Miguel Angel Hernández
El 1° de Mayo se llevaron a cabo en todo el mundo manifestaciones conmemorando el Día Internacional del Trabajador. Venezuela no fue la excepción. Dos marchas se realizaron en Caracas. Ambas marcadas por el signo de la falta de independencia y autonomía respecto del gobierno, los patronos y los partidos de la oposición propatronal, agrupados en la MUD.
Este año no hubo en la capital del país marcha alguna genuinamente obrera, que pusiera en el tapete la enorme necesidad de la clase trabajadora de enfrentar unitariamente el ajuste económico que aplica el gobierno en acuerdo con Fedecámaras y la MUD. No hubo ninguna movilización que realmente reivindicara el carácter combativo y de lucha que esta fecha tiene, en honor a la gesta de los Mártires de Chicago que a finales del siglo XIX dieron sus vidas por la jornada laboral de 8 horas.
La marcha del gobierno: aumento miserable del salario mínimo y más producción
En un discurso vacío e insulso, mas allá de las palabras altisonantes y las amenazas acostumbradas, el Presidente no dijo nada de importancia. La expectativa de muchos trabajadores se vio frustrada cuando anunció un miserable aumento del salario mínimo nacional, las pensiones, toda la escala de la administración publica, y a las Fuerzas Armadas de 30% en dos partes: 20% a partir del 1 de mayo y 10% mas desde el 1 de julio. Con esto, el salario mínimo que estaba en Bs. 5.662,48 mensuales, se ajusta a Bs. 6.745,97, y a partir de julio a Bs. 7.309,22.
En términos concretos el aumento del salario mínimo equivale a Bs. 37 diarios (Bs. 56 diarios a partir de julio), un aumento claramente insuficiente ante una inflación que el año pasado fue de 68,5% y este año apunta hacia las 3 cifras.
El eje central de Maduro en casi todo su discurso fue llamar a producir más, a trabajar, como si eso no fuera lo que todos los días, de sol a sol, hacemos millones de trabajadoras y trabajadores en todo el país, a pesar de los bajos salarios, la alta inflación, la escasez agobiante, las vergonzosas colas que tenemos que soportar para llevar alimentos a nuestros hogares.
Lo que quedó claro después de oír al presidente Maduro es que este gobierno no tiene ya nada que ofrecer a los trabajadores venezolanos. En los años anteriores alguna misión nueva se anunciaba, alguito se ofrecía. Ahora, solo un aumento pírrico, y la exigencia de más trabajo. Lo otro destacable fue el horrendo desplante de Maduro en plena cadena nacional, cuando visiblemente ofuscado, se atrevió a regañar a un grupo de trabajadores ubicados delante de la tarima que ante el misero aumento salarial, gritaban que el incremento se otorgara ya, y no fraccionado. Ante esto, el “presidente obrero”, tildó a los trabajadores de individualistas y personalistas. Les dijo que le gustaría conversar personalmente con ellos para “decirles cuatro cosas”.
Maduro no dijo nada del contrato marco de la administración pública vencido desde hace 10 años. Ni una palabra sobre el contrato de Sidor, el cual se encuentra en el limbo, después de una decisión arbitraria e injerencista del TSJ, que suspendió las elecciones en el sindicato. Nada dijo sobre la inflación galopante y cómo enfrentarla. Hizo mención de los trabajadores de Carabobo que sufren miles de despidos, pero no dijo nada sobre cómo enfrentarlos y lograr su reenganche, tampoco dijo nada del rol de las inspectorías del trabajo que avalan los despidos en acuerdo con los empresarios, siguiendo la línea gubernamental. Lo mismo con respecto a los trabajadores de Sucre, especialmente de los centrales azucareros, que están siendo liquidados por el gobierno. Fue un discurso de omisiones y de expectativas frustradas.
La marcha de la MUD y la CTV: poca asistencia y ausencia de sindicatos
Si algo caracterizo a la marcha convocada por la CTV, la Unidad de Acción Sindical y los partidos de la MUD, fue lo esmirriado de la asistencia. Hasta la prensa privada destacó la poca convocatoria. Por otra parte, hubo una casi nula participación de sindicatos y de trabajadores con sus consignas genuinas. Como ya presagiábamos, fue una marcha de los partidos que integran la MUD, los cuales no se han pronunciado contra la devaluación, los aumentos en los precios de los alimentos o los despidos en el sector privado. Solo se notaban pancartas y banderas de AD, Primero Justicia, Voluntad Popular, y otros partidos de la coalición propatronal, así como la visible presencia de diputados de dichas organizaciones, haciendo campaña electoral adelantada. No fue una marcha de sindicatos y trabajadores, independiente y autónoma. Fue una nueva utilización del genuino descontento del pueblo trabajador, para ponerlo al servicio de los partidos de la MUD.
Posteriormente, el comunicado de la MUD en respuesta al discurso presidencial, se convirtió en una defensa de los grandes empresarios, como Polar y las transnacionales ensambladoras de vehículos, exigiendo a su nombre mayores erogaciones de divisas, y sin decir nada en contra de los despidos masivos que esas empresas están aplicando contra trabajadores.
La marcha de Valencia: Una oportunidad frustrada
Hubo intentos de levantar una movilización independiente, que expresara las reivindicaciones más urgentes y sentidas de la clase trabajadora, y que no simplemente llevara agua al molino del gobierno, Fedecámaras y los partidos propatronales.
En Valencia, donde nuestra organización participa de la ardua lucha contra los despidos y la flexibilización laboral, enfrentando tanto a empresarios nacionales como transnacionales, en un encuentro sindical llevado a cabo recientemente, con la participación de la Fusbec (federación sindical regional afiliada a la Unión Nacional de Trabajadores) y de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma, se acordó la realización de una marcha independiente en respaldo a los trabajadores despedidos en la region. Sorpresivamente, a última hora las presiones del partido de gobierno hicieron agachar la cabeza a algunos dirigentes de Fusbec, y la movilización fue desconvocada. Se perdió así una importante oportunidad de presentar al país un sindicalismo diferenciado claramente de la burocracia sindical corporativa de la Central Bolivariana y del modelo auspiciado por la CTV y Mosbase, hipotecado a los patronos privados y a los partidos de la MUD.
[Versión resumida de original accesible en http://web.laclase.info/content/la-clase-trabajadora-no-puede-seguir-marchando-detras-de-sus-verdugos.]
El 1° de Mayo se llevaron a cabo en todo el mundo manifestaciones conmemorando el Día Internacional del Trabajador. Venezuela no fue la excepción. Dos marchas se realizaron en Caracas. Ambas marcadas por el signo de la falta de independencia y autonomía respecto del gobierno, los patronos y los partidos de la oposición propatronal, agrupados en la MUD.
Este año no hubo en la capital del país marcha alguna genuinamente obrera, que pusiera en el tapete la enorme necesidad de la clase trabajadora de enfrentar unitariamente el ajuste económico que aplica el gobierno en acuerdo con Fedecámaras y la MUD. No hubo ninguna movilización que realmente reivindicara el carácter combativo y de lucha que esta fecha tiene, en honor a la gesta de los Mártires de Chicago que a finales del siglo XIX dieron sus vidas por la jornada laboral de 8 horas.
La marcha del gobierno: aumento miserable del salario mínimo y más producción
En un discurso vacío e insulso, mas allá de las palabras altisonantes y las amenazas acostumbradas, el Presidente no dijo nada de importancia. La expectativa de muchos trabajadores se vio frustrada cuando anunció un miserable aumento del salario mínimo nacional, las pensiones, toda la escala de la administración publica, y a las Fuerzas Armadas de 30% en dos partes: 20% a partir del 1 de mayo y 10% mas desde el 1 de julio. Con esto, el salario mínimo que estaba en Bs. 5.662,48 mensuales, se ajusta a Bs. 6.745,97, y a partir de julio a Bs. 7.309,22.
En términos concretos el aumento del salario mínimo equivale a Bs. 37 diarios (Bs. 56 diarios a partir de julio), un aumento claramente insuficiente ante una inflación que el año pasado fue de 68,5% y este año apunta hacia las 3 cifras.
El eje central de Maduro en casi todo su discurso fue llamar a producir más, a trabajar, como si eso no fuera lo que todos los días, de sol a sol, hacemos millones de trabajadoras y trabajadores en todo el país, a pesar de los bajos salarios, la alta inflación, la escasez agobiante, las vergonzosas colas que tenemos que soportar para llevar alimentos a nuestros hogares.
Lo que quedó claro después de oír al presidente Maduro es que este gobierno no tiene ya nada que ofrecer a los trabajadores venezolanos. En los años anteriores alguna misión nueva se anunciaba, alguito se ofrecía. Ahora, solo un aumento pírrico, y la exigencia de más trabajo. Lo otro destacable fue el horrendo desplante de Maduro en plena cadena nacional, cuando visiblemente ofuscado, se atrevió a regañar a un grupo de trabajadores ubicados delante de la tarima que ante el misero aumento salarial, gritaban que el incremento se otorgara ya, y no fraccionado. Ante esto, el “presidente obrero”, tildó a los trabajadores de individualistas y personalistas. Les dijo que le gustaría conversar personalmente con ellos para “decirles cuatro cosas”.
Maduro no dijo nada del contrato marco de la administración pública vencido desde hace 10 años. Ni una palabra sobre el contrato de Sidor, el cual se encuentra en el limbo, después de una decisión arbitraria e injerencista del TSJ, que suspendió las elecciones en el sindicato. Nada dijo sobre la inflación galopante y cómo enfrentarla. Hizo mención de los trabajadores de Carabobo que sufren miles de despidos, pero no dijo nada sobre cómo enfrentarlos y lograr su reenganche, tampoco dijo nada del rol de las inspectorías del trabajo que avalan los despidos en acuerdo con los empresarios, siguiendo la línea gubernamental. Lo mismo con respecto a los trabajadores de Sucre, especialmente de los centrales azucareros, que están siendo liquidados por el gobierno. Fue un discurso de omisiones y de expectativas frustradas.
La marcha de la MUD y la CTV: poca asistencia y ausencia de sindicatos
Si algo caracterizo a la marcha convocada por la CTV, la Unidad de Acción Sindical y los partidos de la MUD, fue lo esmirriado de la asistencia. Hasta la prensa privada destacó la poca convocatoria. Por otra parte, hubo una casi nula participación de sindicatos y de trabajadores con sus consignas genuinas. Como ya presagiábamos, fue una marcha de los partidos que integran la MUD, los cuales no se han pronunciado contra la devaluación, los aumentos en los precios de los alimentos o los despidos en el sector privado. Solo se notaban pancartas y banderas de AD, Primero Justicia, Voluntad Popular, y otros partidos de la coalición propatronal, así como la visible presencia de diputados de dichas organizaciones, haciendo campaña electoral adelantada. No fue una marcha de sindicatos y trabajadores, independiente y autónoma. Fue una nueva utilización del genuino descontento del pueblo trabajador, para ponerlo al servicio de los partidos de la MUD.
Posteriormente, el comunicado de la MUD en respuesta al discurso presidencial, se convirtió en una defensa de los grandes empresarios, como Polar y las transnacionales ensambladoras de vehículos, exigiendo a su nombre mayores erogaciones de divisas, y sin decir nada en contra de los despidos masivos que esas empresas están aplicando contra trabajadores.
La marcha de Valencia: Una oportunidad frustrada
Hubo intentos de levantar una movilización independiente, que expresara las reivindicaciones más urgentes y sentidas de la clase trabajadora, y que no simplemente llevara agua al molino del gobierno, Fedecámaras y los partidos propatronales.
En Valencia, donde nuestra organización participa de la ardua lucha contra los despidos y la flexibilización laboral, enfrentando tanto a empresarios nacionales como transnacionales, en un encuentro sindical llevado a cabo recientemente, con la participación de la Fusbec (federación sindical regional afiliada a la Unión Nacional de Trabajadores) y de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma, se acordó la realización de una marcha independiente en respaldo a los trabajadores despedidos en la region. Sorpresivamente, a última hora las presiones del partido de gobierno hicieron agachar la cabeza a algunos dirigentes de Fusbec, y la movilización fue desconvocada. Se perdió así una importante oportunidad de presentar al país un sindicalismo diferenciado claramente de la burocracia sindical corporativa de la Central Bolivariana y del modelo auspiciado por la CTV y Mosbase, hipotecado a los patronos privados y a los partidos de la MUD.
[Versión resumida de original accesible en http://web.laclase.info/content/la-clase-trabajadora-no-puede-seguir-marchando-detras-de-sus-verdugos.]
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