Mariana
La
gente de paz, el oficialismo y la oposición oficialista finalmente respiran
tranquilos. Hace un tiempo que los exaltados y revoltosos jóvenes callaron sus
voces y abandonaron sus barricadas, Las fuerzas de la represión sangrienta y la corrupción gobernante, con el apoyo de los
pacíficos opositores electoreros, lograron terminar con las guarimbas que no
han vuelto. Con la paz, como dice Serrat,
volvió el pobre a su pobreza, volvió el rico a su riqueza, y el señor cura a
sus misas. El gobierno puede dedicarse de lleno a resolver algunos problemitas que tiene la revolución
bonita.
Tanto
desafuero era inútil porque, como todos vimos por cadena nacional, la MUD y el
gobierno mediante el diálogo podían resolver esos problemitas. Poco a poco,
todos los que se salen de ese guión van presos, perseguidos, exilados o
desaparecidos. Con el pacífico intercambio de ideas entre la oposición
pacifista, Maduro, y los militares gobernantes, se abre un futuro de
prosperidad y abundancia, si Dios quiere (y la MUD sobrevive). Tortuga Capriles puede planear sus próximas derrotas electorales en
paz.
Se
respiran aires tranquilos y felices. El pueblo chavista se deleita en sus
largas colas para conseguir aceite sabiendo que nadie está perturbando la paz con
protestas y disfruta anticipadamente del racionamiento electrónico, no como la obsoleta
tarjeta cubana. Somos del primer mundo, ¡con racionamiento electrónico! Logros
de la revolución, que abastece escasez. La quincena se disuelve antes del
primer fin de semana pero tenemos paz y patria. Tranquilos, los futuros viajeros,
enchufados la mayoría, saben que no
hay pasajes para ningún lado donde haya shampoo pero calmados porque no hay
guarimbas protestando contra el liderazgo del Ungido Heredero. La justicia -presidida por ese inenerrable combo del TSJ- les dará a todos compensación
por sus reclamos sin necesidad de hacer barricadas. Eso sí, en el tiempo de
Dios que es perfecto, como gusta decir al incontestable y pacífico líder
opositor. Con la paz el gobierno podrá, sin sobresaltos, desguasar CITGO,
regalar plata a los banqueros y traspasar las grandes industrias a los chinos,
previo desalojar a los damnificados de los edificios que solicitaron para sus
oficinas.
Mientras
esperamos silenciosos y callados las soluciones que la oposición oficialista alcanzará
mediante el diálogo con los burócratas cubanos, los trabajadores socialistas felices
porque nadie les quita ahora el protagonismo revolucionario. Guiados por alguna
fracción del PSUV, los sindicatos si acaso conseguirán 10 de cada 200 bolívares
de aumento que necesitan porque el gobierno es el patrón y no hay patrón
generoso, como bien lo dicen los socialistas del siglo XXI. Si no les gusta,
les pasará lo que a los apátridas guarimberos, más cuando sabemos que a los
chinos no les caen bien las demandas de los trabajadores como bien lo saben los
despedidos por protestar, sin derecho a pataleo, de Transmonagas. Después de la derrota de las guarimbas, toda protesta
murió antes de nacer, tal como murieron las huelgas de hambre después de Brito.
Cuando el pueblo chavista apoyó la represión no pensó que eso les esperaba a ellos
en cada protesta porque, con Tibisay
eterna, ni los votos se necesitan. Si tienen dudas, pueden preguntar a los
miembros de Marea Socialista, que
quedó en olita moja-canillas en las elecciones internas del PSUV. El plan
maestro de la pacífica oposición oficialista es arrasar en las próximas
elecciones libres y electrónicas-.
Por
otro lado, dado que las grandes empresas, que los trabajadores aplaudieron cuando
Chávez se las apropió, están en tren de disolución tampoco es que trabajen
mucho o que a alguien en el gobierno le importe si lo hacen o no, por lo que no
pueden gritar alto. Si no, vean a los ignorados huelguistas de la SIDOR de
Diosdado, que ni siquiera salen en Conclusiones
de CNN. ¿Recuerdan cuando, antes de Chávez, los trabajadores jubilados eran
accionistas? Hasta el petróleo viene palo abajo. Los negocios están en la importación,
como bien los hizo la hija del Fallecido Eterno con el arroz argentino,
premiada por su sapiencia con un alto cargo diplomático ya que ha mostrado
profunda sabiduría para lidiar con los problemas del planeta como los de
Oriente Medio, Ucrania, ISIS, Mercosur, la ecología y la crisis financiera. Más
vale que los trabajadores usen su tiempo haciendo las pacíficas colas para
conseguir comida o remedios, mientras hacen nuevas amistades como dijo el
ministro. No hagan como los guarimberos porque calladitos se ven más bonitos. Los he oído gritar desnudos y con hambre por la revolución
y no van protestar si el Comandante Eterno cumplió con esto. Los trabajadores venezolanos,
apoyaron un gobierno que maltrata a todo el mundo y sólo les queda disfrutar
cuando les pega a los otros. Y coinciden con los militares en que, si son algunos
estudiantes, mejor. Pero también les toca a ellos.
Los
supuestos campesinos beneficiados con las tierras expropiadas, luego de comerse
todos los animales y los granos guardados, descubrieron que cuidar vacas y
cosechar algo requiere saber del asunto y es mucho trabajo, en particular
cuando la tierra y los beneficios es de y para los enchufados. Trabajar, como
lo muestran los herederos de Chávez o los militares, no es revolucionario. Si
no, que le pregunten al hijo de Maduro (en agosto estuvo en Argentina comiendo
carne y eligiendo desodorante) o a la gran la familia de la Primera Combatiente
cuando pasen de visita por Venezuela, si pasan. Aunque, después de la sorpresa
que tuvo el as de la inteligencia bolivariana Gral. Pollo Carvajal, (un hombre
nuevo revolucionario, ejemplo de soldado valiente y sacrificado, acusado
malamente de narcotraficante, asesino, torturador y terrorista) que no sabía
que lo andaban cazando, no creo que los capos
del gobierno se dediquen a pasear mucho fuera del ALBA. Podemos estar
tranquilos porque si el jefe de
inteligencia con cédula de mujer ni siquiera se enteró de que los holandeses
lo iban a encanar, que no nos enteremos nosotros de lo qué pasa con los miles
de millones de petrodólares que recibimos no debe sorprendernos.
El
chavismo ha desterrado al horrible capitalismo y afán de dinero, como dice el
Padrenuestro del Delegado, por el
trueque. Cambió ministros por bachilleres, militares por forajidos, médicos por
paramédicos de la Bolivariana, maestros por analfabetos, hospitales por morgues
en espera, papel tuale por patria,
comida por hambre, sueldos por limosnas, tenientes por millonarios, diputados por
focas, imperialistas por cubanos, mercadería por estanterías vacías. Levantando
la bandera de la paz, hemos cambiado la presencia por la ausencia y la voz por
el silencio. Los estudiantes franceses en mayo del 68 reclamaban la imaginación al poder, los chavistas venezolanos
han preferido la ignorancia en el poder.
La
verdad, este ánimo de paz que nos inunda después de las guarimbas se parece
mucho al pacifismo de los judíos de la Alemania nazi, cuando pacíficamente se
entregaban a la Gestapo, pacíficamente marchaban a los trenes, que pacíficamente
los llevaban a los campos de concentración, donde pacíficamente iban a las
cámaras de gas, y pacíficamente sufrían y morían, esperando que un pacífico diálogo
con Hitler resolviera sus problemas. Los aguerridos venezolanos seguimos descansando en paz en alguna cola por
algo, lo que sea, dominados políticamente por los cubanos y económicamente por
los chinos. Pero al menos se ha logrado que los estudiantes vuelvan a hacer lo
que: deben: aplaudir los doctorados que se autoadjudica una rectora.
Venezolanos,
de frente…march al futuro. La prosperidad y abundancia que estamos logrando
gracias a la paz alcanzada con la represión de las guarimbas nos llena de
esperanza. ¿O no?
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