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La Federación Obrera Regional Argentina, genuina defensora de los trabajadores, ha cumplido un año más de vida. Aquel 25 de mayo de 1901, aprovechando el feriado por los festejos burgueses de la “Revolución de Mayo”, organizaciones obreras de distintas ciudades de la región argentina se reunieron para concretar sus aspiraciones de dar vida a una organización que sintetizara todas sus aspiraciones humanas de solidaridad y libertad.
De allí surgió la Federación Obrera Argentina –a partir de 1904, Federación Obrera Regional Argentina–, que de inmediato comenzó a crecer y promover la organización en todos los gremios y lugares de trabajo, identificándose los trabajadores con sus principios y medios de lucha. Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que mientras el movimiento obrero estuvo orientado por las ideas de la F.O.R.A. gozó de una sana actividad en el campo gremial, y a través de la Federación los trabajadores llevaron sus reivindicaciones más allá de las meras conquistas económicas o laborales, dedicando todos sus esfuerzos a la lucha revolucionaria para acabar con el actual estado de las cosas.
Sabidas son las heroicas gestas en la que el proletariado de la región argentina demostró su capacidad de acción y combatividad frente a los capitalistas y su guardián el Estado. Por esto, es que la F.O.R.A. fue siempre perseguida -en cualquiera de las formas que se presenta la imposición capitalista: dictadura y democracia-, siendo sus militantes deportados, encarcelados y/o asesinados; sus locales clausurados o dinamitados; la prensa prohibida y atacada, hasta casi acabar por completo con la Federación.
Con el tiempo, el Estado logró la conciliación con el movimiento obrero, con una actitud paternalista, reduciéndolo a un mero aparato, útil y manejable para sus fines. Las experiencias del sindicalismo -que logró imponerse con el amparo del Estado y las patronales, mientras la F.O.R.A. era reprimida y prohibida-, nos demuestran que la legalidad, la representación, las negociaciones con el Ministerio de Trabajo como mediador, el centralismo, entre otras características propias de esta tendencia traidora y conciliadora, son nefastas para los trabajadores y nos llevan a la ruina.
Hoy, al igual que aquellos trabajadores reunidos aquel 25 de mayo de 1901, seguimos sosteniendo la libre asociación, la resolución de nuestros problemas sin intermediarios ni representantes, la solidaridad entre explotados y la lucha por la emancipación integral de todas y todos los seres humanos. Estos postulados, lejos de haber caducado, adquieren una importancia vital, en estos momentos donde reina la persecución, la dictadura sindical, la represión estatal, la pérdida de las conquistas obreras logradas con tanta entrega por compañeros de otras épocas.
Entonces, es necesario hoy más que nunca retornar a las prácticas solidarias y estrechar lazos entre iguales, sin jerarquías. Sólo así podremos empezar a cambiar el curso de esta realidad que día a día nos agobia y nos angustia cada vez más.
Por esto, te invitamos a participar activamente en la F.O.R.A., para recuperar el poder de decisión en nuestras vidas, y generar por nuestra cuenta, sin delegar en nadie nuestras responsabilidades, el camino hacia la transformación total de esta sociedad inhumana que nos reduce a mercancías.
¡Solidaridad y acción directa contra el Estado y el Capital!
¡Por el Comunismo Anárquico!
De allí surgió la Federación Obrera Argentina –a partir de 1904, Federación Obrera Regional Argentina–, que de inmediato comenzó a crecer y promover la organización en todos los gremios y lugares de trabajo, identificándose los trabajadores con sus principios y medios de lucha. Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que mientras el movimiento obrero estuvo orientado por las ideas de la F.O.R.A. gozó de una sana actividad en el campo gremial, y a través de la Federación los trabajadores llevaron sus reivindicaciones más allá de las meras conquistas económicas o laborales, dedicando todos sus esfuerzos a la lucha revolucionaria para acabar con el actual estado de las cosas.
Sabidas son las heroicas gestas en la que el proletariado de la región argentina demostró su capacidad de acción y combatividad frente a los capitalistas y su guardián el Estado. Por esto, es que la F.O.R.A. fue siempre perseguida -en cualquiera de las formas que se presenta la imposición capitalista: dictadura y democracia-, siendo sus militantes deportados, encarcelados y/o asesinados; sus locales clausurados o dinamitados; la prensa prohibida y atacada, hasta casi acabar por completo con la Federación.
Con el tiempo, el Estado logró la conciliación con el movimiento obrero, con una actitud paternalista, reduciéndolo a un mero aparato, útil y manejable para sus fines. Las experiencias del sindicalismo -que logró imponerse con el amparo del Estado y las patronales, mientras la F.O.R.A. era reprimida y prohibida-, nos demuestran que la legalidad, la representación, las negociaciones con el Ministerio de Trabajo como mediador, el centralismo, entre otras características propias de esta tendencia traidora y conciliadora, son nefastas para los trabajadores y nos llevan a la ruina.
Hoy, al igual que aquellos trabajadores reunidos aquel 25 de mayo de 1901, seguimos sosteniendo la libre asociación, la resolución de nuestros problemas sin intermediarios ni representantes, la solidaridad entre explotados y la lucha por la emancipación integral de todas y todos los seres humanos. Estos postulados, lejos de haber caducado, adquieren una importancia vital, en estos momentos donde reina la persecución, la dictadura sindical, la represión estatal, la pérdida de las conquistas obreras logradas con tanta entrega por compañeros de otras épocas.
Entonces, es necesario hoy más que nunca retornar a las prácticas solidarias y estrechar lazos entre iguales, sin jerarquías. Sólo así podremos empezar a cambiar el curso de esta realidad que día a día nos agobia y nos angustia cada vez más.
Por esto, te invitamos a participar activamente en la F.O.R.A., para recuperar el poder de decisión en nuestras vidas, y generar por nuestra cuenta, sin delegar en nadie nuestras responsabilidades, el camino hacia la transformación total de esta sociedad inhumana que nos reduce a mercancías.
¡Solidaridad y acción directa contra el Estado y el Capital!
¡Por el Comunismo Anárquico!
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