Old SideshowBob
Activistas y movimientos sociales se han
dedicado a motivar a las multitudes sobre un nuevo modelo de transporte, lo que
implica de por si un nuevo modelo de sociedad, y una forma de protestar por
ello ha sido el movimiento ciclonudista mundial que viene realizándose desde un
tiempo atrás. En Venezuela, el 14 de junio de 2014 se llevo acabo dicha rodada,
y por supuesto, la manifestación y libertad de expresión quedo supeditada a los
permisos que dieran los burócratas gobernantes y sus aparatos represivos
correspondientes.
La rodada ciclista fue “permisada”, y
Jorge Rodríguez, quien lo hemos visto decir que el municipio libertador es un
municipio de paz (paz a punta de represión, recuérdese el asesinato de José
Alejandro por la GNB), anunció que hasta llegaría a “pasarse por ahí”, como
buen caudillo haciéndose propaganda para dar una imagen de “opend-mind” y cualquier
cosa que le hayan dicho sus asesores de imagen y discurso.
Llegó el día sábado y montones de
ciclistas empezaron a concentrarse en el Parque los Caobos, donde unos se
pintaban sus cuerpos y otros andaban semidesnudos o desnudos de cabo a rabo,
pues la idea era ser visualizados, y la consigna “¡ahora si nos ven!”.
Pero lamentablemente años de militarismo,
conservadurismo religioso e intolerancia empezaron a dañar una jornada que no
solo era por una nueva forma de transporte, sino que nos mostraba tal como
somos, desnudos, para que apreciemos nuestro cuerpo, el cual no es un objeto
sexual, es el vestuario de nuestro “espíritu”, es decir, nuestra persona,
nuestro ser, cuerpos con distintos colores formas y tamaños, que nos
diferencian como individuos, pero nos acercan como humanos, cuerpos que en esta
sociedad machista y mercantil se han vuelto solo objetos que han de hacer lo
que quiera el capital, el estado, y sus órganos represivos. Al principio la
Policía Nacional Bolivariana (la cual destaca por su conservadurismo reaccionario
y su violencia a quien disienta o se exprese libremente contra el status quo)
se dedicó a desalojar por altavoces a los manifestantes del parque Los Caobos,
pues la mente conservadora que piensa como masa de cualquier organismo de
“orden público” (es decir, represión), parece no puede tolerar ver un cuerpo
desnudo, a no ser que sea en una cárcel, con peinillazos, golpeado y humillado.
Pese a este primer altercado la rodada se
llevo a cabo, hacia el Oeste de Caracas, pasando por una de sus principales
avenidas (la avenida Bolívar), con una ciclo vía inaugurada por Jorge Rodríguez
que, a mi parecer, es tan deficiente como la creada al lado de la Universidad Bolivariana,
no sabría describir la falla técnica, pero los invito a montarse en bicicleta y
sentir la incomodidad de la misma. La manifestación andaba entre consignas,
gritos efusivos, pitos y buena vibra, la gente curioseaba y tomaba fotos (en
este país a la gente le gusta el chisme), algunos indignados, otros
sorprendidos y quien sabe que emociones quedarían en quienes veían montones de
personas desnudas y semidesnudas circulando por la ciudad. Se hizo una parada
en la plaza Diego Ibarra donde la gente sorprendida no paraba de mirar, y donde
uno que otro “conservador” nos insultaba e incluso intento golpear a algún
ciclista, alegando que “no tenemos familia”. Los ciclistas no le prestaron
mucha atención ni respondieron con violencia (cosa que si hizo el señor) y
siguieron su ruta, pues la consigna es “mas amor, menos motor”. Al llegar a la
Concordia, empezaron a pasar policías con sus motos, en una actitud agresiva
hacia los ciclistas, hasta el punto que trancaron la manifestación y
solicitaron el “permiso”. Se dialogo con los policías y después de trancarnos un rato nos dejaron
pasar, pero para mí fue sospechosa esa espera, porque al final, algún objeto
fue lanzado a los ciclistas, no sabemos quien llegó, si fue por motu proprio, o fue mandado a llamar,
pues la policía suele contactar a sus colectivos y paramilitares para
amedrentar y reprimir cualquier tipo de manifestación, pues el gobierno en
estos tiempos de crisis “no quiere bochinche” que no sea una procesión por el “comandante
supremo” que nos dejo este legado militar, personalista, religioso y
autoritario.
La cosa allí no pasó a mayores y la
manifestación pacífica continuó, pero los policías iban “acompañándonos” hasta
que en la avenida San Martín se dio una nueva tranca con piquetes antimotines y
la Guardia del Pueblo.
Durante esta nueva tranca la gente pedía
el paso, y en eso empezaron a llegar personas con actitudes agresivas, lanzando
botellas y objetos, poniendo en peligro la integridad de los ciclistas,
mientras la policía se quedaba quieta y no hacía nada para dispersar a los
agresores, y la actitud hostil era contra los manifestantes (por eso tengo la
sospecha de que dichos agresores trabajan directa o indirectamente con la
policía). Esas personas nos insultaban, nos ofrecían golpes y nos mandaban a
desalojar, algunos con una actitud que parecía producto de ingerir alguna droga
muy fuerte, para decirnos “si no teníamos vergüenza ante los niños presentes”.
Los ánimos se caldearon, pero afortunadamente el conflicto no llego a mayores.
Después de un rato los cuerpos represivos (policías y agresores) hicieron que
los ciclonudistas se vistieran nuevamente, cortando la libertad de expresión y
manifestando la triste realidad de parte de nuestra cultura venezolana, el
conservadurismo, el extremismo religioso y el militarismo, estancado al parecer
en el siglo XIX, con rasgos de inquisición medieval. Diversos motorizados nos
culpabilizaban de la tranca en actitudes agresivas cuando les señalábamos que
era la policía quien trancaba, pero en este país la moto se ha vuelto una
especie de símbolo de autoritarismo, egoísmo y poder sobre los demás; hay
quienes dicen en “tono de broma” (pero muy en serio) que peor que chocar con un
abogado es chocar con un motorizado, pues son “malandros y apoyados”.
Tuvimos entonces que regresar a Los
Caobos, y los policías nos “escoltaron” hasta el lugar, lo cual llego a tener
incluso una situación de agresión, pues una de las manifestantes estuvo a punto
de lastimarse porque un policía le “lanzó” la moto, pues como buenos autoritarios
que son, tienen que demostrar que son más que cualquiera porque tienen armas,
como diría mi viejo, cobardes que golpean presos amarrados. Los policías antes
de llegar hicieron un piquete en la entrada de la autopista (por el jardín
botánico) lo que me hizo recordar como durante las recientes manifestaciones
estudiantiles trancaban las autopistas para encerrar a los manifestantes.
Mi
reflexión
Es lamentable que nuestro país tenga esa
cultura agresiva e intolerante, los valores del autoritarismo y el egoísmo
están arraigados en una ortodoxia que curiosamente no juzga operaciones de senos
o nalgas en las mujeres, música que insulta a las mujeres degradándolas a
objetos sexuales, o la resolución de los conflictos por la ley del mas bravo,
el “pram” de la zona, el caudillo en el poder, el que controla a punta de
pistola, el tomar alcohol es una virtud (sobretodo si es en exceso) pues si no
lo haces eres un “maricón”. Es triste ver los comentarios religiosos y
reaccionarios en las páginas web, cosas tipo “depravados”, “deberían ir presos”,
y afines son un reflejo de lo reaccionaria y retrogada que puede llegar a ser
nuestra cultura. Una sociedad que no resuelve sus conflictos en pro del
colectivo, sino en pro de una imposición de un individuo sobre otro, pues ceder
o dialogar es señal de debilidad. Ver estas actitudes solo me provocan emigrar
de esta tierra, pues la cultura venezolana llega a ser repugnante (que me
perdonen los nacionalistas), se que tenemos cosas buenas, expresiones de
solidaridad y no todos es como aquí lo describo, pero siento que dicha
ortodoxia cada vez se expande más, sobre todo si es una sociedad piramidal
donde el poder se caracteriza por ser reaccionario y conservador, me hace
pensar que “no hay futuro”, que aquí todo ha de resolverse con la violencia y
la muerte. Ante ello hago un llamado a quienes queremos un cambio que luchen,
que no se rindan y traten de a poquito de cambiar y romper tantos tabúes, pues
si nosotros no vemos los resultados, espero que nuestros hijos no tengan que
vivir en una sociedad tan inquisidora y racista, no se si es posible, pero vale
la pena intentarlo.
La sociedad del automóvil se ha apoderado
prácticamente de todo occidente, la sociedad de las grandes distancias sigue
destruyendo el planeta, y la rapidez que prometían calles y autopista no hace
mas que aumentar el consumo de combustibles fósiles, congestionando las ciudades,
contaminándolas, y acentuando comportamientos agresivos entre los mismos
conductores ante el desespero de salir de una tranca vial, o la actitud egoísta
de tener un carro pesado y “llevarse por el medio” a quien se atraviese. La
bicicleta surge entonces como el invento del pasado que nos invita a replantear
el transporte del futuro, pues el modelo desenfrenado de producción de carros,
quema de combustibles fósiles, es insostenible, además de tener detrás la
destrucción ambiental, implementar modelos de desarrollo importado, acentuar
las relaciones de centro-periferia, y el desplazamiento y desaparición de las
comunidades que viven en los lugares donde existen dicho tipo de combustibles
fósiles, con gobiernos apoyados en trasnacionales. Por ejemplo, en Venezuela y
Latinoamérica han optado por el extractivismo de estos recursos, pese a que sus
gobiernos hagan campañas progresistas contra Chevron (Ecuador) o contra Exxon
(Venezuela), solo una cortina de humo para “omitir” la devastación planetaria
que están realizando. Vasta investigar la presencia de trasnacionales en estas
regiones para ver el sentido supuestamente ecologistas de estos gobiernos.
Mas amor y menos motor. Más poesía y
menos policía. Mas cuerpos desnudos en la calle y menos en las morgues.
PD: Videoreportaje de Últimas Noticias: http://www.youtube.com/watch?v=XgCl7g1JpFg
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