Alicia Muñoz
Es bien conocido el rechazo que los anarquistas presentan ante el concepto Derecho “Terribilidad de estar amparados por el derecho”[1].
Podemos decir, sin temor alguno a equivocarnos, que uno de los principios matrices de la ideología anarquista es su “anti Derecho”, el cual se extiende desde sus orígenes hasta la actualidad, construyendo el engranaje ideológico anarquista. Lo cierto es que siempre han tendido a rechazarlo pero sin analizarlo, lo han visto desde un principio como algo diferente, contrario a ellos y no se han preocupado de estudiarlo, ha sido un tabú, algo a lo que no debían hacer alusión por temor, y quizás no por falta de inquietud, a ser rechazados dentro de la familia ácrata. Lo que en cierta medida ha atentado contra su propio espíritu libertario, pues han preferido seguir lo establecido, dejarse guiar por lo dicho, sin plantearse, cada uno de ellos, si es conveniente, beneficioso, o no, si es del todo cierto que ellos sean contrarios al Derecho, incluso hoy esta actitud de servilismo dogmático, de no racionalizar, se extiende entre aquellos que se consideran, o son considerados, libertarios, aunque debemos reconocer que es en el menor de los casos, pues a partir del Congreso celebrado en la Universidad Erasmo de Rotterdam (1979)[2], la relación entre estos dos conceptos cambia para modernizar el ideario anarquista, adaptando el lenguaje teórico de sus ideas para no perecer ante los rápidos cambios sociales. Sabemos que el anarquismo es un movimiento fuertemente activista, y no quisiera entrar en el debate de la mayor relevancia intelectual o activista de él, pero lo que si debe quedar claro es que tras el citado Congreso, el grupo ácrata vio que para mostrar la importancia de su actividad era necesario olvidar los tabús y no asustarse ante el uso del concepto Derecho, dando respuestas, no instintivas y si racionales sobre el por qué son contrarios a él, utilizando la terminología precisa, acorde a la sociedad en la que se mueven, aunque ésta no les guste, pero para cambiarla deben incidir en ella a través de su propio lenguaje. De esta manera al conocer lo que conlleva el Derecho, el movimiento ácrata valoró la relevancia de la permisibilidad que este conlleva y se apoyaron en ello para eliminar el miedo a él, viendo que si el Derecho “burgués” tenía el carácter de permitir, ellos tendrían el Derecho de desarrollar sus derechos en sus sociedades dentro de la sociedad burguesa. Esto es, el Derecho permite la vida de las sociedades anarquistas. Se puede decir que a través de la capacidad de permitir, que otorga el Derecho, las sociedades anarquistas viven llegando a acuerdos con los Estados[3], que también han dejado de ser un tabú. En el caso español, debemos reconocer que la entrada en este proceso de modernización se ha producido poquito a poquito y que en un principio fue visto con bastantes recelos.
Es relevante destacar que una vez eliminados los prejuicios entorno al concepto Derecho, en el análisis de la historia libertaria, incluso por un mismo anarquista, no debe dar miedo visibilizar la documentación orgánica ácrata que muestra la lucha que dicho colectivo realizo para defender los que consideraba sus derechos y que sin saberlo, se extenderían, a través de “ciertas” influencias, en lo que hoy internacionalmente conocemos como Derechos Humanos. Así podemos decir que el movimiento anarquista esta muy ligado a los Derechos Humanos, pues la búsqueda de de un sistema propio, a través del consenso, los pactos, la afinidad, la autogestión, la cooperación, la colectividad, la igualdad, la solidaridad, la internacionalización, la auto-organización y por tanto, la libertad, les llevó a desarrollar unas normas para convivir, sus leyes, basadas en la ayuda mutua que llevaban a construir el código de sus derechos, el cual en sucesivos consensos se podía modificar para mejorar la convivencia y que la libertad de uno no dañara la libertad de los demás, buscando que todos pudieran disfrutar de su libertad en sociedad, su sociedad. Eran verdaderamente Derechos Humanos los que defendían y además nacidos directamente del colectivo humano que iba a vivir en ellos. De todas formas, es posible que aún hoy los mismos anarquistas no lo reconozcan pero ciertamente hay datos empíricos que muestran dicho esfuerzo y relación.[4]
Notas:
[1] Eslogan que aparecía en la revista Bicicleta (1979). El hecho de que el término Derecho aparezca en minúscula se debe, o bien a que todavía no se ha producido el Congreso de Rotterdam, o a que la aceptación de la modernización terminológica que se trató en dicho congreso no se ha producido.
[2] Coordinado por Thom Holterman. Marcando un momento histórico fundamental que cambia la interpretación del pensamiento anarquista en torno al Derecho y también al Estado.
[3] Un ejemplo lo tenemos en la comunidad anarquista puesta en práctica en EEUU bajo la iniciativa de Michael Taylor.
[4] En el caso de España las primeras acciones, orgánicas, que corroboran la incorporación anarquista a la lucha de los Derechos los podemos encontrar en el Primer Congreso Obrero español (Teatro del Circo, Barcelona, junio de 1870.) que incluía a marxistas, anarquistas y en general a representantes de todo el movimiento obrero español, siendo muy activa la aprobación de textos de índole libertaria. Todavía no se ha producido la modernización terminológica del movimiento anarquista pero este Congreso ya tiene muestras fiables, empíricas, de la introducción del anarquismo en los Derechos, pues se introduce un dictamen que deja a la luz la ausencia de derechos sociales y la carga de deberes, el cual es respaldado por el colectivo ácrata, pero debemos considerar en todo momento que esto es por la lucha de conseguir “sus derechos” (diferenciados de los Derechos burgueses) que como hemos dicho también guardan una íntima relación con lo que serán “Derechos Humanos”.
[Fragmento del ensayo titulado "Anarquismo y Derechos Humanos. El Derecho Humano a la Educación desde una perspectiva anarquista", accesible en http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/21672/1/DHMMC_Anarquismo.pdf.]
Es bien conocido el rechazo que los anarquistas presentan ante el concepto Derecho “Terribilidad de estar amparados por el derecho”[1].
Podemos decir, sin temor alguno a equivocarnos, que uno de los principios matrices de la ideología anarquista es su “anti Derecho”, el cual se extiende desde sus orígenes hasta la actualidad, construyendo el engranaje ideológico anarquista. Lo cierto es que siempre han tendido a rechazarlo pero sin analizarlo, lo han visto desde un principio como algo diferente, contrario a ellos y no se han preocupado de estudiarlo, ha sido un tabú, algo a lo que no debían hacer alusión por temor, y quizás no por falta de inquietud, a ser rechazados dentro de la familia ácrata. Lo que en cierta medida ha atentado contra su propio espíritu libertario, pues han preferido seguir lo establecido, dejarse guiar por lo dicho, sin plantearse, cada uno de ellos, si es conveniente, beneficioso, o no, si es del todo cierto que ellos sean contrarios al Derecho, incluso hoy esta actitud de servilismo dogmático, de no racionalizar, se extiende entre aquellos que se consideran, o son considerados, libertarios, aunque debemos reconocer que es en el menor de los casos, pues a partir del Congreso celebrado en la Universidad Erasmo de Rotterdam (1979)[2], la relación entre estos dos conceptos cambia para modernizar el ideario anarquista, adaptando el lenguaje teórico de sus ideas para no perecer ante los rápidos cambios sociales. Sabemos que el anarquismo es un movimiento fuertemente activista, y no quisiera entrar en el debate de la mayor relevancia intelectual o activista de él, pero lo que si debe quedar claro es que tras el citado Congreso, el grupo ácrata vio que para mostrar la importancia de su actividad era necesario olvidar los tabús y no asustarse ante el uso del concepto Derecho, dando respuestas, no instintivas y si racionales sobre el por qué son contrarios a él, utilizando la terminología precisa, acorde a la sociedad en la que se mueven, aunque ésta no les guste, pero para cambiarla deben incidir en ella a través de su propio lenguaje. De esta manera al conocer lo que conlleva el Derecho, el movimiento ácrata valoró la relevancia de la permisibilidad que este conlleva y se apoyaron en ello para eliminar el miedo a él, viendo que si el Derecho “burgués” tenía el carácter de permitir, ellos tendrían el Derecho de desarrollar sus derechos en sus sociedades dentro de la sociedad burguesa. Esto es, el Derecho permite la vida de las sociedades anarquistas. Se puede decir que a través de la capacidad de permitir, que otorga el Derecho, las sociedades anarquistas viven llegando a acuerdos con los Estados[3], que también han dejado de ser un tabú. En el caso español, debemos reconocer que la entrada en este proceso de modernización se ha producido poquito a poquito y que en un principio fue visto con bastantes recelos.
Es relevante destacar que una vez eliminados los prejuicios entorno al concepto Derecho, en el análisis de la historia libertaria, incluso por un mismo anarquista, no debe dar miedo visibilizar la documentación orgánica ácrata que muestra la lucha que dicho colectivo realizo para defender los que consideraba sus derechos y que sin saberlo, se extenderían, a través de “ciertas” influencias, en lo que hoy internacionalmente conocemos como Derechos Humanos. Así podemos decir que el movimiento anarquista esta muy ligado a los Derechos Humanos, pues la búsqueda de de un sistema propio, a través del consenso, los pactos, la afinidad, la autogestión, la cooperación, la colectividad, la igualdad, la solidaridad, la internacionalización, la auto-organización y por tanto, la libertad, les llevó a desarrollar unas normas para convivir, sus leyes, basadas en la ayuda mutua que llevaban a construir el código de sus derechos, el cual en sucesivos consensos se podía modificar para mejorar la convivencia y que la libertad de uno no dañara la libertad de los demás, buscando que todos pudieran disfrutar de su libertad en sociedad, su sociedad. Eran verdaderamente Derechos Humanos los que defendían y además nacidos directamente del colectivo humano que iba a vivir en ellos. De todas formas, es posible que aún hoy los mismos anarquistas no lo reconozcan pero ciertamente hay datos empíricos que muestran dicho esfuerzo y relación.[4]
Notas:
[1] Eslogan que aparecía en la revista Bicicleta (1979). El hecho de que el término Derecho aparezca en minúscula se debe, o bien a que todavía no se ha producido el Congreso de Rotterdam, o a que la aceptación de la modernización terminológica que se trató en dicho congreso no se ha producido.
[2] Coordinado por Thom Holterman. Marcando un momento histórico fundamental que cambia la interpretación del pensamiento anarquista en torno al Derecho y también al Estado.
[3] Un ejemplo lo tenemos en la comunidad anarquista puesta en práctica en EEUU bajo la iniciativa de Michael Taylor.
[4] En el caso de España las primeras acciones, orgánicas, que corroboran la incorporación anarquista a la lucha de los Derechos los podemos encontrar en el Primer Congreso Obrero español (Teatro del Circo, Barcelona, junio de 1870.) que incluía a marxistas, anarquistas y en general a representantes de todo el movimiento obrero español, siendo muy activa la aprobación de textos de índole libertaria. Todavía no se ha producido la modernización terminológica del movimiento anarquista pero este Congreso ya tiene muestras fiables, empíricas, de la introducción del anarquismo en los Derechos, pues se introduce un dictamen que deja a la luz la ausencia de derechos sociales y la carga de deberes, el cual es respaldado por el colectivo ácrata, pero debemos considerar en todo momento que esto es por la lucha de conseguir “sus derechos” (diferenciados de los Derechos burgueses) que como hemos dicho también guardan una íntima relación con lo que serán “Derechos Humanos”.
[Fragmento del ensayo titulado "Anarquismo y Derechos Humanos. El Derecho Humano a la Educación desde una perspectiva anarquista", accesible en http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/21672/1/DHMMC_Anarquismo.pdf.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.