Oswaldo Terán (Investigador de la Universidad de Los Andes; Mérida)
* ¿Una Ley para incrementar el Bienestar Nacional y cuidar el Bien Público?
Un proceso de diálogo y discusión tan importante, como la creación de una nueva ley del Instituto Venezolano de Investigación Científicas (IVIC) (incluyendo la posibilidad de que surja de una modificación de la ley ya existente), debe guiarse por principios fundamentales que permitan un producto bueno para la Nación como un todo, en el sentido más profundo posible. Algunos de estos principios son honestidad y respecto por el otro (con quien se está discutiendo/dialogando, incluyendo los trabajadores, el Presidente y directiva actuales del IVIC). La discusión debe ser apropiada para crear una ley que persiga mejorar el Bien Público[1] y aumentar la Soberanía Nacional y Latinoamericana en el tema de Conocimiento, Ciencia y Tecnología, para lo cual es importante la guía de virtuosos conocedores de la realidad nacional en términos culturales y sociopolíticos, junto con la participación de las comunidades.
De esta manera podríamos delinear algunos aspectos acerca del deber ser de dicho proceso, para luego, teniendo estos lineamiento como referencia, hacer una crítica constructiva a algunos elementos diagnósticas en la forma cómo se está realizando el proceso actual de discusión en torno a la ley para el IVIC.
En relación al deber ser del proceso, como decíamos arriba, el proceso debe estar guiado por virtuosos en relación a la actividad que el instituto debe promover, y en cuanto a la situación cultural y socio-política de la Nación, a fin de orientarlo al cuidado del Bien Público (tal como lo sugiere Fuenmayor(2006)). Obviamente, además de incluir a estos virtuosos, es necesario involucrar a muchos otros actores como las diversas comunidades, las universidades, los entes productivos, etc. Aunque en este proceso se debe definir de manera más concisa el objetivo del IVIC de manera concreta, el mismo debe estar relacionado con crear Conocimiento, Ciencia y Tecnologías pertinentes para la Nación.
Otro elemento importante es que dicha Ley debe estar en sintonía con la existencia y lineamientos básicos de un Plan Nacional de Conocimiento, Ciencia y Tecnología a largo plazo (tal como lo sugiere Varsavsky (2013, 2006)), el cual debe ser elaborado desde las comunidades, instituciones y organizaciones productivas, a la vez que guiado por virtuosos, siguiendo procesos endógenos a fin de darle pertinencia nacional (Aguilar y Terán (2011), Núñez (1999), Ochoa (2006)). Ello garantiza su viabilidad social.
En este proceso de creación de la Ley deben tomarse en cuenta toda la diversidad de opiniones y documentos existentes hasta la fecha, sobre todo la Ley propuesta y la Ley existente. Esto dará al menos dos contextos de discusión los cuales permitirán enriquecer la discusión. Existen elementos positivos en ambas leyes, los cuales ya han sido reconocidos en discusiones realizadas en diversos ámbitos. Por ejemplo en relación a la nueva ley:
a) Establece un periodo cierto de tres (3) años para la duración del Director del Instituto en sus funciones, lo que garantiza continuidad administrativa y la culminación de los proyectos.
b) Establece la carrera del Investigador.
c) Garantiza la formación de capacidades humanas del más alto nivel.
d) Incluye los beneficios de jubilación del personal.
De la misma manera, en la nueva ley también existen elementos positivos que podemos resaltar:
a) Contempla la Asamblea de Trabajadores en igualdad y equidad.
b) Establece la obligación de realizar trabajo comunitario a fin de coadyuvar con el desarrollo social del país.
c) Establece como actividad fundamental la divulgación y socialización del conocimiento.
Por supuesto, existen elementos negativos en cada uno de estos casos (leyes), los cuales de alguna manera están reflejados en los elementos positivos listados del otro caso.
Ahora nos vamos a referir a la forma cómo se está realizando el proceso de discusión de la nueva ley. Es importante indicar que el proceso de consulta se está realizando sólo luego de que se levantaron las voces en contra de la manera inconsulta como el proceso de aprobación de la ley se estaba realizando inicialmente. Por otra parte, lo que se está haciendo actualmente, para satisfacer tales críticas, es pedir la opinión de los asistentes a las mesas de discusión organizadas en algunos pocos estados del país, acerca de sólo el contenido de la nueva ley, sin tomar en cuenta la ley anterior, o cualquier otro marco conceptual que permita contrastar y enriquecer la discusión.
En tales discusiones no ha sido posible la presencia amplia de las comunidades, y de virtuosos en el área y en conocimiento de la realidad socio-política del país. Además, muchas de las personas participantes en tales discusiones no tenemos conocimiento suficiente tanto de los productos y proyectos, como de los procesos de trabajo que en el IVIC se realizan actualmente. De la misma manera, el conocimiento acerca de los cambios que se han realizado en la última gestión del IVIC a fin de democratizar y socializar el conocimiento, y compartir saberes con las comunidades (dando y recibiendo de éstas), es muy limitado y a veces intencionalmente desconocido o etiquetado negativamente a través de visiones simplistas motivas por segundas intenciones.
Esto desdice mucho acerca del espíritu, alcance y profundidad de la discusión que se puede estar realizando. Es más, el sólo hecho de considerar la ley propuesta (desconociendo la ley vigente) en el proceso, encajona y entrampa la discusión a favor de fines ya probablemente cocinados: realizar una pseudo-consulta acerca de la ley del IVIC en discusión en la Asamblea Nacional, a fin de justiciar luego la aprobación de esta ley.
En relación a la forma como se ha dada la discusión en algunos lugares, por ejemplo en Mérida, se nota la tendencia a evitar la participación del actual presidente del IVIC, por ejemplo, negándosele algunas veces el derecho de palabra. A la vez, ocurrió la falta de respeto de un(a) integrante del IVIC quien estuvo al acecho de cualquier intervención del Presidente de la institución para intentar rebatir sin buenos argumentos sus explicaciones, y actuar de manera poco amable (para usar un adjetivo positivo) hacia él (en contraposición a la actitud respetuosa y considera del Presidente del IVIC hacia dicha persona).
De esta forma, se ve entonces que el proceso no está guiado por una discusión sana y abierta, y tampoco se está tomando en cuenta diversos contextos en relación a dicha ley (como, por ejemplo, el dado por la ley actualmente vigente). En particular, si se tomará en cuenta la ley vigente del IVIC, la discusión permitiría tomar sus aspectos positivos. Se debe resaltar la complicidad en esta forma de realizar la discusión de directivos y personal de entes adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, a nivel regional. Por otro lado, se ha notado en al menos una región la tendencia a utilizar la discusión con fines politiqueros a favor de algún potencial candidato en elecciones a realizarse próximamente. Todo esto es contradictorio con los valores mencionados al inicio de este escrito.
De esa manera no se construye una nación soberana, ni se hace socialismo, ni se cuida el bien público. Hace falta una re-direccionamiento de la discusión orientada y guiada por personas que persigan el bien de la Nación, personas con elevada conciencia nacionalista en sentido profundo, sin objetivos y fines particulares y/o grupales que dominen sus intenciones.
Nota:
[1] El Bien Público fundamental es la cultura bien cuidada, el lenguaje, a partir de la cual se define lo que es bueno para una comunidad o para una Nación.
Referencias:
Aguilar, J., & Terán, O. (2011). "Ciencia y Tecnología liberada y liberadora, para una potencia mediana." En Haiman El T. & Fernández F. (Eds). 2011. Venezuela: Potencia Emergente. (pp. 357-394). Caracas, Venezuela: Monte Ávila Editores, Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales (CEPES).
Fuenmayor, R. (2006). El estado venezolano y la posibilidad de la ciencia. (The Venezuelan State and the Possibility for Science) Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela: Fundacite. Gráficas Quintero.
Núñez, J. J. (1999), La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Lo que la educación científica no debería olvidar. La Habana, Cuba Editorial Félix Varela (Ministerio de Educación Superior de la República de Cuba). ISBN 978-959-07-0468-0,.
Ochoa, A. (2006). Aprendiendo en torno al Desarrollo Endógeno. Mérida: CDCHT-ULA.
Varsavsky, O. (2006/1972). Hacia una política científica nacional. Caracas, Venezuela: Monte Avila Editores.
Varsavsky, O. (2013). Estilos Tecnológicos. Propuestas para la selección de tecnologías bajo racionalidad socialista. Buenos Aires, Argentina: Bibioteca Nacional. Colección PLACTED-Ministerio de Ciencia, Tecnología, e Innovación Productiva, Presidencia de la Nación.
* ¿Una Ley para incrementar el Bienestar Nacional y cuidar el Bien Público?
Un proceso de diálogo y discusión tan importante, como la creación de una nueva ley del Instituto Venezolano de Investigación Científicas (IVIC) (incluyendo la posibilidad de que surja de una modificación de la ley ya existente), debe guiarse por principios fundamentales que permitan un producto bueno para la Nación como un todo, en el sentido más profundo posible. Algunos de estos principios son honestidad y respecto por el otro (con quien se está discutiendo/dialogando, incluyendo los trabajadores, el Presidente y directiva actuales del IVIC). La discusión debe ser apropiada para crear una ley que persiga mejorar el Bien Público[1] y aumentar la Soberanía Nacional y Latinoamericana en el tema de Conocimiento, Ciencia y Tecnología, para lo cual es importante la guía de virtuosos conocedores de la realidad nacional en términos culturales y sociopolíticos, junto con la participación de las comunidades.
De esta manera podríamos delinear algunos aspectos acerca del deber ser de dicho proceso, para luego, teniendo estos lineamiento como referencia, hacer una crítica constructiva a algunos elementos diagnósticas en la forma cómo se está realizando el proceso actual de discusión en torno a la ley para el IVIC.
En relación al deber ser del proceso, como decíamos arriba, el proceso debe estar guiado por virtuosos en relación a la actividad que el instituto debe promover, y en cuanto a la situación cultural y socio-política de la Nación, a fin de orientarlo al cuidado del Bien Público (tal como lo sugiere Fuenmayor(2006)). Obviamente, además de incluir a estos virtuosos, es necesario involucrar a muchos otros actores como las diversas comunidades, las universidades, los entes productivos, etc. Aunque en este proceso se debe definir de manera más concisa el objetivo del IVIC de manera concreta, el mismo debe estar relacionado con crear Conocimiento, Ciencia y Tecnologías pertinentes para la Nación.
Otro elemento importante es que dicha Ley debe estar en sintonía con la existencia y lineamientos básicos de un Plan Nacional de Conocimiento, Ciencia y Tecnología a largo plazo (tal como lo sugiere Varsavsky (2013, 2006)), el cual debe ser elaborado desde las comunidades, instituciones y organizaciones productivas, a la vez que guiado por virtuosos, siguiendo procesos endógenos a fin de darle pertinencia nacional (Aguilar y Terán (2011), Núñez (1999), Ochoa (2006)). Ello garantiza su viabilidad social.
En este proceso de creación de la Ley deben tomarse en cuenta toda la diversidad de opiniones y documentos existentes hasta la fecha, sobre todo la Ley propuesta y la Ley existente. Esto dará al menos dos contextos de discusión los cuales permitirán enriquecer la discusión. Existen elementos positivos en ambas leyes, los cuales ya han sido reconocidos en discusiones realizadas en diversos ámbitos. Por ejemplo en relación a la nueva ley:
a) Establece un periodo cierto de tres (3) años para la duración del Director del Instituto en sus funciones, lo que garantiza continuidad administrativa y la culminación de los proyectos.
b) Establece la carrera del Investigador.
c) Garantiza la formación de capacidades humanas del más alto nivel.
d) Incluye los beneficios de jubilación del personal.
De la misma manera, en la nueva ley también existen elementos positivos que podemos resaltar:
a) Contempla la Asamblea de Trabajadores en igualdad y equidad.
b) Establece la obligación de realizar trabajo comunitario a fin de coadyuvar con el desarrollo social del país.
c) Establece como actividad fundamental la divulgación y socialización del conocimiento.
Por supuesto, existen elementos negativos en cada uno de estos casos (leyes), los cuales de alguna manera están reflejados en los elementos positivos listados del otro caso.
Ahora nos vamos a referir a la forma cómo se está realizando el proceso de discusión de la nueva ley. Es importante indicar que el proceso de consulta se está realizando sólo luego de que se levantaron las voces en contra de la manera inconsulta como el proceso de aprobación de la ley se estaba realizando inicialmente. Por otra parte, lo que se está haciendo actualmente, para satisfacer tales críticas, es pedir la opinión de los asistentes a las mesas de discusión organizadas en algunos pocos estados del país, acerca de sólo el contenido de la nueva ley, sin tomar en cuenta la ley anterior, o cualquier otro marco conceptual que permita contrastar y enriquecer la discusión.
En tales discusiones no ha sido posible la presencia amplia de las comunidades, y de virtuosos en el área y en conocimiento de la realidad socio-política del país. Además, muchas de las personas participantes en tales discusiones no tenemos conocimiento suficiente tanto de los productos y proyectos, como de los procesos de trabajo que en el IVIC se realizan actualmente. De la misma manera, el conocimiento acerca de los cambios que se han realizado en la última gestión del IVIC a fin de democratizar y socializar el conocimiento, y compartir saberes con las comunidades (dando y recibiendo de éstas), es muy limitado y a veces intencionalmente desconocido o etiquetado negativamente a través de visiones simplistas motivas por segundas intenciones.
Esto desdice mucho acerca del espíritu, alcance y profundidad de la discusión que se puede estar realizando. Es más, el sólo hecho de considerar la ley propuesta (desconociendo la ley vigente) en el proceso, encajona y entrampa la discusión a favor de fines ya probablemente cocinados: realizar una pseudo-consulta acerca de la ley del IVIC en discusión en la Asamblea Nacional, a fin de justiciar luego la aprobación de esta ley.
En relación a la forma como se ha dada la discusión en algunos lugares, por ejemplo en Mérida, se nota la tendencia a evitar la participación del actual presidente del IVIC, por ejemplo, negándosele algunas veces el derecho de palabra. A la vez, ocurrió la falta de respeto de un(a) integrante del IVIC quien estuvo al acecho de cualquier intervención del Presidente de la institución para intentar rebatir sin buenos argumentos sus explicaciones, y actuar de manera poco amable (para usar un adjetivo positivo) hacia él (en contraposición a la actitud respetuosa y considera del Presidente del IVIC hacia dicha persona).
De esta forma, se ve entonces que el proceso no está guiado por una discusión sana y abierta, y tampoco se está tomando en cuenta diversos contextos en relación a dicha ley (como, por ejemplo, el dado por la ley actualmente vigente). En particular, si se tomará en cuenta la ley vigente del IVIC, la discusión permitiría tomar sus aspectos positivos. Se debe resaltar la complicidad en esta forma de realizar la discusión de directivos y personal de entes adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, a nivel regional. Por otro lado, se ha notado en al menos una región la tendencia a utilizar la discusión con fines politiqueros a favor de algún potencial candidato en elecciones a realizarse próximamente. Todo esto es contradictorio con los valores mencionados al inicio de este escrito.
De esa manera no se construye una nación soberana, ni se hace socialismo, ni se cuida el bien público. Hace falta una re-direccionamiento de la discusión orientada y guiada por personas que persigan el bien de la Nación, personas con elevada conciencia nacionalista en sentido profundo, sin objetivos y fines particulares y/o grupales que dominen sus intenciones.
Nota:
[1] El Bien Público fundamental es la cultura bien cuidada, el lenguaje, a partir de la cual se define lo que es bueno para una comunidad o para una Nación.
Referencias:
Aguilar, J., & Terán, O. (2011). "Ciencia y Tecnología liberada y liberadora, para una potencia mediana." En Haiman El T. & Fernández F. (Eds). 2011. Venezuela: Potencia Emergente. (pp. 357-394). Caracas, Venezuela: Monte Ávila Editores, Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales (CEPES).
Fuenmayor, R. (2006). El estado venezolano y la posibilidad de la ciencia. (The Venezuelan State and the Possibility for Science) Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela: Fundacite. Gráficas Quintero.
Núñez, J. J. (1999), La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Lo que la educación científica no debería olvidar. La Habana, Cuba Editorial Félix Varela (Ministerio de Educación Superior de la República de Cuba). ISBN 978-959-07-0468-0,.
Ochoa, A. (2006). Aprendiendo en torno al Desarrollo Endógeno. Mérida: CDCHT-ULA.
Varsavsky, O. (2006/1972). Hacia una política científica nacional. Caracas, Venezuela: Monte Avila Editores.
Varsavsky, O. (2013). Estilos Tecnológicos. Propuestas para la selección de tecnologías bajo racionalidad socialista. Buenos Aires, Argentina: Bibioteca Nacional. Colección PLACTED-Ministerio de Ciencia, Tecnología, e Innovación Productiva, Presidencia de la Nación.
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