
secretario de la Unidad de Seguridad e Inteligencia del Sistema Eléctrico antes
de ser ministro. González López ha sido el ejecutor del Operativo de Liberación
del Pueblo, acusado de violar derechos humanos en las zonas populares.
Otro alto
funcionario egresado de la Escuela de las Américas es el actual ministro de
defensa Vladimir Padrino López, número 55922 en SOA Watch, quien también realizó
un curso de operaciones sicológicas entre febrero y abril de 1995 en Fort
Benning. No podríamos precisar ahora cuánto de lo aprendido por los dos
ministros está siendo aplicado en el ejercicio de sus funciones actuales.
Son los más
notorios, pero no los únicos. En el puesto 55.378 figura Herbert Josué García
Plaza, por haber recibido un curso de instructor en 1997. García Plaza fue
nombrado, en septiembre de 2013 jefe del Órgano Superior para la Defensa
Popular de la Economía venezolana, por lo que encabezó los operativos de
inspección coloquialmente conocidos como el “Dakazo”. Un año después fue
designado ministro de alimentación por algunos meses.
2500 familias
del Movimiento Campesino Socialista, Antiimperialista, Combatiente de Zamora
denunciaron recientemente que habían sido objeto de un desalojo violento en el
municipio Alto Barinas por parte de 800 efectivos de la Guardia Nacional
Bolivariana. Coincidencialmente el Comandante del Destacamento 14 de la zona es
el Teniente Coronel Leonardo Vinci Bonetto, quien en 1995 realizó un Curso de
Inteligencia Militar para Oficiales en SOA, puesto 54608 en la base de datos.
Carlos
Colombani Lanz en el año 2009 fue el Coordinador Nacional de los Cuerpos
Combatientes y en 1988 realizó el curso de operaciones psicológicas, número
54936 SOA Watch. El General Freddy Ramírez Espósito, subdirector de la
dirección de contrainteligencia militar en el 2013, hizo en 1999 el curso de
fortalecimiento democrático. Aparece en el puesto 55162. Por su parte el
General Manuel José Graterol fue designado jefe del Comando Regional 3 (Core 3)
del estado Zulia encabezando la llamada “Guerra al bachaqueo” la cual según las
denuncias del Comité de Derechos Humanos de la Guajira ha cometido diferentes
excesos en la región. Graterol realizó en el año 1994, en SOA, el curso de
inteligencia militar para oficiales, enlistado en el número 55544.
Madison
Moncada fue designado, en el año 2006 coordinador de seguimiento y control del
programa “Fábrica adentro”. En el año 1999 realizó el curso de operaciones
sicológicas, como se establece en el renglón 55972. En Lara Edilberto León
Carrillo fue designado por Henry Falcón como director de Seguridad y Orden
Público de la gobernación, tomando en 1999 el curso de logística a nivel
ejecutivo y de grado superior, número 55132 en el ranking. En la otra acera estaba
Luis Alfonso Bohorquez Soto, quien en el año 2013 fue el candidato del PSUV en
el municipio Iribarren, perdiendo la contienda con Alfredo Ramos. En 1998
realizó el curso de Comando y Estado Mayor para oficiales, número 55945.
En 2014 el
general de Brigada Ángel Marcial Parra Yarza fungía como director general de la
Oficina de Frontera del Ministerio de Relaciones Exteriores. Años antes, en
1997, realizó el Curso de Comando y Estado Mayor para Oficiales, número 56579. En
el 2014 el coronel Hefritts Alberto Rojas era el decano de la Universidad
Nacional Experimental de la Fuerza Armada (UNEFA) en el estado Sucre. En 1987,
Rojas asistió al curso avanzado para oficiales de armas de combate, número
57056 en la base de datos de SOA Watch. No es el único ligado a la UNEFA, pues
el Teniente Coronel Miguel Arcángel Sulbarán Barreto era en 2012 decano en el
núcleo Bolívar, realizando en 1996 en curso de Comando y Estado Mayor para
Oficiales, puesto 57388.
Para 2014 el
General de Brigada José Rozo Villamizar era Comandante de la Zona 22 del estado
Mérida, siendo para 1996 uno de los alumnos del curso de operaciones cívico
militares de la Escuela de las Américas, que lo aprobó con la moción de
distinguido. En 2015 el General de Brigada Marco Castro Pacheco fue designado
como presidente de la Empresa Nacional Aurífera S.A, director de la Corporación
Nacional de Minería y presidente de la Junta Interventora de Minerven. En el
2003 Castro asistió a dos cursos de SOA: Sostenibilidad Democrática y
Operaciones de Paz.
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