Enrique Contreras
A nombre de la revolución, el llamado gobierno bolivariano reprime, encarcela, tortura y persigue a la clase obrera que no se entrega a los intereses de la nueva burguesia instalada parasitariamente en el llamado “Estado” y que se enriquece a costa del hambre y la miseria de nuestro pueblo.
Hoy más que nunca, se encuentra vigente el pensamiento de nuestro Fabricio Ojeda, fundador del PRV/FALN, cuando en su carta de renuncia al Congreso de la Republica, para incorporarse a la guerrilla venezolana señalara: “La propia experiencia, además del estudio de la teoría política, demuestra que a esta altura de la historia, nada tiene que buscar nuestro país en el cambio de una camarilla por otra; o de un partido o grupo de partidos por otro partido o grupos de partidos. Lo que se trata de lograr es un cambio revolucionario, de fondo, en la composición social del gobierno que sea capaz de modificar las estructuras mismas del país y consolidar un régimen independiente, liberado del imperialismo y la oligarquía”.
Sabias palabras, que quedaron grabadas en el cerebro y corazón de nuestro pueblo y que los trabajadores de SIDOR LE DAN VIGENCIA, pues su lucha demuestra que el llamado socialismo del siglo XXI, aplica las doctrinas neoliberales puestas en práctica en ese nuevo paradigma llamado globalización y que la camarilla que gobierna a nombre del socialismo, en nada se diferencia de los gobiernos de AD y Copei.
Los trabajadores de SIDOR han recibido como respuesta a sus peticiones el salvajismo y el atropello de la llamada Guardia Nacional Bolivariana que ha dejado como saldo la represión, numerosos heridos, encarcelados, perseguidos y judicializados, para sembrar el terrorismo de estado, al igual que lo que hicieron y siguen haciendo con los Yukpa en la Sierra de Perijá.
Los trabajadores de SIDOR, han puesto al descubierto el verdadero rostro del llamado chavismo en su posición antiobrera, coincidiendo con la llamada oposición, quien quiere utilizar el conflicto de los trabajadores, haciendo declaraciones hipócritas a favor de la lucha que libra valientemente la clase laboral y que desafía con gran hidalguía las políticas neoliberales del mal llamado gobierno bolivariano.
El vacío de poder
El escenario de lucha social de SIDOR, no es otra cosa que lucha de clases, que no solamente está presente allí, sino que se manifiesta también a nivel de todas las empresas que se encuentran en poder del llamado “ESTADO”, donde se niega además de la participación de los trabajadores en las mismas, no se quiere firmar la contratación colectiva. Igualmente pasa en las gobernaciones de estado, alcaldías, ministerios, instituciones y donde la flexibilización laboral es práctica cotidiana de los que administran el poder del “ESTADO”.
Es bueno recordar, que la llamada política de flexibilización laboral, es o representa la nueva figura jurídica, que el neoliberalismo ha introducido en los países que como el nuestro, se encuentra bajo el poder real, de los grandes conglomerados que dominan el mundo. Esas políticas laborales se expresan en la negación de la firma de la contratación colectiva a los trabajadores, implementa la figura de la contratación individual por períodos cortos, para poder romper la relación de trabajo y no pagar de esta manera prestaciones sociales, seguro social, vacaciones- entre otros factores-. Aparece la figura de cooperativas donde se asigna un contrato al grupo que conforma la misma, para que el ESTADO o la empresa privada, nada tenga que ver con las reivindicaciones laborales, entre estos y otras variables, el neoliberalismo económico burla los sentimientos, aspiraciones y reivindicaciones de la clase obrera, que cada día sufre con mayor intensidad la pobreza y la miseria a la que está siendo sometidos por las políticas del imperio del gran capital y donde los gobiernos llámense “democráticos o socialistas”, se prestan y están de rodillas al servicio de la geopolítica neoliberal que desarrollan los grandes conglomerados que dominan el planeta.
Desaparecido el llamado “Comandante Eterno” cuya popularidad se dejó sentir en todos los estratos sociales del país y donde inclusive grupos de la vieja burguesía se identificaron con él, se comienza a sentir un vacío de poder que los colaboradores de Chávez, ahora dirigiendo el gobierno, no han podido llenar, pues el “Comandante Eterno” teníaa su alrededor un grupo de asesores publicitarios que siempre lo mantenía en la cresta de la ola y su discurso lleno de cuentos de camino, de estrofas y cantares, de historias arregladas a la luz del pensamiento mágico-religioso, de comentarios y chistes, coincidían con la cotidianidad del verbo de un pueblo, que vio en la figura del “Jefe Supremo” casi convertido en santo, en un hombre identificado plenamente con su quehacer cultural, generando en ese pueblo lo que se ha dado en llamar la sociología de la esperanza. En ese espejismo se mantuvo la mayoría del pueblo venezolano y ahora el Presidente Maduro y Diosdado Cabello, CUESTIONADOS POR LA BASE DE SU PROPIO PARTIDO no han podido reproducir la imagen que tenía su Jefe a pesar del gran esfuerzo que hacen a punta de dinero y cada día, su discurso y su ejecutoria los pone al descubierto como enemigos de las aspiraciones del pueblo venezolano.
Está despertando el poder obrero
En Venezuela, al igual que otros países de América Latina, las manifestaciones indigenistas, las marchas obreras, campesinas, estudiantiles, profesionales, vienen tomando otro significado, que los aleja de la simple aspiración reivindicativa, para lanzar nuevas consignas que encierran en su contenido la protesta clara frente a los sistemas o modelos socio-económicos, que hasta el momento la humanidad ha conocido, pues los mismos sólo han marcado desesperanza en la solución de los principales problemas que en la actualidad ahogan la humanidad.
El cambio de gobierno en nuestro país –del puntofijismo al chavismo- solo demostró a través del tiempo que: “ nada tiene que buscar nuestro país en el cambio de una camarilla por otra; o de un partido o grupo de partidos por otro partido o grupos de partidos” y la revolución bolivariana termino en eso “en el cambio de una camarilla por otra”, estableciendo las mismas relaciones de poder y utilizando ese poder para negar la libertad, la democracia, la diversidad del pensamiento, la dignidad de la persona humana, el bien común, la solidaridad, fraternidad, convivencialidad, para convertir la sociedad en incluidos y excluidos, estableciendo de esta manera relaciones de dominación, relaciones de dominación que se instauran a nombre de un “Estado” cuyo origen se encuentra en el llamado “Estado Metropolitano Español”(caso América Latina y el Caribe), donde el poder se expresa en la verticalidad del mismo, donde se establecen marcadas diferencias de clase y los privilegios sólo están al lado de los que dominan.
Hoy los trabajadores de SIDOR, es la referencia de una clase obrera que despierta, que es punto de luz y de encuentro, que anuncia la tempestad que ha de venir, en esa acumulación de fuerza de la clase obrera venezolana. En este escenario puede llegar la unidad de los diversos sectores obreros clasistas, para ir creando las condiciones necesarias, cuyo objetivo es la de organizar la huelga nacional como respuesta, para obligar al patrono gobierno y la empresa privada a firmar todas las contrataciones colectivas vencidas, tal y como lo plantean los trabajadores del eje costero venezolano y al mismo tiempo pronunciarse contra las detenciones, judicializaciones, persecuciones y encarcelamiento de los trabajadores que luchan por sus reivindicaciones, así como también pedir la derogación de los decretos y leyes neoliberales que afectan a la clase obrera del país.
A nombre de la revolución, el llamado gobierno bolivariano reprime, encarcela, tortura y persigue a la clase obrera que no se entrega a los intereses de la nueva burguesia instalada parasitariamente en el llamado “Estado” y que se enriquece a costa del hambre y la miseria de nuestro pueblo.
Hoy más que nunca, se encuentra vigente el pensamiento de nuestro Fabricio Ojeda, fundador del PRV/FALN, cuando en su carta de renuncia al Congreso de la Republica, para incorporarse a la guerrilla venezolana señalara: “La propia experiencia, además del estudio de la teoría política, demuestra que a esta altura de la historia, nada tiene que buscar nuestro país en el cambio de una camarilla por otra; o de un partido o grupo de partidos por otro partido o grupos de partidos. Lo que se trata de lograr es un cambio revolucionario, de fondo, en la composición social del gobierno que sea capaz de modificar las estructuras mismas del país y consolidar un régimen independiente, liberado del imperialismo y la oligarquía”.
Sabias palabras, que quedaron grabadas en el cerebro y corazón de nuestro pueblo y que los trabajadores de SIDOR LE DAN VIGENCIA, pues su lucha demuestra que el llamado socialismo del siglo XXI, aplica las doctrinas neoliberales puestas en práctica en ese nuevo paradigma llamado globalización y que la camarilla que gobierna a nombre del socialismo, en nada se diferencia de los gobiernos de AD y Copei.
Los trabajadores de SIDOR han recibido como respuesta a sus peticiones el salvajismo y el atropello de la llamada Guardia Nacional Bolivariana que ha dejado como saldo la represión, numerosos heridos, encarcelados, perseguidos y judicializados, para sembrar el terrorismo de estado, al igual que lo que hicieron y siguen haciendo con los Yukpa en la Sierra de Perijá.
Los trabajadores de SIDOR, han puesto al descubierto el verdadero rostro del llamado chavismo en su posición antiobrera, coincidiendo con la llamada oposición, quien quiere utilizar el conflicto de los trabajadores, haciendo declaraciones hipócritas a favor de la lucha que libra valientemente la clase laboral y que desafía con gran hidalguía las políticas neoliberales del mal llamado gobierno bolivariano.
El vacío de poder
El escenario de lucha social de SIDOR, no es otra cosa que lucha de clases, que no solamente está presente allí, sino que se manifiesta también a nivel de todas las empresas que se encuentran en poder del llamado “ESTADO”, donde se niega además de la participación de los trabajadores en las mismas, no se quiere firmar la contratación colectiva. Igualmente pasa en las gobernaciones de estado, alcaldías, ministerios, instituciones y donde la flexibilización laboral es práctica cotidiana de los que administran el poder del “ESTADO”.
Es bueno recordar, que la llamada política de flexibilización laboral, es o representa la nueva figura jurídica, que el neoliberalismo ha introducido en los países que como el nuestro, se encuentra bajo el poder real, de los grandes conglomerados que dominan el mundo. Esas políticas laborales se expresan en la negación de la firma de la contratación colectiva a los trabajadores, implementa la figura de la contratación individual por períodos cortos, para poder romper la relación de trabajo y no pagar de esta manera prestaciones sociales, seguro social, vacaciones- entre otros factores-. Aparece la figura de cooperativas donde se asigna un contrato al grupo que conforma la misma, para que el ESTADO o la empresa privada, nada tenga que ver con las reivindicaciones laborales, entre estos y otras variables, el neoliberalismo económico burla los sentimientos, aspiraciones y reivindicaciones de la clase obrera, que cada día sufre con mayor intensidad la pobreza y la miseria a la que está siendo sometidos por las políticas del imperio del gran capital y donde los gobiernos llámense “democráticos o socialistas”, se prestan y están de rodillas al servicio de la geopolítica neoliberal que desarrollan los grandes conglomerados que dominan el planeta.
Desaparecido el llamado “Comandante Eterno” cuya popularidad se dejó sentir en todos los estratos sociales del país y donde inclusive grupos de la vieja burguesía se identificaron con él, se comienza a sentir un vacío de poder que los colaboradores de Chávez, ahora dirigiendo el gobierno, no han podido llenar, pues el “Comandante Eterno” teníaa su alrededor un grupo de asesores publicitarios que siempre lo mantenía en la cresta de la ola y su discurso lleno de cuentos de camino, de estrofas y cantares, de historias arregladas a la luz del pensamiento mágico-religioso, de comentarios y chistes, coincidían con la cotidianidad del verbo de un pueblo, que vio en la figura del “Jefe Supremo” casi convertido en santo, en un hombre identificado plenamente con su quehacer cultural, generando en ese pueblo lo que se ha dado en llamar la sociología de la esperanza. En ese espejismo se mantuvo la mayoría del pueblo venezolano y ahora el Presidente Maduro y Diosdado Cabello, CUESTIONADOS POR LA BASE DE SU PROPIO PARTIDO no han podido reproducir la imagen que tenía su Jefe a pesar del gran esfuerzo que hacen a punta de dinero y cada día, su discurso y su ejecutoria los pone al descubierto como enemigos de las aspiraciones del pueblo venezolano.
Está despertando el poder obrero
En Venezuela, al igual que otros países de América Latina, las manifestaciones indigenistas, las marchas obreras, campesinas, estudiantiles, profesionales, vienen tomando otro significado, que los aleja de la simple aspiración reivindicativa, para lanzar nuevas consignas que encierran en su contenido la protesta clara frente a los sistemas o modelos socio-económicos, que hasta el momento la humanidad ha conocido, pues los mismos sólo han marcado desesperanza en la solución de los principales problemas que en la actualidad ahogan la humanidad.
El cambio de gobierno en nuestro país –del puntofijismo al chavismo- solo demostró a través del tiempo que: “ nada tiene que buscar nuestro país en el cambio de una camarilla por otra; o de un partido o grupo de partidos por otro partido o grupos de partidos” y la revolución bolivariana termino en eso “en el cambio de una camarilla por otra”, estableciendo las mismas relaciones de poder y utilizando ese poder para negar la libertad, la democracia, la diversidad del pensamiento, la dignidad de la persona humana, el bien común, la solidaridad, fraternidad, convivencialidad, para convertir la sociedad en incluidos y excluidos, estableciendo de esta manera relaciones de dominación, relaciones de dominación que se instauran a nombre de un “Estado” cuyo origen se encuentra en el llamado “Estado Metropolitano Español”(caso América Latina y el Caribe), donde el poder se expresa en la verticalidad del mismo, donde se establecen marcadas diferencias de clase y los privilegios sólo están al lado de los que dominan.
Hoy los trabajadores de SIDOR, es la referencia de una clase obrera que despierta, que es punto de luz y de encuentro, que anuncia la tempestad que ha de venir, en esa acumulación de fuerza de la clase obrera venezolana. En este escenario puede llegar la unidad de los diversos sectores obreros clasistas, para ir creando las condiciones necesarias, cuyo objetivo es la de organizar la huelga nacional como respuesta, para obligar al patrono gobierno y la empresa privada a firmar todas las contrataciones colectivas vencidas, tal y como lo plantean los trabajadores del eje costero venezolano y al mismo tiempo pronunciarse contra las detenciones, judicializaciones, persecuciones y encarcelamiento de los trabajadores que luchan por sus reivindicaciones, así como también pedir la derogación de los decretos y leyes neoliberales que afectan a la clase obrera del país.
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