La autogestión como herramienta emancipadora

Anarquía

El anarquismo no puede comprender la colectivización de los medios por los trabajadores si estos no tuvieran potestad para decidir directamente sobre la gestión de dichos medios. Eso es la autogestion. Que sean los trabajadores federados entre si los que decidan en base a mutuos y libres acuerdos lo que mas les conviene. ¿Quien conoce mejor que los propios trabajadores la realidad de sus vidas y de los puestos de trabajo, de las empresas y de los sectores? Que nadie piense por ti, que nadie decida por ti, porque... ¿acaso trabajan por ti?

Sin duda alguna la autogestion es la base de la emancipación en todos los ámbitos y en todas las circunstancias. Un joven no puede emanciparse de sus padres si este antes no dispone de unos medios con los que poder cubrir el gasto de sus necesidades. Pues a escala social se da la misma exigencia. Abolir el Estado es imprescindible porque el problema no es exclusivamente la filosofía capitalista. Si analizamos al capitalismo nos daremos cuenta de que su barbarie y sus miserias provienen de donde provienen todas las barbaries y miserias. De los privilegios que conceden los núcleos o concentraciones de poder y que generan a través de múltiples violencias, situaciones de dominio cuya consecuencia es la explotación. El Marxismo supo identificar lo malo del capitalismo pero no de donde provenía esa maldad. Su carácter autoritario no contemplaba la posibilidad de que lo que generaba aquella barbarie era el poder que la sociedad otorgaba al Estado, una herramienta de dominio que creyeron útil para dirigir la revolución y construir el socialismo. ¿Pero como destruir la dominación con una herramienta de dominio? Para los anarquistas tomar el poder no significa conquistar el Estado sino abolirlo porque de este modo el poder recae sobre la sociedad.

Los marxistas en cambio defienden que debe existir un gobierno o un núcleo de poder, llámese Estado Socialista o República Popular, teóricamente con la potestad de decidir como deben organizar los trabajadores sus asuntos como si fuera un supervisor o intermediador y en los casos prácticos que se dieron cumpliendo el rol de dictador, en el sentido que dictaba todas las pautas que los trabajadores debían seguir en todos los aspectos de la vida y sobre todo del trabajo y la economía. Según el anarquismo es un error pretender que exista un núcleo de poder que se dedique a organizar todos los aspectos de la sociedad porque ninguna persona esta capacitada por inteligente o sabia que sea para la toma de decisiones que afecten a millones de personas. De hecho la teoría se convierte en paradoja cuando se analiza la praxis. Todos los gobiernos son incompetentes, fracasan en sus cometidos iniciales, entorpecen el progreso humano y se corrompen. Para responder a esta critica nace la opinión de que los gobiernos son imprescindibles por muy incompetentes que sean puesto que las personas no saben gobernarse y de abolirse los estados se extendería el caos. ¿Si las personas no saben gobernarse como pueden pretender que unas pocas personas gobiernen a millones? ¿Y si las personas saben gobernarse para que necesitan que alguien las gobierne?

Basados en algunas experiencias son muchos los que aseguran que a pesar de lo acertado que sean las criticas, la sociedad sin Estado es imposible. Y para ello mencionaran Somalía. Por mucho que no exista un Estado solido en Somalía capaz de controlarlo todo y garantizar un orden que obviamente seria impuesto, existen diversos cúmulos de poder concentrados en jefes tribales y algunos políticos, enfrentados entre si en una eterna guerra civil y actuando cual dictadores en sus respectivos territorios. Puede que no exista un Estado en Somalía, pero existen varias pequeñas dictaduras, territorios controlados por hombres que se comportan como pequeños señores de la guerra. ¿Porque se dan esas situaciones cuando desaparece el Estado? Porque ante la ausencia de una educación en los principios libertarios del anarquismo la gente hace uso de los instintos primarios mas conocidos o practicados para una sociedad acostumbrada siempre de antemano al autoritarismo, la competitividad y las jerarquías, siendo el resultado la radicalizacion de las mismas. El mejor ejemplo se da en las mafias. Funcionan al margen de los estados y sus leyes, pero son organizaciones muy autoritarias, jerárquicas y mortalmente competitivas.

Por eso es imprescindible un proceso pedagógico que nos permita aprender a organizarnos sin jefes y entre iguales. No es imposible. La presente sociedad invierte infinidad de recursos y tiempo en inculcar a los niños un ideario competitivo, autoritario y jerárquico, en escuelas, institutos y universidades. Se puede invertir el proceso e implantar un modelo educativo basado en la pedagogía libertaria que se gesto a finales del XX por pedagogos y otros expertos en la materia ligados al movimiento anarquista u otros movimientos subversivos. Todo es cuestión de concienciar a las personas.

[Tomado de https://www.facebook.com/pages/Anarquia/1430065823936725?sk=timeline.]