Por conflictosmineros.net
La campaña lanzada por el Movimiento Uruguay Libre para la realización de un plebiscito nacional que prohiba la minería metalífera a cielo abierto ha puesto en evidencia la preocupación existente en la población por los efectos económicos, sociales y ambientales de este tipo de proyectos. Se reafirma así la necesidad de una información amplia y confiable, así como de una instancia de participación democrática donde el pueblo decida si este es el futuro deseado.
La campaña lanzada por el Movimiento Uruguay Libre para la realización de un plebiscito nacional que prohiba la minería metalífera a cielo abierto ha puesto en evidencia la preocupación existente en la población por los efectos económicos, sociales y ambientales de este tipo de proyectos. Se reafirma así la necesidad de una información amplia y confiable, así como de una instancia de participación democrática donde el pueblo decida si este es el futuro deseado.
En estos cuatro meses, desde que comenzamos a organizar la
recolección de las firmas para habilitar el plebiscito, hemos llevado la
propuesta a todos los departamentos del país y se ha creado cerca de un
centenar de puestos de distribución y recolección de papeletas. Los puestos van
desde las sedes de gremios, asociaciones civiles y centros de trabajo y
estudio, comercios, kioskos y puestos de feria, hasta los domicilios
particulares de los recolectores.
A diferencia de las campañas plebiscitarias anteriores, este
es un movimiento social impulsado por la gente. No ha surgido de partidos
políticos o entidades sociales con larga trayectoria. No cuenta con una
estructura organizativa previa, ni con aportes financieros extraordinarios. En
este sentido, a pesar de los intentos de atribuirnos fines oscuros o
financiamientos ocultos, somos un movimiento completamente transparente, todos
nuestros datos son públicos.
Hemos constituido un movimiento que refleja verdaderamente a
la sociedad uruguaya, con una base social muy amplia y heterogénea, que se
extiende a todo el país urbano y rural. Cada vez se involucran más individuos y
colectivos. Las personas reproducen las papeletas y se convierten en
recolectores en un proceso mayormente espontáneo. Cada uno hace suya una lucha
en la que se siente el eslabón de una campaña donde se juega el futuro del
país.
En el balance general que realizamos a fines de este mes de
marzo, estimamos haber superado las 40.000 firmas. En este período, hubo
quienes nos colocaban frente a una meta difícil de lograr, diciendo que iríamos
a presentar las 280.000 firmas requeridas en abril, para votar el plebiscito en
las elecciones presidenciales de octubre próximo. Otros nos atribuyeron la
intención de malograr el movimiento contra la megamineria llevándolo a una derrota
segura.
Sin embargo, nosotros siempre dijimos que el objetivo de
esta campaña por un plebiscito nacional es darle una expresión común al amplio
movimiento social que se opone a la megaminería, creando las condiciones para
que se informe adecuadamente a la población, se analicen sus implicaciones, y
se convoque a una instancia donde sea el pueblo quien decida.
En el tiempo transcurrido, hemos podido verificar la validez
del objetivo que nos hemos planteado. En cualquier lugar donde hay un puesto de
la campaña por el plebiscito, predominan las personas dispuestas a firmar las
papeletas. Hasta este momento, no habíamos podido medir el apoyo con que cuenta
la campaña por el plebiscito nacional. Nuestro desafío hoy no es si estarán o
no las firmas necesarias, sino desarrollar la capacidad organizativa para
recogerlas.
Y no nos hemos dedicado solo a recoger firmas. El gobierno y
otros sectores del oficialismo han desplegado una ofensiva propagandística sin
precedentes, contando con la ayuda del FMI, para justificar la firma del
contrato de inversión con Aratirí, desoyendo inclusive las señales negativas
del mercado mundial. Las denuncias y réplicas seriamente fundamentadas de este
movimiento han contribuido a que no se haya consumado hasta hoy ese acto fraudulento.
Todo esto reafirma los motivos que llevaron a lanzar esta
campaña. Seguiremos recogiendo las firmas y las presentaremos en el momento
apropiado. El movimiento se ha fortalecido al punto que podemos asegurar que
llegaremos a las firmas requeridas para habilitar el plebiscito y que
cumpliremos el mandato de hacer respetar la expresión soberana del pueblo.
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