Luisa Pernalete
Hasta hace poco
Xavier Beckles, estudiante de la UCAB Guayana, con la condición del síndrome de
asperger, tenía una sola madre, la de siempre, la de hace 22 años: Marlenny
Sánchez de Beckles, pero a raíz de su
detención por parte de funcionarios – vestidos de civil - el pasado 3 de mayo, le
fueron saliendo muchas otra madres, aunque nunca en su vida lo hubiesen visto.
“Se lo que es
tener un hijo con condiciones parecidas, yo tengo uno, y por eso entiendo cómo
debe estar su familia, estamos sufriendo
por él y por su madre, vamos a movernos”, comento Ana María, de Barquisimeto, no preguntó detalles,
simplemente bastaba con saber que Xavier estaba
detenido y que necesitaba ayuda y que someterlo a una audiencia sería
terrible, como realmente fue. Pero además de Ana María fueron apareciendo madres por otros
lados. Las que integran las asociaciones
ligadas a familiares niños y niñas con síndrome de down, y por supuesto, las de
ligadas a personas con asperger, incluso fundaciones del extranjero, como
“Fundasperven”, de Italia. No era para menos, un joven que no podía ser
dirigente de ninguna protesta – de paso, eso no es delito – sometido a un
proceso penal, asustado, llamando a su madre, hizo que su llanto se escuchara
con altavoces. Hubo quienes se movieron en Ciudad Guayana para expresar su
sentimiento de solidaridad, otras
“madres” rezaban, otras escribían,
otras, profesionales del derecho, lo defendían, otras se indignaban y
contagiaban su “rabia buena”. Aunque suene lugar común, “quien tiene un hijo,
tiene todos los hijos del mundo”, para decirlo con Andrés Eloy Blanco.
Una lo que no entiende es cómo no hubo
sentimiento maternal en las autoridades que lo detuvieron, y peor aún en los
representantes del poder judicial ¿No captaron que Xavier estaba aterrorizado? ¿El corazón se les ha paralizado? ¿Cómo es
que madres de otras ciudades y otros países escucharon el llanto de Xavier y la
jueza de la causa no? ¿De verdad creen que Xavier es un peligro para alguien?
¿Puede alguien entender cómo es que no le dieron libertad plena? Estará sujeto
a medidas que lo obligarán a volver a
presentarse a los tribunales, ¡otra tortura más! Mientras un sector de la
población se sensibiliza, hay juezas que
consideran que lo que ha sufrido Xavier no ha sido suficiente.
Con motivo del
Día de la Madre, quiero reconocer a las mujeres que han “ahijado” a Xavier y a
muchos otros jóvenes que están siendo maltratados, penalizados sin el debido
proceso, así como las que corren de un lado a otro avisando que hay harina o
leche a esas otras mujeres que tienen hijos pequeños, en fin, “madres que son comadres”, escribí una vez, y esa es la frase que se me
viene a la mente. ¡Qué bueno que
existen, porque Xavier las sigue necesitando! Confiemos que la generosidad no
se ha agotado, porque hay otros a quien ahijar.
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