V. Salmerón
Para pagar una pequeña compra en la panadería los venezolanos deben tener un fajo de billetes en la cartera porque la escalada de los precios ha sido tal que la pieza de mayor denominación, la de 100 bolívares con el rostro de Simón Bolívar, no alcanza para cancelar medio kilo de queso. La pérdida en la capacidad de compra del dinero es tal que ese billete, llamado a ser el símbolo de una "economía fuerte" y que al momento de su lanzamiento en 2008 solo se utilizaba en contadas operaciones, hoy es de uso frecuente y el Banco Central lo fabrica en cantidades industriales.
En los primeros cuatro meses de este año el BCV puso en circulación 65,1 millones de nuevos billetes de cien bolívares, una cifra que supera en 100% a la del mismo lapso de 2013 y en 452% a la de 2012.
Los trastornos en los que puede caer una economía donde el billete de mayor denominación vale muy poco preocupan al Banco Central que ya ha recibido informes elaborados por firmas extranjeras donde le advierten que en vista del acelerado incremento de los precios, durante los próximos cinco años, será necesario elaborar piezas de doscientos, quinientos y mil bolívares. De lo contrario, a la vuelta de dos años los billetes de cien bolívares representarán más de la mitad de las piezas en circulación y se requerirá una cantidad inmanejable de billetes para ir al abasto, la tintorería o el supermercado.
En abril 26% de los billetes en circulación eran de cien bolívares y siete años atrás solo representaban 4%, una tendencia meteórica.
Los expertos en el tema monetario también han recomendado eliminar los billetes de dos y cinco bolívares y sustituirlos por monedas o en su defecto comenzar a elaborarlos con sustrato de polímero para prevenir el deterioro de las piezas porque en vista de que crece la velocidad de circulación del dinero, serán empleados en más transacciones durante el mismo período de tiempo.
Si bien el pago con tarjetas de débito podría ser una opción para postergar la emisión de billetes de elevada denominación, en Venezuela estos instrumentos aún requieren de mayor masificación para alcanzar a las zonas populares donde la mayoría de los comercios no posee puntos de venta, aparte de que al cierre de junio del año pasado, de acuerdo con un estudio de la Superintendencia de Bancos, 36 de cada 100 venezolanos mayores de edad no tiene una cuenta bancaria.
El directorio del Banco Central ha mantenido oculto el reporte de inflación donde los técnicos registran que entre abril de 2013 y abril de este año la inflación experimenta un salto de 61,5%, y nada hace pensar que la tendencia al alza de los precios perderá impulso porque no hay buenas noticias desde el lado de la demanda, la oferta y el costo del dólar.
Sumergido en un desequilibrio donde el gasto supera el ingreso por exportaciones petroleras y el pago de impuestos, el gobierno de Nicolás Maduro le pide al Banco Central que imprima bolívares sin respaldo. El resultado es que más billetes detrás de pocos productos se traducen en un incesante aumento de precios.
La oferta no puede acompañar a la demanda inflada por la inyección de bolívares porque en medio del estancamiento de la producción petrolera, la entrega de barriles con descuento a países aliados y un tipo de cambio artificialmente barato que dispara las solicitudes de dólares, el Gobierno recortó la entrega de divisas a un sector muy importante de la manufactura que sufre por la falta de materia prima.
La cantidad de automóviles ensamblados en los primeros cinco meses de este año es 85% inferior a la del mismo lapso de 2013 y la industria química que elabora materiales esenciales para la actividad de un gran número de empresas como tintas, gas refrigerante, pegamentos, resinas, pinturas y aceites lubricantes sufrió un descenso de 50% en la producción.
Al mismo tiempo el precio de los productos importados aumenta velozmente porque la demanda de dólares se ha hecho insostenible y cada vez son más los sectores que dejan de recibir divisas al tipo de cambio preferencial de 6,30 bolívares y deben acudir al Sicad I y II donde el dólar se cotiza a 10 y 49 bolívares.
[Fuente: deslinde2011.blogspot.com/2014/06/la-inflacion-obligo-duplicar-la-emision.html.]
Para pagar una pequeña compra en la panadería los venezolanos deben tener un fajo de billetes en la cartera porque la escalada de los precios ha sido tal que la pieza de mayor denominación, la de 100 bolívares con el rostro de Simón Bolívar, no alcanza para cancelar medio kilo de queso. La pérdida en la capacidad de compra del dinero es tal que ese billete, llamado a ser el símbolo de una "economía fuerte" y que al momento de su lanzamiento en 2008 solo se utilizaba en contadas operaciones, hoy es de uso frecuente y el Banco Central lo fabrica en cantidades industriales.
En los primeros cuatro meses de este año el BCV puso en circulación 65,1 millones de nuevos billetes de cien bolívares, una cifra que supera en 100% a la del mismo lapso de 2013 y en 452% a la de 2012.
Los trastornos en los que puede caer una economía donde el billete de mayor denominación vale muy poco preocupan al Banco Central que ya ha recibido informes elaborados por firmas extranjeras donde le advierten que en vista del acelerado incremento de los precios, durante los próximos cinco años, será necesario elaborar piezas de doscientos, quinientos y mil bolívares. De lo contrario, a la vuelta de dos años los billetes de cien bolívares representarán más de la mitad de las piezas en circulación y se requerirá una cantidad inmanejable de billetes para ir al abasto, la tintorería o el supermercado.
En abril 26% de los billetes en circulación eran de cien bolívares y siete años atrás solo representaban 4%, una tendencia meteórica.
Los expertos en el tema monetario también han recomendado eliminar los billetes de dos y cinco bolívares y sustituirlos por monedas o en su defecto comenzar a elaborarlos con sustrato de polímero para prevenir el deterioro de las piezas porque en vista de que crece la velocidad de circulación del dinero, serán empleados en más transacciones durante el mismo período de tiempo.
Si bien el pago con tarjetas de débito podría ser una opción para postergar la emisión de billetes de elevada denominación, en Venezuela estos instrumentos aún requieren de mayor masificación para alcanzar a las zonas populares donde la mayoría de los comercios no posee puntos de venta, aparte de que al cierre de junio del año pasado, de acuerdo con un estudio de la Superintendencia de Bancos, 36 de cada 100 venezolanos mayores de edad no tiene una cuenta bancaria.
El directorio del Banco Central ha mantenido oculto el reporte de inflación donde los técnicos registran que entre abril de 2013 y abril de este año la inflación experimenta un salto de 61,5%, y nada hace pensar que la tendencia al alza de los precios perderá impulso porque no hay buenas noticias desde el lado de la demanda, la oferta y el costo del dólar.
Sumergido en un desequilibrio donde el gasto supera el ingreso por exportaciones petroleras y el pago de impuestos, el gobierno de Nicolás Maduro le pide al Banco Central que imprima bolívares sin respaldo. El resultado es que más billetes detrás de pocos productos se traducen en un incesante aumento de precios.
La oferta no puede acompañar a la demanda inflada por la inyección de bolívares porque en medio del estancamiento de la producción petrolera, la entrega de barriles con descuento a países aliados y un tipo de cambio artificialmente barato que dispara las solicitudes de dólares, el Gobierno recortó la entrega de divisas a un sector muy importante de la manufactura que sufre por la falta de materia prima.
La cantidad de automóviles ensamblados en los primeros cinco meses de este año es 85% inferior a la del mismo lapso de 2013 y la industria química que elabora materiales esenciales para la actividad de un gran número de empresas como tintas, gas refrigerante, pegamentos, resinas, pinturas y aceites lubricantes sufrió un descenso de 50% en la producción.
Al mismo tiempo el precio de los productos importados aumenta velozmente porque la demanda de dólares se ha hecho insostenible y cada vez son más los sectores que dejan de recibir divisas al tipo de cambio preferencial de 6,30 bolívares y deben acudir al Sicad I y II donde el dólar se cotiza a 10 y 49 bolívares.
[Fuente: deslinde2011.blogspot.com/2014/06/la-inflacion-obligo-duplicar-la-emision.html.]
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