Miguel Angel Hernández
Si hay algo que hoy atormenta a los trabajadores y trabajadoras es el alto costo de la vida. Efectivamente el malestar del pueblo trabajador sigue creciendo. La crisis eléctrica continúa ocasionando apagones y deterioro de los electrodomésticos. La escasez de muchos productos esenciales no cede. Pero lo que realmente tiene atosigados a los trabajadores es lo caro que está todo. La destrucción de nuestros salarios es una verdad tan grande como el incremento acelerado de los precios de los productos de primera necesidad.
Si hay algo que hoy atormenta a los trabajadores y trabajadoras es el alto costo de la vida. Efectivamente el malestar del pueblo trabajador sigue creciendo. La crisis eléctrica continúa ocasionando apagones y deterioro de los electrodomésticos. La escasez de muchos productos esenciales no cede. Pero lo que realmente tiene atosigados a los trabajadores es lo caro que está todo. La destrucción de nuestros salarios es una verdad tan grande como el incremento acelerado de los precios de los productos de primera necesidad.
Ya nadie se acuerda que en diciembre del año pasado el presidente Maduro afirmó entusiasta que los “precios bajos habían llegado para quedarse”. Sí, para quedarse en el recuerdo. Esa frase famosa fue devorada por una inflación que el año pasado fue de 56,2%, y este año en los primeros 8 meses ya llega a 39%, y la de los alimentos en un año saltó un 91%. Es tal el nivel de inflación que el gobierno oculta las cifras o posterga su divulgación pública. Estas son horas que nadie en el país sabe cuánto fue la inflación de septiembre y octubre. Aunque todos los economistas coinciden en señalar que al cerrar el año esta estará por encima de 60%.
Para tratar de capear el temporal que se avecina, y ante la proximidad de las fiestas navideñas y de fin de año, el gobierno se inventó un remedo del “dakazo” del 2013. Pero como ahora los anaqueles de las tiendas están vacíos, importó una gran cantidad de artefactos de China. Primero en Los Próceres en Caracas, y ahora en los Bicentenarios, la gente tiene que hacer largas colas desde la noche y la madrugada para ver si la registran para que luego vaya a otro sitio a pagar y a recibir su lavadora, nevera, licuadora o algún electrodomésticos. Todo en aras de los “precios justos”. Es una verdadera vergüenza someter al pueblo a esta situación.
La destrucción progresiva del salario de los trabajadores no se va a resolver con medidas efectistas que no van al fondo del problema. Recordemos: ¿qué quedó del dakazo? Nada. Hoy los precios están más elevados que hace un año, y los anaqueles siguen vacíos. Presionado por la realidad, el gobierno del presidente Maduro acaba de aumentar el salario mínimo un 15% a partir del 1 de diciembre. Antes se había aumentado el salario de los militares en un 45%, lo cual cayó como un balde de agua fría en el conjunto de los trabajadores y trabajadoras.
Al día siguiente del anuncio realizado con bombos y platillos por el gobierno, con la presencia de toda la burocracia sindical roja, rojita, el ambiente no era precisamente de satisfacción, todo lo contrario, el comentario en el Metro, en los supermercados, en oficinas y empresas, era insistente: “A los militares les aumentan 45% y a los trabajadores sólo un 15%”; “ese aumento no alcanza para nada”, “cuando lo empiecen a pagar el 1 de diciembre, ya la inflación se lo comió”. Nadie estaba feliz por el pírrico aumento gubernamental. Mientras tanto la MUD y Fedecámaras comparten la política salarial del gobierno de pírricos aumentos del salario mínimo.
En ese marco el descontento no se puede ocultar, ni siquiera al interior de las bases del chavismo, donde las contradicciones son cada vez mayores. Por su parte los trabajadores siguen movilizándose por sus contratos, contra el cierre de empresas, contra los despidos, y en defensa de sus derechos. Algunos estados como Carabobo, Aragua, Lara, Zulia, son un hervidero de conflictos y movilizaciones. También las comunidades están hartas de pasar días sin luz ni agua, con pésimas vías. Todos los días en distintas localidades y pueblos, cierran vías exigiendo luz, agua y otros servicios.
Esta situación es insostenible, y no se puede ocultar detrás de falsas “guerras económicas” o misteriosos planes desestabilizadores. En el país se están incubando luchas cada vez más generalizadas y radicalizadas. De allí que sea necesario unir a todos los que luchan. Por ello, desde el Partido Socialismo y Libertad venimos planteando la necesidad de realizar Encuentros Sindicales y Populares regionales que confluyan en un gran Encuentro Nacional de Luchadores para discutir un plan de lucha y movilización contra el ajuste de Maduro, Fedecámaras y Empreven. Por aumento general de salarios, por salario mínimo igual a la canasta básica que sea aumentado cada 3 meses de acuerdo a la inflación. En defensa de los contratos colectivos, contra los despidos y suspensiones, y contra la criminalización de la protesta.
[Tomado de http://web.laclase.info/content/todo-esta-carisimo/.]
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