Por Damian Prat
Ayer, el poli-ministro Ramírez anunció una cosa que llamó “convergencia cambiaria”. Eufemismos. Palabras enrevesadas para disfrazar que de lo que habla es de otra devaluación y crear un solo tipo de cambio -quizás con bandas- muy alto. A estos dizque socialistas que tanto han hablado contra los “paquetazos neoliberales” les cuesta horriblemente hablar claro y llamar las cosas por su nombre. La lengua es el castigo del cuerpo. Están aplicando un “paquetazo neoliberal”. Y no porque un evento externo o ajeno a su voluntad los haya obligado. No fue porque heredaron una crisis. Tampoco por una violenta caída de los precios petroleros ni por una recesión económica mundial que de rebote nos afecta. Nada de eso.
Ayer, el poli-ministro Ramírez anunció una cosa que llamó “convergencia cambiaria”. Eufemismos. Palabras enrevesadas para disfrazar que de lo que habla es de otra devaluación y crear un solo tipo de cambio -quizás con bandas- muy alto. A estos dizque socialistas que tanto han hablado contra los “paquetazos neoliberales” les cuesta horriblemente hablar claro y llamar las cosas por su nombre. La lengua es el castigo del cuerpo. Están aplicando un “paquetazo neoliberal”. Y no porque un evento externo o ajeno a su voluntad los haya obligado. No fue porque heredaron una crisis. Tampoco por una violenta caída de los precios petroleros ni por una recesión económica mundial que de rebote nos afecta. Nada de eso.
Los supuestos “revolucionarios” con un poder casi absoluto
durante 15 años, en los que al menos en 12 de ellos han gozado de un regalo “que les cayó del cielo”: la era de mas altos precios del petróleo y la
mas prolongada. Gracias al colosal
despegue económico de esa China que tiene casi una cuarta parte de la población
mundial. La “nueva revolución
industrial” de mas impacto que la de Inglaterra en el siglo 19. Porque los herederos de Mao enterraron al
modelo comunista en la economía y se abrieron al capitalismo salvaje, con
puertas súper abiertas a todas las transnacionales de EEUU, Europa y
Japón. Y además del despegue de India. Y
de varias economías emergentes de Asia.
La “revolución” chavista
lo tuvo todo -como quien se gana el
premio gordo de la lotería- para hacer
de Venezuela una potencia industrial y agro industrial. El gran salto al
desarrollo pleno del siglo XXI. En lugar
de eso, destrozaron la economía, crearon
los mecanismos de la mas gigantesca corrupción que hayamos conocido, arruinaron
al agro y a la industria nacional,
estatizaron irresponsablemente porque eso dizque era “socialismo y patria”, y llevaron a la
ruina a las industrias siderúrgicas, del cemento, las fincas, el aluminio, el
hierro. ¡Hasta a Pdvsa la
debilitaron! Y con el barril de petróleo
a 100 dólares, ahora las arcas del BCV no tienen dólares ni bolívares. Nos endeudaron como jamás imaginamos pero ni
así alcanza. No producimos casi nada y
todo hay que importarlo. Hasta nuestros
alimentos y productos tradicionales.
¡Hasta lo que antes exportábamos!.
Entonces, aplican el “paquetazo neoliberal”. Devaluaciones parciales que tampoco les
alcanzan. Es cuando Ramírez anuncia “la
convergencia cambiaria” ¡Que cara
dura!. Es otra devaluación pero al
parecer “pura y dura”. ¿Saben para
que? Para quitarnos el dinero de nuestro
bolsillo y que el gobierno tenga mas dinero.
Devaluación fiscalista. Para
financiar al gobierno. Para que les
cuadren las cuentas como lo exige el FMI.
Quizás nos sorprendan mas adelante firmando un acuerdo con el FMI y
pidiéndole dinero, es decir, deuda externa.
Mas neoliberal imposible. Ya han
dicho que van a apluicar la otra receta del FMI: aumento de la gasolina y del servicio
eléctrico. Reducir los subsidios
internos.
¿Cómo llegamos a esto justo en plena bonanza
petrolera?. Es el resultado de haber
destrozado todo con sus irresponsables estatizaciones y su juego populista
demagógico del dólar barato para importar en lugar de producir. Es el resultado de tanta corrupción, la del
“cadivismo rojo” y las otras. El
resultado de la “regaladera” a sus amigotes del exterior. El resultado de jugar a ser “la vieja
izquierda castrista” arrinconando, hostigando, persiguiendo a la empresa
privada productiva mientras privilegiaban a sus boliburgueses, testaferros y
socios en “negocios” de dinero
fácil. Y así llegamos a “la
convergencia cambiaria”. Y vendrá mas…
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