Andreina García
De las 978.404 viviendas que ofreció la GMVV para el cierre del 2014, se han entregado 700.000. Es decir, que en abril de 2015 apenas se había alcanzado 71,5% de las metas planteadas en 2011. Quizá por eso el impacto comunicacional y electoral que genera esta misión nacida en abril de 2011, tras la fusión de la Misión Villanueva y la Misión Hábitat, y como respuesta a vaguada de finales de 2010 y principios de 2011, que dejó a más de 34.000 mil familias damnificadas.
Aunque la vaguada fue el marco del nacimiento de la GMVV, la articulación como Gran Misión dejó a un lado su propósito para cubrir contingencias y pasó a tener una estrategia más amplia. En el programa Aló, Presidente número 370, realizado en la Ciudad Socialista Caribia, en el estado Vargas, el fallecido presidente Hugo Chávez explicó que la misión se basaría en un censo que identificaría con precisión cuántas familias estaban sin vivienda o vivían en situación de riesgo. El plan abarcó la conformación de un registro, la adquisición y ocupación de terrenos y la creación de leyes como la Emergencia de Terrenos, Propiedad Familiar, entre otras. Así, el presidente Chávez prometió construir 2.000.000 de viviendas entre 2011 y 2019, no solo para darle vivienda a los damnificados de 2010 sino para cubrir el déficit habitacional del país, que para 2011 ascendía a 2.700.000 viviendas, de acuerdo a lo estimado en los censos realizados por el Estado más tarde ese mismo año.
Desde su nacimiento la GMVV quiso “solucionar el drama de la vivienda”, en palabras del propio Chávez, y propuso una unión nacional del sector privado y público, la banca privada y la pública, los trabajadores, los empresarios, los venezolanos y el mundo. Se hicieron además convenios con Cuba, Irán, China, Belarús, Rusia, Portugal y Brasil para fortalecer el músculo edificador. En el mismo Aló, presidente, Chávez informaba que se destinarían 30.000 millones de bolívares, o casi siete mil millones de dólares a la tasa de la época, para la construcción de 150.000 viviendas. Lo que daba un promedio de poco más de 46.000 dólares por domicilio.
La meta establecida para la primera fase de la GMVV fue tan ambiciosa que representaba el 60% de las viviendas construidas entre 1999 y 2010. Tenía el desafío de edificar 153.404 viviendas en 2011; 200.000 viviendas para 2012; 300.000 viviendas para 2013; 325.000 viviendas para 2014; 325.000 viviendas para 2015; 350.000 para 2016 y 350.000 para 2017.
En marzo de 2014, la entonces jefa del gobierno del Distrito Capital, Jacqueline Faría, informó que solo quedaban 600 familias en refugios de las 34.000 que fueron censadas como víctimas de la vaguada de 2010, de acuerdo a una nota de la Agencia Venezolana de Noticias. Para ese entonces ya tenían sus viviendas adjudicadas, “solo están esperando que se los terminen”, dijo. Sin embargo, la periodista Mayela Armas, especializada en la fuente, en un foro de Transparencia Venezuela sobre el impacto de las Misiones Sociales en el país, indicó que se habían censado alrededor de 130.000 familias como víctimas de las lluvias de 2010 y 2011.
La vivienda 700.000
En abril de 2015 el presidente Nicolás Maduro entregó en cadena nacional la vivienda número 700.000 mil. Lo que revela que de las metas planteadas en 2011, solo se completó 71,5% de las 978.404 viviendas prometidas para esa fecha. En 2014 la producción se redujo 37% respecto a 2013. Apenas se concluyeron 126.000 viviendas. “No hemos cumplido las metas. Siempre hemos estado un poquito por debajo de lo planteado pero no es culpa del Gobierno o de los empresarios. Ha sido porque Venezuela no estaba preparada, sobre todo en el sector construcción”, explica Gerson Hernández, presidente de la Cámara Bolivariana de la Construcción, un organismo que agremia a empresarios alineados con la “revolución” que han participado de manera directa en la construcción de más de 100.000 viviendas de interés social para la GMVV.
La Cámara Inmobiliaria de Venezuela es aún más dura en cuanto a los resultados. Su presidente, Aquiles Martini Pietri, considera que de esas 700.000 viviendas “más de la mitad no son viviendas nuevas sino que son sustitución de rancho por casas, Barrio Nuevo Barrio Tricolor y las transformaciones del hábitat, que son perfectamente válidas, pero que no son viviendas nuevas. Hay mucho cuestionamiento de las cifras porque el Banco Central de Venezuela no da cifras desde el cierre de 2011”.
En las cifras que maneja el Estado sobre la cantidad de viviendas entregadas y las que se encuentran aún en construcción, están incluidas viviendas construidas por el gobierno, por comunidades organizadas, por los convenios internacionales, por los gobiernos estadales y municipales y por la empresa privada. n algunos casos el gobierno ha comprado o expropiado urbanismos hechos por la industria privada, como ocurrió en 2010 con la llamada estafa inmobiliaria. “El Estado por situaciones de emergencia o por situaciones de convenios con otras instituciones termina comprándole a la Cámara Inmobiliaria o a un tercero porque hay que cumplir con un mercado”, explica el representante de la Cámara Bolivariana.
Pero son justamente las cifras lo que más llama la atención sobre la GMVV. Pese a que todas las instituciones que han revisado los números afirman tomar cifras emitidas por el Estado, ninguno de los indicadores parece coincidir porque los datos que emite el gobierno tampoco coinciden entre sí. Transparencia Venezuela, por ejemplo, estimaba que para marzo de 2015 se habían prometido 1.133.494 viviendas y se habían entregado 673.416, lo que indicaba que solo 59,42% de la meta había sido cumplida.
No hay suficientes insumos
La memoria y cuenta del ministerio de la Vivienda y Hábitat de 2014, en específico de la Fundación Misión Hábitat, muestra que la escasez de cemento, cabillas, cerámica, piezas sanitarias, techos y tubos estructurales ocasionó retrasos en la ejecución de las obras. También las contrataciones laborales jugaron en contra de la misión, pues el personal no estaba debidamente calificado para la ejecución de los desarrollos habitacionales.
El gobierno “tomó Sidor en el año 2008-2009 y hoy en día Sidor produce menos del 25% de lo que producía en ese momento. Y esas no son cifras mías, son cifras oficiales. Igual sucede con las cementeras y con todo lo que tiene que ver la construcción”, destaca Martini Pietri y añade que el sector privado está discriminado de la entrega de materias primas. “El gobierno controla la producción, distribución y locación de los insumos de la construcción”. La producción nacional de materias primas para la construcción se quedó pequeña ante la demanda de la GMVV y la industria de la construcción privada. Se pasó de construir menos de 50.000 viviendas al año durante el primer quinquenio de la década pasada, a querer construir 400.000 este año.
Cerca de 40% de los insumos de construcción usados en la GMVV son importados. Es por ello que hay una gran parte de materias primas que son importadas. “La producción de cabillas en Venezuela no soporta la demanda. El cemento se está importando de Cuba, se importan cables, pocetas, ascensores. Hay una cantidad de materias primas importadas que antes se compraban a 6,30 y ahora se compran a tasa Simadi”, destaca Martini Pietri. “Hay que invertir en materias primas, o en producirlas. Aquí cuando se expropió Sidor. Les dijimos que no le pagaran los tres mil millones de dólares a la gente de afuera. Agarra ese dinero y vamos a hacer otra al lado, vamos a hacer otra Sidor, otras cementeras, vamos a agarrar esos dineros y vamos a producir más”, agrega quien está al frente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro ha admitido que cerca de 40% de los insumos que se utilizan para construir estas viviendas de interés social son importados. Recientemente el presidente Maduro explicó a la nación que las viviendas que habían sido entregadas costaban en promedio 50.000 dólares. La suma de dinero escandalizó a muchos, pese a que esa misma cantidad fue la manejada durante el primer año de la misión. El anuncio causó más impacto en una parte del sector privado que tuvo mayor protagonismo en la construcción inmobiliaria hasta 2011 y que con la crisis económica, la escasez de dólares e insumos para la construcción se ha visto tan perjudicado que se ha contraído consecutivamente en los últimos 18 meses. Según cifras, tanto de la Cámara Venezolana de la Construcción como de la Cámara Inmobiliaria, el sector privado construyó menos de 15.000 viviendas en 2014, cuando antes construían entre 80.000 y 90.000 viviendas al año.
Pero fuera de la discusión sobre el costo de los inmuebles, lo que no se puede perder de vista es que la GMVV es el programa social que más inversión recibe. En 2012 se destinó casi un tercio del gasto público nacional para su ejecución y desde su creación hasta 2014 ha recibido casi 290 millardos de bolívares, según cifras recabadas de recursos, presupuestos y créditos aprobados y del Fondo Simón Bolívar para la reconstrucción nacional por Transparencia Venezuela.
Repunte en año electoral
“El trabajo de propaganda es en lo que se ha invertido la mayor cantidad de dinero. El gobierno le vende esperanza la gente”, manifiesta la presidenta del Instituto Metropolitano de Urbanismo Zulma Bolívar. La GMVV fue lanzada un año antes de que iniciara la última campaña electoral del presidente Hugo Chávez, que culminó con la toma de siete avenidas por sus simpatizantes. La oferta de construir más de 2.000.000 de viviendas durante el período 2013-2019 fue lo que llevó al Presidente a su tercer período de gobierno, según algunos analistas.
“Por más que hagan propagandas, lamentablemente para los venezolanos, la misión vivienda será para efectos electorales, para aprovecharse de la necesidad de los venezolanos de tener una vivienda. La producción de viviendas por miles de habitantes es la peor de toda la historia. Hoy en día se hacen menos viviendas por mil habitantes que antes. No es lo mismo producir 100.000 viviendas cuando éramos 15 millones de habitantes, que producir 100.000 viviendas cuando somos 30 millones de habitantes”, apunta Martini Pietri desde la Cámara Inmobiliaria de Venezuela.
Para 2015 se planea construir 400.000 viviendas, 217% más que en 2014. El Ministerio de Comunicación e Información destaca, en un libro sobre las misiones sociales de septiembre de 2014, que la nueva meta de la GMVV es llegar a la vivienda 3.000.000.
¿Sustentable en el tiempo?
Para Martini Pietri no hay una política clara de producción de viviendas. “Las políticas de construcción de viviendas de un país no son las políticas de un gobierno. Tiene que ser una política de Estado, porque los gobiernos duran hasta el día que duren. El país no, el Estado dura por siempre. El Estado debe estar por encima de los programas políticos”. “No puede ser que tú en cinco años tengas un plan y a los cinco años llega otro gobierno y tienes otro. Eso es lo que ha venido pasando. Por el ministerio de la vivienda han pasado más de 10 planes de vivienda, amén de 10 ministros. La vivienda no es una cosa que yo tiro una pepa de mango y me sale una casa. Hay que urbanizar, hay que traer materias primas y para construirlas hay que tener tiempo y dinero. Es un proceso”, resalta.
Para Zulma Bolívar las fallas de la GMVV solo demuestran que es “un fracaso porque no hizo el mejor uso de los dineros públicos, que es su objetivo principal”. Sin embargo, será el paso de 2015 con sus elecciones parlamentarias, su profunda crisis económica por la caída de los precios del petróleo, el déficit fiscal y la voluntad política lo que determine si este programa que se ha ido confeccionando por ensayo y error, pese a nacer con una planificación, lo que determine su perdurabilidad a través del tiempo.
[El texto original puede verse en http://www.larazon.net/2015/04/30/la-gran-mision-vivienda-venezuela-no-ha-cumplido-con-sus-metas.]
De las 978.404 viviendas que ofreció la GMVV para el cierre del 2014, se han entregado 700.000. Es decir, que en abril de 2015 apenas se había alcanzado 71,5% de las metas planteadas en 2011. Quizá por eso el impacto comunicacional y electoral que genera esta misión nacida en abril de 2011, tras la fusión de la Misión Villanueva y la Misión Hábitat, y como respuesta a vaguada de finales de 2010 y principios de 2011, que dejó a más de 34.000 mil familias damnificadas.
Aunque la vaguada fue el marco del nacimiento de la GMVV, la articulación como Gran Misión dejó a un lado su propósito para cubrir contingencias y pasó a tener una estrategia más amplia. En el programa Aló, Presidente número 370, realizado en la Ciudad Socialista Caribia, en el estado Vargas, el fallecido presidente Hugo Chávez explicó que la misión se basaría en un censo que identificaría con precisión cuántas familias estaban sin vivienda o vivían en situación de riesgo. El plan abarcó la conformación de un registro, la adquisición y ocupación de terrenos y la creación de leyes como la Emergencia de Terrenos, Propiedad Familiar, entre otras. Así, el presidente Chávez prometió construir 2.000.000 de viviendas entre 2011 y 2019, no solo para darle vivienda a los damnificados de 2010 sino para cubrir el déficit habitacional del país, que para 2011 ascendía a 2.700.000 viviendas, de acuerdo a lo estimado en los censos realizados por el Estado más tarde ese mismo año.
Desde su nacimiento la GMVV quiso “solucionar el drama de la vivienda”, en palabras del propio Chávez, y propuso una unión nacional del sector privado y público, la banca privada y la pública, los trabajadores, los empresarios, los venezolanos y el mundo. Se hicieron además convenios con Cuba, Irán, China, Belarús, Rusia, Portugal y Brasil para fortalecer el músculo edificador. En el mismo Aló, presidente, Chávez informaba que se destinarían 30.000 millones de bolívares, o casi siete mil millones de dólares a la tasa de la época, para la construcción de 150.000 viviendas. Lo que daba un promedio de poco más de 46.000 dólares por domicilio.
La meta establecida para la primera fase de la GMVV fue tan ambiciosa que representaba el 60% de las viviendas construidas entre 1999 y 2010. Tenía el desafío de edificar 153.404 viviendas en 2011; 200.000 viviendas para 2012; 300.000 viviendas para 2013; 325.000 viviendas para 2014; 325.000 viviendas para 2015; 350.000 para 2016 y 350.000 para 2017.
En marzo de 2014, la entonces jefa del gobierno del Distrito Capital, Jacqueline Faría, informó que solo quedaban 600 familias en refugios de las 34.000 que fueron censadas como víctimas de la vaguada de 2010, de acuerdo a una nota de la Agencia Venezolana de Noticias. Para ese entonces ya tenían sus viviendas adjudicadas, “solo están esperando que se los terminen”, dijo. Sin embargo, la periodista Mayela Armas, especializada en la fuente, en un foro de Transparencia Venezuela sobre el impacto de las Misiones Sociales en el país, indicó que se habían censado alrededor de 130.000 familias como víctimas de las lluvias de 2010 y 2011.
La vivienda 700.000
En abril de 2015 el presidente Nicolás Maduro entregó en cadena nacional la vivienda número 700.000 mil. Lo que revela que de las metas planteadas en 2011, solo se completó 71,5% de las 978.404 viviendas prometidas para esa fecha. En 2014 la producción se redujo 37% respecto a 2013. Apenas se concluyeron 126.000 viviendas. “No hemos cumplido las metas. Siempre hemos estado un poquito por debajo de lo planteado pero no es culpa del Gobierno o de los empresarios. Ha sido porque Venezuela no estaba preparada, sobre todo en el sector construcción”, explica Gerson Hernández, presidente de la Cámara Bolivariana de la Construcción, un organismo que agremia a empresarios alineados con la “revolución” que han participado de manera directa en la construcción de más de 100.000 viviendas de interés social para la GMVV.
La Cámara Inmobiliaria de Venezuela es aún más dura en cuanto a los resultados. Su presidente, Aquiles Martini Pietri, considera que de esas 700.000 viviendas “más de la mitad no son viviendas nuevas sino que son sustitución de rancho por casas, Barrio Nuevo Barrio Tricolor y las transformaciones del hábitat, que son perfectamente válidas, pero que no son viviendas nuevas. Hay mucho cuestionamiento de las cifras porque el Banco Central de Venezuela no da cifras desde el cierre de 2011”.
En las cifras que maneja el Estado sobre la cantidad de viviendas entregadas y las que se encuentran aún en construcción, están incluidas viviendas construidas por el gobierno, por comunidades organizadas, por los convenios internacionales, por los gobiernos estadales y municipales y por la empresa privada. n algunos casos el gobierno ha comprado o expropiado urbanismos hechos por la industria privada, como ocurrió en 2010 con la llamada estafa inmobiliaria. “El Estado por situaciones de emergencia o por situaciones de convenios con otras instituciones termina comprándole a la Cámara Inmobiliaria o a un tercero porque hay que cumplir con un mercado”, explica el representante de la Cámara Bolivariana.
Pero son justamente las cifras lo que más llama la atención sobre la GMVV. Pese a que todas las instituciones que han revisado los números afirman tomar cifras emitidas por el Estado, ninguno de los indicadores parece coincidir porque los datos que emite el gobierno tampoco coinciden entre sí. Transparencia Venezuela, por ejemplo, estimaba que para marzo de 2015 se habían prometido 1.133.494 viviendas y se habían entregado 673.416, lo que indicaba que solo 59,42% de la meta había sido cumplida.
No hay suficientes insumos
La memoria y cuenta del ministerio de la Vivienda y Hábitat de 2014, en específico de la Fundación Misión Hábitat, muestra que la escasez de cemento, cabillas, cerámica, piezas sanitarias, techos y tubos estructurales ocasionó retrasos en la ejecución de las obras. También las contrataciones laborales jugaron en contra de la misión, pues el personal no estaba debidamente calificado para la ejecución de los desarrollos habitacionales.
El gobierno “tomó Sidor en el año 2008-2009 y hoy en día Sidor produce menos del 25% de lo que producía en ese momento. Y esas no son cifras mías, son cifras oficiales. Igual sucede con las cementeras y con todo lo que tiene que ver la construcción”, destaca Martini Pietri y añade que el sector privado está discriminado de la entrega de materias primas. “El gobierno controla la producción, distribución y locación de los insumos de la construcción”. La producción nacional de materias primas para la construcción se quedó pequeña ante la demanda de la GMVV y la industria de la construcción privada. Se pasó de construir menos de 50.000 viviendas al año durante el primer quinquenio de la década pasada, a querer construir 400.000 este año.
Cerca de 40% de los insumos de construcción usados en la GMVV son importados. Es por ello que hay una gran parte de materias primas que son importadas. “La producción de cabillas en Venezuela no soporta la demanda. El cemento se está importando de Cuba, se importan cables, pocetas, ascensores. Hay una cantidad de materias primas importadas que antes se compraban a 6,30 y ahora se compran a tasa Simadi”, destaca Martini Pietri. “Hay que invertir en materias primas, o en producirlas. Aquí cuando se expropió Sidor. Les dijimos que no le pagaran los tres mil millones de dólares a la gente de afuera. Agarra ese dinero y vamos a hacer otra al lado, vamos a hacer otra Sidor, otras cementeras, vamos a agarrar esos dineros y vamos a producir más”, agrega quien está al frente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro ha admitido que cerca de 40% de los insumos que se utilizan para construir estas viviendas de interés social son importados. Recientemente el presidente Maduro explicó a la nación que las viviendas que habían sido entregadas costaban en promedio 50.000 dólares. La suma de dinero escandalizó a muchos, pese a que esa misma cantidad fue la manejada durante el primer año de la misión. El anuncio causó más impacto en una parte del sector privado que tuvo mayor protagonismo en la construcción inmobiliaria hasta 2011 y que con la crisis económica, la escasez de dólares e insumos para la construcción se ha visto tan perjudicado que se ha contraído consecutivamente en los últimos 18 meses. Según cifras, tanto de la Cámara Venezolana de la Construcción como de la Cámara Inmobiliaria, el sector privado construyó menos de 15.000 viviendas en 2014, cuando antes construían entre 80.000 y 90.000 viviendas al año.
Pero fuera de la discusión sobre el costo de los inmuebles, lo que no se puede perder de vista es que la GMVV es el programa social que más inversión recibe. En 2012 se destinó casi un tercio del gasto público nacional para su ejecución y desde su creación hasta 2014 ha recibido casi 290 millardos de bolívares, según cifras recabadas de recursos, presupuestos y créditos aprobados y del Fondo Simón Bolívar para la reconstrucción nacional por Transparencia Venezuela.
Repunte en año electoral
“El trabajo de propaganda es en lo que se ha invertido la mayor cantidad de dinero. El gobierno le vende esperanza la gente”, manifiesta la presidenta del Instituto Metropolitano de Urbanismo Zulma Bolívar. La GMVV fue lanzada un año antes de que iniciara la última campaña electoral del presidente Hugo Chávez, que culminó con la toma de siete avenidas por sus simpatizantes. La oferta de construir más de 2.000.000 de viviendas durante el período 2013-2019 fue lo que llevó al Presidente a su tercer período de gobierno, según algunos analistas.
“Por más que hagan propagandas, lamentablemente para los venezolanos, la misión vivienda será para efectos electorales, para aprovecharse de la necesidad de los venezolanos de tener una vivienda. La producción de viviendas por miles de habitantes es la peor de toda la historia. Hoy en día se hacen menos viviendas por mil habitantes que antes. No es lo mismo producir 100.000 viviendas cuando éramos 15 millones de habitantes, que producir 100.000 viviendas cuando somos 30 millones de habitantes”, apunta Martini Pietri desde la Cámara Inmobiliaria de Venezuela.
Para 2015 se planea construir 400.000 viviendas, 217% más que en 2014. El Ministerio de Comunicación e Información destaca, en un libro sobre las misiones sociales de septiembre de 2014, que la nueva meta de la GMVV es llegar a la vivienda 3.000.000.
¿Sustentable en el tiempo?
Para Martini Pietri no hay una política clara de producción de viviendas. “Las políticas de construcción de viviendas de un país no son las políticas de un gobierno. Tiene que ser una política de Estado, porque los gobiernos duran hasta el día que duren. El país no, el Estado dura por siempre. El Estado debe estar por encima de los programas políticos”. “No puede ser que tú en cinco años tengas un plan y a los cinco años llega otro gobierno y tienes otro. Eso es lo que ha venido pasando. Por el ministerio de la vivienda han pasado más de 10 planes de vivienda, amén de 10 ministros. La vivienda no es una cosa que yo tiro una pepa de mango y me sale una casa. Hay que urbanizar, hay que traer materias primas y para construirlas hay que tener tiempo y dinero. Es un proceso”, resalta.
Para Zulma Bolívar las fallas de la GMVV solo demuestran que es “un fracaso porque no hizo el mejor uso de los dineros públicos, que es su objetivo principal”. Sin embargo, será el paso de 2015 con sus elecciones parlamentarias, su profunda crisis económica por la caída de los precios del petróleo, el déficit fiscal y la voluntad política lo que determine si este programa que se ha ido confeccionando por ensayo y error, pese a nacer con una planificación, lo que determine su perdurabilidad a través del tiempo.
[El texto original puede verse en http://www.larazon.net/2015/04/30/la-gran-mision-vivienda-venezuela-no-ha-cumplido-con-sus-metas.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.