J.R. López Padrino
Gracias a la torpe diplomacia del Tío Sam los voceros del fachochavismo recurren a su falaz perorata antiimperialista a fin de alejar al venezolano común de su penosa realidad cotidiana a la cual debe enfrentarse: hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, inseguridad personal, derechos humanos pisoteados, hospitales colapsados, etc. Usan la mentira como arma propagandística, y la militarización de la sociedad como herramienta de control social y político a fin de afianzarse en el poder.
Como parte de su mentirosa y teatral campaña antiimperialista el ungido de Maduro ha obligado a miles de empleados públicos y estudiantes de las escuelas públicas a firmar cartas a Mr. Obama solicitándole que derogue la lerda orden ejecutiva que firmó recientemente. Como parte del libreto, el generalato triunfante de las gloriosas batallas de Mercal ha planificado diversas escenografías bélicas, obligando a funcionarios públicos y residentes de zonas marginales a participar en unos cantinfléricos ejercicios de defensa, así como el despliegue del material de guerra ruso y chino en avenidas y costas del país. Es la reedición de los viejos libretos del nazi-fascismo del siglo pasado basado en la dramatización belicista como instrumento de propaganda política. Todo una trama burlesca de poca monta.
Los facho-bolivarianos se muestran más erráticos y despóticos con el pasar del tiempo, apelan a un antiimperialismo de impronta Goebbeliana a fin de sobrevivir políticamente y aglutinar sus diezmadas fuerzas que rondan un 20%, en el mejor de los casos. Enfrentan discursivamente al imperio norteamericano, pero siguen manteniendo alianzas privatizadoras con el capital transnacional gaso-petrolero comprometiendo nuestra soberanía energética. Recordemos que fue el mismísimo comandante galáctico quien en un gesto antiimperialista entregó la exploración y la explotación del gas de la Plataforma Deltana a las empresas: Chevron, British Petroleum, Exxon-Mobil, Statoil por el lapso de 30 años. Igualmente adjudicó a Chevron y a Gazprom, los derechos de exploración y explotación de gas natural en el Golfo de Venezuela por un período de 30 años (2005).
Que en otra batalla antiimperialista el fallecido tte coronel le dió continuidad a la tan criticada apertura petrolera de Caldera, mediante la creación de las leoninas empresas mixtas. A través de ellas las empresas multinacionales extranjeras, dejaron de ser prestadoras de servicios al Estado venezolano, para convertirse en copropietarias de nuestro petróleo por un lapso de 30 años. Ello gracias a otra acción antiimperialista de la bancada oficialista de la Asamblea Nacional que le proporcionó el marco legal al aprobar el Contrato Marco para el funcionamiento de las Empresas Mixtas.
Hoy gracias a las gestas y batallas antiimperialistas libradas por el socialfascismo bolivariano la faja bituminosa del Orinoco ha sido entregada a empresas transnacionales como ENI, Total, Petro China, Petrobras, Repsol, Mitsubishi, Harvest, Belorusneft, Shell, British Petroleum, Conoco Phillips, Statoil, etc. Todo esto sin pasar por alto los 800.000-1.000.000 barriles de crudo que diariamente bombea el Estado venezolano a la economía del Tío Sam, y la actitud sumisa y complaciente frente a los jerarcas del satanizado Wall Street. Paradójicamente, el despreciable imperialismo internacional se ha convertido en el gran financista del proceso fachobolivariano.
El régimen ondea las banderas antiimperialistas como maquillaje barato en su intento de lograr la solidaridad de otros pueblos del mundo, así como colorete para disimular la profunda crisis que carcome al país. Los supuestos principios socialistas y antiimperialistas que dice defender el régimen no pasan de ser perversas falsificaciones ideológicas muy propias en estos tiempos de imposturas principistas.
¿De cuál antiimperialismo puede hablar el nuevo filibustero del Palacio de Misia Jacinta y su grupete hamponil? Su proyecto militar-civilista representa la mejor garantía para las inversiones y ganancias del capital imperial en la Venezuela Bolivariana.
Ya basta de falaces y demagógicos discursos de dignidad nacional, soberanía y antiimperialismo, cuando en la praxis los milicos y sus huestes están subastando al país al mejor postor.
Gracias a la torpe diplomacia del Tío Sam los voceros del fachochavismo recurren a su falaz perorata antiimperialista a fin de alejar al venezolano común de su penosa realidad cotidiana a la cual debe enfrentarse: hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, inseguridad personal, derechos humanos pisoteados, hospitales colapsados, etc. Usan la mentira como arma propagandística, y la militarización de la sociedad como herramienta de control social y político a fin de afianzarse en el poder.
Como parte de su mentirosa y teatral campaña antiimperialista el ungido de Maduro ha obligado a miles de empleados públicos y estudiantes de las escuelas públicas a firmar cartas a Mr. Obama solicitándole que derogue la lerda orden ejecutiva que firmó recientemente. Como parte del libreto, el generalato triunfante de las gloriosas batallas de Mercal ha planificado diversas escenografías bélicas, obligando a funcionarios públicos y residentes de zonas marginales a participar en unos cantinfléricos ejercicios de defensa, así como el despliegue del material de guerra ruso y chino en avenidas y costas del país. Es la reedición de los viejos libretos del nazi-fascismo del siglo pasado basado en la dramatización belicista como instrumento de propaganda política. Todo una trama burlesca de poca monta.
Los facho-bolivarianos se muestran más erráticos y despóticos con el pasar del tiempo, apelan a un antiimperialismo de impronta Goebbeliana a fin de sobrevivir políticamente y aglutinar sus diezmadas fuerzas que rondan un 20%, en el mejor de los casos. Enfrentan discursivamente al imperio norteamericano, pero siguen manteniendo alianzas privatizadoras con el capital transnacional gaso-petrolero comprometiendo nuestra soberanía energética. Recordemos que fue el mismísimo comandante galáctico quien en un gesto antiimperialista entregó la exploración y la explotación del gas de la Plataforma Deltana a las empresas: Chevron, British Petroleum, Exxon-Mobil, Statoil por el lapso de 30 años. Igualmente adjudicó a Chevron y a Gazprom, los derechos de exploración y explotación de gas natural en el Golfo de Venezuela por un período de 30 años (2005).
Que en otra batalla antiimperialista el fallecido tte coronel le dió continuidad a la tan criticada apertura petrolera de Caldera, mediante la creación de las leoninas empresas mixtas. A través de ellas las empresas multinacionales extranjeras, dejaron de ser prestadoras de servicios al Estado venezolano, para convertirse en copropietarias de nuestro petróleo por un lapso de 30 años. Ello gracias a otra acción antiimperialista de la bancada oficialista de la Asamblea Nacional que le proporcionó el marco legal al aprobar el Contrato Marco para el funcionamiento de las Empresas Mixtas.
Hoy gracias a las gestas y batallas antiimperialistas libradas por el socialfascismo bolivariano la faja bituminosa del Orinoco ha sido entregada a empresas transnacionales como ENI, Total, Petro China, Petrobras, Repsol, Mitsubishi, Harvest, Belorusneft, Shell, British Petroleum, Conoco Phillips, Statoil, etc. Todo esto sin pasar por alto los 800.000-1.000.000 barriles de crudo que diariamente bombea el Estado venezolano a la economía del Tío Sam, y la actitud sumisa y complaciente frente a los jerarcas del satanizado Wall Street. Paradójicamente, el despreciable imperialismo internacional se ha convertido en el gran financista del proceso fachobolivariano.
El régimen ondea las banderas antiimperialistas como maquillaje barato en su intento de lograr la solidaridad de otros pueblos del mundo, así como colorete para disimular la profunda crisis que carcome al país. Los supuestos principios socialistas y antiimperialistas que dice defender el régimen no pasan de ser perversas falsificaciones ideológicas muy propias en estos tiempos de imposturas principistas.
¿De cuál antiimperialismo puede hablar el nuevo filibustero del Palacio de Misia Jacinta y su grupete hamponil? Su proyecto militar-civilista representa la mejor garantía para las inversiones y ganancias del capital imperial en la Venezuela Bolivariana.
Ya basta de falaces y demagógicos discursos de dignidad nacional, soberanía y antiimperialismo, cuando en la praxis los milicos y sus huestes están subastando al país al mejor postor.
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