Rafael
Uzcátegui
El uso de
la información para motivar acciones para el cambio en la sociedad, mediante la
amplificación de las tecnologías de comunicación, se denomina “infoactivismo”.
Cuando internet comenzó a ser popular, se acuñó el término “cyberactivista” a
quienes mediante las herramientas tecnológicas promovían debates y campañas por
redes sociales. No obstante, el calificativo fue objeto de burlas por quienes
defendían una militancia analógica y tradicional. Tras el desarrollo y
evolución de la propia red de redes, pasando de una internet estática y
unidireccional a una enriquecida con la interacción y los contenidos aportados
por los propios usuarios, se ha entendido mucho mejor que el uso de la
tecnología no sustituye a las relaciones “cara a cara” y la necesidad humana de
reunirse físicamente para tomar decisiones e iniciativas en conjunto. Por ello
el uso de facebook, twitter y otras plataformas para la amplificación de temas
y denuncias es un complemento, una extensión, del trabajo que los activistas
deben realizar sobre el terreno.
En décadas
anteriores la invisibilidad era una aliada de las violaciones a los derechos
humanos y un requisito para la impunidad. Hoy es cada vez más difícil que los
abusos de poder sean desconocidos para las grandes audiencias. No importa si
los gobiernos censuran o compran los principales medios de comunicación o la
represión selectiva o sistemática haya fomentado el temor en la ciudadanía:
Basta que una foto, un video o un testimonio sea enviado una vez por internet
para que tenga la posibilidad de viralizarse, es decir, ser redifundido
sistemáticamente a través de los dispositivos personales de comunicación. No
hay que ir muy lejos para encontrar un ejemplo: Las decenas de fotos y videos
de los hechos del 12 de febrero en Caracas, pudieron determinar la
responsabilidad estatal de los primeros manifestantes asesinados en la ciudad,
obligando a la Fiscalía a asumir la responsabilidad gubernamental en los hechos.
Las
organizaciones Tactical Technological Colective y REDDES tienen varios años
trabajando a fondo el tema del infoactivismo, y han redactado un decálogo de
cómo transformar información en acción: 1) Movilizar y sensibilizar a las
personas para que actúen; 2) Ser testigo, documentar los hechos y remitir las
imágenes e historias a organizaciones defensoras de DDHH; 3) Mostrar mediante
gráficos e imágenes los mensajes, haciéndolos más amigables para los
destinatarios; 4) Enfatizar las
historias personales, dando rostro a los abusos de poder; 5) Usar el humor,
generando sonrisas y desmitificando a la autoridad; 6) Gestionar los contactos
de posibles aliados para la causa mediante bases de datos; 7) Transformar
información compleja en datos simples; 8) Utilizar la inteligencia colectiva
mediante plataformas colaborativas; 9) Permitir que la gente formule preguntas
y 10) Investigar y dar a conocer. Más sobre este proyecto: https://informationactivism.org
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