Raúl Cárdenas
Los anuncios, la memoria y cuenta, el discurso y el espectáculo fueron lamentables. Maduro intenta, quiere sacar fuerza de su abultado ser para levantar el puño y mostrarse como líder, pero fracasa. Su ser se mueve con inercia, no lidera sino que se mueve con la marea del proyecto político que accidentalmente heredó.
Nicolás reconoce que hay una crisis, sabe que hay propuestas, discusiones y un abanico de medidas posibles. Él sabe, lo dijo, que son ‘correctas’. Técnicamente correctas. Lo que las hace políticamente inviables. Así se presentó al país en la casa donde se reúnen los intereses del soberano, así se presentó ante las cámaras. En primera plana cerró el puño contra acaparadores y especuladores de toda la red de distribución. Pero se niega a investigar a un solo corrupto que se beneficia del dólar regalado, se niega a revelar la famosa lista de las empresas de maletín que se llevaron los 20 mil millones que hoy le hacen falta para sobrevivir. Peor aún, decide mantener y profundizar el modelo. Su audiencia es el que compra dólares baratos y los vende caros, y les dice, estén tranquilos, el negocio se mantiene. Es ahí donde reposa la viabilidad de su gobierno, en los intereses creados por el famoso ‘modelo de distribución de la riqueza’. Vaya eufemismo para decir mecanismo de reparto de la renta.
Con plata devaluada tratará Maduro de mantener la paz de su disminuida base electoral. El BCV imprimirá los reales de cuanto aumento salarial sea necesario y anuncia victoria de los invictos. Pero necesita más, la cosa está complicada y reconoce que hay distorsiones. Reconoce que el Estado le paga a sus ciudadanos para que consuman gasolina. Reconoce que es un absurdo, lo viene diciendo desde hace seis meses, pero no tiene guáramos para hacer nada al respecto. Ahí les mando a Arreaza luego para que presente una propuesta. Pasó veintitrés días estudiando medidas para transformar el sistema cambiario, prometió anuncios para el mercado ‘en moneda nacional’ y en ‘moneda libremente convertible’. Un mes, un paseo por medio mundo y decenas de propuestas más tarde sólo atinó a asomar la posibilidad de abrir el permuta para que los compinches puedan vender caro los dólares baratos que les vende el Estado. Ahí nos manda a Marco Torres para que explique mejor. Y de paso vomitó su deseo de que vengan inversionistas con sus divisas, sus dólares, euros, yenes, yuanes (los últimos, por cierto, no son libremente convertibles). Ofreció 33 abastos. Problema resuelto. Pero ¿con qué se llenan? Descuide: también ofreció 8 mil millones de dólares a 6.3 para hacer negocios con la comida.
Y salió, con la angustia de quien es rehén de su propio accidente. Salió sin solidarizarse con quienes hacen cola. Al contrario, lo regañó por consumistas. Se burló de los profesionales de la cola y nos mostró pruebas irrefutables de la Guerra Económica. Nos pasó un videíto en el que un militar facho llama a otro, también facho, y le dice Epa qué más, mi nombre es fulano de tal y fui entrenado en la Escuela de las Américas, escuela de asesinos. Muchas gracias, así pudimos dormir todos tranquilos. Sabemos que estamos a salvo porque el gobierno tiene bajo control a los conspiradores. La Fiscal está al tanto. El Defensor organiza la logística de las colas. Y el Presidente se va para Bolivia puntualmente y nos deja a sus funcionarios para explicar lo que él no supo. Si a alguien todavía le queda algo de ansiedad (seguramente inducida), debe estar tranquilo porque Dios proveerá.
[Tomado de https://fueraderadar.wordpress.com/2015/01/22/la-viabilidad-del-modelo-y-la-angustia-de-un-lider-accidental/.]
Los anuncios, la memoria y cuenta, el discurso y el espectáculo fueron lamentables. Maduro intenta, quiere sacar fuerza de su abultado ser para levantar el puño y mostrarse como líder, pero fracasa. Su ser se mueve con inercia, no lidera sino que se mueve con la marea del proyecto político que accidentalmente heredó.
Nicolás reconoce que hay una crisis, sabe que hay propuestas, discusiones y un abanico de medidas posibles. Él sabe, lo dijo, que son ‘correctas’. Técnicamente correctas. Lo que las hace políticamente inviables. Así se presentó al país en la casa donde se reúnen los intereses del soberano, así se presentó ante las cámaras. En primera plana cerró el puño contra acaparadores y especuladores de toda la red de distribución. Pero se niega a investigar a un solo corrupto que se beneficia del dólar regalado, se niega a revelar la famosa lista de las empresas de maletín que se llevaron los 20 mil millones que hoy le hacen falta para sobrevivir. Peor aún, decide mantener y profundizar el modelo. Su audiencia es el que compra dólares baratos y los vende caros, y les dice, estén tranquilos, el negocio se mantiene. Es ahí donde reposa la viabilidad de su gobierno, en los intereses creados por el famoso ‘modelo de distribución de la riqueza’. Vaya eufemismo para decir mecanismo de reparto de la renta.
Con plata devaluada tratará Maduro de mantener la paz de su disminuida base electoral. El BCV imprimirá los reales de cuanto aumento salarial sea necesario y anuncia victoria de los invictos. Pero necesita más, la cosa está complicada y reconoce que hay distorsiones. Reconoce que el Estado le paga a sus ciudadanos para que consuman gasolina. Reconoce que es un absurdo, lo viene diciendo desde hace seis meses, pero no tiene guáramos para hacer nada al respecto. Ahí les mando a Arreaza luego para que presente una propuesta. Pasó veintitrés días estudiando medidas para transformar el sistema cambiario, prometió anuncios para el mercado ‘en moneda nacional’ y en ‘moneda libremente convertible’. Un mes, un paseo por medio mundo y decenas de propuestas más tarde sólo atinó a asomar la posibilidad de abrir el permuta para que los compinches puedan vender caro los dólares baratos que les vende el Estado. Ahí nos manda a Marco Torres para que explique mejor. Y de paso vomitó su deseo de que vengan inversionistas con sus divisas, sus dólares, euros, yenes, yuanes (los últimos, por cierto, no son libremente convertibles). Ofreció 33 abastos. Problema resuelto. Pero ¿con qué se llenan? Descuide: también ofreció 8 mil millones de dólares a 6.3 para hacer negocios con la comida.
Y salió, con la angustia de quien es rehén de su propio accidente. Salió sin solidarizarse con quienes hacen cola. Al contrario, lo regañó por consumistas. Se burló de los profesionales de la cola y nos mostró pruebas irrefutables de la Guerra Económica. Nos pasó un videíto en el que un militar facho llama a otro, también facho, y le dice Epa qué más, mi nombre es fulano de tal y fui entrenado en la Escuela de las Américas, escuela de asesinos. Muchas gracias, así pudimos dormir todos tranquilos. Sabemos que estamos a salvo porque el gobierno tiene bajo control a los conspiradores. La Fiscal está al tanto. El Defensor organiza la logística de las colas. Y el Presidente se va para Bolivia puntualmente y nos deja a sus funcionarios para explicar lo que él no supo. Si a alguien todavía le queda algo de ansiedad (seguramente inducida), debe estar tranquilo porque Dios proveerá.
[Tomado de https://fueraderadar.wordpress.com/2015/01/22/la-viabilidad-del-modelo-y-la-angustia-de-un-lider-accidental/.]
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